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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

4 de marzo de 2017

Estudio del material colectado durante las excavaciones de 2008 y 2009



Aún cuando ya fue valorado, el material de la Unidad 9 se incluye en este análisis en tanto resulta importante para entender los comportamientos en Campo Moisés. Las anteriormente colectadas entre 2006 y 2007 y las colectadas entre 2008 y 2009 suman una colección de 5 771 objetos, entre indígenas y europeos.
En el caso del material europeo se considera sólo aquel con una cronología que remite a los siglos XV, XVI y XVII. Otras piezas, entre ellas clavos, principalmente, pudieran estar relacionado con esta temporalidad pero como también son comunes en siglos posteriores no se incluye en esta cifra. (Esos clavos se valoraran más adelante, independiente, junto a evidencias similares obtenidas en otros momentos, bajo el término “Metal antiguo”).
Se obtuvo también vidrio y distintos materiales actuales. No se han hecho análisis especializado del vidrio citado, y, aunque mayormente parece moderno no se puede descartar la presencia de alguna pieza antigua. Sólo un objeto de este material se incluyó en el material europeo. Los restos considerados modernos sólo fueron cuantificados.
El 91.3 % de los objetos arqueológicos encontrados son restos de vasijas indígenas de cerámica.
Elementos decorativos incisos y modelados en cerámica. Excavaciones 2007- 2009. El Chorro de Maíta.
Elementos decorativos modelados y aplicados en cerámica. Excavaciones 2007 – 2009. El Chorro de Maíta.
Estas vasijas se decoraron con elementos incisos, lineales y punteados. En ellas, más que decoraciones, se aprecian asas, aunque tampoco son frecuentes. Entre ellas predominan las vasijas de perfil angular y planta circular manteniéndose el conjunto dentro de los aspectos estilísticos referidos por Valcárcel Rojas (2002) para el área de Banes, aunque en una expresión moderada en cuanto a complejidad estética.
Esas piezas son similares a otras aparecidas en un grupo de sitios de la zona de Banes (Loma de Baní, Esterito, Loma de la Campana, El Boniato, El Porvenir y Punta de Pulpo) algunos de ellos con indicios de interacción o convivencia de aborígenes e hispanos y otros sin ellos. (Las aparecidas en El Chorro de Maíta reportan un por ciento menor  de decoraciones, incluyéndose en ese punto las asas y decoraciones incisas y aplicadas).
El resto de los materiales, propios de contextos indígenas por su tipología o reporte, son muy poco variados, particularmente los utilitarios. En importancia, aunque su representatividad es bastante baja, a la cerámica le siguen la piedra tallada y la concha. El análisis realizado indica que muy pocas preformas fueron usadas como artefactos tratándose de una colección compuesta mayoritariamente de restos de taller.
Objetos utilitarios. Raspadores en Codakia orbicularis, el mayor con 55 mm de largo.
En concha aparecen principalmente raspadores en Codakia orbicularis, aunque también los hay sobre fragmentos de gasterópodos, y una gubia.
Objetos utilitarios. Lascas en material silíceo, la mayor con 39 mm de largo.
La piedra en volumen incluye un peso de red, un fragmento de hacha petaloide y varios percutores (Ver fotografía siguiente).
Objetos utilitarios de piedra. Izquierda, percutor de 77 mm de largo. Derecha, peso de red de 69 mm de largo. El Chorro de Maíta.
Punta de proyectil en la espina caudal de una raya o manta (Orden Rajiforme), 69 mm de largo. El Chorro de Maíta.
La punta de hueso es el único artefacto utilitario construido en este material, (esa es una pieza muy poco común en Cuba). En hueso también se consiguieron dos cuentas sobre vértebras de pescado.
En coral sólo se halla un fragmento usado como lima o escofina, los restantes son restos con huellas de modificación. Muchos fragmentos de coral no tenían indicios de trabajo.
