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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

1 de febrero de 2017

Calixto García. Biografía. 41


1874, Septiembre 12
Telegrama del Gobernador español de Cuba al Ministro de Ultramar
Con esa fecha el Gobernador español en Cuba envió un telegrama al Ministro de Ultramar en el que le dice: “Doña Lucía Iñiguez, madre de Calixto García, solicita del Presidente del Poder Ejecutivo indulto de su hijo, que dice salvó la vida a varios oficiales y soldados del ejército. Sírvase Ud., informar si se puede acceder a petición de una madre”.
El ministro español, con indudable extrañeza, telegrafió a La Habana indagando por el motivo de tan inusual petición. Entonces el gobernador español, en una extensa carta, le informa de las verdaderas causas de su supuesta bondad:      
“Gobierno General de la Isla de Cuba
Secretaria.
Reservado.
Exmo Sr.
“Desde el momento que fue hecho prisionero Calixto García, que con el carácter de General venía mandando a los insurrectos del Departamento Oriental, me propuse perdonarle la vida, y autoricé a su madre para que  pusiese un despacho al Presidente del Poder Ejecutivo pidiéndole indulto de la pena capital, sobre el cual Vd. se sirvió pedirme informe por despacho telegráfico.
“El hecho solo de no haber dispuesto pasar por las armas a Calixto García después de su aprehensión, y la autorización concedida a su madre para trasmitir aquel despacho telegráfico, probarán a Vd. que en mi opinión no era conveniente de ninguna manera aquella disposición que podía tomar en arreglo a los bandos vigentes.
“En el estado en que se encuentra la guerra y la insurrección, después de seis años, no he creído de ninguna manera conveniente ensangrentar aquella, y he podido seguir mis propios sentimientos de humanidad evitando un fusilamiento que no deba producir otro resultado, escitando (Sic) las pasiones y haciendo más difícil la terminación de esta guerra.
“Como he dicho a Ud repetidas veces, esta guerra no ha de acabarse por el esterminio (Sic) de los insurrectos: se le podrá batir y reducirlos en número, pero esterminarlos, (Sic) es muy difícil, sino imposible. Es preciso pues batirlos, es preciso perseguirlos activamente por todas partes, y esto será mi primera atención tan pronto como reciba y organice los esfuerzos con que he de emprender la campaña en el centro donde la insurrección tiene alguna, importancia militar. Pero para concluir con esta guerra se necesita que los insurrectos después de eso, crean en la posibilidad de un perdón y de un olvido, y en la seguridad de sus personas. Esa confianza y esa seguridad contribuirá mucho a darla, el ver perdonada la vida de Calixto García, que por otra parte no se ha señalado por su inhumanidad con nuestros prisioneros, cuando ese perdón ha podido ser concebido por la autoridad superior de la isla, sin que sobre ella haya ejercido presión alguna, la opinión de los muchos que tan equivocadamente creen que la energía de una autoridad está en las ejecuciones de la pena capital, y que miran en todos los casos esa política que llaman enérgica, como la única para acabar con esta insurrección.
“Al verse prisionero Calixto García trato de suicidarse, pero su herida en la garganta y boca no ofrece ya cuidado”.
1874, Octubre 2



Doña Lucía viaja a Santiago de Cuba y se reúne con su hijo


Mientras se espera la respuesta desde España, doña Lucía viaja a Santiago de Cuba, adonde ya está en 2 de octubre, que es la fecha en que se presenta al Brigadier Comandante de la Plaza, Sabas Marín, solicitándole un permiso para visitar al hijo en el hospital.
El militar español accedió y dio esta carta a doña Lucía: “El oficial de la guardia del Hospital Militar de esta plaza permitirá la entrada en dicho establecimiento, con objeto de ver al prisionero de guerra Calixto García, a la Sra. Da Lucía Iñiguez, previa la presentación de esta orden que le devolverá.
Firmado: El Brig. Comandante Gral. Marín”.
A su llegada doña Lucía descubre que Calixto está viviendo un romance con una de las enfermeras
A su llegada doña Lucía descubre que Calixto está viviendo un romance con una de las enfermeras. Por tal motivo le reprende, haciéndole ver su condición de prisionero de guerra. Debió ser entonces cuando Calixto le habló por primera vez de Leonela Enamorado[1], la muchacha que había dejado en la manigua próxima a parir.

¿Sería aconsejado por su madre que Calixto tramó el plan que más adelante vamos a relatar?
1874, Noviembre 13

Respuesta de las autoridades coloniales desde Madrid a la petición de perdonarle la vida a Calixto
En esta fecha las autoridades coloniales en Cuba recibieron respuesta de sus superiores en la península:
“Enterado el Presidente del Poder Ejecutivo de la República de la carta oficial, reservada, de VE., de 15 de octubre último, relativo a la captura del titulado general insurrecto Calixto García. La decisión de VE., de perdonarle la vida, ha tenido a bien aprobar en todas sus partes la conducta de VE., en este asunto por los motivos que VE., expresa en su citada carta oficial”.



Plan de Calixto para escapar de las manos españolas
Y mientras las autoridades centrales de Madrid y las coloniales en Cuba se intercambiaban comunicaciones, Calixto García, convaleciente en el hospital santiaguero, hizo una proposición a los españoles, según consta en documentos de aquellos: “En un principio agradecido a la conducta con el observada, y declarando que sintió el mal que había hecho a su país con la guerra, se mostró dispuesto a trabajar por la paz”.
En verdad era esa una extraña actitud de un revolucionario que prefirió el suicidio antes que rendirse. ¿Que había detrás de esa proposición? La realidad debemos buscarla en un fragmento de la carta con que el jefe español informaba a sus superiores de la supuesta disposición de Calixto de ayudar a los colonialistas. Dice que Calixto expresó “…un manifiesto deseo de salir al campo con nuestras columnas, para tener conferencias con los insurrectos”.
¿Eran las verdaderas intenciones del General aprovechar cualquier circunstancia para escapar? Parece que quien comprendió muy bien el sentido de la propuesta de Calixto fue el Gobernador español y por eso dice a sus superiores que “me he opuesto a esto, haciéndole entender que no consentiré en ningún acto en que aparezcan tratos y convenios con los insurrectos”.
Asimismo dice el General Concha a sus superiores, aclarando con ello la situación legal de Calixto respecto a la justicia colonial: “He añadido al Brigadier Marín para que así se lo manifieste a Calixto García, que si se le ha perdonado la vida sin indultarle de la pena capital (…) por un sentimiento de humanidad y alta política, sin que sea mi (ilegible ) tenerlo como rehén para cualquier represalia, como no puede nunca ser considerado como prisionero de guerra, si esta continuase por algún tiempo, seria  enviado a Ceuta ó a las islas Marianas”.

Posteriormente Calixto García fue trasladado a La Habana, guardando breve prisión en el Castillo del Morro. En el vapor correo “Méndez Núñez” lo trasladaron a la península.



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[1]  Leonela Enamorado era hija del Coronel Don Benjamín Enamorado, quien por un tiempo había mandado la columna de Jiguaní bajo las órdenes de Calixto. (Don Benjamín también era hijo ilegítimo)

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