Además de sitio geográfico importante para Holguín
y de ser el mirador natural por excelencia de esta parte de Cuba, la Loma de la
Cruz tiene otros valores. Subir la loma de la cruz es una de las más antiguas
tradiciones del holguinero… pero no es que sea el vecino de la ciudad un
escalador por naturaleza. Suben porque en su cima hay una gigantesca cruz… por
tanto, el hábito de subir y subir está relacionado con una tradición religiosa
católica muy antigua.
Desde
tiempos inmemoriales es costumbre colocar cruces grandes en las ciudades para
protegerlas… en estos casos se cree que ellas ayudan o evitan catástrofes
naturales y de otras índoles. Por eso el 3 de mayo de 1790 un fraile
franciscano subió la loma de Holguín con una cruz a sus espaldas y en la cima la
situó, previendo, ya lo sabemos: enfermedades, desastres naturales o malos
presagios, que cumplir con tan ardua tarea es lo que los holguineros esperan de
la cruz en la cima de la loma.
Y
así, desde tan lejana fecha, los holguineros u holguinenses se acostumbraron a
subir hasta el pimpollo de la loma, preferente y casi masivamente cada 3 de
mayo, día en que la religión católica celebra la Cruz. Y el suceso se convirtió
en costumbre o tradición: cada 3 de mayo la procesión se iniciaba en la iglesia
San Isidoro. Y cuando todo el mundo estaba allá arriba, se oficiaba una misa.
Pero
los devotos holguineros sintieron que subir hasta la Cruz una sola vez al año
era muy poco y por eso también comenzaron a ir los Domingos de Resurrección.
Mientras
ascendían casi siempre las personas regaban flores a su paso… y cuando llegaban
donde la cruz oraban y pagaban promesas que podían consistir en ascender de
rodillas o descalzos o con cualquier otra mortificación.
Por
justicia con la realidad ha de hacerse ver que aquellas costumbres que en un
principio eran absolutamente católicas, luego se sincretizaron con otras
religiones. Hoy es común que al ir hasta el oratorio de la cruz vea el
visitante trabajos de santería, por ejemplo. Se ve igual que muchos que
profesan otras religiones diferentes a la católica van hasta donde la cruz de
la cima y allá arriba encienden velas y piden protecciones.
Del mismo modo, en el entorno se han creado leyendas que se han
transmitido de generación en generación.
Su Santidad Francisco bendice a la ciudad de Holguín desde la Loma de la Cruz
Ver: Su Santidad Francisco en Holguín
Pero volvamos a la tradición religiosa original: la católica. Subían los holguineros hasta la Cruz de la cima del cerro y respetuosos veneraban la cruz y oían la misa. Y cuando terminaba la ceremonia religiosa la gente se quedaba en lo alto de la loma o en sus faldas y allí disfrutaban de comidas y bebida típicas: la chicha, los vinos, el agualoja y el lechón asado. Y a la vez que se comía y se bebía, se realizaban juegos y bailes populares, e incluso había participantes que se disfrazaban con prendas llamativas. O sea, que la tradición religiosa fue evolucionando a fiesta popular. (Aunque jamás ha muerto la costumbre religiosa que dio nacimiento a la tradición de subir la loma holguinera).
La
fiesta popular en las faldas de la loma llegó a tener una amplia variedad
recreativa y gastronómica, incluyendo peleas de gallo… y cada vez esa fiesta
tuvo tanta fuerza y arraigo que en la década de 1950 se convirtió en el
carnaval holguinero. Por tanto cuando se
vaya a escribir la historia del carnaval de Holguín hay que comenzar por la
fiesta del 3 de mayo a la que el holguinero llamaba, y llama, Romerías.
Al
paso del tiempo el carnaval se celebró en otras áreas de la ciudad y desde hace
mucho no se usa para nada la loma… Ojalá y las autoridades culturales
organizaran un área de carnaval en la escalinata y en otras partes de la loma
de la cruz. Si lo hicieran estarían rescatando una vieja costumbre o tradición
de los holguineros.
Para subir hasta lo más altísimo de Holguín haga clic aquí
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