Por: María Julia Guerra
Todavía
en Holguín quedan descendiente de la familia Ezpeleta Domitro, aunque el
segundo apellido, de claras resonancias ucranianas, ya se extinguió.
Domitro
fue el apellido de dos célebres luchadores de la clandestinidad cubana durante
los años finales de la década de 1950 que estuvieron muy cerca de Frank País, Jefe
de Acción del Movimiento 26 de Julio en Santiago de Cuba, Tara y América
Domitro; América fue la novia del mítico combatiente.
América Domitro y Frank País |
El
abuelo de América se llamó Vasiliev Domitro. Por sus ideas antifeudales este
ucraniano sufrió persecución y finalmente cárcel, luego fue de los primeros en
acudir al llamado de Lenin, después del triunfo de la Revolución de Octubre.
En 1894 a Vasiliev le nació su
primer hijo, Iván. Dicen que fue él quien mejor comprendió a su padre y por eso
puso todo su empeño en ayudarle.
Cuando
Iván solamente había cumplido 20 años de su edad, Europa se vio convulsionada
con el estallido de la
Primera Guerra Mundial. Para entonces
el joven había concluido estudios como técnico en conservación de alimentos y
era entonces un experto en embutidos. Pero de todas formas Iván Domitro se
alista para combatir. Va a Italia donde lo hacen prisionero.
En 1919
concluye la Guerra
y el prisionero que ya ha cumplido 25 años decide quedarse en Italia donde
comienza a trabajar como técnico en conservación de alimentos, que era lo que
había estudiado. Más a poco en Ucrania fallece el padre y su familia lo llama
para que se ponga al frente de la granja familiar.
1919 fue un
año muy convulso para Iván Domitro: Tan pronto llega a su país natal se dedica
con pasión a organizar una cooperativa. Finalmente lo consigue y lo eligen
presidente del grupo de campesinos.
En esas
labores está cuando conoce a una muchacha ucraniana que era alta, rubia y con
los ojos de un azul profundo que se llamaba Eufrosina Terlebauca. Se casan y
deciden que en Ucrania es donde quieren vivir para siempre y allí tener sus
hijos, verlos crecer, esperar los nietos, ser felices hasta que la muerte los
separe. Pero no lo pueden conseguir.
Los
terratenientes ucranianos que no abrazaron la revolución bolchevique, no les
hacía ninguna gracia la unión de los agricultores pequeños en cooperativas y
por eso, ayudados por grupos de bandidos, se dedicaban a aterrorizar a los
campesinos arrasando las propiedades y asesinándolos a ellos y a sus
familiares. Los Domitro fueron amenazados constantemente. Tan grande era el
peligro que uno de los hermanos emigró a Cuba, pero Iván decidió permanecer y
enfrentar a sus enemigos, sobre todo porque comenzaron a nacer sus hijos:
María, Atanasio…
Amenazado de
muerte, a Iván le nace el tercero de sus hijos el 30 de diciembre de 1930. Lo
nombraron Taras porque ese era el nombre
de un patriota ucraniano: Taras Sevshenko.
Como el niño
era sietemesino necesitaba cuidados especiales. Los amigos de Iván le aconsejan
que se marche. Él decide venir a Cuba, a unirse a su hermano que unos años
antes había emigrado.
A mediados de
1931 la familia Domitro Terlebauca sale rumbo a Alemania. En el puerto de Hamburgo
toman el barco que los trae a Cuba. En la rada del puerto de La Habana los espera el
hermano de Iván que entonces vivía en la Isla de Pinos. La familia va a la Isla pero Iván prefiere La Habana y regresan. Se
radican en Guanabacoa donde Iván Trabaja en su oficio: fabricar y vender
jamones, salchichón y butifarra.
Al principio
el negocio marcha bien… pero luego todo adquiere un color grisáceo: es esa la
época que en Cuba gobernaba el dictador Gerardo Machado, la situación es
difícil en extremo, imposible, y no solo desde el punto de vista político, sino
también en lo económico. Machado era un anticomunista irreconciliable. Iván
Domitro no es comunista, pero es ruso y eso lo marca ante las autoridades de La Habana. La policía
cierra el negocio del ruso (ucraniano) al que casi nadie llama Iván, sino Juan.