Comparativamente los elementos ornamentales o de uso ritual son más diversos aunque también escasos (0.42 % del total sumando los de concha, piedra y hueso). En piedra se encontraron cuentas de cuarcita y calcita. Una de ellas proviene de la Unidad 16 donde aparece un conjunto excepcional; incluye un pequeño ídolo en proceso de elaboración y un objeto de forma rectangular con incisiones, aparentemente inconcluso. (Ver fotografías siguientes)
Objetos rituales u ornamentales de piedra. Ídolo en proceso de elaboración, 46 mm de largo. El Chorro de Maíta.
Objetos rituales u ornamentales de piedra. Objeto con incisiones, 22 mm de largo. El Chorro de Maíta.
En concha se colectaron discos, en un caso, quizás, para incrustar, pendientes tabulares, un pendiente en fragmento de bivalvo, y cuentas y pendientes de Oliva reticularis (Ver fotografía siguiente).
Ornamentos de concha. Izquierda: Ídolo tabular de 34 mm de largo; Centro: colgante en Oliva sp., 34 mm de largo; Derecha: fragmento de disco, 32 mm de largo. El Chorro de Maíta.
Cerámica europea
Se recuperaron 107 piezas de cerámica europea, incluyendo 4 fragmentos hallados en superficie (3 en Campo Moisés y uno en Campo Torres), no incluidos en el conteo general de materiales de excavación. Menos en la Cala 19, donde esta cerámica se obtiene en capa 1 y 2, en las restantes áreas casi siempre se restringe a capa 1. De modo excepcional en la Unidad 14 se localiza un fragmento en capa 2 pero parece tratarse de una intrusión.
Se repiten muchos de los tipos hallados en superficie y en las calas exploratorias, excepto la Mayólica Santo Domingo Azul sobre Blanco y el Lebrillo Verde. Aparece además un fragmento de Mayólica Columbia Simple Verde y otro de un tipo de cerámica que pudiera ser Stone Ware, éste último se registra en el grupo de Cerámica Ordinaria con vidriado plúmbeo, pues la clasificación es insegura dado el tamaño de la pieza y su conservación.
Como mismo en la exploración de superficie y en las calas exploratorias, es dominante la presencia de los fragmentos de Jarra de Aceite vidriados, seguidos por los no vidriados y por la Mayólica Columbia Simple. Este material se halla muy fragmentado, siempre en piezas de pequeño tamaño. Sólo se pudo identificar parte del cuello de un albarelo en Mayólica Caparra Azul (contenedor para medicina), parte de una jarra en Bizcocho y de dos platos de Mayólica Isabela Policromo, uno encontrado durante la excavación y otro en superficie.
Fragmentos de cerámica Mayólica Columbia Simple. El Chorro de Maíta.
Fragmentos de cerámica Mayólica Isabela Polícromo. El Chorro de Maíta.
En todas las excavaciones apareció cerámica europea excepto en la Unidad 18. Campo Moisés muestra la mayor cantidad, particularmente la Cala 19 con 33 fragmentos; dado su pequeño espacio se trata de una concentración significativa.
Cascabel europeo
En la capa 1 de Unidad 16 se encontró la mitad inferior de un cascabel tipo Clarksdale que debió ser de forma esférica. Mide 24 mm de diámetro y 9 mm de alto, y conserva la típica pestaña de unión de sus dos partes. Muestra dos perforaciones conectadas por un corte.
Cascabel de metal de 24 mm de diámetro. Excavaciones 2007 – 2009. El Chorro de Maíta.
Por su coloración probablemente fue elaborado en una lámina de latón. Según Deagan (2002) la cronología de estos cascabeles se extiende de 1492 a 1575.
Vidrio europeo
Se encontró un objeto curvo, similar a una cuenta de forma aperada, en vidrio de color azul oscuro.
Objeto de vidrio de 12 mm de largo. Excavaciones 2007 – 2009. El Chorro de Maíta.
