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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

18 de julio de 2018

El holguinero Joaquín Osorio y Peña es de los fundadores del Partido Revolucionario Cubano



Por: María Julia Guerra y Edith Santos
Joaquín Osorio y Peña, emigrado cubano, natural de Holguín y residente en Ocala (Cayo Hueso), Florida. Fue miembro de la Convención Cubana, la Liga Patriótica, del Club Mártir de San Lorenzo y del Club Político Cubano de Ocala; contribuyó a la fundación del Partido Revolucionario Cubano.
Como secretario del Club Mártir de San Lorenzo, Osorio y Peña firmó, junto al presidente Manuel Noda y Echevarría, una carta fechada en Key West el 10 de enero de 1892, que enviaron a José Martí. En ella rechazaban los infundios que propalaba Enrique Collazo:
Sr. José Martí
New York.
Muy estimado compatriota:
Con harto disgusto hemos leído una carta que suscribe el señor Enrique Collazo y que publica “La Lucha” del 6 del corriente.
No es nuestro propósito irritar los ánimos de compatriotas que puedan -en casos dados- prestar dignos servicios a la causa de la patria, pero sería una debilidad por nuestra parte si dejamos correr sin réplica un concepto harto equivocado y en que incurre, no sabemos por qué causa, el Sr. Enrique Collazo. Dice este Señor... “pero sepa al mismo tiempo (el Sr. Martí) que no rebajamos nuestra conciencia adulando a un pueblo crédulo para arrancarle sus ahorros”. Puede que el Sr. Collazo crea, como pretende hacerlo creer, que usted, Señor Martí, ha venido a esta emigración que no es tan crédula como supone el Sr. Collazo, a arrancarnos los ahorros. Bueno es que el Sr. Collazo y el mundo entero sepan que usted ha venido aquí, como antes fue a Tampa, invitado por las emigraciones de una y otra colonia. Suponer y sostener lo contrario es falsear los hechos y sería punible complacencia por nuestra parte consentir que tal sucediera.
Es cierto que esta emigración demasiado crédula cuando se le ha hablado en nombre de la patria, jamás cerró los oídos a los que pedían por Cuba y para Cuba, y que si algún remordimiento nos queda es no haber dado mucho más. Pero, usted, Señor Martí, no ha venido a pedir, no ha venido como dice el Sr. Collazo, a arrancarnos los ahorros. Usted ha venido a dejarnos un presente valiosísimo, que no tiene estima, que no es posible justipreciarlo porque ello representa lo más grandioso y sublime, la última expresión para el ideal cubano, la unificación de la gran familia cubana, para la organización eficaz y poderosa del partido revolucionario cubano. En ese concepto miramos en usted un apóstol de la causa, un patriota ferviente, que si ayer no combatió, como soldado, en las filas del ejército libertador, no por eso, pierde su obra, un átomo de importancia.
A los que pelearon en la guerra los admiramos con respeto y cariño; ellos colocaron los materiales del edificio; pero los que sin haber estado allí, cuando la lucha armada, hoy la inician y se aprestan al combate y construyen el edificio, aunque otros llevaron los materiales, los admiramos al igual que los demás, pues si haber dado, en el pasado, su sangre, haber depositado en aras de la patria, las afecciones caras de la familia, también lo es otorgar una cosa y otra en el presente. Y si es meritorio conservar “cara a cara del gobierno opresor el carácter de cubano y revolucionario”, allí donde directamente se sufre la vejación constante del tirano, mucho más lo es rebelarse desde el extranjero, donde se está libre de humillaciones y de torturas. Allá el cubano postergado siempre por el español que le humilla y maltrata, bien puede, sin contraer un gran mérito, conservar su carácter de cubano y revolucionario; es lo que procede en quien vive en perpetua esclavitud; pero vivir lejos de la tiranía, libre de vasallaje, a gran distancia del látigo infame, sufrir indignación por otros y rebelarse contra opresión que ya no pesa en uno, no deja por cierto de ser tan meritorio y patriótico como haber peleado ayer en la guerra y estar dispuesto hoy a volver a la contienda.
En testimonio de adhesión y cariño hacia usted, Señor Martí, el Club revolucionario “Mártir de San Lorenzo”, le envía esta carta que suscribe a su nombre[1].
Es posible, y lo esperamos con ansias, que algún día se encuentre la respuesta de José Martí a esta carta. Respuesta que suponemos escribió junto a otras muchas cartas que envió a diferentes destinatarios por esa misma fecha.
Pocos días antes de declararse la fundación del Partido, el 3 de abril de 1892, José Martí escribió en el periódico Patria:
“En Ocala hay algunos cubanos, cubanos de los que ayer vivieron en la majestad de la guerra, hechos al mando y a la gloria, y hoy esperan, puestos con sus soldados a la mesa del trabajador, la hora de ir a sellar la hermandad; cubanos que hoy por las ofensas nuevas llegan, con el alma de Yara, de las vergüenzas y miserias de la Isla. Fundan juntos, sin un descarriado ni un tibio, el Club Político Cubano de Ocala, y honran a Patria con el encargo de que anuncie “que el Club de Ocala se funda para trabajar en acuerdo con el Partido Revolucionario Cubano…”[2]
A este club, como antes quedó dicho, pertenecía Joaquín Osorio Peña.

Vista de Martí City, en la década de 1890
En el acta constitucional del dicho municipio, que se conserva en los archivos de Marion Country, en Ocala, se recogen los nombres de un grupo de vecinos, entre ellos Gerardo Castellanos Leonart, José de la Cuesta,  Carlos Baliño, el negro Guillermo Sorondo, presidente del Cuerpo de Consejo del Partido Revolucionario Cubano en Ocala, Martín Rodríguez, y treinta cubanos más, entre los que estaba el holguinero Joaquín Osorio  Peña[3].
Martí visitó ese lugar el 4 de marzo de 1893 y en el número del periódico Patria  del 1ro de Abril escribió:
“Ayer, en Martí City, cuando llegó un viajero amigo, aunque el trabajo había sido pobre, aunque todos están pagando por semana el hogar en que viven, no hallaron mejor manera de celebrar la visita, que dedicar a la patria el día entero de trabajo”.[4]
Días más tarde Martí volvió a referirse al lugar: “Martí City, el bello pueblo nuevo donde no hay un solo cubano infiel, celebró con la alegría toda de la linda ciudad, el día de Guáimaro y del Partido Revolucionario. Y robusteció la celebración el respeto visible y la compañía de los norteamericanos de Ocala. Nos estamos enseñando: y nos respetan”[5].
Fue muy corta la existencia de Martí City. Fernando Figueredo, desde West Tampa, le escribió a Tomás Estrada Palma el 23 de marzo de 1896 y le dio cuenta de su desaparición: “Martí City está completamente abandonada; tan solo sirve para inmundo lupanar de inmorales meretrices”[6]. 
Lamentablemente del holguinero Joaquín Osorio Peña no hemos podido encontrar más datos.


[1] Luis García Pascual. “Destinatario José Martí”, pp. 273-274.
[2] José Martí. Obras Completas Tomo 5, p. 42.
[3] Todos aparecen en el Censo realizado en el lugar en el mes de julio de 1895.
[4] José Martí. Obras Completas Tomo 2. p. 282.
[5] Íbídem, p.307.
[6] Página web. eddosrios.org/marti/paginas/citi/htm

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