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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

31 de mayo de 2010

José Martí en tierras de Holguín


Por María Julia Guerra 

Desde nuestras tierras, José Martí le escribe a Carmen Miyares: Altagracia, Holguín, 9 de mayo de 1895.

"A reserva de más larga carta, que pronto podré escribirles desde Manzanillo, ansioso ya, con más premura que las de las leguas continuas y los sucesos, de poder guiarlos conforme a un plan rápido y general, les pongo estas líneas ya en tierras de Holguín, tan nuestras como cuanto he visto, y con 500 hombres armados, oyendo hablar al fervoroso Miró y al abnegado Rafael Manduley, brillante e impetuoso en Holguín.
Y, más adelante:

"100 hombres apiñados respiran en el casuco donde escribo, con la vela en un jarro. He de acabar. Gran cariño he encontrado en Holguín de gente toda blanca, que lee y escribe, marcial".
Martí y Gómez, había llegada hasta aquí guiados por un mayaricero y acompañados por Teodosio Rodríguez y sus hijos Teodosio, José y José Francisco, quienes d’ias antes, junto con Manuel Sartorio, habían ido al encuentro de ellos.

Para alcanzarlos en el camino, Miró Argenter envió a Francisco Díaz (Pancho), quien es práctico de ríos. A poco, en Altagracia, Martí conoce personalmente a José Miró Argenter, Rafael Manduley del Río, Jaime Mu;oz, José González, Bartolomé Rosabal, Pablo García, Rafael Ramírez, Juan Oro, Augusto Feria, Teodorico Torres, Nolasco Peña, Rafael Peña, Luis Jerez, Inocencio Sosa, Rafael Rodríguez y Plutarco Artigas con su hijo Pedro.

Gómez le pide a Miró que le proporcione a un hombre que para que les ayude a copiar circulares, ordenes, cartas y otros documentos. Desde ese mismo instante Augusto de Feria Sívori quedaría al lado de Martí, como un secretario.

La casucha de la que habla Martí en su carta es la vivienda del matrimonio formado por Agustín Cabrera y Paula Pérez, donde duermen, junto a él todos los holguineros, para, al otro día, el 10, cruzar el Cauto y acampar en La Travesía. Ese día, “-En lluvias, jarros de café, y plática de Holguín y Jiguaní llega la noche.”

El propio Martí nos dice que el día 11 Miró regresa a Holguín con su gente; pero allí se quedaría Plutarco Artigas Manduley, a servirle también de amanuense, y su hijo Pedro de escolta.

LOS DOS SECRETARIOS DE MARTÍ

Los holguineros Augusto de Feria Sívori y Plutarco Artigas Manduley les sirvieron de secretarios y ayudantes a Martí hasta el mismo día de la caída de éste en combate en Dos Ríos.

En su Diario, Martí, nos refiere que el día 13, en el campamento de la Jatía hablan de las tres Altagracia; que le buscan “hojas de zarza o de tomate, para untarlas de sebo, sobre los nacidos” y que a la jáquima que le ha traído Bellito, Artigas le saca flecos.

Dos días más tarde, el 15, nos dice: “Artiga, al acostarnos pone grasa de puerco sin sal sobre una hoja de tomate, y me cubre la boca del nacido.”

Eduardo Noa Toranzo, sobrino político de Plutarco, en carta dirigida a Alfredo T. Quilez, director de la revista Carteles y con fecha 3 de febrero de 1941, refiere que Plutarco contó que Martí, al ver las fuerzas de Holguín le preguntó al General Gómez “si no tenían algún pendolista, contestándole el General: ‘De Holguín tengo a Augusto de Feria que es mi ayudante, pero aquí tiene al viejo Artigas que ha sido oficinista y creo que puede servirle’. Y entonces se lo presentó. Igualmente manifiesta que el 19 de mayo, antes de Martí partir al combate fatal había estado dictándole a Plutarco Artigas Manduley unas cuartillas para un proyecto de constitución del Gobierno Revolucionario.

