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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

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31 de diciembre de 2010

Delfín Prats (memorias)

Por César Hidalgo Torres
      


Yo iba a entrevistar, largo quería, a Delfín Prats. Y ahora ediciones “La Luz” de la Asociación hermanos Saíz (AHS), publicó su último libro: “Striptease y eclipse de las almas”. Ahí están un poco de las respuestas que esperaba, o por lo menos, las únicas respuestas que el poeta está dispuesto a dar. Lo otro será alguna vez: Su amistad con Reynaldo Arenas, su eterna locura tan cuerda, ese tema obsesionante (¿en él o en mí?) del ascenso a nuevas constelaciones, “el devaneo” de los años sesenta, el amor insostenible por Antinoo… Por eso no han de creerme cuando les jure que únicamente aspiro a comentar su libro. La verdad es única y sólida como una montaña: Yo quise que Delfín me respondiera lo que él acaba de publicar.


He nacido a 2 km de la Huerta de Cándido. En vida de mis abuelos los residentes de la zona se podían contar con los dedos. Ahora hay aquí mucha gente venida de otros sitios. En otras partes yo he hablado de la desaparición de las viejas formas de convivencia, de la pérdida de ciertas distancias y ciertos respetos, de la nueva tónica de las costumbres. Iba a escribir disolución, pero me doy cuenta a tiempo de que el término es excesivo.

Me marché adolescente y luego he vuelto sólo de cuando en cuando. Ciudades: La Habana, Moscú, otra vez La Habana, Holguín, otra vez Moscú, Holguín, Madrid, Holguín. Gentes, libros, paisajes. Un poeta “criollo de la tierra”.

En 1967 publiqué mi primer poema, bajo seudónimo, en La Gaceta de Cuba.

¿Por qué el seudónimo, me pregunta un amigo. No creo que entonces necesitara complementarios, heterónimos; más bien un indicio de mi vinculación con las ciudades de la llanura. La noche, los bares: Antinoo.

Ya cuando mi primer libro es premiado soy, con todo derecho, ciudadano de la noche habanera. No es la noche desconcertante y vasta de Caín. Es una noche en menguante, limitada a pequeños clubes como 23 y El Coctel, pero todavía puede proporcionarnos sorpresas que la memoria agradece, como poder escuchar a Virgilio Piñera diciendo sus textos en El gato Tuerto, mientras Miriam Acevedo canta.

 Sí, hice bohemia en La Habana a fines de los años sesenta, bohemia heroica, y conocí a los Max Estrella de aquellas madrugadas, y conocí los Retana, los Répide, al marqués de Hoyos y a Pedro Luis de Gálvez, excelente sonetista y bohemio golfante.

Volví a hacer bohemia en La Habana una década después; lugares: el parque de la Funeraria de Calzada, el Patio de la Catedral, en La Habana Vieja; el Club Latinoamericano del Prado.

Apuntes para una historia de la bohemia habanera, autor Tomás Fernández Robaina: “Por estos días también conocí a Delfín Hiram Prats, poeta bohemio y marginal, no por oponerse a estructura social alguna, sino por que esa fue su autenticidad desde siempre y para siempre. Toger (Coco) Salas llamaba “devaneo” a la bohemia desalcoholizada, de heladería y portal de la cinemateca. Reynaldo Arenas rechazaba el “devaneo”, el alcohol y la bohemia, aunque amaba lo “golfante” y poseía su propio particular infierno poblado de hampones y esperpentos. El incisivo compañero de playas y aventuras non sanctas (ávido lector de Andersen y de Djuna Barnes) prevalecerá siempre sobre la execrable estela.

Delfín Prats escribe en una de sus cartas: Nosotros fuimos (se refiere a Arenas y a él) las primeras figuras de un sector generacional no apto para hacer el juego a ninguna doctrina oficial (…) Acceder a esa infancia (la de Celestino) se podría a través de mi propia experiencia, entrar en ese paisaje en busca de una arqueología de los goces, de las acechanzas”.

Llegarnos hasta el mar y zambullirnos. Rimbaud, Borges, Baquero. El despertar de la inocencia, dirías, María Zambrano. Sí, las pesquisas de una inocencia liberada de todo causalismo ético o religioso.

La memoria tiene sus talismanes –me susurra el Borges de entonces- extensos, ardientes y vastos declives de la noche, que lindan con la aurora.

Y nada más, ninguna otra cosa importante dice Delfín de Reynaldo Arenas. Y uno que se acostumbró con aquel de leer cada evidencia contada hasta la saciedad, se queda esperando. Y no es que Delfín tenga que devolvernos al Reynaldo Arenas con el que hizo todas las travesías, ese es de él. Pero si no fuera malo nos diera un cachito, a nosotros (yo) que tenemos (tengo) dudas de los excesos de “Antes que anochezca”. Habrá que esperar, por si un día abre la boca que mantiene tan cerrada, aunque, cabronazo que es, con una sonrisilla ardiente, dice en este libro: “Ahora, ya sabemos que la única certeza se engendra en lo que nos rebasa”.

Por si lo intentan, les digo que, parece, por estos días el autor no recibe a nadie. Tiene un muchacho que se llama Danilo Coppe y él mismo escribe a qué dedica los minutos más tersos de su existencia actual:

“Yo me acucurruco debajo de tus piernas para buscar un calor de
/remotas constelaciones e íntimo rescoldo a la vez
Y tu me ciñes la espalda con toda la fuerza de tu edad
y mis labios recorren por primera vez tu cuello.
Después conocerían otros sitios tuyos
profundos,
limpios, fluyendo en veladas transparencias,
pero ahora disfrutaba de esos simples paisajes del cuello
abriéndose a lívidas irisaciones de arena.


Iba a terminar aquí, no creo que tenga derecho a escribirles lo que escribió otro y de pronto, de pasada, unas páginas más adelantes, salta el Muchacho y poco antes Reynaldo Arenas otra vez.

No he asistido a la reunión de la Asociación de Escritores. Cualquier nombramiento, cualquier decisión que allí se tome no alterarán ni el “inconmovible pasado” ni el porvenir incierto. A dormir. Y mañana a la rutina. No me han vuelto a atormentar los sueños del fin del mundo… ¡Que falta me hace el mar!.

Tuve una pesadilla con Reynaldo Arenas. Lo veía –con los cabellos rojos y el rostro transformado por la ira- precipitándose en un abismo de alambradas que ardían, mientras vociferaba improperios que eran al mismo tiempo una llamada a seguirlo. “Vendrán, vendrás”, fueron las palabras que conservé al despertar, sobresaltado, como después de cualquier pesadilla del peor género. Algún día tendré que reconsiderar –a la luz de los hechos de estos últimos diez años- toda mi relación con Arenas, desde el día o noche inciertos en que trabamos conocimiento, hasta la última ocasión en que nos vimos en la madriguera del hotel Monserrate. Reconsiderar el destino de mi generación, los libros que no escribimos



Ojalá lo hicieras Delfín, que te espero desesperándome. Ojalá. Ya sé que depende del tiempo dedicado a los tomates de tu Huerta y del Muchacho.

