1897,
Noviembre 3 y 4
Plan
de atacar a Guisa.
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El
general se ha movido a las proximidades de Guisa desde donde vuelve a
escribir a Menocal: “el enemigo nos
ofrece una oportunidad que hay que aprovechar para llenarnos de gloria en la
última campaña de la guerra de treinta años. Rabí cubrirá el camino de
Manzanillo con las divisiones 1ra y 2da y yo voy para allá con ochocientos
hombres del primer cuerpo que, con lo que usted tiene, hay para tomar La Habana”.
Pero
la acción se frustra, por el temor del enemigo a batirse en campo abierto.
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1897,
Noviembre 25
Gobierno
de España otorga a Cuba la Autonomía
Calixto:
“este Cuartel General recuerda a ustedes (Jefes y Oficiales mambises de
Oriente), que el espíritu y letra de nuestra Constitución no admite tratado
con España que no sea basado en la absoluta independencia de Cuba”
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Al
mismo tiempo que el General Blanco, nuevo Capitán General de Cuba, va
concentrando sus hombres en Oriente, por Real Decreto se otorga a Cuba la
autonomía.
Antes
de la promulgación de la autonomía, Calixto redactó la siguiente circular: “Señores jefes y oficiales del 2do y 3er
cuerpo del ejército en Oriente: Enterado por a publicidad que hace la prensa,
de que el gobierno español piensa ofrecer la autonomía, para con este ardid
sofocar la revolución o al menos sembrar entre nosotros discordia y
debilidades, este Cuartel General recuerda a ustedes que el espíritu y letra
de nuestra Constitución no admite tratado con España que no sea basado en la
absoluta independencia de Cuba. Por tanto seré inexorable, sometiendo como
traidor a la Patria
a todo civil o militar, sea de la graduación que fuese, que admita mensajes,
comisiones o cualquier comunicación con el enemigo, pues el gobierno supremo
de la República
es el único que puede oír las proposiciones que se le hagan y aún este
solamente podrá oír aquellas que tengan como base el reconocimiento, por el
gobierno español, de la independencia absoluta de la patria cubana. Todo
aquel que venga comisionado por el enemigo de hacer proposiciones de sumisión
será juzgado y castigado como traidor”.
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1897,
Noviembre 12
Calixto
concentra las fuerzas orientales para darle la bienvenida al General Blanco,
nuevo Gobernador español en Cuba
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Para
la fecha, en el valle de Corralillo y a tres cuartos de legua de Guisa,
quienes venían de Jiguaní veían unos ranchos hacia la izquierda y al frente
muchas tiendas de campaña y rústicos bohíos. Y a la derecha, en medio de
ranchos y de tiendas pequeñas, se veía una mayor, lo que denotaba la
residencia de un alto jefe de la milicia cubana. Era el general García, quien
concentraba sus fuerzas para darle la bienvenida a Blanco al Departamento
oriental y contestación al decreto de autonomía de la reina.
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1897,
Noviembre 20
Calixto:
“Yo me preparo para defender lo que considero la llave de Oriente”.
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Desde
el campamento descrito anteriormente escribe Calixto a Estrada Palma: “Los españoles me están metiendo mucha
tropa en Oriente. En Bayamo tienen cinco mil hombres que dicen que van a
limpiar el Cauto para utilizar la vía. Yo me preparo para defender lo que
considero la llave de Oriente. Le aseguro que si intentan la empresa, la
sangre llenará el río y se desmentirá el refrán. A diario hay combates de
Manzanillo a Bayamo y espero que la conservación de nuestros pueblos le ha de
costar más sangre y más dinero que el resto del Departamento. Dicen que van a
hacer una gran campaña en Oriente, esperamos armas al brazo, con la seguridad
de que si vienen nos darán qué hacer en tres o cuatro meses, pero no les
dejaremos ejército en Cuba”.
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Toda
vez que los españoles no lo atacan, Calixto decidió atacar Guisa
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Casi
un mes estuvo la tropa acampada en las proximidades de Guisa y no se les
acercó ninguna de las gruesas columnas españoles que procedentes de
Manzanillo, aprovisionaron por aquellos días a Jiguaní, Santa Rita y Guisa.
