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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

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23 de marzo de 2023

"La Estrella de Cuba" el periódico de Holguin que es el segundo mambí de la Isla


Por Francisco García Benítez

(Publicado originalmente en el periódico Ahora, domingo 2 de diciembre de 1979)

Apenas se instala una imprenta en la ciudad de Holguín, (29 de marzo de 1862), Antonio José Nápoles Fajardo, que la ha promovido, comienza a editar, como director, nuestro primer periódico, el trisemanario “La Luz”. 

Duró solamente hasta el 18 de septiembre del propio año. En nuestra hemeroteca provincial de historia solo existe un ejemplar, aunque sí, háyanse referencias en la “Memoria sobre el origen del hato de San Isidoro de Holguín”, escrita por Don Diego de Ávila y Delmonte, (publicada aquí en 1865) y reeditada y continuada, (año 1926), por el periodista local José María Heredia con el nombre de “Historia de Holguín”, pie de “El Arte”, en esta misma población.

“la Luz”, según su título, pretendía responder a los ideales de la “ilustración”; pero su oficioso protector, Don Juan Nepomuceno Huerta y Sostre, Teniente Gobernador y Presidente del Ilustre Ayuntamiento holguinero, parece no haber podido soportar algunas muy discretas “descargas” anticolonialistas que patriotas como el camagüeyano Manuel Hernández Perdomo, aquí residente, lograron colar en sus páginas… (Perdomo conspiraba, tanto que muy pocos días después del 10 de octubre del 68 aparece encabezando “una fuerte partida mambisa” en el barrio de Yareyal).    

Cortose, pues, “la Luz”.

Y le sistituyó “El Oriental”, todavía en 1862. También le dirigía Antonio José Nápoles Fajardo, tunero y hermano del célebre “Cucalambé”, de cuyo talento literario algo tenía; nada de su actitud y fervor independentista. “El Oriental” subsistió hasta “la guerra grande”. Exactamente, como podrá el lector colegir, hasta el 5 de noviembre de 1868.

Los mambises, encabezados por Julio Grave de Peralta, el venezolano Amadeo Manuit, Francisco Maceo Osorio, Luis Figueredo y otros, asediaban la plaza militar de Holguín desde el 30 de octubre. Y su comandante a la sazón, Don Francisco Camps y Feliú, aquel 5 de noviembre, tuvo que refugiarse con armas, hombres y bagaje, en el sólido edificio, la casa del Manco Rondán, y fortificar toda la manzana en que se halla ésta, llamada a partir de esa fecha con el curioso mote de “La Periquera”, mantenido a través de los años y en la actualidad conformado, al declarársele Monumento Nacional.

En la ocasión que relatamos, ya estaban allí los comerciantes españoles, sus familiares y paniaguados; se instalaron, además, las oficinas de la Tenencia de Gobierno. Y, naturalmente, allí fue a dar, también, el máximo redactor de “El Oriental”, verdadero precursor de los modernos “elaboradores e intérpretes de la noticia”.

De ello nos ha dejado una prueba nada común en su folleto “El Sitio de Holguín”, obra póstuma, dedicado (textual), al benemérito Cuerpo de los Voluntarios de La Habana y editado por la Imprenta Militar de la Viuda e Hijos de Soler, calle Ricla, número 40, de esta capital. Se trata de un “magnífico reportaje” de signo negativo, sobre los hechos narrados y analizados desde el punto de vista del integrismo hispánico. (Posée, no obstante, indiscutible valor histórico ambiental).

Poco antes de ir a buscar amparo tras los gruesos muros de “La Periquera”, Nápoles Fajardo ocultó, cuidadosamente, la imprenta de su órgano semi oficial. Véase lo que al respecto nos die el general Julio Grave de Peralta en su “Diario de Campaña”.

