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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

7 de diciembre de 2016

Camayd - Hugo Barreiro


Hugo Barreiro (Barítono. Profesor de canto del Instituto Superior de Arte)

Entre los afanes de Raúl Camayd hay uno que a veces olvidamos: su profunda vocación pedagógica. En la creación del Teatro Lírico Rodrigo Prats, que él fundó, se manifiesta elocuentemente esa característica; allí Raúl formó a todos sus cantantes solistas, a los del coro, a los actores y a los actores cantantes, y todo sin disponer de una academia. Él tenía un profundo conocimiento en las variadas disciplinas del género y esa intuición natural del maestro, que es lo más valioso.
Cuando en 1976 se crea el Instituto Superior de Arte, en Holguín, desde antes, se venía desarrollando una docencia artística de gran orientación práctica que había hecho de la Ciudad un gran taller, y por eso se abrió allí la Unidad Docente de Canto, adjunta al Instituto. Hacerlo era un deber; Camayd merecía que le reconociéramos su labor de tantos resultados demostrados.
Pero todavía hay otra característica de su personalidad que facilitó su trabajo pedagógico: su gran carisma.
Raúl y yo nacimos el mismo día y nos parecíamos en algunas cosas, pero ya hubiera querido yo tener el carisma de que él gozaba. Tenía una habilidad tremenda para ganarse a la gente, todo el mundo lo quería. Salíamos juntos a cualquier parte y no llegábamos nunca porque en todas partes lo llamaban: aquello era una procesión, porque él tenía un atractivo muy grande. No sé si eso se contempla en el horóscopo, pero lo cierto es que yo no tengo esa gracia. Gracia que era lo que le permitía resolver todos los problemas.
Fue un gran resolvedor de conflictos, siempre dando más que lo que recibía. Era esa su naturaleza. Se entregaba a la gente, a toda la gente, y sobre todo  a sus alumnos y a su público, y muy especialmente a Holguín.


En el parque Calixto García de Holguín, hablando con quien se le cruzaba. Para los vecinos de la ciudad siempre tenía todo el tiempo del mundo.

Ese nexo con la sociedad lo hizo pensar más en su colectivo artístico, en su teatro, que en su propia carrera. Descuidó su carrera, sí, la descuidó en aras de lograr un desarrollo colectivo, un movimiento social, inclusive desdeñando su proyección internacional. Pero ahí era donde radicaba su grandeza, entregarse como nada más lo saben hacer los buenos maestros. Raúl Camayd fue el primer maestro del arte lírico en esta región cubana de Holguín.

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