Leo:

El climax del encuentro sexual nos aboca durante unos minutos a la pura animalidad. Durante el tumultuoso momento de la unión no hay espiritualidad, hay solo incendio y destrucción. El espíritu entra en juego más tarde, en el recuerdo, en la rememoración, enriqueciéndonos.

(…)

Interrogaciones del día:

¿Es el Muchacho un ser superior?

¿Y tu novela?.

Material no me falta. Experiencias, vicisitudes sobran. Tengo intuciones. Ideas, puedo tomarlas de los libros que leo. ¿Qué falta? Las herramientas, los medios, las técnicas, el tiempo disponible, la infinita paciencia que es necesaria para entrar en ese otro tiempo (el narrativo, el fabular) aquellas experiencias, aquelos paisajes intuitivamente iluminados.

En resumen, el Resplandor (…)

Amo al muchacho. Y en eso soy excesivamente egoísta. Él es un arquetipo. Yo defiendo una herencia. Ese amor –la forma en que se manifiesta mi egoísmo- es mi única alternativa para no perecer o para, al menos, perecer a gusto, lúdicamente, jugando, como hacen los gatos con sus víctimas. El Muchacho es mi víctima, pero a la larga, él también saldrá victorioso. La relación me salva. Por ahora basta.

(…) Mi Soledad. Cómo aceptar que termine el día y no tenga alguien con quien comer, con quien compartir la música, quizás conversar un poco, o yacer uno al lado del otro; al menos esto puede ser una compensación. Si en él naciera la idea de ofrecer una compensación por lo que niega. Pero su trato a menudo es duro, interesado. Dureza e interés y la desolada integridad de la persona en trance de aceptar una ideología religiosa-inflexible.

(…) Yo presiento la Muerte, digamos que en un plazo de cinco a siete años.

Un poeta oscuro de provincia no puede aspirar a la gloria póstuma, pero al menos le quedaría el apartamento, se casaría, tendría hijos.

Vuelvo a él. Lo más dramático de todo es que esto haya ocurrido precisamente ahora. ¿No había tiempo para meditar más cuerdamente sobre una decisión que significaba una tan grande ruina para mis proyectos, para ese futuro en común que tanto halaga mi amor propio, la vanidad de ese hombre –yo- que “ya se adentra en el turbio otoño? ¿Qué lo empujó a obrar con tan gran prisa, echándolo todo por tierra de un tirón?

Veremos, veremos (…) La tarde es prodigiosa. La transparencia del aire parece pertenecer a otro siglo.

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Perdón, no les pregunté si ya leyeron el último libro publicado de Delfín Prats y yo contándoselo como si no lo hubieran leído.

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STRIPTEASE Y ECLIPSE DE LAS ALMAS
Delfín Prats
FONDO EDITORIAL CASA DE LAS AMÉRICAS


El poeta nos muestra personajes y meditaciones entrañables, trascendentes y reveladores de su entorno. Memoria salvada de la corrupción y prueba de victoria de quien se sabe, a la proa, en la barca del sol poniente.



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20 de octubre de 2010

...vida y amor, emoción y sugerencia.



La vitalidad de Marilola X, su deseo de llegar a la meta que se ha trazado, vitalidad y meta tan altamente valoradas por quienes la admiran y objeto de acérrima censura por quienes no la aceptan, se hace tangible en su participación directa en el proceso editorial de cada uno de sus libros.

Ella misma mecanografía sus textos. Y cuando ha concluido ese trabajo inicia la parte más compleja de su labor: obtener el dinero que necesita para sufragar la impresión del libro. Una vez logrado el crédito, la poeta se va al taller y permanece junto a los impresores hasta que el libro queda concluido. De cerca sigue el proceso, corrige las pruebas...

“En diez libros que publiqué en aquel mundo sórdido y que yo esperaba ansiosa, porque esos libros se trocaban en libros, lápices, libretas y comida, y yo luchaba con eso para enfrentar la miseria de mi casa, apenas si encontré dos erratas. Era como un embarazo de sueños y yo cuidaba que mi libro saliera normal, perfecto”.

Ariel García, hijo de la escritora dijo:

(...) no solo tuvo que enfrentarse cara a cara con la difícil tarea de hacer publicar sus libros, sino también a la de intentar venderlos de casa en casa, de fábrica en fábrica, de almacenes en almacenes, en jornadas interminables rematadas por largas caminatas a pleno sol o bajo la lluvia (...) la autora estaba expuesta a las intenciones deshonestas de los que lejos de interesarse por adquirir y conocer la obra propuesta, le hacían ofertas sucias y cobardes a la joven mujer, casi siempre acompañada por uno de sus pequeños hijos, a las que ella salía al paso con frases tajantes o con una bofetada de ser preciso.

Bajo las circunstancias descritas ve la luz en 1934 su primer libro, Cantos de amanecer, con prólogo del escritor mexicano Alberto Bolio Ávila. En uno de sus textos, el titulado  “Deseo” dice la poeta:

Escucha mi deseo Febo: recoge tu ardor, concentra tu fuego y calcíname como si yo fuera una mariposa que arde en una llama. Compensa mi pasión extinguiéndome en tu luz.

Cantos de amanecer fue presentado el 3 de octubre de 1934 en el Hotel Saratoga de La Habana, en presencia de un nutrido grupo de escritores, Félix B. Caignet, con quien la autora sostuvo estrecha amistad, Luis Amado Blanco, Arturo Doreste, Miguel de Marcos, Nicolás Guillén y Emilio Ballagas, el que le lleva, como siempre, un verso. Al dárselo Ballagas siempre le decía: “¡Aquí tienes mi flor!”. Otro que mostró agrado por las creaciones de Marilola fue Regino Pedroso. Ella consideraba que Pedroso con su obra robustecía el futuro.

Regino Pedroso

Por cierto, con la aparición de Cantos de amanecer se devela el secreto de quién se ocultaba tras el seudónimo Marilola X. La acogida del cuaderno es tal que la poeta tiene que preparar rápidamente una segunda edición, esta vez con el diseño del holguinero Andrés García Benítez. En este volumen se reproduce una de las cartas que Enrique José Varona le enviara a la escritora resaltando su condición de “poetisa por sensibilidad y por talento”.

La prensa habla constantemente de Cantos... pero aún así la autora tiene que viajar por diversas regiones orientales para vender el libro. Y dos años después, 1936 en La Habana, publica su segundo libro, Cuando canta un Corazón. La presentación se hace en Matanzas. El poeta Arturo Doreste escribe el prólogo.

El rasgo primordial de Cuando canta... es el matiz sensual que adquiere el tema amoroso. Véase este ejemplo tomado del texto “Presentimiento”.

He dejado mi ventana abierta porque no sé que extraña intuición me dice que en un despertar de mis sueños he de tropezar con tu mirada que vigila las ondulaciones de mi cuerpo flexible.