Sin trabajo y
sin un negocio de donde sacar la manutención de sus hijos, Juan (Iván) va y
viene a todas partes, en todas se propone como obrero. Él, les dice a todos, es
técnico en conservación de alimentos. Pero todos los puestos están ocupados.
En esa
situación el día 25 de noviembre de 1935, al matrimonio le nace una hija, la
primera que viene a la vida en esta parte del mundo: nace en esta parte del
mundo: exactamente en Guanabacoa, La
Habana; los padres deciden ponerle América en homenaje al
continente donde ahora viven: América
Domitro Tarlebauca.
América Domitro |
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En vísperas de
la Segunda Guerra
Mundial, sin trabajo, con una niña recién nacida y con tres hijos más, Iván
Domitro decide volver a la Isla
de Pinos donde vivía su hermano. Allí se dedica a la recogida y venta de la tan
demandada chatarra que necesitaba la industria bélica.
Transcurren
unos meses, quizás un año o más. Al principio vender chatarra da resultados,
pero luego no les deja ninguna utilidad. Los Domitro deciden regresar a La Habana y probar por segunda
vez. Se asientan en el reparto Santos Suárez. El mayor de los hijos varones ya
está en edad de ayudar a sus padres. Fabrican embutidos y salen a las calles de
La Habana a
venderlos. Luego consiguen un socio: el negocio prospera, pero todavía no es
suficiente para mantener a la familia. Taras pide permiso a su padre para dejar
sus estudios y ayudar. El padre vacila: él no quiere que su hijo deje de
estudiar, pero entonces les nace una nueva hija a la que nombran Mirta.
Necesitan que Tara trabaje. El mismísimo Taras insiste. Iván solamente acepta
el ofrecimiento si el hijo hace un esfuerzo mayor y estudia por las noches. Y
parece que la vida les va a sonreír definitivamente.
En eso aparece
un hombre que es comerciante y que tiene su negocio en Camaguey que le propone
al padre de los Domitro que se fueran a trabajar en una fábrica de embutidos
que tiene en las afueras de aquella ciudad, incluso, el comerciante le dice a
los Domitro que él pondrá el dinero, ellos solamente tienen que aportar
conocimientos que tienen en la conservación de las carnes y que serán socios
del negocio. Feliz porque ya consiguió lo que él aspiraba, Iván recoge a la
familia, los monta en el tren y se bajan en la estación de Camaguey…
Los Domitro
trabajan sin descanso. La vida ahora es más fácil y lo sigue siendo por dos
años. Al cabo de ellos Iván se percata que había sido engañado: Él no aparece
como socio del negocio, tal como era el trato sino que son considerados simples
empleados a pesar de que son los que más trabajan. La propiedad de la fábrica
la tiene el comerciante.
El padre de
familia manda que los suyos recojan sus pertenecías otra vez. Se montan en el
tren y no se bajan hasta un lugar del que han oído hablar: Holguín, que es rica
en ganadería y por ese año, 1944, despuntaba en su desarrollo industrial.
Deciden probar
fortuna una vez más. Poco después de llegar a Holguín consiguen un socio y con
él ponen una pequeña fábrica de embutidos en el reparto Vista Alegre. Para
vivir alquilan una bonita quinta a la salida de Pueblo Nuevo.
El negocio
marcha bien. El ambiente en Holguín es agradable. Iván traba relaciones con
personas pudientes del pueblo. Parece que vivirán en el pueblo por siempre…
América cumple
sus primeros nueve años. Hasta ese momento su única maestra había sido su
madre. La familia decide que la niña comience a asistir a una escuela.