“Días 19 (noviembre): Al amanecer entró a la población el General en Jefe (se refiere al venezolano Manuit, nombrado por Bayamo), ocupando la casa del ciudadano C. Aguilera a mi retaguardia. Ese día dimos con el escondrijo de la imprenta y por consiguiente a los dos días salió nuestro feliz periódico la Estrella de Cuba”. 

Éste se publicó en tanto duró el sitio de Holguín, o sea, hasta el 6 de diciembre. Resulta así, pocas semanas después de “El Cubano Libre”, el segundo periódico mambí de la Isla.

En su nombre retoña un poema del gran Heredia, intensamente vigente en esa generación cubana.

En él se informaban las incidencias del asedio, dábanse noticias del campo insurrecto, se recogían las medidas de orden político y militar, inclusive, las administrativas, como a creación del municipio revolucionario en esta ciudad y se defendían, en brevísimo espacio, los ideales independentistas.

Después del triunfo revolucionario se han obtenido, y está en nuestra hemeroteca provincial de historia, una copia fotostática que a ella donó el compañero Juan Albanés. Procede del Archivo Nacional y corresponde al No. 9, fecha 28 de noviembre de 1868. Tal numeración introduce una duda respecto a la aparición de “La Estrella de Cuba”. Según el Diario de Peralta, el primer número salió el 21 de noviembre. Pero no debió ser así, conforme al documento que actualmente poseemos lo más probable es que haya sido el día 20, esto es, el siguiente al descubrimiento de la Imprenta.

¿Explicación?... Si la hoja revolucionaria se hubiera iniciado el 21, el documento que tenemos sería el No. 8; de otro modo habría que aceptar la publicación de dos números en un mismo día, lo cual no tiene sentido dada la situación que se vivía: Ocupación y Sitio de Holguín, contexto donde “la Estrella de Cuba”, por función y espacio, (solo disponía de una cuartilla), parece haber sido, sencillamente, un diario boletín de guerra con apretadísima información.

Su director, Abraham Portuondo, había sido maestro del primer colegio secundario de esta localidad, como lo definía Ávila y Delmonte: “un colegio municipal de instrucción superior elemental de varones”, situado en San Diego 56, hoy Miró (143 y 145), un caserón antiguo donde se hallan un almacén del MINCIN (tienda Hanoi) y una oficina del sectorial provincial de Servicios Comunales.

Poco más sabemos acerca del valioso Portuondo: cuando las tropas mambisas abandonan esta ciudad, también él tiene que irse, y lo hace dirigiéndose hacia el interior del viejo municipio holguinero; ya en uno de sus barrios, un malvado lo identifica y los colonialistas le asesinan. ¡Poco importarían a la siniestra represión sus condiciones de maestro y periodista!

¿Enseñar?... Para el coloniaje era acción subversiva. ¿Defender ideas de libertad y progreso mediante letra impresa?... ¡Un atentado peligroso!

He ahí por qué, sin previa investigación, tribunal ni sentencia condenatoria, sicarios criminales eliminaron físicamente al director de “la Estrella de Cuba”, distante y entrañable precursor del tiempo nuestro, el joven Abraham Portuondo, ¡primer mártir del periodismo revolucionario holguinero!   

22 de marzo de 2023

El Capitán Urbino, su relación muy cercana con Antonio Maceo y otros datos de interés sobre el holguinero célebre

De una nota del periódico "La Discusión" conservado por Juan Albanés.

El capitán Urbino fue importante en la creación de la sociedad de mulatos holguineros EL ALBA