Cuando
decidió atacar Guisa, Calixto ordenó a los generales Periquito Pérez y
Agustín Cebreco que activasen las operaciones en las zonas de Guantánamo y
Santiago, a Ríos que hostilizara al enemigo sin cesar en el camino de Bayamo
a Manzanillo y al general Menocal que cañoneara el fuerte del Guamo[1]. El
plan era distraer la atención del enemigo.
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Guisa
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El
pueblo de Guisa estaba rodeado por diez fuertes, todos en lugares elevados y
constituyendo la primera línea defensiva, o mejor, la línea de defensas
exteriores. En el interior del poblado estaba el Cuartel de la Guardia Civil, la Iglesia y la Factoría, con una casa
aledaña fortificada.
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1897,
Noviembre 26
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Con
dos mil hombres y tres cañones, se reúnen los jefes cubanos en Consejo y
acuerdan el plan de ataque a Guisa.
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1897,
Noviembre 27
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Por
la tarde, dividido el mando en dos columnas, se emprende la marcha sobre
Guisa para tomar posiciones y levantar trincheras y emplazamientos. Una
columna estaba bajo las órdenes del general Rabí y la otra bajo las del
general Capote.
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1897,
Noviembre 28
Ataque
a Guisa
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A
las seis y veinte de la mañana las tres piezas de artillería rompen fuego
contra las posiciones enemigas. Los españoles responden briosamente con fuego
de fusilería. A las dos horas y por lo certera que era la puntería de los
artilleros cubanos que batían a los fuertes Don Panchito y El Pontón,
aciertan a mandar una bomba de
dinamita que cae El Pontón. Se oye un horrísono estruendo y luego se
comprueba que han destruido el fuerte. Se ordena ataque a las dos posiciones
simultáneamente. Pero como el General Rabí no encuentra resistencia en El
Pontón destruido y abandonado por los españoles, este ordena a su corneta que
continúe tocando “al ataque” y carga impetuosamente contra el fuerte Aguacate
y entra al pueblo. Desde la iglesia el enemigo responde con fuego cerrado, lo
que obliga a la columna cubana a replegarse, parapetándose en las casas
cercanas.
A
la vez otros valientes atacan los fuertes restantes.
A
las cuatro de la tarde los mambises habían capturado el cuartel de la Guardia Civil.
A
la caída de la tarde nada más quedaban en poder del enemigo las posiciones de
la iglesia, la factoría y la casa aledaña y en el exterior el cementerio y el
fuerte el Heliógrafo. El general García ordena emplazar dos cañones en una
casa frente a la iglesia y así, amenazado, duerme el enemigo esa noche.
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1897,
Noviembre 29
Segundo
día de ataque a Guisa
Calixto
ordenó que se avisara a Bayamo que la captura de Guisa era la respuesta dada
por los cubanos a la oferta de autonomía del gobierno español.
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Apenas
amanece se reanuda la pelea. Los cubanos necesitan terminar pronto, pues se
encuentran en el centro de operaciones del enemigo, lo que significa que
puede llegar una de las gruesas columnas que transitan por las inmediaciones.
A
los primeros disparos de la artillería cubana, la factoría comienza a arder,
entonces se ordenó a fuerzas combinadas de Salcedo y Galano que carguen.
Poseídas de ardor bélico partieron las tropas cubanas a cumplir la orden,
pero entonces se oyó a las cornetas enemigas que tocaban “alto al fuego”.
Lentamente
salió el jefe español que defendía aquel reducto (La Factoría), con un brazo
herido y en cabestrillo, y otra herida en la cabeza ofreciendo la rendición
si se les respetaba la vida a sus hombres.
Entregada
la Factoría,
no tardaron en rendirse los fuertes del Cementerio y el Heliógrafo. Guisa
pasó a manos cubanas.
Calixto
ordenó que se avisara a Bayamo que la captura de Guisa era la respuesta dada
por los cubanos a la oferta de autonomía del gobierno español.
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[1] Por la irreflexiva impetuosidad del
general Menocal, que quiso capturar el fuerte después de haberle disparado más
de un centenar de cañonazos, pero sin haber quebrado la fortificación, la
acción culminó en una desastrosa derrota para las armas cubanas.
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