En 1938 aparece Hojas. En este libro el erotismo sigue siendo su tema esencial, pero ahora se hace palpable otro de los asuntos que torturan a Marilola hasta el final de sus días: la maternidad como la condición más sublime que puede experimentar una mujer.

Y también, imaginando que sería un nuevo y torturante dolor a mi vida, me diste un hijo... He aquí como inconscientemente me diste la dicha suprema.
“Palabras al hombre II”

En 1941 nace el cuarto libro de Marilola, Espigas, que se publica en Santiago de Cuba. Es ese su llanto por el dolor que le provoca la pérdida del ser amado. Y al año siguiente publica un nuevo título, Fruto Dorado. En este, a diferencia de las obras anteriores, la autora incluye poemas rimados que son la voz de la mujer rebelde que continúa enfrentándose a las ataduras sociales, esas que le impiden la plena realización. Y asimismo en Fruto está el temor maternal por el destino de los hijos y la reafirmación del concepto que para ella tenía la condición de madre:

Yo no sentí plena mi vida hasta que
La naturaleza me dio el aviso divino
(...)
Nada, nada es comparable
A la emoción de la maternidad.

Frenéticamente continúa escribiendo. En 1951 se publica Puesta de sol. En este nuevo cuaderno la autora habla del amor, pero ahora su palabra es serena como la de quien llegó a la madurez de su vida. Y la familia, tema recurrente en ella, vuelve a asomarse entre las páginas de Puesta. Pero sin dudas, la peculiaridad de este cuaderno es que en él se incluyen textos escritos por los tres hijos de la poeta para, dice ella, perpetuar en “su cosecha” el don poético que cultivaron el abuelo materno, el padre de la escritora, ella misma y ahora (¡está feliz de decirlo y de mostrarlo!): sus hijos. Más, sea este un texto de madurez, de fin del día, de anochecer cercano, como lo evidencia el título, Marilola no puede abandonar el tono marcadamente erótico que la recorre desde los pies y hasta el cielo. Adviértase en este fragmento del poema que tituló “Tatuaje”.

Me siento tatuada. Por dentro y por fuera...
Es como su en cada poro de mi piel estuviese escrito tu nombre, que digo en secreto, como un rezo.

Menos mal, lo digo porque fue bueno, Puesta de sol no fue el último de sus libros. Hubo otro, el octavo de su producción y con el que cerró su bibliografía tenaz: Todos mis pecados (1955).

En este libro reaparecen motivos ya característicos en su obra: el amor por los suyos, en particular por los pequeños nietos que vinieron y renovaron a la poeta: Arilda y Ariel. Pero ella no es vieja, no todavía, como para olvidar o sonrojarse por el amor y el deseo. Como es lógico, amor y deseo que a los 50 años tiene un acento diferente al de los años de más ardor. Véase este fragmento de “Eres para mí...”

Tu y yo, en la plenitud de nuestro otoño, somos a veces dos muchachos ilusionados...
Reímos, cantamos, salimos a buscar flores silvestres y a esperar amaneceres...

Pero entre los textos de Todos mis pecados hay uno que es el que llama la atención de los críticos. Es ese el que tiene un tono peculiar y que “parece decirnos, dicen los críticos, que a pesar del tiempo transcurrido Marilola sigue tan Marilola como antes” (Tonterías, ¿por qué iba a ser otra la que estaba feliz de ser la que quiso o por lo menos la que fue como ella se imaginó, la que ella dijo que era, y que me parece que no lo fue tanto en la real realidad). En fin, a lo que iba. Es ese texto ¿singular? El que se titula He venido a cantar. Canté siempre y siempre cantaré, dice el poema.

Sin embargo muy desgraciadamente cerca estaba el momento en que ocurriría un hecho trágico que cambiaría el rumbo de su vida y que, casi, calló para siempre el canto de la “alondra”: la muerte de su hijo mayor, Enrique Segundo, Henry para ella y para todos aún.

30 de junio de 2010

Sola por un anchuroso sendero de la vida.


El negocio familiar fracasó. Enrique decide que la familia debe ir al campo y todos se van a un lugar lejano e inhóspito llamado Arroyo Blanco. Allí nacen los dos hijos pequeños. María Dolore sientese Robinsón Crusoe y llama el lugar donde viven “La jungla”. Solo la imaginación ayuda a la sobrevivencia y ella se lo comunica a sus pequeños. El padre está tan distante aunque está presente que los niños solo son hijos de ella y se guarecen en su mundo interior. La casa se convierte en zoológico: dos pericos, dos sinsontes, un conejo. Cada animal tiene su nombre y se convierte en compañero querido. La comunicación de los muchachos con la madre se hace más intensa. El algarrobo del patio se convierte en imprescindible amigo de la familia y a él le dan una parte de la escasa agua de que disponían.

(...) Se corrió como una epidemia de palabras absurdas y estúpidamente elaboradas por mentes reducidas a lo doméstico y turbio, que yo estaba “loca” por haberle dado vida a la tierra donde vivía el hermoso algarrobo (...)
Para leer fragmentos de las Memorias de la Autora hacer clic aquí

Pasean los cuatro uno de sus paseos cotidianos. Vuela una mariposa que ella dijo que era dorada y se desata el huracán. María Dolores duerme a los niños y escribe por primera vez lo que se había acumulado en su alma. Ese fue el tema de su primer texto publicado: el vuelo de una mariposa dorada.

Y desde entonces nada puede hacer la poeta por detenerse si fuera que quisiera detenerse: escribe lo que piensa tal como lo piensa y siente. Es un compromiso que asume consigo misma, con la tradición familiar, con la vida. Y envía los textos al periódico holguinero El Heraldo de Holguín que dirigía Julio Albanés.

Para que sus escritos llegaran al destino debía ir al correo más cercano, que estaba en Cuatro Caminos. Utiliza diferentes nombres para firmar lo que sabe que la atormentará a ella y a sus mayores: Lourdes, Desirré, Madame X... hasta que surge Marilola X. Sin embargo cuando al fin la poeta enseñe su verdadero rostro todavía seguirá firmando Marilola X y así hasta el final de su vida.

La prensa local no conoce a la desconocida pero la publica. Cuando viaja a la ciudad llama al periódico y pregunta en nombre de “una amiga de la escritora”. Siempre tenían encargos para la desconocida: paquetes que contenían tarjetas, cartas y algunos regalos. Dinero casi nunca.

Sus amigas comentaban lo publicado por la misteriosa Marilola X, ella confesaba no haber leído nada. Como de piedra el rostro y ella oyendo las conjeturas de los demás: Marilola X debía vivir en La Habana porque nadie sensato de estos contornos escribiría así. El misterio ayuda y las comadres murmuran hasta hacer un escándalo por la sinceridad de la poeta. Revistas y diarios de otras regiones la publican también. Y felizmente la inspiración no cesa. La poeta descubre el sentido de la belleza en lo que la rodea: la luz, una música lejana que hacen unos muy pobres haitianos inmigrantes. “La jungla” le aporta la materia prima que necesita.