El día 4 de diciembre de 1896 atravesó Maceo la Trocha en un bote que tripulaban Carlos Soto, Gerardo Yaneras, Eudaldo Concepción y Juan Funes, que recuerda el periodista haber visto muchas veces en el Archivo de “La Discusión”. El mismo Maceo ayudó a cargar el bote, que se encontraba escondido cerca de la playa Mosquito, hasta el mar. Fue necesario que la pequeña embarcación diera tres viajes para poder conducir al grupo, compuesto por 18 hombres. En el primer viaje embarcó el propio Maceo, acompañado de los generales Pedro Díaz y José Miró. Después hicieron la travesía los coroneles Manuel Piedra, Alberto Nodarse y Alfredo Jústiz y el americano Charles Gordon, el médico doctor Máximo Zertucha, los capitanes Nicolás Sauvanell, Ramón Peñalver y Ramón Ahumada; los tenientes Panchito Gómez Toro y José Isidoro Urbino; el sargento Juan Pérez, al servicio personal de Maceo y los asistentes del general, Benito y Ricardo Echavarría, el asistente del general Miró, José delgado, y Andrés Cuervo, que era el asistente del general Díaz.

No historiamos la acción de San Pedro, que es atarea ha sido rendida por hombres consagrados a esta materia y por otros actores de la tragedia, como el coronel Rafael Cerviño, el ya difunto coronel Dionisio Arencibia, el coronel Andrés Hernández y algunos más. Y vamos a lo que constituye el propósito de nuestra curiosidad.

Ya dijimos que Urbino vivió la intimidad de Maceo y que lo afeitaba cada dos días. Nos dice nuestro ilustre informante que el General Antonio era de carácter afable, discreto en su manera de hablar y en sus formas habituales, y enemigo de los vicios y desorbitaciones. No bebía ni fumaba y solo tomaba café a ratos. Era el primero en levantarse, revistando en su brioso caballo las inmediaciones de los lugares donde acampaba la tropa mambisa. Aunque enérgico en la imposición de la disciplina, era comprensivo con las faltas de sus subalternos, no acostumbrando violentarse ni hacer increpaciones de viva voz, amonestando a los que incurrían en ellas con suavidad y expresión sonriente, si cabe. En todos sus actos había un sello de prudencia y de consideración humana. No se encolerizaba nunca ni profería palabras que no pudieran repetirse delante de una dama. Era inflexible con los soldados que atentaban contra el pudor de las mujeres campesinas, y en este punto solía llevar a cabo los más duros escarmientos. Benigno con los prisioneros de guerra y respetuoso y cumplido en todos los momentos.

Preguntamos a Urbino sobre la supuesta paternidad de Maceo con el coronel salvadoreño Gregorio Bustamante, negándola de plano y agregando que el Titán solo mencionaba como su hijo al nacido en Jamaica, es decir, al ingeniero Antonio Maceo Mayart, que falleció en los últimos días.

DEJEMOS PARA OTRA OPORTUNIDAD el interesante relato histórico que nos ha hecho Pepe Urbino, uno de los dos supervivientes que conozcamos, (el otro es el general Piedra), del paso de la Trocha, que acompañaron a Maceo, por el Mariel, el día 4 de diciembre de 1896, y digamos, para gloria del Partido Liberal, que cuenta entre sus más entusiastas y firmes militantes al capitán José Isidoro Urbino.

El capitán Urbino es el tronco de una numerosa familia holguinera. Uno de sus hijos, Sergio, es un gran educador, y otro, Ibrahim, es uno de los más brillantes locutores de la radio y hombre preocupado por las materias intelectuales. José Ramón es dentista, y otros son bachilleres, profesores, etc., etc. Son trece los hijos que ha tenido Pepe Urbino y de ellos viven doce, de los cuales seis son varones.

Este bravo soldado de Maceo fue representante a la Cámara y ha figurado en distintas oportunidades en la boleta electoral, siempre bajo el emblema del arado y el gallo. Nunca ha hecho tregua, desde que hace política, en sus actividades cívicas y ahora se dispone a tomar parte en los trabajos para la reconstrucción del Partido Liberal, cuya vigencia es su única aspiración.  

Alto militar del Ejército español fallecido en Holguin

Por: Juan Albanés

Don Francisco Javier Heredia y Solás era nativo de la isla de Santo Domingo. Allí nació el primero de AGOSTO de mil ochocientos treinta y uno. 

