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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

21 de abril de 2017

¿Cómo murió Julio Grave de Peralta?



Carta de Nicasio Vidal Pita

Holguín, agosto 18 de 1916.
Sr. Arturo Alsina,
Madrid
Sr.

En el pasado mes de abril se ha inaugurado en esta ciudad un monumento a la memoria del patriota cubano don Julio Grave de Peralta.

En el pedestal de la estatua figuran dos placas de bronce, donde, en relieve se representa, en uno la detención de dicho patriota, y en la otra su fusilamiento por un piquete de soldados.

Dichas placas han sido objeto de comentarios y de discusiones, pues mientras unas personas niegan el fusilamiento, otras lo afirman, y no faltan quienes sostengan que se suicidó.

En mi carácter de periodista interesado en aclarar este hecho de nuestra historia le quedaría altamente reconocido si usted puede y quiere ayudarme al esclarecimiento de la verdad.

Soy de usted con el mayor respeto,
Atto.s.s.n

VIDAL PITA


 

RESPUESTA

MADRID, 30 de septiembre de 1916

Sr. Don N. Vidal Pita
Director de “Heraldo de Holguín”:

Muy señor mio y de mi mayor consideración.

Leído su atento e interesante escrito de fecha 18 del mes anterior, solicitando a título de periodista que le informe acerca del caudillo cubano General Don Julio Grave de Peralta, desembarcado en las costas de sagua de Tánamo con la expedición del vapor Fanny, en la campaña de 1868, cúmpleme hacerle el siguiente relato del suceso, para mi tan memorable.

Siendo Teniente del 2do Batallón del regimiento de Infantería de León, en 1872, advertido por la superioridad que se esperaba la arribada en aquellas costas del vapor Fanny, conduciendo armas y pertrechos para als fuerzas cubanas, sitúeme al atardecer del día 23 de junio en el lugar denominado “La Herradura”, divisando entre los mangles de la costa humos delatores de la presencia de un buque, observando que en la piedra de la pequeña rada “la Cebolla” se encontraba varado un vapor que inútilmente trataba de ponerse a flote.

Puseme en acecho, deteniendo mi marcha y presenciando la actividad con que los tripulantes y expedicionarios se forzaban por alijar el cargamento.

Antes del amanecer, el día 24, la embarcación fue pasto de las llamas, poniéndose los expedicionarios en marcha hacia el interior con manifiesta vacilación de su ruta, llegando a un río de ancho cauce y acantilados márgenes, situando yo entonces mis escasos hombres en el lugar que dominaba el vado, rompiendo el fuego que produjo bajas y la consiguiente dispersión de unas y otras fueras, por la persecución de los que intentaban internarse en el próximo y espeso bosque.

Seguido del sargento, penetré en la manigua, encontrándome bien pronto aislado y viendo a uno de los contrarios cerca de mi, me dirigí hacia él, siguiéndole durante largo rato, hasta que encontrándonos ambos jadeantes, dado lo intrincado y feraz del monte, se detuvo mi adversario y echándome el “¿Quién va?”, se aprestó a la defensa montando su arma.

Dada por mi la voz de “España”, me disparó dos veces, sonando al poco rato otro tiro del sargento, cayendo sin vida el perseguido.

Por los documentos que encima tenía el cadáver descubrí al Jefe de la expedición, al general cubano Julio Grave de Peralta, y tras breve oración consagrada a aquel héroe cuya juventud y distinción captaron mis simpatías, híceme cargo de la tercerola que empuñaba su crispada diestra, regresando, ya de noche y penosamente, a la costa, encontrándola ocupada por las tropas del General don José Varela, a quien di debida cuenta de lo ocurrido, otorgandome esta autoridad la posesión de la tercerola sistema “Winchester” del malogrado peralta, hermosa arma de rica madera y sobredorados metales, siendo de fina piel la cartuchera que lleva encima una C (Cuba), efectos para mi muy estimados, y que ostento en la panoplia de mi despacho hace cerca de medio siglo, habiendo sido incrustada en la caja (“culata”), una chapa de plata con la siguiente inscripción:

RECUERDO DE LA CAMPAÑA DE CUBA, 1872, RIFLE DEL GENERAL DON JULIO GRAVE DE PERALTA, MUERTO EN LA ACCIÓN DE “LA CEBOLLA, EL DÍA 24 DE JUNIO.

