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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

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22 de marzo de 2023

FEMMINE CHIC (Anuncio de la prensa de Holguin de 1918)

Por: Juan Albanés

El periódico “Heraldo de HOLGUÍN”, edición del LUNES dos de septiembre de 1918, número 724, año IV, nos ofrece el siguiente “inserto” publicitario:

En “Femmine Chic”, en calle Peralta (luego Martí), esquina a Mártires, en esta ciudad, se ha recibido un extenso surtido de pamelas y tocas(1), así como gran variedad de flores y adornos, sedas, mostacillas, perfumería y últimas novedades en voilé, geogotte, muselinas, etc. “La Femmine Chic”


1. Tocado o prenda de vestir que cubre la cabeza y en ocasiones también las orejas y el cuello, generalmente de color blanco y de diferentes tejidos, casi siempre finos. Era un tocado femenino común usado antiguamente.

2. El término proviene del francés y significa velo. Es un tipo de tela generalmente fabricada con 100 % de algodón o mezclas de algodón, lino o poliéster.

3. Tipo de tejido 

9 de enero de 2017

Centro Comercial de Holguín - EVOLUCION HISTÓRICO-ARQUITECTÓNICA DEL CENTRO COMERCIAL TRADICIONAL DE HOLGUÍN. (Parte XII)



Después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959 comienza la trasformación paulatina del Centro Comercial Tradicional de Holguín. La propiedad particular y especialmente los grandes comercios de firmas extranjeras que tenían alto número de empleados, fueron  nacionalizados en 1963. Cinco años después, en 1968, se nacionalizan los pequeños. 

Durante este proceso interventor se cierran muchas tiendas a las que se les da nuevos usos sociales: educacionales, salud, habitacional y administrativos, predominando estos dos últimos. El Centro Comercial Tradicional toma un nuevo destino en el que prevalece junto al comercial, el cultural, y va perdiendo la imagen peculiar de los comercios tradicionales, establecidos desde el siglo XIX y principios del XX. La Plaza del Mercado, por ejemplo, se transformó bruscamente, perdiendo su razón de ser, el Mercado Modelo se transformó en una fábrica de cerámica roja con alta contaminación ambiental, hasta la implementación del Proyecto Cultural La Marqueta, no así, felizmente, el parque García y sus alrededores que, a pesar de desafortunadas intervenciones y cambios de usos, continúa siendo hasta nuestros días el corazón del Centro Comercial Tradicional.

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Centro Comercial de Holguín - EVOLUCION HISTÓRICO-ARQUITECTÓNICA DEL CENTRO COMERCIAL TRADICIONAL DE HOLGUÍN. (Parte XI)




 
Libertad no. 213, El Encanto: Construcción racionalista de tres niveles, inaugurada en 1953, (en 1957 era Libertad 141)
En 1959 esa cadena ya tenía 70 años de existencia en Cuba. Pertenecía a  Solís Entriago y Compañía S. A. y en Holguín era su agente Andrés  M. Torres y Compañía. Antes de edificarse el edificio había sido una casa de vivienda y además comercio del tipo de quincalla llamado “Casa Aladino”.

Cuando el capitalismo en Cuba cobra mayor auge llegan hasta la ciudad importantes firmas comerciales tanto nacionales como  extranjeras. Así abren sus puertas en Holguín: “El Encanto”, “Sears”, “Wolwords”, entre otras. Los viejos y transformados edificios coloniales que servían de comercios fueron derrumbados y en su lugar se fabricaron otros modernos establecimientos de hasta cinco plantas. En esos casos, por lo general, las dos primeras plantas se dedicaban a tiendas con ventas por sistema por departamentos y los niveles superiores a uso habitacional.
Un ejemplo de la transformación de los viejos edificios holguineros en otros modernos para uso del comercio:
 
La mitad de esta casona colonial holguinera se demolió para construir un moderno edificio donde se instaló la tienda Komodidad, la otra mitad aún está en pie
 
Libertad no. 217, Tienda Trasval, Heladería Guamá y vivienda por Luz Caballero: Edificio Betancourt, construcción racionalista edificada durante la década del 50 del siglo XX, tras demolerse la parte que ocupaba la fábrica de bastidores y camas plegables La Industrial, de Virgilio Fernández Aja, que formaba parte de la construcción colonial del siglo XIX que aún se conserva por Luz Caballero esquina a Miró, para entonces propiedad de la familia  Fuentes y también residencia del comerciante  Waldo Betancourt. Inaugurado en 1957, albergó los comercios Mónaco y Komodidad.