Muy joven se enroló en los Reales Ejércitos de España, alcanzado grados y ascensos hasta llegar a Brigadier o General de Brigada.

En Holguín estuvo de residencia en dos ocasiones y aquí murió de una afección al corazón en fecha treinta de JULIO de mil ochocientos ochenta y cuatro. El día de su muerte el Gobierno Municipal decretó tres días de duelo.

El finado dejó siete hijos. Uno de ellos, Nicolás Heredia, es famoso escritor y autor de la novela “LEONELA”, muy aclamado en las letras castellanas.

Publicado originalmente en NORTE. 11 DE MAYO DE 1957

15 de marzo de 2023

Eran holguineros los músicos de la banda de de la invasión a occidente

 Por Juan Albanes 

Publicado originalmente en: 

(DE CARA A LA HISTORIA)

PERIODICO “NORTE”, 16 de abril de 1957)

En la acción de “Iguará” en fecha 3 de DICIEMBRE de 1895, se ejecutó por vez primera el Himno Invasor, el segundo Himno Nacional de Cuba.

La Banda de Música que lo tocó por primera vez estaba integrada por holguineros, siendo su Director el Capitán Don Manuel Dositeo Aguilera y su autor Loynaz del Castillo.

Los músicos se nombraban:

Jesús Avilés (“Chucho”),

José Isidoro Urbino (superviviente),

Segundo Avilés,

Manolo Escobar,

Juan Hechavarría,

Juan Antonio Orozoco,

Demetrio Márquez,

José Estrada,

Indalecio Oduardo,

Juan Ibarra,

Víctor Márquez,

Justo Ortiz, y

Luis Zúñiga.


 

26 de febrero de 2023

"PITIN” DE ZAYAS OCHOA

 Por: Juan Albanés

Rodolfo de Zayas y Ochoa, “PITIN” en el lenguaje del cariño, nació en esta ciudad de Holguín el día 4 de abril de 1861, en los instantes en que su pueblo celebraba a raudales de alegría el día del Santo Patrono.

Su advenimiento al mundo ocurrió en la antigua casona de Don Vicente Moyúa y Lengarán, en calle Libertad, hoy ocupada por el establecimiento de ropas “La Victoria”. (Actualmente la sede de los Escritores y Artistas, UNEAC)

Pertenecía a una distinguida y linajuda familia de esta localidad. Entre sus antepasados se contaba a Don Francisco de Zayas Bazán y Armijo, que durante diez y seis años fue Teniente Gobernador de Holguín y a cuyas gestiones se fundó la villa de Gibara, con la ayuda valiosa de Don Romero Francia.

“Pitín” de Zayas Ochoa, desde que era estudiante en la escuela de Don Tomás Jardines, sintió en su pecho el latido de amor a Cuba y juró por todo aquello que le era más sagrado y amoroso, luchar sin descanso por desencadenar a su tierra del cautiverio ibero.


ESPIONAJE

En los comienzos de la guerra del 95 este bravo mambí holguinero se apostaba en un cerrito situado al sur de Holguín, al fondo de la barriada de Pueblo Nuevo, y desde aquella atalaya observaba las entradas y salidas de las tropas, correos, paso de las acémilas y de los contingentes sanitarios, etc., datos que enviaba más tarde a las fuerzas cubanas.

Fue, pues, figura de cimería (Sic.) en el espionaje mambí de la guerra del 95, ayudándole en esta labor otro holguinero grande, Don Joaquín Romeu Alcalá.

En una ocasión, habiéndose estrechado la vigilancia de las tropas del regimiento “Habana”, de plaza en esta ciudad, “Pitín” empleó el siguiente ardid para burlar la acuciosidad del enemigo: apelaron a un voluntario, al cual rasuraron por entero la cabeza. Ya al “rape”, escribieron en el cuero cabelludo las señales  de las operaciones militares en clave.