Al periódico llegan mensajes para la escritora misteriosa pero nadie la descubre, ni siquiera su esposo, que también publicaba allí unos artículos firmados con los nombres “El Caballero del Río” o “Fabian Conde”. Hasta el cura del pueblo maldijo las obscenidades de aquella “perdida” poeta incógnita. Incluso algunos dijeron que solo un hombre era quien se podía esconder bajo aquel nombre provocador, o por lo menos solo un hombre era quien podía saber lo que era el deseo carnal y el amor.

Marilola se convierte en la más exitosa de las mujeres y mientras tanto María Dolores sigue en “La jungla”, incomprendida por su esposo y en medio de innumerables privaciones. Entonces comiénzale a María Dolores un celo irresistible por Marilola X hasta que toma la decisión que ella misma quería prohibirse. Viste a los niños con la mejor ropa y sale al camino rumbo a Holguín. Viene a la casa de su madre donde siempre tuvo cobijo, protección y amor. Tenía menos de 25 años y jamás volvió a casarse.

(...) Cuando el yugo de un matrimonio prematuro me hostigó, rompí con él, en una época en que una mujer joven, con tres hijos, con mente y cuerpo sanos afrontaba un serio conflicto con la sociedad. (...)
De las Memorias de Marilola X

Es entonces cuando dice a todos que ella es Marilola X y a la familia le avisa que será una divorciada que escribirá versos. Los hermanos y la madre le hacen ver que es mejor que se haga modista pero ella solo tiene fuerzas para ser poeta y para hacer de sus hijos hombres bien formados.

Cuando todavía no había publicado su primer volumen, Marilola ya era conocida en un ámbito que rebasaba los límites de la ciudad. A la ciudad llegan los epítetos con que sus lectores la individualizan: “culta escritora”, “amada de los poetas”, “juglareña romántica”, “alondra holguinera”. Mientras, ella, que sigue escribiendo, se dedica a realizar actividades que contribuían a estimular la vida literaria de la ciudad: coordina homenajes a artistas de la localidad y a visitantes, promueve la presencia en Holguín de importantes personalidades de la época, organiza veladas en el Café Venus, la Colonia Española, el Hotel Majestic.

Todavía es recordado el homenaje que en Holguín preparó Marilola al cronista del diario El País, Pablo Álvarez de Cañas, (posteriormente esposo  de la célebre Dulce María Loynaz) o las acogidas por ella preparadas a Alicia Alonso, y a las declamadoras Berta y Paulina Singerman.




Formada en un hogar de firmes valores patrióticos, la escritora no permanece indiferente al acontecer social del país, que cada vez se torna más sombrío bajo la tiranía de Machado. En sus memorias dice: “Heredé de mis padres la dignididad y el respeto a todo, pero más que nada la pasión por mi patria”. Por esa época puede vérsele vinculada a grupos opuestos a las injusticias que comúnmente se cometían. Los combatientes la llamaban “la novia de la Revolución”. Al verla llegar le daban el mejor asiento: “ella no trae armas, trae versos”, decían

Grandes de la cultura cubana, entre ellos el ilustrísimo Enrique José Varona, reconocieron su actitud de cubana digna. Larga fue la correspondencia que sostuvieron. Hablando de política y de actitudes, dísele Varona: "(...) mientras se encuentren sentimientos como los de Ud., hay esperanzas para Cuba”. “Me doy cuenta de lo que sufre su alma de cubana con los peligros que parecen cernirse sobre la patria”.

El 16 de agosto de 1931, junto a Marta García Ochoa, Marilola funda y dirige la revista Nosotras. Era una revista dedicada a la mujer, una de las primeras de su tipo en Cuba.

Y mientras intercambia correspondencia con altas voces femeninas de Latinoamérica, Gabriela Mistral y con Alfonsina Storni, a quien llama “hermana”. Varios poemas escribe Marilola por la muerte de la Storni y en ella quedan las huellas que aquellos contactos le dejan, no solo en lo literario, sino en la mirada  para ver la vida mucho más amplia que la que le permitía el ambiente provinciano en el que desarrolla su existencia. Es desde entonces el de Marilola X un marcado acento feminista que ella convierte en razón literaria. 

Hasta donde se ha podido conocer, cuando Marilola publica sus primeros textos (década de 1920) y hasta que da a la luz su primer libro (1934), el énfasis en la pasión amorosa expresada con sinceridad y alejada de los tabúes de la época, aún no habían aparecido los poemarios de las poetisas que se reconocerán como representativas de las letras cubanas de la época.

11 de junio de 2010

La hija del coronel



Marilola X fue bella desde que nació y hasta el día antes de su muerte. Tenía los cabellos rubios y la piel muy blanca. En los ojos azules le bailaba una sonrisilla pícara y sensual. Y, quizás lo más sublime, una digna grandeza de cuerpo y alma que sus descendientes aseguran que heredó del padre el coronel.

En Holguín, el 11 de febrero de 1905 vino al mundo y la bautizaron con el nombre de Lourdes Desirée María de los Dolores Fidelina Suárez Ricardo. Lourdes porque sacó ese nombre según un calendario católico. “Desirée, dijo la poeta en sus Memorias, por petición de mi madrina Flora, María por una tía de mi padre, Dolores por mi abuela materna y Fidelina por mi padre, quien a pesar de haber tenido tres varones antes, no le pusieron su nombre a ninguno”

El coronel del Ejército Libertador Fidel Suárez Góngora había sufrido profundas heridas en el campo de batalla y había perdido cuatro de sus costillas. Los dolores eran constantes. De ahí que el General José Miró y el doctor Socarrás insistieran para que el enfermo viajara a La Habana a buscar un corsé ortopédico. Cuarenta días de nacida tenía la niña que le había nacido. El coronel toma un tren que se descarrila. Murió al instante.
En sus memorias, que la poeta tituló: Por favor, un asiento para una vieja, dice, orgullosa: “De mi padre heredé su poesía y su pólvora. De mi madre su reciedumbre y esa apacible calma de mujer que cruzó guerras y tomó junto a mi padre el título de mambisa”.

Aurelia Ricardo Quevedo, la madre de Marilola X era natural de Sagua de Tánamo. En las andanzas libertadoras del coronel se conocieron. Se amaron de prisa e hicieron el amor en el poco tiempo libre que quedaba entre uno y otro combate. En la manigua le nacieron los tres varones mayores, y no tuvieron más porque la guerra solo duró tres años.

En el 98 (1898) se acaba la guerra. El coronel vuelve a Holguín donde tenía a su primera esposa, Rafaela de la Peña, y un hijo pequeño. Pero Rafaela estaba a punto de morir y no quisieron entristecerla más. Ana Góngora, la madre del coronel, era propietaria de abundantes tierras en las inmediaciones de la ciudad (al crecer las tierras de doña Ana quedaron dentro del centro histórico de Holguín). Se dedicó el coronel a llevar la contabilidad de los negocios de la madre. A cambio ella le ofreció una casa amplia y recién construida adonde vino a vivir Aurelia y los muchachos. Cuando murió doña Rafaela, Aurelia crió al hijo de aquella con el coronel, lo respetaron y quisieron como lo que era: el hermano mayor.