Es tan
inteligente la niña que a los pocos años vence los estudios reglamentarios que
correspondían a la primaria y la secundaria. Entonces matricula en el colegio
Lavernia para hacer la preparatoria e ingresar en la Escuela del Hogar, es
1948. Entonces es cuando sus padres se percatan de una impedimenta para que la
hija pueda matricular en la
Escuela del Hogar, allí exigían a los nuevos alumnos que
presentaran su certificación de nacimiento, sin embargo a la niña no la habían
inscripto cuando nació. Y lo peor, que en la fecha era obligatorio inscribir al
niño recién acabado de nacer; después no era posible hasta que el Gobierno no
autorizara prorrogas para inscripciones. Por tanto si querían inscribir a la
muchacha, (y sus padres querían, como es obvio), tenían que buscar relaciones
de amistad con algún político.
La Aldea no tiene el dato exacto, pero sí sabemos que América Domitro Tarlebauca
fue inscripta en la Alcaldía
de Barrio de Sao Arriba y que matriculó en la Escuela del Hogar de
Holguín en el curso 1948-49.
Llegó 1950. El
negocio de los Domitro en Vista Alegre, Holguín, prosperaba, la familia vivía
años de tranquilidad: eran felices y respetados, pero de pronto Iván Domitro
fue víctima de una estafa y por eso no quiso seguir más en la ciudad.
Decidieron marcharse cuanto antes. La demora solo fue para que la mayor de los
Domitro, María, se casara con un holguinero: Carlos Ezpeleta Heredia. La hija y
su esposo quedaron en Holguín y el resto de la familia se fue a Florida, en
Camaguey donde no estuvieron por mucho tiempo. Para entonces América posee una
belleza singular que la hace diferente a las demás muchachas del pueblo, es
alta, esbelta, el pelo rojo y los ojos los tiene de un azul como nunca antes se
había visto por la zona. Casi recién llegada la eligen reina del pueblo durante
el carnaval de 1951.
Casualmente
estaba de visita en el pueblo, participando en el carnaval, el entonces senador
Fulgencio Batista, quien al ver a la “reina” manda a dos secuaces a su casa,
pidiéndole a América que se deje conocer. La respuesta de la hermosa niña fue:
“Si fuera Eduardo Chibás quien requiriera mi presencia, sí acudiría a saludarlo”.
Tal desaire a
Batista le costó a los Domitro otra mudanza. Se fueron a San Luís, en las
inmediaciones de Santiago de Cuba donde Iván, el padre, montó su perenne
fábrica de embutidos.
En este nuevo
lugar América no fue reina, sino prisionera: el entonces teniente Jesús Sosa
Blanco, futuro asesino cruel en Holguín, descubrió que ella no solo era amiga
de un joven de apellido Canetti, militante del Partido Socialista Popular, sino
que además le ayudaba en la distribución de propaganda. De modo que nuevamente
la familia tuvo que buscar otro lugar
adonde vivir, El Caney, donde Iván puso otra fábrica de embutidos que nombró “Empacadora
Siboney”.
América y Taras Domitro |
A Taras y
América Domitro siempre se les veía juntos, dicen los testimonios que aquellos
dos eran, además de hermanos, amigos y confidentes. Sin embargo aunque en ideas
eran tan semejantes, físicamente eran diferentes. Taras era de una extrema
delgadez, con los ojos pequeños y chispeantes y las manos muy grandes. Sus
amigos le llamaban El Flaco.
Un día que
América no fue a la
Iglesia Bautista de El Caney, su hermano Taras conoce a un
nuevo predicador que llegó desde Santiago de Cuba y que se encargó de organizar
el coro, se llamaba Frank País García…
Dos o tres
días después América también lo conoce: los dos jóvenes se atrajeron sin que
pudieran impedirlo. Pero no se hicieron novios, Frank ya tenía a otra una
muchacha y América a otro muchacho que había conocido en San Luís; por lo que
nada más se hicieron amigos y después confidentes. América pidió permiso a sus
padres para que Frank la visitara en la casa.
El novio de
América no vivía en el mismo pueblo que ella por lo que no la podía visitar con
frecuencia. El noviazgo comenzó a enfriarse. Mientras Frank continuó su
distante relación con la novia de Guantánamo. En tanto Frank y América cada día
estaban juntos.