A los pocos días el pelo cubría de nuevo el cráneo mondo. El voluntario cruzaba la línea de las alambradas y fortines y llegaba al Cuartel insurrecto, donde era de nuevo rasurado y traducido el mensaje en clave.

CORONEL JEFE DE CABALLERIA

Ansioso de servir a su Patria en el fragor de la pelea, se incorporó a las huestes mambisas, llegando a alcanzar el grado de Coronel Jefe de la Caballería de la Zona Occidental, operando en un encuentro contra tropas españolas en “La Entrada”, barrio de San Andrés, de este Municipio. En ese combate fue herido gravemente, lo que le impidió participar de la Invasión a Vuelta Abajo.

En la paz siguió sirviendo a la República. Entre los cargos que desempeñó están: Jefe de la Policía y Administrador de Correos de Holguín. 

Su fallecimiento fue en 10 de Abril de 1931. A su paso por esta vida dejó una blanca estela de patriotismo y amor por a Cuba de saludable ejemplo.

Nos inclinamos reverentes ante la memoria de aquel mambí que muchos timbres de honor dio a su lar nativo: Coronel Don Rodolfo de Zayas y Ochoa, “Pitín”

4 de septiembre de 2021

Un recuerdo del Sitio de La Periquera


Por: Antonio Pascual Ferrer Mariño (Pascualito)

         Historiador de Gibara

Esta bala de cañón, en forma de pelota de hierro, perteneció a la artillería cubana, y se usó en el Sitio de La Periquera.

Holguín fue en todo tiempo una Ciudad cuyos habitantes, en gran número, eran amantes de la libertad de Cuba, como lo demuestra el abultado número de Veteranos por la Independencia que tuvo, por eso fue que al comenzar la Guerra de los Diez Años (1868), Julio Grave de Peralta y Amadeo Manuit entraron con sus valientes soldados y ocuparon la Ciudad. Los españoles, mientras tanto, se parapetaron en las iglesias San Isidoro, San José, en el Hospital Militar (Quinta del Llano), y, sobre todo, en su más importante fortaleza, la Casa de Francisco Rondán, a quien la soberbia casa le costó $ 25 000.00 y a la que entonces llamaban Casa Fuerte y que los mambises rebautizaron como La Periquera. 

En el periódico EL GIBAREÑO, de cuya redacción formé parte, se publicó desde Enero hasta Abril de 1938 una serie de diez artículos, que yo mismo escribí, sobre ese importante hecho de armas, donde tomó parte por Cuba Libre, mi abuelo materno don Nicolás Mariño y por España, mi abuelo paterno, don Pascual Ferrer, que allí en La Periquera estaba guarecido junto a mi abuela paterna doña Paula García y Sánchez. 

Fue mi abuela paterna quien me contó la anécdota siguiente: El 4 de diciembre de 1868, los mambises, que siempre quisieron tomar La Periquera, emplazaron dos cañones. Y a eso del mediodía del día citado, estaban almorzando las señoras de los defensores del edificio. Mi abuela compartía la mesa don doña Pepa Cardet, y en eso cayó una pelota de hierro como de quince libras, rompiendo platos y fuentes. A doña Pepa, del susto, le dio un colapso y falleció, siendo enterrada en el patio, de donde parte la galería subterránea que unía La Periquera con la iglesia de San José.

Esta bala la conservó mi abuelita hasta su muerte, pasando desde entonces a mi poder. Pero conociendo  su valor histórico, la doné al Museo que tenía la Delegación de Veteranos de la Independencia, para que las generaciones futuras la conocieran.

Con este escrito queda complacido mi buen amigo e historiador Rafael Masferrer Landa, nieto de doña Pepa Cardet.  

3 de septiembre de 2021

Se unen miembros del gobierno municipal a las tropas mambisas durante el sitio a la Ciudad (1868)

Por Pepito García Castañeda

Durante el sitio de Holguín (ocurrido entre octubre y noviembre de 1868), varios miembros del gobierno municipal se unieron a los rebeldes, entre ellos los Regidores del Ayuntamiento, Federico Mariño y Carlos Téllez (era abogado), siendo este último nombrado por las fuerzas independentistas, Fiscal Mayor de la Alcaldía.