Los nuevos edificios eran de estilo Racionalista pero se integraban perfectamente al anterior entramado urbano porque, en el caso de los que se levantaron alrededor de las plazas, mantuvieron la portalería y altura promedio de la trama. Fabricados con hormigón armado y paños de cristal en la fachada, lo que permitía apreciar los productos de venta desde el exterior, les colocaban anuncios metálicos con iluminación eléctrica, lo que permitía destacarlos durante la noche. Estos, además, poseían sistema climatizado (aire acondicionado) y algunos música indirecta, todo lo cual les proporcionaba el confort que exigía la clase de mayores recursos económicos que era, lógicamente, quien podía pagar los productos de  importantes firmas cubanas y extranjeras que se ofertaban en ellos. 

En la foto se aprecia un ejemplo de la transformación arquitectónica de los alrededores del Parque Calixto García: Observe donde pacientemente esperan los dos caballos, los arcos de medio punto del viejo edificio donde luego construyó la tienda de la cadena “Sears”, actual Hanoi.
 
Libertad no. 179, Comercio Hanoi: Fue construido en la década del 50, siglo XX, en estilo racionalista, de concepción moderna, la parcela que se extiende a la calle del fondo (Miró) se ocupó con almacenes y oficinas. Fue una de las primeras tiendas concebida por departamentos para el comercio Sears  Roebuck and Co., S.A.,  Surcursal en Holguín, que además poseía una cafetería y un piso intermedio o mezanine. El inmueble anterior a este era la vivienda familiar de Pedro Rodríguez Fuentes, también se reporta en ese espacio la existencia de una pequeña papelera con el nombre “La Pluma de Oro”.
 

De los nuevos edificios comerciales levantados en Holguín en la década de 1950 destacaron “La Época” y “El Encanto”, ambos inaugurados en 1953;  “Sears” (Hanoi);  “Niquels” (1959);  “Edificio Betancourt” (1957) que fue ocupado por Mónaco (tienda Trasval) y Komodidad (entonces una colchonería y ahora heladería); “Mueblería Escobar” (La Amistad); el “Banco Continental” (actualmente Internacional) y el “Banco Agrícola e Industrial” (BANDEC), por citar algunos de los más importantes. 

Maceo esquina a Aguilera, Banco BANDEC: Edificio racionalista, construido en 1942 para Banco Agrícola e Industrial, entidad que lo poseía para 1959 (Maceo 74). Anteriormente había sido una bodega de Nicolás Besil, llamada “El Cedro”. En la planta alta funcionaban otras dependencias como era el Bufete del Dr. Carlos D´Espaux Martínez, abogado y Registrador Mercantil.
Frexes esquina a Máximo Gómez, Por Máximo Gómez no. 276, edificio El Niquels: Inaugurado en 1959, de los edificios de apartamentos de Holguín construidos antes de 1959, este es el más moderno.La primera y segunda plantas estaban ocupadas por una tienda por departamentos y hacia el lateral, por Frexes, una cafetería.
Anteriormente en ese lugar había existido un viejo caserón que se explotaba por medio del juego y billares, propiedad de la familia Palomo. Es famosa la anécdota que cuando se construía el nuevo edificio se encontró una botijuela con monedas de oro.
 
Libertad no. 171, Notaría Especial MINJUS, anteriormente Bufete Internacional: Bellísima construcción colonial afectada por el incendio provocado por el ataque y sitio a la ciudad en 1868 y reconstruida posteriormente por su propietario don Andrés García Bárcenas. Desde 1900 funcionó allí el hotel Isla de Cuba, famoso por su comida, bajo la propiedad de diferentes dueños, uno de los más conocidos fue José Trueba. En 1959 el inmueble estaba numerado con el 101.

Entonces (década de 1950) era tracción de las familias residentes en la ciudad los paseos nocturnos domingueros hacia el parque Calixto García a escuchar la retreta y a contemplar las vidrieras de los comercios circundantes, que exhibían sus ofertas y atractivos adornos de Navidad en el mes de diciembre, juguetes para el Día de Reyes (6 de enero) o para las Ferias de Abril dedicadas al Patrono de la Ciudad (San Isidoro, 4 de abril). También era tradición de las tiendas exhibir en sus vidrieras las fotos de las carrozas premiadas y de la Reina y Damas de Honor durante el Carnaval.
Después de 1930 el comercio holguinero ocupó una gran área, comprendida por las calles Cables al sur hasta Garayalde al norte y de este a oeste, desde la de Morales Lemus a la de Máximo Gómez.
Dentro de esa área se encuentran los tres parques centrales: Calixto García, Peralta, Céspedes y además la Plaza del Mercado, además las calles que los comunican entre si, aunque en las principales vías holguineras, Libertad y Frexes, los comercios se extendían a todo lo largo.
 