América y
Frank se enamoraron. Ella rompió con su novio de San Luís y él con la muchacha
guantanamera. Y todos los días se reunían en el culto religioso o en las
excursiones y paseos que el maestro bautista organizaba con los jóvenes de El
Caney. Pero la familia de ella no cree decente que ande con quien no es su
novio. La mandan a visitar a su hermana que vivía en La Aduana, uno de los repartos
de Holguín.
La vuelta de
América a Holguín quizás ocurrió a fines de febrero o principios de marzo de
1956. Algunas amigas que habían estudiado con ella en el colegio Lavernia la
invitan a una excursión a Varadero y a Las Cuevas de Bellamar, América Domitro
las acompaña y luego retorna al Caney.
Desde que
llega a su casa, cada día Frank le envía un ramo de flores a los que siempre
acompaña con tarjetas donde escribe versos. América se siente feliz con lo que
él le dice, pero duda… hasta que decide premiarlo con su amor y lo prueba
besándole en los labios. Frank la lleva a su casa para que conozca a su madre,
Doña Rosario.
A doña Rosario
no le agradó la muchacha porque, dijo, era demasiado bonita, porque por su
figura parecía una muñeca de salón y porque doña Rosario creía que América era
rica. A quien sí conocía muy bien doña Rosario era a Tara Domitro. “Ella es
hermana de Taras”, le aclaró Frank. A partir de entonces entre América y la
madre de Frank se estableció una relación muy estrecha y afectuosa.
Pero para
entonces ya Frank estaba totalmente involucrado en la revolución y a la
revolución dedicaba todo su tiempo: las visitas a América eran cada vez más
esporádicas… por demás, ir hasta la casa de su novia en El Caney era muy
peligroso para él, la policía de Batista andaba tras sus pasos. Menos mal que
los Domitro se mudaron para Santiago de Cuba. Ahora Frank y América estaban más
cerca.
Taras Domitro llegó
a ser chofer de Frank y también su guardaespaldas y lugarteniente cuando el
mítico héroe se desempeñó como Jefe de Acción del Movimiento Revolucionario 26
de Julio.
A finales de
1955, América y Frank formalizaron su noviazgo y el 24 de febrero de 1956, él
le regaló un anillo de compromiso. Ella lo amó y además fue su cómplice en las
ideas y tareas revolucionarias. América tuvo a su cargo el traslado de las
armas y uniformes que se necesitaban para el levantamiento del 30 de noviembre de
1956, en apoyo al desembarco del yate Granma que desde México trajo a Fidel
Castro. Igual la novia de Frank fue una de las muchachas santiagueras que
transportaron para la casa manzanillera de los esposos Hortensia Torres, «Tata»
y Felipe Guerra Matos, «Guerrita», a los jóvenes que integraron el primer
refuerzo que llegó a la
Sierra Maestra en marzo de 1957.
América, Frank País y la valerosa y sufrida madre de él, doña Rosario García durante el juicio que le siguieron al combatiente en 1957 |
Cuando el 9 de
marzo de 1957 apresan a Frank País en la avenida Yarayó, en Santiago de Cuba, la Dirección del 26 de
Julio y la resistencia cívica se movilizaron inmediatamente para evitar que lo
asesinaran. América, en compañía de Doña Rosario, la madre de su prometido, y
su amiga Graciela Aguiar, se entrevistaron con el jefe del Regimiento No. 1 de la Guardia Rural. Dos
días después consiguieron ver al prisionero que tenían confinado en los
calabozos del cuartel Moncada. A América fue a quien Frank le transmitió las
órdenes para su segundo al mando, Carlos Iglesias Fonseca, conocido como “Nicaragua”.
Al salir de la
prisión Frank País pasó a la clandestinidad absoluta. La policía lo busca para
matarlo. Frank tiene que vivir en casas de seguridad.
Desde las dos
últimas casas donde estuvo oculto Frank hablaba por teléfono con América por lo
menos dos veces al día. El tema principal era el matrimonio. América lo está
preparando todo: se casaran y vendrían a Holguín, a la casa de la hermana de
ella a pasar la luna de miel.
