1897,
Octubre 22
Calixto:
“Nada puedo anticiparle sobre futuras operaciones”
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Desde
las inmediaciones de Baire Calixto escribe a Menocal: “Nada puedo anticiparle sobre futuras operaciones. En Bayamo, además
de la guarnición de quinientos hombres, hay una columna. Si esa columna
continúa allí les cierro el camino de Manzanillo y veremos lo que comen”.
“Si emprendo algo lo llamaré para que
cargue en Bolondrón como lo hizo en Tunas (...) A ver si le emparejan la otra
pata”[1].
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1897,
Octubre, 24
Asamblea
de La Yaya
Bartolomé
Masó
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Se
celebra la Asamblea
de La Yaya. Toma
posesión el Segundo Consejo de Gobierno. La Presidencia la asume
el General Bartolomé Masó, veterano de la Guerra Grande. La Vicepresidencia
pasa a manos de Domingo Méndez Capote, exponente de la generación posterior
al 68 y sin experiencia militar.
A
la misma generación posterior al 68 y sin experiencia militar pertenecían el
Secretario de la Guerra,
José Braulio Alemán y su vicesecretario Rafael de Cárdenas. La Secretaría del
Exterior la obtuvo Andrés Moreno de la Torre y Nicolás Alberdi, y las Secretarías del
Interior y Hacienda, Manuel Silva y Ernesto Fonts Sterling respectivamente.
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1897,
Octubre 28
“La
Asamblea vería con agrado la confirmación en su cargo de Lugarteniente
General
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La Asamblea
de La Yaya emitió un documento en el que expone: “La brillante campaña realizada por el General Calixto García en el
Departamento oriental obligan a consignar el entusiasmo del pueblo cubano por
su caudillo que a tan envidiable altura ha sostenido el prestigio de la Revolución y, sin
prejuzgar los actos del gobierno, se le indica que la Asamblea vería con
agrado la confirmación en su cargo de Lugarteniente General”.
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1897,
Octubre 31
Calixto
García, Lugarteniente General del Ejército.
General
Blanco, nuevo Capitán General en Cuba
Calixto:
nunca habrá incomunicación entre él y su jefe superior Máximo Gómez
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El
Consejo de Gobierno de la
República, a propuesta del Secretario de la Guerra, nombra a Calixto
García, Lugarteniente General del Ejército.
El
mismo día del nombramiento de Calixto, Weyler abandona Cuba. Lo sustituye el
General Blanco[2], viejo conocido de
Calixto.
Poco
después le llega al General la comunicación del Secretario de la Guerra informándole su
designación como Lugarteniente General. Luego el mismo Secretario de la Guerra, que había escrito
aquella carta a Gómez diciéndole que Calixto quería sustituirlo, insta al
holguinero a que haga uso de la prerrogativa a él concedida y que como
Lugarteniente General solicite los ascensos directamente y que justificara
esa actitud alegando incomunicación con el General en Jefe. Calixto fue
tajante: nunca habrá incomunicación entre él y su jefe superior, (principio
este que cumplió hasta el fin de la guerra).
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[1] En Las Tunas a Menocal lo habían
herido en una pierna.
[2] Blanco viene a practicar una política
diametralmente opuesta a la de su antecesor: A la pugnacidad y odio al nativo
de Weyler, sucede la conciliación de los intereses en discordia, la
benevolencia con el cubano irreducible, a quien el Capitán General ofrece la
autonomía. Pero no es solo en el orden político donde va a cambiarse la
estrategia, sino también en el orden militar. Weyler había concentrado sus más
poderosos elementos de guerra en la zona occidental de Cuba, y si bien a
mediados de 1897 preparaba una “campaña de invierno” en Oriente, el hecho es
que fue Blanco quien concentró en Oriente sus elementos con pretensiones de
establecer un centro de operaciones en Bayamo.
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