Queda usted complacido Sr. Director, pudiendo afirmar esto por mi expuesto ante la prensa periódicoa de esa inolvidable Isla, y de la Junta Directiva del Monumento erigido con tanta justicia a la memoria de tan heroico caudillo cubano, procede la sustitución del actual bajo relieve que representa el fusilamiento, por otro en que se le vea solo, rodeado del espeso y virgen bosque junto a una gigantesca Seiba (Sic) y en actitud erguida, cual la adoptada al dar un extentóreo  (Sic) “quién va?”, mientras montaba su rifle.

Terminaré mi distinguido Director, expresándole que todo cuanto ha de pasar a la Historia debe revestir la más acrisolada verdad, expuesta en sencilla narración, desprovista de todo asomo de apasionamiento que, velando lo nitidez de los hechos, desvirtuan en ocasiones la propia magnitud del heroísmo que se trata de proclamar.

El malogrado caudillo Grave de Peralta, impulsado por el santo amor a la independencia de su país, dirigiose resuelto desde el extranjero a las costas cubanas, lleno de fe y confianza en su empresa; y una vez puesto el pie en la amada tierra que pretendía emancipar, halló bien pronto la ocasión de conquistar la gloria soñada, toda vez que como dijo el poeta “Dulce et decarum est pro Patria mori”, sacrificando su vida en holocausto de la independencia de su país.

Ante ese merecido monumento con que hoy se enorgullece Holguín, rindo leal, justo y merecido homenaje a la memoria del heroico cubano y leal adversario, anhelando que sangre tan generosa fructifique, dando a ese continente descubierto por España, una invicta Nación Cubana, próspera y floreciente, sin que olvide nunca a su amorosa madre.

No podría usted satisfacer mis deseos de poseer una fotografía del monumento?

Se complace en ofrecer a Ud sus mayores afectos,

Su atto s.s.q.s.m.b. Arturo Alsina,
Madrid, 7 de enero de 1917.


En la fecha de la carta Alsina era General de División.


TERCER DOCUMENTO

BATALLÓN PENINSULAR DE LEON No. 38

Enterado por la Superior Comunicación de Ud, fecha 20 del mes pasado, en la cual se sirve ordenarme que como Jefe que mandaba en Sagua de Tánamo la columna que operó en la aprehensión del vapor filibustero “Fanny”, informe a Ud el mérito, trabajos y hechos del Teniente don Arturo Alsina Netto, en contestación debo manifestar que el Teniente don Arturo Alsina, desde el momento que se encontró al enemigo demostró su arrojo al batirlo en el primer encuentro que tuvimos hasta su dispersión y habiéndole ordenado que con treinta hombres lo persiguiese por el flanco derecho, le dio alcance cuando estaba reuniéndose el titulado General peralta, y por más esfuerzos que hizo este cabecilla para resistir el segundo ataque que el referido Teniente Alsina le presentó con sus treinta hombres, no pudo contener a la suyos que huyeron en dispersión, quedando solo Peralta parapetado detrás de un árbol, tuvo necesidad de tirotearse muy de cerca con el mencionado teniente, el primero con un rifle y el segundo con su revólver, hasta que apercibido de ello, el sargento Bernabé Peña tuvo la suerte de darle un balazo en la cabeza a Peralta, dejándole muerto en el acto.

También, en reconocimiento que practicó a la mañana siguiente, contribuyó a la captura de un titulado Capitán y un teniente.

Es cuanto en honor a la verdad puedo informar a Ud., para su cocimiento y demás fines.

Puerto príncipe, 2 de febrero de 1873
MARCELINO LARGADA
Sr. Comandante
Jefe representante del Batallón.


Estos documentos son tomados del citado trabajo del periodista Nicasio Vidal Pita. La carta del General Alsina se entregó a la Academia de la Historia en 30 de Noviembre de 1916, por mediación del General José Miró Argenter.

El escrito lo hace Pepito García Castañeda en septiembre de 1944, pidiéndole al Alcalde que retire la Placa. Yo alcancé a verla todavía puesta en la década de 1980

Actual placa en la base de la estatua del General Peralta en Holguín

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