Tras la muerte del padre la familia fue perdiendo sus propiedades hasta quedar en una difícil situación económica. Marilola vivió bajo la protección de sus padrinos. Pero Aurelia jamás estuvo lejos. Parece que la buena señora vivió eternamente añorando las montañas donde nació, la naturaleza libre y virgen. La poeta dijo que su madre le hablaba incesantemente de las típicas plantaciones cafetaleras de Sagua de Tánamo, de los jardines que allí no hay que plantarlos porque nacen solos. Y la niña, ya mujer, correspondió a aquellos recuerdos de su progenitora amando la naturaleza con una intensidad pocas veces vista. Las flores eran su gran pasión, pero le gustaba verlas crecer y morir en el tallo. Jamás admitió que le regalaran ramos y cuando, niña, veía que alguien cortaba rosas para decorar la casa, Marilola quedaba cerca del rosal herido y le hablaba con dulzura para compensar su dolor.

Los árboles eran sus amigos. Era su preferido uno que estaba plantado en el camino a su escuela. A nadie le confesó su vida íntima de niña fabuladora mejor que aquel árbol. Por eso el día funesto que al llegar encontró que lo habían derribado y convertido en leños, la niña tuvo fiebre y otras malezas.

A los árboles, a las flores del jardín, e incluso a las infelices maniguas que crecían a la vera del camino, Marilola contaba lo que le contaban de su padre, el coronel Suárez. O quizás lo que hoy hacía era recitarle aquel poema del padre que ella aprendió de memoria antes de poder comprenderlo: “Los que lleváis el látigo en la diestra,/azotad con estrépito, mientras existan/cobardes que toleren/el ultraje en silencio./Bien merece el oprobio/quien lo admite,/quien va confuso y trémulo,/a rendir ante el amo que lo infama/el tributo del miedo…”

Habla la familia comúnmente de los compañeros del Coronel en la manigua. El nombre de Mario García Menocal es uno de los que se pronuncian con respeto. Y hoy la familia se entera que Menocal es el nuevo presidente de Cuba. En 1912 el Presidente envía un emisario a la casa del difunto coronel Suárez. Trae el desconocido una enorme muñeca para la niña y la solicitud de los documentos del Coronel que la familia guarda. Dice que el Presidente va a escribir un libro sobre la guerra. Todo se lo dieron: un diario de guerra, el epistolario del Coronel en el que se incluían cartas de los Maceo, de Calixto García y de Máximo Gómez.

Menocal nunca escribió el libro y la familia se sintió ofendida por haber perdido tan valiosos recuerdos. Marilola creció escuchando comentarios sobre la afrenta infringida por aquel que había traicionado los ideales por los que murió el coronel Suárez. Siendo adulta, en uno de sus comunes viaje a La Habana, Marilola vio el nombre de Menocal escrito en una calle. De inmediato compró un pomo de tinta para zapatos, consiguió la ayuda de algún vecino y con sus propias manos borró el símbolo que no merecía tal homenaje. Por supuesto que tuvo que justificar su actitud ante las autoridades.


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La leyenda de Marilola X





Marilola X es el nombre artístico con que se dio a conocer una singular poeta de esta ciudad. Hija de un coronel independentista, esposa de un célebre periodista holguinero del que ella se divorció, Marilola X fue amada y aplaudida por altos cerebros de la intelectualidad cubana… hoy pocos la recuerdan y si por casualidad la leen la confunden con Carilda Oliver. Sin embargo todos los holguineros alguna vez hemos oído el nombre de uno de sus hijos, Henry, a quien con la fuerza de la pasión que siempre tuvo, la madre lo convirtió en un héroe después que el muchacho murió en una escaramuza nunca esclarecida en la Base Naval Norteamericana en Guantánamo. (Haga clic aquí para leer el epitafio escrito por Marilola para la tumba de su hijo Henry García).


Esta es la historia de la más sensual y polémica firma de las letras escritas en Holguín.

La hija del coronel
Un pájaro ansioso de lejanías al que habían atado las alas
Sola por un anchuroso sendero de la vida.
Cubro mis silencios escribiendo un mundo que quisiera legítimo
 ...vida y amor, emoción y sugerencia.
 Como una catarata de fuego se vació mi vientre
 Solamente una mujer anciana
 Por favor, un asiento para una vieja (Fragmentos de las memorias de la poeta)
 SELECCION DE FRAGMENTOS DE CRITICAS SOBRE LA OBRA DE MARILOLA



14 de febrero de 2010

Apuntes sobre la naturalidad del poeta Gastón Baquero: Primero textos.

Por: Lic Ana Gloria González Ochoa.
banes@baibramacult.cu


RESUMEN:

Se aborda de forma explícita diferentes elementos que muestran y aclaran el lugar de nacimiento del poeta Gastón Baquero – importante escritor cubano y de Hispanoamérica, quién fuera miembro del grupo Orígenes. A través del análisis de fuentes bibliográficas que incluyen las actas literales de la familia Baquero – Díaz; se presentan pruebas que atestiguan lo de su nacimiento, lo que queda abierto para un proceso legal.




Gastón Baquero (1914-1997) es una personalidad relevante en la literatura cubana y hispanoamericana, que legó una extensa obra creativa y la aplicación de un método literario novedoso. Graduado como ingeniero agrónomo y químico azucarero en Universidad de la Habana. Traduce autores de habla inglesa y francesa, integra movimientos literarios como el grupo Orígenes (1944-1956), liderado por Lezama Lima (1910-1976). Fue redactor principal del periódico: El diario de la Marina. Participó en varias revistas literarias y fundó la revista “Clavileño” de ese mismo estilo. En España trabaja en el Instituto de Cultura Hispánica y en radio exterior de España. Colabora en los periódicos y revistas literarias e imparte docencia en la escuela oficial de periodismo. Entre su obra poética se destaca: Saúl sobre la espada (1942), Poemas escritos en España (1960), Memorial de un testigo (1966), Magias e Invenciones (1984), Poemas Invisibles (1991). Entre su obra ensayística resalta: Escritores hispanoamericanos de hoy Madrid (1961), La poesía como problema (1966). Indios, blancos y negros en América (1991) y Acercamiento a Dulce María Loynaz (1993), entre otros.
Los nacimientos constituyen un acontecimiento esencial en la vida de las diferentes naciones, enriquecen y nutren la memoria, como historia y existencia de los pueblos, a través del devenir histórico. Conjuntamente con los matrimonios, defunciones y ciudadanía se inscriben dentro de los Registros Civiles en los diferentes países.
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Por primera vez en el año 2000 aparece en Cuba una antología de una de las voces más autenticas y poco difundidas del siglo XX “la patria sonora de los frutos” de Gastón Baquero (1914 – 1997, con selección, prólogo, notas y compilación del apéndice del poeta Efraín Rodríguez Santana (1953), quien además de mostrar el universo lírico del escritor desde sus primeros versos escritos en Banes hasta los últimos producidos en Madrid expone la certificación del poeta donde queda plasmado que no era natural de Banes, como se pensaba y él nos acostumbró a creer; sino que era natural de La Habana y había nacido en 1914 y no en 1918.