Otras zonas de interés comercial fueron las cercanas a las vías de comunicación, así las entradas por carretera a la ciudad y cercanas a las estaciones de pasajeros de los ferrocarriles del norte y del sur (Central y de Holguín y Gibara), a  cuyos alrededores se edificaron almacenes, bodegas, industrias, bares, cantinas y otros servicios especializados, como la venta de autos.
Significa lo anteriormente dicho que el proceso de expansión urbana de Holguín no cambió la concepción de tiempos de la colonia de centralizar todo lo de valor frente al parque García. (Con la excepción de los repartos Pueblo Nuevo y Vista Alegre, que tuvieron una pequeña infraestructura urbana, en ninguno de los otros repartos hubo zonas de interés comercial.


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Centro Comercial de Holguín - EVOLUCION HISTÓRICO-ARQUITECTÓNICA DEL CENTRO COMERCIAL TRADICIONAL DE HOLGUÍN. (Parte X)



En los primeros años del siglo XX holguinero se construyen otros inmuebles comerciales de uno y dos niveles. Los segundos establecían la primera planta a comercio y la segunda a vivienda. Así estuvieron, entre otros, el edificio ubicado en la esquina de las calles Martí y Maceo (de 1913) propiedad del Dr. Socarrás; la casa familiar de Wenceslao Infante (actualmente Casa de la Cultura) que en 1918 ya tiene el segundo nivel,  y la de los Manduley, en la cuadra este del parque García (actual librería Pedro Rogenas); otro en Libertad y Arias, frente al parque San José y dos en la Plaza del Mercado.

 
Martí esquina a Maceo, Hotel Saratoga, actualmente en reparación. El edificio se construyó en 1913 y fue ocupado en ese año por un banco y una tienda la planta baja y vivienda la alta. Posteriormente fue comprado por Robustiano Diego, Sociedad en Comandita, quien hasta el primer nivel la ferretería La Llave y alquiló la segunda para ser utilizadas en distintas funciones la alta, y así hasta el año 1937 en que se convirtió en hotel Saratoga.
 
Para 1959 el edificio y la ferretería eran propiedad de Arnaiz Diego y Cía., Sociedad en Comandita.
Según el proyecto de la arquitecta Ivet Planas, después de la reparación el edificio quedará así:
 
Libertad no. 193, Librería Pedro Rogena y vivienda en los altos: Vivienda comercio de dos niveles con galería en planta baja, de estilo ecléctico, edificada en los primeros años del siglo XX. En 1959 (Libertad No. 123) radicaba en la planta baja, el comercio “El Bazar Cubano”, de Fernández,  que se anunciaba como “La Casa de los Juguetes”, y en los altos la vivienda familiar de Octavio Manduley y hermanos.
La fotografía es de la década de 1940
Libertad no. 137, esquina a Arias, viviendas, carnicería y Galería Holguín en planta baja y Academia de Ajedrez en segunda planta: Edificio ecléctico de dos plantas, construido en la década del 30 del siglo XX para albergar establecimientos comerciales en el primer nivel y vivienda en el segundo. En 1959 estaba ocupado en la planta baja por la casilla “Mi Casa no. 1”, le continuaba por Libertad un depósito de tabaco en ramas, una quincalla y donde actualmente está la galería Holguín era el café “El Parque”, propiedad de chinos,. En la planta alta era la residencia de Neyle Marson de Góngora. Anteriormente la familia Góngora había usado la segunda planta del edificio para instalar la primera radioemisora que hubo en la ciudad, nombrada CMKF, dirigida entonces por Manuel J. Góngora, y más tarde por sus hermanos, esos la  trasladaron a la calle Frexes, donde hoy radica la Empresa de Proyectos Vértice, antes EMPAI 13.