El 30 de julio
de 1957, desde la casa de Raúl Pujol, Frank llama a su novia, le dice que desea
verla, pero que es peligroso. Igual le dice que no puede esperar más, se quiere
casar con ella. Ella le acuerda que en la tarde irá a comprar la ropa
imprescindible: el viaje a Holguín debía ser mañana o pasado mañana quizás. Acompañada de su fiel
amiga Graciela, novia de su hermano Tara, va a las tiendas.
Hasta la
tienda llegó el ruido de los disparos. América cerró los ojos. Cuando los abrió
le dijo a Graciela: “Han matado a Frank”, y lo peor es que era verdad.
Las dos
muchachas salieron hacia el lugar donde oyeron los disparos. En las calles
santiagueras de San Germán y Corona se reunieron con Doña Rosario, que ya había
oído por la radio sobre la muerte de su hijo mayor, Frank País; ese día se
cumplía el primer mes de la caída del menor de los País, Josué.
El teniente
coronel Salas Cañizares y su pandilla de asesinos se ensañaron con Frank y su fiel
compañero Raúl Pujol Arencibia. En el necrocomio doña Rosario, América,
Graciela, Marinita Malleuve y el amigo de ellas, Carmona, contaron veintidós
impactos de bala en el cuerpo de Frank que le provocaron un total 36
perforaciones. América y doña Rosario taponaron los huecos con algodón.
Velorio de Fran País |
El velorio de
Frank se hizo en la casa de América. Desde allí partió el cortejo al que se
unió casi todo el pueblo de Santiago de Cuba en una manifestación que hizo
temblar a la dictadura.
Después de la
muerte de Frank, para América era imposible la vida en Santiago, vigilada,
perseguida, constantemente amenazada de muerte. Taras Domitro, hermano de
América, amigo de Frank y combatiente clandestino en Santiago, había ido a La Habana a recuperar su salud
quebrantada. El Movimiento decide que América vaya con el hermano. Ella
continuó la lucha ahora bajo las órdenes de los igualmente míticos combatientes
de la clandestinidad Faustino Pérez, Marcelo Salado, Oscar Lucero, Arnold
Rodríguez, Manolito Suzarte, Agustín Navarrete, Virginia Amador, Emiliano
Corrales, Ramonín García… América participó en la huelga del 9 de abril en La Habana y luego, al lado de Telma
Bornot, chequeó al asesino coronel Esteban Ventura, con el objetivo de realizarle
un atentado durante los viajes que aquel hacía a su finca de recreo El Rosario.
América disfrazada para ir a Santiago de Cuba al velorio de su hermana Mirta |
Un día a la
muchacha le llega un telegrama de sus padres avisándole que su hermana Mirta
había fallecido. Por avión América regresa a Santiago. Ya estaba en el
cementerio donde iban a enterrar a su
hermana muerta cuando le avisan que la policía está allí con órdenes de
detenerla. Entre las gentes la combatiente se escabulle y regresa a La Habana.
El 18 de julio
de 1958 junto a Pedro Moreno, Ramonín García y al matrimonio que conformaban
Angélica Vallejo y José Balado, América fue hecha prisionera. El suceso ocurrió
cuando las fuerzas represivas bajo el mando del teniente coronel Orlando
Carratalá asaltaron la casa clandestina sito en la calle Ayestarán No. 569, apartamento
11. a
los revolucionarios les ocuparon granadas, municiones y dinamita que iban a
usarse en el alzamiento de un grupo de revolucionarios mandados por Agustín
Navarrete, alias Alberto, en Pinar del Río.
“Ahora llama a
Frank País para que te defienda”, le dijo el jefe de la policía batistiana Esteban
Ventura. Ella le respondió: “A Frank lo mataron ustedes, pero aun después de
muerto le tienen miedo porque son unos cobardes”.
Para
amedrentarla a América se la llevaron junto a Angélica Vallejo, a la zona del
Laguito, lugar ese donde comúnmente aparecían cadáveres de revolucionarios.
Allí las desnudaron y las amarraron a un árbol y las golpearon brutalmente,
pero ni eso pudo resquebrajar la entereza y dignidad de las dos combatientes.
