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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

6 de marzo de 2017

Calixto García. Biografía. 55







A pesar de la adversa situación de Calixto, el capitán general de la Isla, profundamente perturbado, piensa en correr a perseguir personalmente al caudillo holguinero, pero teme dar demasiada importancia a la presencia del holguinero y por eso queda en La Habana, sin separarse un minuto del telégrafo, ordenando a Polavieja y a Varela que “salgan con todas sus fuerzas, para aislar al audaz mambí y sobre todo impedirle que se plante sobre el palenque de sus antiguas victorias: Jiguaní, Baire, Santa Rita, Holguín”.
Ordena el Capitán General español que las fuerzas bajo su mando salgan a perseguir a Calixto
Valera telegrafía al Capitán General: “tengo noticias de que en Ojo de Agua se halla García, con intensiones de dar un golpe de mano sobre Baire”
En tanto ese mismo día otro jefe español, el coronel Zárate, informa: “Calixto García ha tirado hacia la Sierra, para no separarse de la costa, donde debe esperar algo más”.
Calixto va perdiendo cada uno de sus hombres
La verdad es que García y sus hombres habían tomado la ruta de Bayamo. La incesante persecución va matando, uno a uno, a los héroes que acompañan al general: unos en combate, otros fusilados después de ser apresados.
1880, Junio 1ro
Capitulan los generales José Maceo, Guillermón Moncada y Quintín Banderas.


Acampado en la Sierra Maestra, ve el general como mueren sus compañeros, poco a poco, sin recibir ayuda de nadie. Y, lo que es más doloroso, dos de los suyos, Luís Mejías y Tomás Muro, lo abandonan para servir al enemigo.
Cada vez el desastre es más evidente
Los pocos encuentros con el enemigo terminan en la dispersión y en el fracaso. José Medina y Jonson mueren en la Sierra. Luego un negro esclavo entrega a Pío Rosado al enemigo y casi enseguida también apresan a Natalio Argenta, soldado de Garibaldi, que era la sombra del general, porque no se le separaba un segundo. Ambos son fusilados en Bayamo, el 7 de julio de 1880.
1880, Julio 21

Odisea de Calixto García en los campos de Cuba
En carta al patriota Esteban Estrada, Calixto explicó su odisea en los campos cubanos:
Señor Esteban Estrada.
Campos de Cuba, 21 de Julio [de 1880].
Mi querido amigo: con gran deseo de escribir a usted desde mi llegada, me he privado de hacerlo por falta de un conducto seguro. Hoy que he encontrado uno que tengo por tal, le dirijo esta suplicándole me conteste lo más pronto posible, pues me interesan sobremanera los informes que le pido.
Empezaré por decirle que el 7 de mayo desembarque al pie del Aserradero con 19 hombres. Que desde esa fecha no he parado un momento para reunirme con algún jefe cubano; pero con tan mala fortuna que según he llegado a un lugar, la primera razón que he tenido del jefe solicitado, es que lo habían muerto, o se había presentado.
Así me pasó en (Santiago de) Cuba donde supe la presentación de Cabrera, con Rabí, en Jiguaní; con Víctor Tamos en Guisa; y cuando esperaba reunirme al general Benítez en Bayamo, me aseguran que se había embarcado para el extranjero. Al mismo tiempo se me dice que el general Moncada y toda la gente que había en armas en Guantánamo y Baracoa han capitulado. Mientras tanto el enemigo me persigue sin descanso.
De 19 hombres que desembarcamos, solo quedamos seis desnudos y descalzos. Mi posición se hace, pues, cada día más difícil y para empeorarla estoy padeciendo fiebres y no tengo ni quinina para cortármelas.
Deseo, pues, amigo mío, que usted me diga que hay de verdad en estás noticias, dándome razón del estado del movimiento en Oriente y Las Villas, para saber a que atenerme.
Yo creo que si se confirman las noticias que tengo, no me quedará más remedio que tratar de salir para el extranjero y para ganar tiempo desearía que usted me dijera si se puede conseguir un bote en Manzanillo, y en caso que usted lo crea posible, me ponga en comunicación con alguna persona de confianza que viva allí y que quiera ayudarme en mi empresa.
Como esto traería gastos, y yo no tengo dinero, le agradecería escribiese a mi madre pidiéndole que busque entre los amigos la cantidad necesaria y se la remita a usted, para hacer frente a los gastos que se originen.
Como usted comprenderá, la cuestión para mi es de  vida o muerte, y morir poco me importa, si algún beneficio reportara a mi país pero en las actuales circunstancias sería un beneficio estéril.



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