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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

4 de marzo de 2017

Las nuevas investigaciones. Reconocimiento del sitio arqueológico y sus materiales (2006-2009)



 
Como se ve en el mapa anterior, las áreas de excavadas en El Chorro de Maíta entre 1986 y 1988 fueron varias, pero nada más se encontraron esqueletos en tres de ellas y sobre esos espacios se encaminaron los principales estudios. Eso supone quedaba un gran volumen de materiales sin estudiar y un casi completo desconocimiento de las zonas fuera del Área de entierros, (o sea, la mayor parte del sitio).
De ahí que la nueva investigación comenzada en 2006 estableció dos líneas principales de acción:
Uno: Llevar a cabo trabajos de campo para revisar los límites del área de la aldea, hasta donde fuera posible conocer el uso que le dieron sus habitantes y el tiempo que estuvieron asentados allí, y, particularmente, encontrar objetos u otras evidencias relacionados con la interacción o convivencia de aborígenes y europeos.
(Desde antes de comenzar el trabajo de campo, los nuevos investigadores decidieron que las excavaciones las harían fuera del Área de entierros por las siguientes consideraciones: que era esa la más estudiada y que en la actualidad forma parte del Museo, por lo que las regulaciones de protección son muy rigurosas)
Dos: Organizar y estudiar el material no investigado proveniente de las excavaciones realizadas entre 1986 y 1988, y también otras evidencias del sitio existente en diversas instituciones.


A fin de organizar el material no investigado de las excavaciones realizadas entre 1986 y 1988, se revisó el inventario existente en los fondos del Departamento Centro Oriental de Arqueología, con sede en Holguín, Cuba. Además se consultó el inventario del material depositado en los fondos del Museo El Chorro de Maíta, (tanto el encontrado durante las excavaciones como las nuevas piezas halladas por los vecinos).
Asimismo, con el objetivo de localizar material del sitio, principalmente europeo, encontrado antes del descubrimiento del Cementerio y las áreas adyacentes, se revisaron los inventarios de piezas conservadas en el Instituto Cubano de Antropología, en las colecciones del Museo Indocubano Baní, en Banes, Holguín y en el Museo del Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.
Además, gracias a la colaboración de A. Brooke Persons se revisaron imágenes de objetos colectados en el lugar por Irving Rouse en 1941, y depositados en el Museo Peabody, de la Universidad de Yale.
A partir de estos inventarios y revisiones se seleccionó el material a estudiar.
En el caso de evidencias no ubicadas en los fondos del Departamento Centro Oriental de Arqueología, poco abundantes y formadas básicamente por piezas indígenas, sólo se estudiaron las de origen europeo o que pudieran reflejar la interacción de los conquistadores-colonizadores con los pobladores originarios de la zona.
Entre los estudios principales estuvo la gran cantidad de fragmentos de cerámica europea que fue excavada e igualmente se estudiaron los fragmentos de cerámicas indígenas no cubanas y los de cerámicas indígenas o con componente indígena que copian formas europeas encontrados en su inmensa mayoría en los espacios sin entierros.
Los restos humanos fueron investigados nuevamente y además los materiales hallados en las tumbas.
Para los arqueólogos y demás expertos que 2006 comenzaron nuevos trabajos de investigación en El Chorro de Maíta era muy importante comprobar si en otros espacios del sitio que no habían sido excavados en 1986-1987 aparecían otros objetos arqueológicos. (Leer más)


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