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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

15 de marzo de 2017

Calixto García. Biografía. 113



Bartolomé Masó reta a duelo a Calixto García
Una vez libre de su investidura como presidente de la República, el general Bartolomé Masó envía sus padrinos a Calixto retándolo a duelo por las que él considera ofensas inferidas por Calixto a su persona en la prensa.
Media Juan Gualberto Gómez y a él se queja Masó recordando que Calixto había dicho "que no soy hombre de pelea; que jamás entre en acción de guerra; en suma, que soy un cobarde".
Calixto le responde a través del mismo Juan Gualberto: “No soy responsable de lo que escriba un periodista; además, yo nunca podía haber dicho que Masó era un cobarde, puesto que, precisamente, sobre el campo de batalla, por su valor, lo ascendí a coronel… Es triste que dos viejos, como Masó y yo, estemos peleados, después de estar juntos tanto tiempo. Y creo que el culpable soy yo; yo soy el que debe ir a darle una satisfacción”.
Relata Juan Gualberto Gómez los hechos: “Fuimos juntos a casa de Masó… con los brazos abiertos vino Masó, con los brazos abiertos lo esperó García”.
1898, Octubre 28
Calixto hace gestiones para completar el quórum de la Asamblea
Carta de Calixto desde Santa Cruz del Sur al comandante Eugenio Aguilera: “Aprovecho la ida de mi hijo Justo para escribirte breves líneas y enterarte de nuestra situación en ésta. Aún no nos hemos podido reunir por falta de quórum; para tenerlo necesitamos ser por lo menos 32, solo necesitamos dos o tres más; te suplico que vengas, para salir de esta situación. Tan pronto quede constituida definitivamente la Asamblea, con la mitad más uno, podrá seguir funcionando, así es que si no quieres seguir podrías marcharte a los pocos días. Te agradecería, como favor particular, que vinieras. Lo mismo te ruego digas a los diputados que están en esa. Somos 28 y esperamos a Sanguily por momentos”.
1898, Noviembre 7
Al fin se alcanza el quórum y se elige la mesa definitiva y comienzan las deliberaciones.
Por votación de los Representantes queda electo como Presidente de la Asamblea Domingo Méndez. Vicepresidente Freyre de Andrade y secretarios: Manuel Coronado y Porfirio Valiente.
Tratando de resolver el problema crucial de la Asamblea, el licenciamiento del ejército mambí, Sanguily propone: “puesto que éste no es un ejército, sino un puñado de patriotas que se lanzó a la  lucha armada, es inútil discutir su licenciamiento, basta que se decrete su disolución y que cada cual tome el camino de su casa”. Estas palabras provocan un mal efecto en la Asamblea, integrada en su mayoría por hombres de armas.
Juan Gualberto Gómez toma la palabra y, según Gerardo Castellanos, en un discurso mesurado y cordial trató de aplacar los ánimos. Luego la oportuna suspensión de la sesión impidió que el salón se convirtiera en un campo de batalla.
Acusan a Calixto de haberse entendido con los norteamericanos
Se convoca a una segunda sesión: El ambiente era tenso. Lacret acusó a Calixto por “haberse entendido directamente con los norteamericanos cuando estos planearon el ataque a Santiago de Cuba”. La Presidencia de la Asamblea le pide que formule su moción por escrito. Hecho lo que le pedían, se repiten las acusaciones. Entonces Hevia, que había venido con el general en el Hawkis, dijo: “La misión de la Asamblea no es constituirse en tribunal y juzgar cuestiones personales”
Algunos asambleístas justificaron la actitud de García: el apoyo a la intervención era un hecho incuestionablemente aprobado por todas las representaciones civiles y militares de la Isla y, dijeron, si se pudiera probar alguna violación de las jerarquías establecidas, estas se justifican con la urgencia de proteger los desembarcos del ejército norteamericano, previo al inicio de la guerra hispano-cubana-norteamericana. (Y con este criterio se justifica el entendimiento de Calixto con el invasor, prescindiendo del Consejo de Gobierno)
Entonces Lacret Morlot intentó hablar nuevamente en momentos en que lo estaba haciendo otro delegado, por lo que el Presidente lo llamó al orden. Lacret, perdiendo la cordura, se retira del salón dejando sobre la mesa la renuncia de su cargo. Y acto seguido, por vía telegráfica, dice al periódico El Cubano Libre: “He presentado la renuncia porque no me han permitido acusar al general García. Lacret ya no es Diputado”.
1898 Noviembre 3
Se discute la desmovilización del Ejército Mambí
Este día se presentaron tres criterios discordantes respecto a la desmovilización del Ejército Libertador:
Primero, defendido por José Antonio González Lanuza, Manuel Sanguily y Juan Gualberto Gómez: que el licenciamiento fuera progresivo, gradual; que la entrega de las armas la hicieran los soldados a sus jefes inmediatos y estos, con posterioridad, a la Asamblea.
Segundo: defendido por Porfirio Valiente, que la desmovilización fuera inmediata y no gradual, pues de no hacerlo el poder interventor terminaría imponiéndolo alevosamente.
Tercero: defendido por Salvador Cisneros Betancourt. Este se oponía al licenciamiento por considerarlo extemporáneo, dadas las realidades del momento y las inciertas perspectiva del futuro[1].
La mayoría aprobó la primera moción y se propuso acordar la constitución de una comisión de la Asamblea que viajase a los Estados Unidos para entrevistarse con el presidente Mac Kinley.









[1] Algunos historiadores consideran que esta fue una postura previsora, pues la desmovilización del cuerpo armado se convertía en una concesión a los estadounidenses cuando no se tenía ninguna garantía sobre la independencia.


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