Cándido Fabré (Cantante y compositor
de sones)
A
El Guayabero lo conocí, como lo conocieron muchos cubanos, cuando yo era muy
niño. Era un hombre bien especial, porque andaba de tarima en tarima [...] yo
veía que aquel hombre era arrollador de público, solamente con un tres y con su
corazón cantando y tanta gente siguiéndolo. Con eso pude corroborar que un
formato no decide el éxito de un artista, que la grandeza de un hombre está en
su verdadera identidad y eso le sobró a El Guayabero: identidad y cubanía.
En
la medida que fui creciendo, tuve la suerte de andar con una orquesta de San
Luis en la que un hermano mío cantaba, así fue como un día pude saludar a este
señor [...] Luego gracias a mi talento creador tuve el reconocimiento de El
Guayabero y fue hermoso cantarle, cuando estaba en la Original de Manzanillo,
un tema de Pedro García Lupiáñez al que le metí el alma y él lo agradeció
mucho.
Durante
años él me decía hijo y yo le decía papá, por eso cuando a El Guayabero la
gente le dijo adiós, yo no le dije adiós, porque es que se le hizo tarde a la
muerte para borrar la grandeza de un hombre inmenso como él.
Cada
cantor que quiera nutrirse del doble sentido sin caer en la corrupción verbal
tendrá que acudir al inmenso caudal de El Guayabero.
(Entrevista con el autor.
Holguín, 3 de abril de 2011)
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