En las primeras décadas del siglo XX el valor del terreno del centro de la ciudad subió vertiginosamente, lo representó un gran negocio venderlo o arrendarlo para comercios y otras instalaciones. Los viejos inmuebles coloniales comenzaron a modificarse y a adaptarse a la actividad comercial. Todos los propietarios quisieron modernizar los edificios para hacer los comercios más atractivos y recibir mayor número de clientes, de ahí que a las que habían sido casas de familia devenidas en tiendas, les demolieron las  paredes que dividían la sala de los aposentos y recámaras, le eliminaron las arcadas y les colocaron una viga de acero para dintelar  y consolidar la casa, logrando de esa manera un espacio amplio para el salón de venta que, en un primer momento tuvo mostradores y ahora ya admitía mesas.
La necesidad de recuperar espacios interiores para almacenes, se lograba cerrando galerías y techando los patios interiores. En los casos en que el inmueble estaba precedido de colgadizos sobre pies derechos, y también los de arcadas sobre pilares, se llegó a transformar la fachada a cualquiera de los estilos en boga: hasta la década del 30, al Eclecticismo, y más tarde al Art-Decó o Monumental Moderno. En el interior quedaron escondidos los elementos originales de influencia mudéjar, barroca  y neoclásica característicos del período colonial.
 
Los inmuebles de esta zona céntrica comenzaron a explotarse al máximo. Los dividieron para arrendarlos a distintos comerciantes, e igual  en un solo inmueble hubo varios comercios: tiendas mixtas y de especialidades, entre estas segundas: ferreterías, peleterías, joyerías, ventas de bicicletas y autos, venta de equipos electrodomésticos e industriales, gasolineras, farmacias, cines, bancos, hoteles y servicios artesanales y técnicos de todos tipos, gastronómicos, recreativos, así como para la ventas de billetes, periódicos y revistas, frutas californianas y otras baratijas que se vendían en estantes colocados en las entradas de los cafés, hoteles y en los corredores de los inmuebles que bordean el parque central.
Para que se tenga una idea somera idea de lo anteriormente descrito, en la década de 1950 en la Plaza del Mercado existían 7 ferreterías, y en el área del Centro Comercial Tradicional unos 15 pequeños hoteles de ciudad, 27 cafeterías y 179 tiendas de ropas y servicios.
Para entonces era tan grande la competencia que los comercios que ocupaban las grandes casonas coloniales, sino se equiparaban a las condiciones del momento, quebraban o eran disminuidos y cada puerta se ocupaban con nuevos servicios, (generalmente cuando se abrieron los vanos de las ventanas coloniales, cada gran comercio poseía cuatro puertas en su fachada).  
Vidrieras de los comercios de Holguín
Cientos de personas visitaban cada día el centro comercial de la ciudad atraídos por las necesidades perentorias o por la propaganda que cada comercio hacía colocando las novedades en las vidrieras que, en su  mayoría, sobresalían al  muro de fachada. Asimismo se hacía propaganda escribiendo en los muros de la fachada o en los toldos que contribuían a la protección solar; y los más favorecidos por la fortuna se anunciaban en la prensa escrita, en las radioemisoras locales o por medio de altavoces. En el caso de los altavoces la propaganda la hacía uno de los empleados frente al propio comercio.
Ferretería La Sucursal, en una de las esquinas más céntricas de Holguín, la que hacen las calles Maceo y Frexes
El Centro Comercial constituyó la mayor atracción de la vida citadina. Los corredores [portales] de las plazas y las cuadras aledañas diariamente se cubrían  de público, haciendo esa área la populosa de una ciudad que hasta la década de 1950 tenía sus calles de tierra y donde el transporte que prevalecía era de tracción animal, como puede apreciarse en las fotos de época en las que los caballos aparecen amarrados frente a los comercios, (incluso hasta hoy quedan varias de las argollas empotradas en las aceras que se usaban para amarrar los caballos mientras sus dueños estaban en los comercios, cafés u otras instalaciones).

Eran inmigrantes los principales dueños de los comercios de Holguín

Generalmente la mayoría de los dueños de las ferreterías eran peninsulares, santanderinos los de las dos más grandes, La Surcursal y La Llave; árabes eran los propietarios de las tiendas de ropa y joyerías; chinos, los propietarios de los hoteles, cafés, bodegas y puestos de frituras, y, obviamente, unido a ellos un grupo de holguineros también era propietarios.
Es ese el tiempo en que Holguín comienza a expandirse y rebasa los viejos límites de los ríos, la burguesía abandona el centro bullicioso de la ciudad y se va a los nuevos y modernos repartos residenciales  donde construyen sus viviendas en grandes parcelas.

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