1897,
Diciembre 12
General
español Blanco activa las operaciones
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Ante
tan terrible golpe recibido en Guisa, el General Blanco activa las
operaciones. En esta fecha hay 20 mil soldados españoles frente a Calixto
García. Avanzan por todas partes para abrir el Cauto, dice el General García.
Menocal y Carlos García Vélez, que defendían el paso, han aflojado por falta
de parque. Calixto les escribe: “Yo
marcharé a reforzarlos y gastaré hasta el último cartucho, pues si consiguen
meter dos o tres convoyes por el Cauto pueden operar en el centro de Oriente
y causarme daño…”
Y
enseguida agrega: “Con parque o sin
parque los godos no nos vencen, pero con recursos podríamos acabar con ellos
en dos meses. Con este avance en Oriente aflojan en Occidente, vengan, pues,
en buena hora que Oriente dará cuenta de ellos”.
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1898,
Diciembre 29
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El
Consejo de Gobierno acuerda felicitar al general por la toma de Guisa.
Ese
mismo día Calixto escribe a Tomás Estrada Palma: “Yo puedo movilizar cinco mil hombres y con ellos hacer mucho, pero
como mil hombres necesitan medio millón de tiros, que gastan en una hora de
combate, no es posible batirse en una columna grande, que no puede ni debe
fraccionarse, sino aplastar bajo su peso el territorio en que caiga”[1].
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1898,
Enero 15 a Febrero 4
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Nada
más han transcurrido algunas semanas del estreno del nuevo gobierno de Cuba
en armas, el general García escribe a Gómez solicitando que interceda y evite
los males que pueden sobrevenir por los actos inconstitucionales que está
llevando a cabo el órgano civil. Le dice: “Que
como cubano y republicano estoy sorprendido y disgustado con el camino que
sigue este Consejo de Gobierno, que en los pocos días que tiene de vida ya ha
dejado chiquito al consejo anterior en punto a desaciertos y a infracciones
de la Constitución…”
Esta
carta el general la escribió después que ese mismo día había escrito otra
protestando ante el Consejo de Gobierno por el ascenso indebido al grado de
brigadier otorgado al coronel Portuondo sin propuesta de la jefatura militar.
(En ese mismo primer trimestre de 1897 el general hizo otras acusaciones al
Gobierno por los ascensos injustificados, las indisciplinas militares y la
concesión de cargos inmerecidos que estaban causando malestar general en la
manigua insurrecta).
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En
Holguín. Calixto: “Los españoles han concentrado en Holguín nueve mil
hombres”
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Y
cuando termina de redactar y enviar las cartas, el general se traslada a
territorio de Holguín. Según sus propias palabras: “Los españoles han concentrado en Holguín nueve mil hombres y para
atacarme salieron tres columnas al mando de Linares y Luque. El primero, que
pensaba, después de derrotarme, seguir a (Santiago de) Cuba, por tierra, ha
tenido que retroceder a la carrera, hacia Gibara, recibiendo en los cinco días
que estuvo fuera (de la ciudad) fuego
continuo”.
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1898,
Marzo 22
Calixto:
“En Holguín, Luque no sabe qué hacerse”
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Desde
Potosí escribe el general: “Los
españoles tienen diez mil hombres cubriendo el Cauto, que de aquí a Julio
serán otros tantos enfermos, no se necesita atacarlos para que desaparezcan.
El miedo al cañón de dinamita hace que construyan los fuertes bajo tierra,
con cubierta de zinc, de manera que al empezar las lluvias se cocerán como
cangrejos, bajo su propia salsa. En Holguín, Luque no sabe qué hacerse. Con
tantos soldados no consigue ganar un palmo y donde quiera que asoma la cabeza
recibe fuego. En los combates de Chaparra han tenido centenares de bajas”.
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La
batalla de los anteojos
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Ahora
el general sueña con “la batalla de los anteojos”: “la última y gran batalla contra los
españoles en la que habrá de usar unos magníficos anteojos de campaña que
ahora lleva consigo”.
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1898,
Abril 9
Calixto:
“Marcharé sobre Santiago”
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Escribe
a Cosme de la Torriente:
“Dígale a Capote que tenga los cañones
listos, pues tan pronto se inicie el abandono del interior, que se me
anuncia, marcharé sobre Santiago, a dar la batalla de los anteojos, como la
llama Collazo”.