Once días
después, el 29 de julio, las condujeron al temido Buró de investigaciones,
donde oficialmente fueron fichadas por “el delito contra los poderes del Estado”.
En la parte del documento donde dice “Estado Civil” dice de América: «Novia de
Frank País».
Luego la
enviaron a la cárcel de Mantilla, donde América conoció a la revolucionaria
guantanamera Elia Frómeta, la muchacha que había sido novia de Frank y de la
que él se peleó para querer a América. Al salir con libertad provisional el 19
de noviembre, con ayuda de documentación falsa y transformado su rostro, tomó un avión comercial rumbo a
Santiago de Cuba.
En Santiago la
organización clandestina la trasladó al Segundo Frente Oriental Frank País, en
compañía de Idis Rodríguez Lambert. Las recibieron Miriam Cuza Cala y Carlos
Aldana Suárez, quienes las llevaron hasta la Comandancia, donde la
aguardaban Vilma Espín, el entonces Comandante Raúl Castro y los demás
compañeros del frente guerrillero que llevaba el nombre de su novio.
En el II Frente guerrillero “Frank País”, junto a sus compañeros de armas. De izquierda a derecha: Martica Pérez y Kenia Mora. Abajo: Marcia Céspedes y América Domitro. |
Tras el
triunfo de la revolución, América Domitro volvió a La Habana donde comienza a
trabajar en el Departamento de Divulgación del Ejército Rebelde. Ni su ánimo ni
su salud la acompañan, sin embargo, el 13 de noviembre de 1960 se casa con un
joven que también había sido del Movimiento 26 de Julio y que ella había
conocido cuando le dieron la tarea de cuidarlo en una clínica habanera adonde
lo habían operado de urgencia.
Posteriormente
América Domitro fue nombrada directora de Asuntos Generales del Ministerio de
Relaciones Exteriores.
Embarazada en
abril de 1961, América Domitro se sintió muy mal de salud y la ingresaron en
una clínica. El 15 de abril, vísperas del asalto mercenario a Girón, América
estaba sentada a la entrada de la clínica donde la tenían recluida. De pronto
se detuvo un automóvil del que bajó un hombre desconocido que disparó dos tiros
sobre ella.
De milagro la
pudieron salvar, pero perdió el embarazo. Aquel hecho laceró aún más la salud
de la hermosa joven. Pero de todas formas se volvió a embarazar y el 6 de
agosto de 1963 trajo al mundo a una niña a la que nombró Diana.
El 3 de marzo
de 1971 el corazón de América Domitro ya no pudo resistir más. Solamente había
cumplido 35 años de su edad, y de ellos había vivido seis años en esta ciudad
de Holguín donde quiso pasar su luna de miel con el único hombre al que amó
sinceramente: Fran País García.
Frak País ¿el único hombre al que amó sinceramente? ¿Qué queda para el que fue su esposo? Que irrespetuoso se ve eso. Además, quién escribió esto ¿estaba dentro de ella?
ResponderEliminarQuiero corregir alguna información de este artículo. En la familia de Ivan Domitro y Eufrosina Terlebauca, había nacido una niña en Ucrania Vaselena Domitro, el 24 de diciembre de 1926, y no era Taras el tercer hijo, sino el cuarto de los hijos y él no había nacido en Ucrania. Mi abuela Eufrosina estaba embarazada con Taras al salir de Ucrania a Cuba. De acuerdo a mis abuelos, Ivan y Eufrosina, ellos no se llevaron consigo a su tercera hija Vaselena Domitro mi madre, por la razón de que mi abuela, Eufrosina, estaba embarazada con Taras Domitro. Solo en 1963, su hija Vaselena (con sus tres hijos incluyendo a mi) después de 33 años pudo reunirse con sus padres y sus hermanos que nunca los había conocido a Taras y America.
ResponderEliminarLamento, que ni siquiera hayan mencionado nada de la vida de
su hija Vaselena Domitro, que los Domitros la hayan dejado en Ucrania con solo 4 años de edad…