No cabe dudas que este documento generó un cambio en la naturalidad del escritor y aclaró definitivamente la fecha de ésta, pero desde el punto de vista bibliográfico suscitó discrepancia entre la intelectualidad como se verá después, Gastón Baquero siempre precisó literalmente que era natural de Banes y en todas las fichas biográficas o estudios que se hacían sobre el autor, donde se incluyeron estas referencias, se citaba a Banes como su lugar de nacimiento.

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En esta investigación se utilizaron diferentes métodos que nos permitieron obtener nuevos conocimientos de las fuentes consultadas.

Dentro de los métodos empíricos se utilizó la entrevista a familiares y amigos del escritor residente en Banes, asimismo se recurrió al método biográfico con la consulta de documentos personales del poeta.

Aplicamos como métodos teóricos,: El análisis y crítica de fuentes donde se trabajó con las certificaciones literales de la familia Baquero – Díaz existentes en el Registro Civil de Banes, y con entrevistas documentales realizadas por estudiosos del escritor donde se abundaba sobre el origen del mismo.

Finalmente aplicamos el método hermenéutico que nos sirvió para la interpretación de algunas terminologías presentes en las certificaciones literales de Gastón Baquero (1914- 1997) sobre la poesía.



¿Cómo contribuir a esclarecer la naturalidad del poeta Gastón Baquero(1914-1917) a partir de una documentación probatoria ?, es nuestro problema científico lo que implica argumentar sobre el tratamiento dado al tema dentro de la bibliografía del país y fuera del mismo.

En los libros “Diez poetas cubanos” (1948), “Cincuenta años de la poesía cubana”( 1952), y “Lo cubano en la poesía”, en su segunda edición (1970), todos de la autoría de Cintio Vitier (1921), se incluye al poeta Gastón Baquero(1914-1997) y se muestra en la ficha biográfica ,que es natural de Banes; sin embargo el autor es impreciso en la fecha. En el primer libro la enmarca en 1916, mientras que en los dos restantes en el 1918.

En 1993 el escritor banense Remigio Ricardo Pavón (1953) en coordinación con la Editorial La Vasca en España, publica el libro: “Gastón Baquero: Un recuerdo familiar y otros textos del poeta”, en entrevista realizada a Ebert Baudín - tío de Baquero por parte materna en un segundo matrimonio -, señalaba: Gastón nació en esta casa de calle 3ra norte número38 …Gastón era mellizo, nacieron el 4 de mayo de 1914, aquí mismo en ese cuartico que se ve ahí, viejo y destartalado.

Nótese que desde el punto de vista editorial es la primera vez que se hace referencia a la hermana melliza del escritor como un elemento esencial de su naturalidad.

Gastón Baquero Díaz muere en Madrid el 15 de Mayo de1997. Un año después de su fallecimiento la Editorial Betania en España publica una serie de entrevistas realizadas a partir de 1984 hasta su muerte por diferentes intelectuales cubanos la mayoría residentes fuera del país, - con la excepción de Niall Bins de Londres,- bajo el título: “Entrevistas a Baquero”, texto que aborda aspectos literarios y civiles del autor que nos ocupa.

En libro citado, Felipe Lázaro-uno de los autores- interpela a Baquero:

¿Cómo influyo en tu formación y vida literaria el haber nacido en un pueblo como Banes?

_ Mi pueblo natal no era exactamente un pueblo campesino con predomino de lo rural sobre lo urbano… Por la presencia allí, desde el año 2 de la United Fruit Company…

Del mismo modo otro Bladimir Zamora - otros de los entrevistadores- , interroga a Baquero sobre su nacimiento:

¿ Nacer en Banes, allá en el Oriente, fue bueno o malo para el futuro poeta?

_ Será por el amor a mi cuna, pero encuentro que Banes es un pueblo con vocación de poesía … porque en mi pueblo la poesía era una aparición cotidiana.

Nótese que el propio escritor Gastón Baquero (1914- 1997) hace alusión a Banes como su lugar de nacimiento. En la ficha bibliográfica del libro “Entrevistas a Baquero”, se expone que el poeta nació en Banes.

Asimismo el libro “Nueve poetas cubanos del siglo XX”(2000), publicado en España que incluye textos de Gastón Baquero, resalta que el mismo nació en Banes pueblo Oriental de Cuba en 1918.9 También La Universidad Pontificia de Salamanca en homenaje internacional a Gastón Baquero, los días 27 y 28 de abril de1993 publica que el poeta nació en Banes el 4 de mayo de 1914.

Contrario a lo publicado en la certificación de nacimiento expuesto en la antología póstuma” la patria sonora de los frutos”(2000), la mayoría de las bibliografías refieren el año de nacimiento Gastón Baquero (1914- 1997) en 1918 y no en 1914 como ocurre; sin embargo todos los sitúan en Banes. Del mismo modo ocurre un proceso asimilativo de la critica a favor de la difusión de la obra de este escritor y se ve la naturalidad desde un ángulo capitalino, queda divida la opinión en el oriente del país que argumentaba la naturalidad del escritor a partir de sus propias palabras y el comportamiento bibliográfico del tema a nivel nacional e internacional.

En el año 2000 se publica el libro:” Gastón Baquero: el Testigo de su Lámpara”, con el que su autor Walfrido Dorta (1976), obtuvo el premio UNEAC de Ensayo “Enrique José Varona” y este autor asevera con toda potestad que: Gastón Baquero nació en la Habana en 1914. También en la Revista Correo de Cuba ,año 7 , tercer trimestre 2001, publica Fernando Rodríguez Sosa , el artículo ”Magias e invenciones de Baquero, donde esgrime las mismas consideraciones que se señalan sobre la naturalidad de Baquero desde la publicación de su antología póstuma.

Internacionalmente a través de diversas publicaciones por internet se seguía publicando que Baquero era natural de Banes, del mismo modo publicaciones de derecha como: Diario de Las Américas en el 2002 ,en el artículo “El municipio es un poema de Gastón Baquero , se testifica que nació en Banes en 1918,al igual que el periódico “El banense libre ,Miami 2 febrero 2003.

La Fundación Central Hispano en Madrid en 1995 publica los libros “Gastón, Ensayos” y “Poesía completa (1935- 1994”),en estos textos no se hacia alusión a la naturalidad del escritor ; sino a su ciudadanía, y en las referencias bibliográficas se mencionaba “al poeta cubano” Gastón Baquero. Asimismo algunos estudios ensayísticos sobre este intelectual como: “Gastón Baquero y la identidad nacional cubana(1994), de Isabel Castellanos y “Gastón Baquero, ensayista en celebración de existencia,” de Pedro Shimos, entre otros, señalan dentro de los elementos biográficos a la ciudadanía.