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Calixto:
“Creo inminente la guerra entre España y los Estados Unidos”
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Carta
del general al Gobierno el día de la Joint-Resolution:
“Creo inminente la guerra entre España
y los Estados Unidos, por lo que se hace necesario que ese suceso nos
encuentre prevenidos y organizados para cuando los americanos lleguen nos
hallen con un gobierno constituido y fuerte, con el cual se vean obligados a
tratar”.
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1898,
Abril 10
El
Armisticio
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Como
la autonomía había sido rechazada, el general Blanco realiza otro intento de
acercamiento: el Armisticio, y proclama: “que se declaran suspendidas las
hostilidades en todo el territorio de la Isla”.
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1898, Abril 17
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El
Consejo de Gobierno de la
República en Armas repudia el armisticio “que solo favorece a España y que ha sido
acordado por ella sola”.
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España
hace un último esfuerzo.
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Todavía
España realizará un último esfuerzo: y ese fue una carta que envió al
generalísimo Máximo Gómez proponiéndole una alianza y concentración en Santa
Clara. Gómez le contestó que “ya es muy
tarde”.
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Calixto,
que al saber de la suspensión de las hostilidades, y sabiendo que para tal acuerdo
se necesitaba la aceptación de ambas partes, ordenó a sus subordinados que
siguieran tiroteando los pueblos y atacando a toda columna que salga al
campo.
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1898,
Abril 18
Calixto:
quiero que el cañón cubano suene antes que el americano
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En
carta a Menocal le dice;
“Téngame lista la artillería para tan
pronto se declare la guerra entre los Estados Unidos y España atacar un
pueblo a cañonazos; quiero que el cañón cubano suene antes que el americano”.
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El
General vuelve a presentar queja por una determinación del Consejo de
Gobierno
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El
General vuelve a presentar queja por una determinación del Consejo de
Gobierno: el nombramiento de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, Gobernador
Civil de Oriente, para el cargo de Coronel Jefe de la Administración
Militar. Dice el general al Consejo de Gobierno que esa
designación iba en contra de los artículos 4 y 6 de las adicionales de la Constitución e
impugna la decisión del Gobierno señalando que el Cuerpo de Administración
Militar “es un poderoso auxiliar del
ejército y por tanto su personal debe estar compuesto por jefes y oficiales
idóneos procedentes de las filas del ejército o de aquellos escasos empleados
civiles conocedores de las materias que abarcará esa estructura”. (El
general no confía en la capacidad del hijo de Céspedes para ejercer la
responsabilidad que el Consejo de Gobierno le otorga, y es muy probable que
Calixto tenga razón, pero siempre quedará la incertidumbre del recuerdo de
Bijagüal cuando el General apoyó la destitución del padre y por tanto puede
ser que ahora la malquerencia, si hubo alguna, se traslade al hijo).
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1898,
Febrero 19
El
Maine
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Dice
Aníbal Escalante: Estando acampados en San Francisco nos llegó la noticia de
que un barco norteamericano había sido volado en la bahía de La Habana, el Maine. El
Cuartel General se conmovió de una manera profunda: ¿Acaso el buque había
sido torpedeado por los intransigentes voluntarios de tan tirase recordación
para los cubanos? ¿Qué sucedería ahora, después de un hecho tan
extraordinarios? En realidad tal acontecimiento lo trastocaba todo porque,
sabíamos, aquello traería complicaciones internacionales a España. (A
nosotros nos dio muchas esperanzas en nuestros intereses independentistas).
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[1] Esa opinión suya lo muestra un
general a la europea. No es Calixto el general Maceo, un terrible peleador que
toma el rifle en cada combate y ostenta decenas de cicatrices en el cuerpo.
Tampoco es el formidable guerrillero Máximo Gómez, capaz de hacer prodigios
dignos de la leyenda con doscientos hombres de a caballo. Calixto García es el
hábil estratega, perito en la ciencia de lanzar hombres al combate: es un
general que examina planos y prepara sobre ellos el plan de guerra a base de
cañonazos. Es el general que observa con sus anteojos, a distancia, cómo se
desarrolla el combate y que solo interviene al frente de su escolta y Estado
Mayor cuando las circunstancias lo reclaman.
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