En tanto, Martí, en la última página de su Diario, escrita el 17 de mayo, dice: “Gómez sale, con los 40 caballos, a molestar el convoy de Bayamo. Me quedo, escribiendo con Garriga y Feria, que copian las Instrucciones Generales a los jefes y oficiales.-“

DE PLUTARCO Y AUGUSTO

Plutarco era miembro de una influyente familia holguinera, la Artigas Manduley, y había heredado la finca Santa Cruz, de tierras fértiles al sureste de Holguín. Estaba casado con Soledad Toranzo Pupo con quien tuvo a Pedro, Úrsula, José Antonio, Maximiliano, José, Angelina, José, Conrado, María y Eudaldo. En plena contienda, en 1898, nació Mercedes, la hija menor.

El 2 de mayo de 1895, Rafael Manduley del Río, en compañía de Francisco González Castellanos, llega a Santa Cruz; va a incorporarse a las huestes insurrectas. Contacta con su primo Plutarco y éste decide que irán en busca de Miró Argenter que se encuentra con una fuerza holguinera en Tacámara. También irá su hijo Pedro. El día 3 de mayo se incorporan a las tropas de Miró.

Después de el aciago hecho de Dos Ríos, Plutarco dejó la tropa de Gómez y Pedro se incorporó al Regimiento José Martí, creado por Miró Argente con holguineros, y en el que estaban varios de los que estuvieron en Altagracia.

El 17 de julio de 1895, con el grado de Capitán, se nombra a Plutarco Artigas Manduley Prefecto de Santa Cruz Así se desempeñó hasta diciembre de ese año, cuando se hizo imposible sostener la Prefactura con seguridad, y es pasado a desempeñar igual cargo en San Francisco, a donde lo sigue toda la familia. En julio de 1896 es trasladado a Tacámara, lugar en que estuvo hasta octubre de 1897 cuando, con el grado de Comandante, es nombrado Teniente Gobernador de Las Tunas, Aquí terminó la guerra.

"Alto y bueno, del pueblo, cajista y de letra", así vió y describió Martí a Augusto de Feria Sívori, un joven de sólo 20 años, descendiente de una familia de patriotas, que había aprendido el oficio de tipógrafo en La Doctrina, El Cayajabo, El Holguinero y El Eco de Holguín.

Augusto se encontraba en el campamento el fatídico 19 de mayo. Se disponían a siestar cuando llega el Teniente Álvarez a toda carrera "con la noticia de que se escuchaban disparos en dirección a Dos Ríos. La orden del General en Jefe no se hizo esperar: !A caballo". Las fuerzas cubanas salieron a batirse. En tanto Gómez le ordena que comunique a Masó el mandato de retirada. Serían aproximadamente la 1 y 30 de la tarde, tres disparos, dos de ellos mortales, segaron la vida del alma de la Revolución.

Desde ese momento Augusto pasa a ser también ayudante del General Máximo Gómez. Le sigue a llevar la guerra a Camagüey y Las Villas.

El Plan de Invasión queda dispuesto el 29 de noviembre de 1895, dividiéndose en dos columnas: una por el Sur, por la cordillera de Trinidad, la manda el Brigadier Quintín Bandera; la otra, en la que van Gómez y Maceo, se movería por el Norte, y si fuera necesario por el Centro y Sur.

Ese mismo día, en el camino de Iguará a Sancti Spíritus, es batida una columna enemiga por la columna de Gómez y Maceo, pero los cubanos tienen 33 heridos y 8 muertos. Augusto de Feria en esta ocasión saldría ileso.

La suerte no le es igual en Mal Tiempo, el 15 de diciembre, en la cruenta y victoriosa batalla Augusto sería herido. Luego se destacaría en la batalla de Saratoga, del 9 al 11 de junio de 1896. Seguiría al lado del General en Jefe durante toda la campaña de 1896.

El día 18 de enero de 1897, estando acampados en Manacas de Jobosí, el capitán ayudante Augusto de Feria pide se le pase a Occidente, lo cual se le concede. Terminó la guerra con el grado de Comandante en el Cuartel del Departamento Occidental.


COMO AQUEL 19 DE MAYO

El mismo respeto, cariño y lealtad que le profesaron Augusto de Feria y Plutarco Artigas, sus ayudantes-secretarios, Pedro, el hijo de Plutarco, Teodosio Rodríguez y sus v’astagos: Teodosio, José y José Francisco, holguineros que estaban junto a él cuando partió a pelear por Cuba y a caer de cara al sol, le tributan hoy todas las generaciones de estas tierras holguineras.


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