No teníamos una fe de bautismo que confirmara el nacimiento de Gastón Baquero; pero si existían las actas literales sobre su naturalidad en el Registro Civil de Banes, que recogían con minuciosidad los detalles del acontecimiento. En el tomo 20 con folio 391 se registra que, José Eduardo Gastón Baquero Díaz fue inscripto el 20 de febrero de 1918 ante el señor José Rafael Arbucias Talón, juez municipal y el secretario Inocencio Quiñones Benítez, por su tío Sixto Díaz Vázquez, natural de Banes, mayor de edad, soltero, barbero, a petición de sus padres. Al efecto el tío declara: “Que dicho varón nació en el domicilio de sus padres a la cinco pm, del día cuatro de mayo de mil novecientos catorce. Que es hijo legítimo de José María Baquero Prieto y Fredesvinda Díaz Vázquez … y vecinos de la Habana”.

De una forma más explícita que el certificado de nacimiento, este documento nos conducía al mismo camino, Gastón Baquero era de la Habana. No obstante confrontamos el acta literal de su hermana melliza, donde se señala en el tomo 20 con folio 392 que, Carmen Hilda de la Caridad Baquero Díaz fue inscripta el 20 de febrero de 1918 ante el señor José Rafael Arbucias Talón, juez municipal y el secretario Inocencio Quiñones Benítez, por su tío Sixto Díaz Vázquez, natural de Banes, mayor de edad, a petición de sus padre, quien declara: “Que dicha hembra nació en su domicilio a las cinco pm del día cuatro de mayo de mil novecientos catorce. Que es hija legítima de José María Baquero Prieto y Fredesvinda Díaz Vázquez … y vecinos de la Habana”.

No existía una correspondencia entre estas dos actas, era imposible que ambos mellizos nacieran a la misma hora - cinco de la tarde - en lugares tan distantes como la Habana, - domicilio de sus padres - y Banes, - domicilio del declarante - , que era el tío Sixto.

El error pudo ser del escribiente y de hecho así se evidencia; pero conocemos de otras circunstancias que fueron propicias para esta situación, como fue la ruptura matrimonial de los padres de Baquero en el 1915 y la incomunicación de estos, acentuada por la negativa de los parientes , - especialmente la abuela materna Carmen Vázquez - en la aceptación de José María Baquero Prieto( Padre) como parte de la familia, por su condición de mulato y por haber causado serios problemas dentro de los valores morales de este hogar, pues sus hijos fueron concebidos antes del casamiento.

Los folios 534, 535 y 536 del tomo 7 de la sección de matrimonio del Registro Civil de Banes, refieren los pormenores del matrimonio de José María Baquero Prieto y Fredesvinda Díaz Vázquez , quienes contraen nupcias a la edad de 21 años en Banes: “a las nueve pm del día veinticinco de julio de mil novecientos catorce, ante el señor Eduardo Franco Ballat,… José María Baquero Prieto, natural de las Martinas; provincia de Pinar del Río, vecino de Banes, estado soltero, profesión telegrafista… y Fredesvinda Díaz Vázquez, natural de Banes”.

Para 1914 ambos cónyuges eran vecinos de Banes y residían allí como se constata. Retomando la fecha de nacimiento de los mellizos, destacamos que esta ocurre el 4 de mayo de 1914 y en ese mismo año; pero el 25 de julio se casaron sus padres, por supuesto que era incompatible con la época y la visión de la familia, reconocer - aquellos hijos concebidos en la ilegalidad - antes del matrimonio, siendo ello una de las razones por la que son inscriptos posteriormente.

Después de cuatro años de rompimiento matrimonial, las escasas comunicaciones entre el padre de Gastón y su familia se suscitaron a través del hermano mayor de los Díaz. Desde ese momento comenzó un intercambio cruzado entre las familias. Sixto como mediador, se encargó de actualizar a José María Baquero Prieto de la situación precaria que atravesaban.

En el año 1918 se legalizan los nacimientos, enfatizando el telegrafista su deseo, de que su único varón fuera a estudiar y a vivir con él a la capital.

El periódico El Pueblo (1915- 1958) , reseña el 15 de junio de 1915 que el padre de Baquero deja definitivamente la ciudad de Banes y se traslada para La Habana como telegrafista. En 1918 Sixto – tío materno del poeta-, a petición de sus padres y como intermediario inscribe a los mellizos, por convenio familiar ,Gastón Baquero se irá para capital con el padre, mientras que su hermana Carmen Hilda se quedará en Banes con su madre.

Aproximadamente a los 13 años, Gastón Baquero deja a Banes para ir a la Habana a reunirse con su padre, donde inicia sus estudios de nivel medio y bachillerato. Finalmente matricula en la Universidad de la Habana, graduándose de ingeniero Agrónomo, simultáneamente su vida se funde a la literatura, que será una pasión que lo llevará a una intensa y renovadora actividad creativa, que realizará en Cuba desde los años 30 hasta finales de los 50, vinculándose a figuras muy importantes como: Lezama Lima, entre otros, al grupo Orígenes, y diversas publicaciones literarias, donde él también fue fundador como: la revista “Clavileño”.

Entre las influencias literarias podemos señalar su fusión a las poéticas de Unamuno, Vallejo, T. Eliot, Rilke, Paul Valery, Borges, etc, que hicieron al poeta más integral y distintivo. No podemos eludir las incidencia en su obra de las primeras lecturas en Banes de autores como: Darío y José Martí unido a el propio entorno banense que a él le parecía fantástico.

El grueso de su producción literaria, donde incluye la poesía, el ensayo y el periodismo el poeta lo realiza fuera de su país.

En la obra de Baquero tiene una especial resonancia su infancia en Banes y la magia que ejerció éste en su poesía, “porque en mi pueblo la poesía era una aparición cotidiana”. A pesar de vivir con grandes dificultades económicas, su medio familiar propició un desarrollo cultural favorable, alentándolo al gusto por la lectura, en particular su tía Mina, que le inducía a leer poesía romántica - delectación muy generalizada entre los pobladores de aquella época _, así como su doble condición de estudiante en varias escuelas y de aprendiz de barbero con su tío Sixto, donde cuenta el destacado músico de la ciudad José Alberto Alemany, - amigo de Baquero - , que este no mostraba ningún interés por el oficio, solo le gustaba leer, cuando llegaba el Diario de la Marina, se olvidaba de los clientes y de los encargos de su tío, nos aseveraba Alemany. Nunca imaginaron sus amigos que años más tardes Baquero, sería el redactor de ese periódico y un escritor de relieve hispanoamericano.

De está época surgen los primeros textos del poeta.“ El Parque” y “Niña muerta”, reveladores por sí mismo de parte de la psicología de esta ciudad.

“Niña Muerta” es un poema que forma parte de la memoria colectiva, a partir, de en un hecho real ocurrido por la década del veinte en Banes.

Una niña es encontrada muerta cerca del puente de la ciudad, desconociéndose las causas del fallecimiento.