También se les unieron el Secretario Contador del Ayuntamiento, Valentín Tapia y el Oficial tercero de la misma Secretaría, Bernardo Miyares.

El Gobernador siempre manifiesta en sus escritos que la Ciudad estaba dominada por los rebeldes

30 de agosto de 2021

Mando civil en la Ciudad de Holguin mientras estuvo en manos cubanas

Por  Pepito García Castañeda 

 Sitio de Holguín. Empleados civiles del mando mambí en la Ciudad sitiada.

Gobernador Político:

Ciudadano Dr. Miguel Lorenzo Serrano (Farmacéutico)

Administrador Militar:

Ciudadano José Agustín García del Mármol (Terrateniente)

Auditor de Guerra:

Ciudadano Pedro José Garrido Peña (Abogado)

Alcalde Mayor:

Ciudadano Licenciado José Joaquín Castellanos (Abogado)

Promotor Fiscal:

Ciudadano Licenciado Carlos Téllez Figueredo (Abogado)

Juez de Paz:

Ciudadano Licenciado Antonio Franco Pérez (Abogado)

Jefe de Policía:

Ciudadano Jesús Teodoro Carballo Pupo.

Proveedor General:

Ciudadano José Antonio Cardet Zayas. 


Sus nombramientos fueron hechos el 26 de noviembre de 1868, y fueron autorizados por Carlos Manuel de Céspedes y por Francisco Maceo Osorio.

Los Castellanos Fuentes de Holguin, patriotas del 68

Por Pepito García Castañeda 

Compenetrado don Esteban María Castellanos con los separatistas holguineros, y siguiendo costumbre de la época, se fue con su esposa, hijas y nietos para su finca “Sitio de Piedra”, Camagüey,  “para no darle calor a los españoles con su presencia”.

Fuerzas cubanas al servicio de España, al mando del Capitán Eduardo López Ochoa, asalta el campamento y les hace prisioneros en 8 de abril de 1872. Lo sembrado fue destruido, los bohíos incendiados. Don Esteban, no obstante sus 79 años de edad y su yerno don Francisco González Pupo fueron macheteados y los cautivos trasladados a Victoria de las Tunas, y de allí a La Habana, tal como dio cuentas el “Diario de la Marina” en 27 de abril de 1872. En el periódico se publica la relación de presos: Doña Cándida de Fuentes Reynaldos, esposa de don Esteban, Francisco Hernández del Toro, Francisca Castellano Fuentes, esposa del macheteado don Francisco González Pipo, Cleofás y Juana Castellanos Fuentes, Francisca García Hernández, esposa de Esteban Castellanos Fuentes y Leonor de Feria Garayalde, esposa de César Castellanos Fuentes, los antes mencionados llevaban con ellos a doce niños de distintas edades y sexo.

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Buenaventura Castellanos Fuentes, nacido en Holguín el 24 de diciembre de 1822, se graduó de Médico Cirujano en la Universidad Nacional en 3 de octubre de 1846. Fue detenido por los españoles al tratar de incorporarse a las fuerzas cubanas. Fue llevado a la Fortaleza de la Cabaña y deportado a España.

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Rafael Castellanos Fuentes ostentó el grado de Capitán en la guerra del 68. Después del Zanjón emigró. Falleció en Panamá.

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César Castellanos Fuentes fue Coronel del 68. Herido por fuerzas españoles el 22 de julio de 1871, en el lugar conocido como “La Cabrera”, que está ubicado entre Guáimaro y Cascorro, Camagüey.  Falleció el 25 del mismo mes. Estaba casado con Leonor de Feria Garayalde, hermana del General Luis de Feria Garayalde. 

