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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

19 de enero de 2017

Calixto García. Biografía. 22



1872, Junio 8



Nuevas contradicciones entre Céspedes y Máximo Gómez



El Gobierno de Cuba en Armas, buscando protección, se aproxima a las montañas orientales. Alguien del gobierno pensó en la conveniencia de que la dirección civil del país se trasladara al extranjero para que desde allí dirigiera la revolución. El general Máximo Gómez, que tuvo conocimiento de esa aspiración, dijo con brusquedad al secretario de la Guerra, oponiéndose al proyecto, “aquí muere Sansón con todos los filisteos”.
Entonces el Presidente Céspedes le pide a Gómez que le provea de asistentes para sus ayudantes y secretarios. Gómez le responde que “también él carecía de asistentes y que el ejecutivo los buscara si tanto los necesitaba”.
Céspedes depone a Máximo Gómez. En su lugar nombran a Antonio Maceo
Inmediatamente Céspedes dicta una orden general y mandó que se la leyeran a la fuerza[1]. En ella deponía a Máximo Gómez y nombraba jefe interino a Antonio Maceo.
Oído lo que oyó, Maceo titubeó, entonces, airado Céspedes le dijo: “vaya usted a cumplir la orden o yo sabré hacerla cumplimentar”.
El General Gómez se retira nada más acompañado por una pequeña escolta
El general Gómez, tan pronto entregó el mando, se presentó al Presidente con el sombrero en la mano, lo saludó militarmente, le dijo que su orden estaba cumplida, y se retiró nada más acompañado por una pequeña escolta.
1872, Junio 11
Carta de Céspedes: “El Gobierno se ha visto en la triste necesidad de separar de su mando al general Máximo Gómez. El Gobierno espera que este ligero castigo obrará sanamente en el ánimo del General, permitiendo al Gobierno volver a utilizar sus servicios”.
Finalmente Maceo se niega a sustituir a Gómez. Nombran a Calixto García.
En sustitución de Máximo Gómez y toda vez que Maceo se negó a ocupar el puesto de aquel al frente del Departamento Oriental, el Gobierno nombra a Calixto García. Calixto se niega, pero Céspedes lo convence[2]. Calixto toma el mando pero antes publica un suelto en el que dice que “es imposible que otros generales pudiesen llevar a feliz término un plan de campaña concebido y estudiado en sus más mínimos detalles por Gómez[3].
Isabel Vélez, esposa de Calixto, en La Habana
Del libro de notas de Carlos García Vélez: Isabel acostumbraba a rezar en una iglesia de la Habana pero dejó de ir el día que “en el confesionario el cura insistió en persuadirla de que escribiera a mi padre para que se rindiera a los españoles porque estaba pecando al combatir al gobierno español. Mi madre se puso de pie y apostrofó al confesor diciéndole que ella había venido a confesarse y no a recibir amenazas y consejos políticos”.
1872, Junio 29
Combate en Rejondones de Báguano.

Combate en Rejondones de Báguano.
Céspedes describe la acción en carta a su esposa: “El viernes 28 de junio acampamos al pie de un arroyuelo, en el camino entre dos lomas. Le hice observar al Brigadier Calvar que en aquella posición era inminente un encuentro, pero me contestó que había acampado allí con arreglo a instrucciones del General García… al día siguiente se mandó a la tropa a forrajear, quedando en los cuarteles apenas 200 hombres. No hacía más de dos horas que se habían ausentado cuando se oyó el fuego en nuestra avanzada… el Brigadier me suplicó que me retirara al campamento del Coronel Maceo. Cuando encontré a éste, que con los suyos acudía al fuego, estuve tentado a volver para atrás…
“Los españoles acometieron con ímpetu y arrollaron a los cubanos que todavía no habían acabado de formar… pero los cubanos se rehicieron a la subida de una cuesta. Cuando los españoles subieron encontraron a nuestra fuerza escalonada, que los recibió con descargas a boca de jarro. Entonces los españoles perdieron el ánimo y solo trataron de salir lo más pronto posible de aquel aprieto. Bajaron como pudieron, con los nuestros que le salían al paso en cada vuelta. Por último, los españoles se dispersaron y emprendieron la fuga a Camazán, seguidos de los nuestros”.
Esta acción, dice Céspedes finalmente, la mandó directamente el General Calvar, teniendo como segundo jefe a Maceo, pero ambos a las órdenes del General García, cuyas disposiciones para el combate a él se debían, y fundamentalmente, como dijera el propio Calvar, que había acampado allí con instrucciones del General García, que era quien había escogido el campamento y dispuestos los escalones admirables para la formidable resistencia que los cubanos ofrecieron.
1872, Julio 6
Ataque a Samá
Siete días después de Rejondones, y con el propósito de desorientar al enemigo, causarle daño y tomar provisiones, Calixto ataca al pueblo de Samá, fortificado y defendido por tropas de línea y voluntarios.
El periódico “El Periquero” de Holguín, a quien reprodujo “El Diario de la Marina”, describió el ataque así: “A las seis de la mañana del día seis el enemigo atacó el destacamento de Samá, durando el fuego hasta las cinco de la tarde, en que se retiró, dejando seis muertos y llevando más de cien heridos. Los voluntarios [al servicio del Ejército español] han tenido un oficial y once de tropa muertos, perdiéndose, además, ocho hombres del Ejército, entre ellos un Capitán”
El Coronel Huerta y Sostre sale a perseguir a Calixto
Sabido lo del ataque de Samá, el aguerrido, cruel e intrépido gobernador de Holguín, Coronel Juan Huerta y Sostre, decidido a acabar con el audaz guerrillero Calixto García, sale de Holguín con una fuerte columna provista de artillería.



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[1] Diario de Gómez: “Acampaba muy tranquilo en Peladeros y al día siguiente noté, con inexplicable sorpresa, que por orden de la Secretaría de la Guerra la tropa debe formar y se le lee la orden de mi deposición. Fundábase aquella en un acto de desobediencia de mi parte, por el hecho de no haber proveído un número de asistentes que se me había pedido para la comitiva del Gobierno, pero a mi no me era posible conseguirlos sino aprovechando una concentración para poderlos sacar de modo conveniente, pues en el estado de entusiasmo a que habían llegado nuestros hombres no era muy fácil encontrar ya, en las filas del ejército, soldados que quisieran prestar esta clase de servicios voluntariamente, y la gente de color, que habíamos arrancado a sangre y fuego de las garras de la esclavitud, era necesario que fueran libertos muy inútiles para que prefiriesen la servidumbre por encima del rifle. Yo quedé aturdido con aquel inesperado procedimiento y se me hacía difícil creer en la causa que se invocó para ejecutarla. El ayudante que leyó la orden la terminó con un ¡Viva cuba Libre! Y otro al gobierno, que las tropas inconscientes respondieron. Esto último, aunque por instantes, me impresionó tristemente”.

[2] Antonio Maceo pasa a dirigir la División de Santiago de Cuba.

[3] El plan de Gómez consistía en realizar una gran concentración de tropas holguineras, bayamesas y tuneras para atacar Holguín y luego continuar operando por el norte de la provincia, hasta trabar contacto con Agramonte en Camaguey, el cual debía concentrar la mayor parte de sus fuerzas, para unidos, presentar batalla a los españoles, unidos, orientales y camagüeyanos.

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