Para Gastón Baquero fue un sueño donde él según cuenta, no se explica porque soñó una noche que se había ahogado en el río de su pueblo una amiga pequeña, historia que traduce poéticamente en un soneto, hecho aproximadamente a lo trece años y que de inicio tituló “Elegía”, y que compartió con su admiradora y guía, la tía Guillermina (Mina).



Niña muerta

A la niña que ha muerto esta mañana
le hemos puesto en el pecho una azucena;
y hemos puesto además una manzana
junto a su mano pálida y serena.

Los niños han venido. Ya está llena
su habitación de leve porcelana.
Parece que se mira en la azucena
y que tiende su mano a la manzana.

Nos alejamos que dos de su lecho
contemplando otra vez su faz serena.



La atmósfera del poema “El Parque” muestra una empatía con el tiempo vivido por el poeta y la actualidad.

Cuando se conoce a Banes y se leen estos textos no hay duda, que estamos en este lugar, el mismo que hace alusión Gastón Baquero.



El parque

El parque de mi pueblo tiene
cuatro laureles y el busto de un patriota
cuando la tarde es hecha una lumbre tranquila,
arriban silenciosas las ancianas.

La tarde es lo más bello de este pueblo,
y son tristes sus noches,
cuando el parque se queda desolado,
con sus cuatro laureles y el busto de un patriota.




En el año 2000 se publica la antología poética “La Ensenada”:Ediciones Holguín por la autora, por la autora de este trabajo, quien hace una selección de veinte ocho poetas del siglo XX incluye en la misma a Gastón Baquero(1914- 1997)y sus datos biográfico donde apunta que es natural de Banes. El 2001 la misma escritora realiza la investigación. “ Antología Poética banense siglo XX: Estudio temático y estilístico, donde en el acápite dedicado a Gastón Baquero, muestra diferentes argumentos sobre la naturalidad del escritor basado esencialmente en el estudio de la documentación registral. Esta investigación se publica en el Anuario de Investigación 2001.Ediciones Holguín, asimismo lo inherente a la naturalidad poeta se expuesto en diversos eventos como: Cultura y Desarrollo(2002), Festival del Caribe y Evento científico provincial de las ASCUBI, con muy buena aceptación y recepción del mismo para el esclarecimiento de la naturalidad del poeta a Gastón Baquero.

Conjuntamente con las valoraciones realizadas por el propio Gastón Baquero sobre su naturalidad, el estudio bibliográfico sobre la misma y la documentación del Registro Civil queda implícita la naturalidad del poeta que se esclarece en el orden teórico y no en el judicial ,la expiditación de este certificado según la ley 51 del Registro Civil en Cuba es oficial y sólo podrá ser subsanado por un pariente cercano ó interés institucional.

Gastón Baquero (Banes, 1914-Madrid, 1997) es un escritor muy significativo dentro de la literatura cubana e hispanoamericana. El esclarecimiento de su naturalidad es muy importante para el estudio biográfico de este escritor y la inserción bibliográfica de su obra en el país y fuera del mismo. Recuérdese que vivimos en la” Era de la comunicación”, y no basta estar informado, sino estar actualizado en la documentación que se utilice.



BIBLIOGRAFÍA

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Binns, Niall. Una visión de la poesía cubana del siglo XX. Madrid: Betania, 1998. 87 p.
Carranza, Julio… [et al.]. Cultura y Desarrollo. Temas (La Habana) 15: 82-95; jul- sep.1998.
Cordova Martínez, Carlos. Consideraciones sobre la Metodología de la investigación. __ Holguín: Universidad de Holguín:Centro de estudio sobre cultura e identidad, 2006. __ 114 p.
Cuadra, Ángel. El Municipio es un poema de Gastón Baquero. En: Diario de las Américas. __ Madrid: [S.N.], 2006. __ p. 7
Espinoza Domínguez, Carlos. La Poesía es magia e invención. Madrid: Editorial Betania, 1998. 31p.
Felipe, Lázaro. Entrevista a Baquero. Madrid: Editorial Betania , 1998. 11 p.
Lezama Lima, José. Cuando las cartas no llegan: selección. La Habana: Ediciones Unión, 2000. 263 p.
Pogollotti, Graciela. Política Cultural: una mirada, un universo. Santa Clara: Ediciones Sed de Belleza, 2001. 75 p.
Prieto Jímenez, Abel. La Cigarra y la hormiga. Santa Clara: Ediciones Sed de Belleza. [s.a.]. 47p.
Registro Civil Banes. Actas literales sección de nacimiento folios 391-392._ tomo20 / José Gastón Eduardo Baquero Díaz , Carmen Hilda Baquero Díaz.
________. Actas literales sección de matrimonios. folios534-535,536, tomo7 / Fredesvinda Díaz Vázquez, José María Baquero Prieto.
________. Actas literales sección de matrimonios. folios 234- 235, tomo 1 / Carmen Hilda Baquero Díaz, Antino Rafael Pérez Mayea.
Vitier, Cintio. Lo cubano en la poesía. La Habana: Instituto Cubano del libro, 1970. 469 p.

Memoria de la belleza

Por: Rubén Rodríguez

La belleza es un pretexto para filosofar acerca de la vida y sus eternas preguntas en el poemario La memoria fracturada, de Libni Roberto Díaz, recién publicado por Ediciones Holguín en su colección Premio.

Como apunta la editora Lourdes González, Díaz ha escrito este libro «inducido por varias tentaciones: la tentación de la belleza, la del análisis familiar y la del lenguaje», y usa los recuerdos para provocar al lector «distintos estados de disfrute».

Asiste al cuaderno de Díaz (Banes, Holguín, 1969) una singular presencia de la metáfora, a partir de imágenes dotadas de una áspera armonía que vadea lugares comunes y recrea, desde lo individual, la porción de universalidad que le toca al poeta, al filo de sus cuatro décadas.


La memoria fracturada deviene fe de vida y prontuario de verdades humanas, vividas y estudiadas desde dos islas: una tangible, geográfica y otra sensible, construida a partir de percepciones, ideas, convicciones más o menos firmes y por qué no, también de sueños: «Sin embargo, lo efímero es eso: un punto desnudo discordante./ Esbozando la desnudez de un cuerpo…».

Estructurado en tres partes, el cuaderno recurre por igual al verso libre, la espinela y la prosa poética, sin que se resienta su unidad de estilo, antes bien reafirman la vocación testimonial del artista, que confiesa: «mi historia (lamentable) no es decente,/ mordí todo lo alcanzable,/ todo lo proscrito,/ todo lo obsceno,/ todo lo inocente».


El autor ha publicado los poemarios El cetro y la palabra (1990) y El pan sobre las aguas (2007), ambos por Ediciones Holguín; obtuvo mención en el concurso nacional de poesía Adelaida del Mármol 2008 y está incluido en las antologías Provincia del Universo (1993), de autores del territorio, y La ensenada (2001), que recoge textos de escritores banenses, también editadas por el sello local.

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