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Juana Antonia Castellanos Fuentes era la esposa de José Antonio Rubio Ochoa, uno de los tres Delegados por Holguín que en 3 de agosto de 1868 asistió a la reunión de “El Rompe”, Hacienda de San Miguel, cerca de Victoria de Las Tunas, en preparación del Grito de Yara.


Holguin, "Ciudad Heroica"

Por Pepito García Castañeda

El día 6 de marzo de 1876, don Salvador de Fuentes pidió al Cabildo que se solicitara a Su Majestad el título para Holguín de “Ciudad Heroica” y una medalla conmemorativa para los defensores de la Casa Fuerte (La Periquera).

El Rey no hizo caso de la petición.

Salvador de Fuentes era un traidor de los pronunciados en la guerra del 68. 

Una décima de cuando la guerra de independencia

Por Pepito García Castañeda


Cuando yo estaba en la escuela,

Me aconsejaba mi padre, 

que amara mucho a mi madre

sin olvidar a mi abuela,

porque mucho se desvela

en el cuido de sus nietos,

tanto blancos como prietos.

Mi padre tenía razón

en la primera instrucción

dar consejos tan discretos.


La viuda del General Félix Marcano, a los noventa y tantos años de su edad, y residente en Bayamo, se la dictó a una de sus nietas para mí. Me dijo personalmente que al visitarle el propio don Mariano Lora, padre del General Secundino, se la había recitado y que ella nunca la había olvidado. Ella se refería a Cuba y a España.

En ese instante me pidió que no la publicara. 

Clero separatista (Holguin 1868)

Por Juan Albanés

La Revista El Fígaro de octubre de 1918, en número dedicado a Holguín, menciona al Presbítero Juan Casto Rosell y González, hijo de Holguín. Y de él cuenta que en 1868 servía en la iglesia de Santa Margarita de Cacocúm como coadjutor del anciano sacerdote Manuel Antonio García Ibarra.

Rosell y González participó en las luchas de los primeros años de la guerra por la independencia cubana de 1868, al lado de su hermano Justo Rosell y Carrión. Hecho prisionero el sacerdote fue recluido en la Casa Periquera, de donde pasó al puerto de Gibara y allí fue embarcado junto a otros presos en el vapor “Pájaro del Océano”. Guardó prisión en Isla de Pinos.

En 1918 el sacerdote holguinero desempeñaba el curato ultramarino de Regla, en La Habana.

Dice el escrito de El Fígaro, para concluir su artículo: “Holguín, cuna de tantos héroes y mártires no podía dejar de haber dado, también, una representación que integre la pléyade gloriosa de sacerdotes que se pusieron al lado de la justicia durante la cruenta lucha por la libertad. El presente artículo es buena muestra de lo que decimos”.

26 de agosto de 2021

Ayuda a menesterosos de Holguin al final de la guerra de independencia de 1895

Por Juan Albanés

Antonio Cabanillas Manzaneda, 38 años, de Villanueva de la Sorena, Bajadoz, Extremadura. Segundo teniente del Tercer Escuadrón “Hernán Cortés”.

Casó el 12 de julio de 1897 con Concepción Leonela Monner Granjel, natural de Holguín.

Al terminar la guerra de 1895, Don Antonio Cabanillas Manzaneda trajo vituallas y ropas para los menesterosos de Holguín que les fueron proporcionadas por Miss Clara Barton, encargada de la Cruz Roja, establecida entonces en la casa comercial de J.Bueno y Compañía, en Santiago de Cuba. Igualmente la ayuda la aportó un alemán nombrado Germán Michaelson, quien instaló una cocina económica en Santiago e hizo mucho por aliviar a los menesterosos y azotados por la guerra.

(El alemán posteriormente puso un aserrío en un lugar perteneciente a la jurisdicción de Holguín. Por la popularidad del dicho alemán ese lugar pasó a llamarse San Germán, e igual fue este individuo quien por mucho tiempo sostuvo económicamente al trovador Sindo Garay). 

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