La perforación debió ser de al menos 7 mm de diámetro, lo que es demasiado amplia para las cuentas europeas en este material. El objeto tuvo aproximadamente unos 12 mm de diámetro. Su forma redondeada y una fractura en todo el borde inferior sugiere que pudo ser la boca de un frasco muy pequeño o, quizás, de un lagrimario, recipiente para recoger las lagrimas propio de la primera mitad del siglo XVI (Deagan 2002).
Restos de fauna
Solo se estudió un escaque de algunas de las unidades principales: 10, 12, 14 y 16 (Pérez Iglesias. 2008). Se identificaron más de 30 especies, en su mayoría de moluscos, aunque también reptiles, crustáceos, peces y mamíferos terrestres. En cuanto al número de fragmentos, el conjunto de restos de moluscos terrestres son los más abundantes, en especial la Zachrysia sp. Por otra parte los moluscos del mediolitoral mostraron cifras superiores a los del infralitoral.
Los principales aportes de restos de alimentación provienen de la pesca, seguida de la caza de jutias (Boromys offella, Capromys pilorides y Mysateles melanurus) y la recolección.
La Unidad 12 reportó una cantidad de individuos y especies muy superior a las restantes; en ella, aún cuando el mayor número de fragmentos proviene de los moluscos, también es alta la cantidad de restos de peces, particularmente encontrados en la capa 1 (Sphyraena barracuda, Calamus bajonado, Lachnolaimus cuvier, Sparisoma sp y un pez Orden Rajiforme). En la cantidad de fragmentos le sigue a la Unidad 12, las unidades 10, 14 y 16. En el caso específico de la Unidad 16, aunque reitera las especies comunes en las otras áreas; se distingue por la presencia de restos de perro (Canis lupus familiaris) y de algunos fragmentos de huesos de cerdo (Sus Scrofa) pertenecientes al menos a un individuo. En la actualidad es es difícil asegurar el origen temporal del resto de perro, situado en capa 1, pero el cerdo no es moderno en tanto se halla un fragmento de hueso en capa 2. Si es justo consignar que los restos de estas dos especies son muy pocos.
La Unidad 10 es la única con una cantidad importante de fragmentos en la capa 4. esa Unidad se destaca por la diversidad de especies, incluyendo la presencia significativa del crustáceo Gecarcinus ruricola.
De modo independiente se analizó el material de la Cala 19. Se identificaron 14 taxones, similares a los de las unidades excavatorias aunque no se hallan mamíferos terrestres locales ni reptiles. La especie más importante en ella es el cerdo, con 107 elementos entre fragmentos de huesos y piezas dentales. Estos restos de cerdo están presentes en todas las capas, de modo principal en la capa 2. Son mayormente restos pequeños pertenecientes a dos individuos subadultos.
Análisis de residuos absorbidos y visibles
A partir de coordinaciones realizadas por Vernon James Knigth, Eleanora A. Reber, de University of North Carolina at Wilmington, se realizó un análisis de residuos en cerámica indígena (Reber 2010).
Se valoraron tanto residuos absorbidos como incrustaciones visibles en 6 fragmentos de vasijas, (de distinta forma y tamaño), y en un fragmento de burén.
En la investigación se usó cromatografía de gases y espectrometría de masa, determinándose la presencia de residuos de lípidos interpretables. Se pudieron reconocer en todas las muestras, incluso en el fragmento de burén, residuos de plantas y de carne aún cuando no se logró una identificación más precisa de la naturaleza de estos debido a la pobre conservación de las muestras. También se hallaron restos de resina de conífera, preliminarmente identificados como pertenecientes al género Pinus.
Pese al alcance limitado de la identificación resulta muy interesante la similitud general de origen de los residuos y su presencia en vasijas de formas y dimensiones diferentes. Este aspecto y la presencia de restos de conífera en cerámica de las tres unidades, se llegó a la conclusión que esas resinas eran frecuentemente usadas en el sitio. (Cerca de El Chorro de Maíta crecen bosques de esa especie).

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