LO ÚLTIMO

La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

Mostrando entradas con la etiqueta Notas de Holguin. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Notas de Holguin. Mostrar todas las entradas

14 de febrero de 2022

Choferes, automóviles, storages, venta de gasolina y accesorios, talleres de reparaciones y representantes en Holguín de las diversas marcas de automóviles en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Durante siglos el servicio de transporte urbano en la ciudad de Holguín se hizo por medio de coches tirados por caballos. 

Luego llegaron los automóviles, que fueron desplazando a los coches. Desde entonces en la ciudad se vieron “las máquinas” y camiones de todas las marcas. Representaba en Holguín los Chevrolet y Oldmovile la firma de Autos Camayd S. A. Mientras que los Ford y el Mercury los representaba la firma Díaz y Pérez Beola. Antes representaba a la Ford José Crespi Sirer, y todavía antes lo hacía Antonio Diego.

……

“La Casa Diego”, de Antonio Diego Gómez

Restaurante – Barra – Garaje y Venta de Accesorios.

Se encontraba situado en el lugar donde se interceptan la calle Martí y la Carretera Central. Su propietario, el Sr. Diego, era natural de Santander, España, aunque residió en Cuba por más de 40 años.

En su moderno edificio, Antonio Diego Gómez, tenía instalados una amplia nave para storage, una barra para el expendio de bebidas de toda clase, un restaurante y un espléndido salón de baile donde cabían más de cien parejas. 

….

Los Dodge los representaba en la comarca la forma de Sintes y hermano. 

La Plymouth la representaba Norberto Rodríguez.

Los carros Willy los representaba José Crespi Sirer.

Y los camiones de la marca International los representaba Ernesto Luaces.

Y tuvimos a los Autos Nery, que se dedicaba a la venta de carros de uso. 

Por su parte, estas que pasamos a relacionar fueron las compañías de transporte que tuvieron sede en Holguín o que tenían filiales:

La Compañía de Transporte Moreno S.A.

También la Compañía Cooperativa de cargas S.A.

La Compañía Express de Oriente.

La Compañía Nacional de Transporte.

La Compañía Expresos Unidos.

La Compañía Expresos Villar.

La Compañía de Transporte República.

En lo relacionado con los depósitos de gasolina, en Holguín tuvimos de la:

Esso

Texaco

Shell mex

Sinclair, y

Estándar Oill

Los más famosos storages de la ciudad fueron:

El Moderno, de Ramón Camayd,

Dalama, de José Dalama,

Crespi, de José Crespi Sirer,

Cano, de Monoli Cano,

Aguilera, de Guarino Aguilera,

La Perla, de Dorindo Vázquez,

Holguín, de Albin S. Jewett

Estévez, de Jorge Estévez, 

Sintes, de Sintes y hermano,

Palomo, de Manuel Palomo.


De los antes mencionados, fueron pioneros en ese servicio:

El Central de José Crespi Sirer,

La Perla, de Dorindo Vázquez,

Holguín, de Albin S. Jewett.


De igual forma en Holguín tuvimos célebres talleres de reparaciones de automóviles, entre ellos:

Vulcano, de Amauri Castañeda. (Actual La Bolera),

Grey, de Eduardo Grey,

El Águila, de Ángel Ayón,

Y asimismo los muy populares de la propiedad de Camayd, Crespi, Dalama, Quesada y Sintes.


Por su parte tuvimos Servicentros de muchos clientes, que a más de gasolina, vendían accesorios. Entre esos los de:

José Dalama,

José Crespi,

Manuel Cintes,

Chapman y Hermanos,

Norman Valcarcel,

Domingo Salermo,

Armando Abraham,

Ramón Camayd,

González Tijera,

Cuenca,

Estévez,

Jorge Campos. 


Tuvo Holguín Colegio Municipal de Choferes profesionales y Gremio que agrupaba a estos obreros. 

El sábado 24 de febrero de 1923 el periódico local “Eco de Holguín” dio a conocer el listado de los integrantes de la directiva del primer Gremio de Choferes (Chauffeurs) de Holguín, formado el 5 de enero de ese año. 

Presidente: Normando Vélez.

Vicepresidentes: Juan Laplace y José Aruso

Secretarios: Pedro Rueda y Ramón Fernández.

Tesoreros: Ildefonso Hidalgo y Antonio Fernández.

Vocales: 

Longino Moreno, Gabriel Manfugás, Fidel Silvariño, Hilario Jiménez, José Leaso, José Chapman, Cesar Serrano, Eduardo Laurence y Manuel Leyva.


Carreteras, caminos y otras vías.

Nuestras carreteras, que al comenzar la República eran pésimos caminos vecinales desprovistos de puentes y alcantarillas, comienzan a transformarse para bien.

La Carretera Central nos une con La Habana y Santiago de Cuba, sirviendo en ella varios servicios de Ómnibus de pasajeros y Expresos de carga, siendo los pioneros de hacer el recorrido desde Santiago hasta La Habana, y viceversa:

Ómnibus Santiago-Habana

La Cubana

Ómnibus Aliados

Ruta 80

Hood

Camagüey 

La Oriental,

Isla de Cuba

A la Carretera Central le siguen las carreteras:

Holguín-Gibara,

Holguín-Mayarí,

Holguín-Banes,

Holguín-Antilla,

A estas, que son vías principales, se unen:

Holguín-San Germán,

Holguín-Mir,

Holguín-San Agustín,

Holguín-San Andrés,

Holguín-Velasco,

Holguín-Corralito,

Holguín-Sao Arriba,

Holguín-Melones,

Holguín-La Macagua,

Holguín-Central Cacocúm (actualmente Cristino Naranjo),

Holguín-Santa Lucía,

Holguín-Báguanos,

Holguín-Las Parras.

Por todas estas carreteras se mueven varias rutas de Ómnibus de pasajeros:

La línea Holguín-San Germán es servida por los Ómnibus Vázquez y más tarde por Ómnibus Crespi.

Por su parte, Holguín-Mir por los Ómnibus Rodríguez.

Holguín-San Agustín por los Ómnibus Toranzo.

Holguín-Banes y Holguín-Antilla por los Ómnibus González primero, y hoy por los de José Crespi Sirer.

Holguín-San Andrés por los Ómnibus Núñez.

Y las rutas: Holguín-Velasco (luego extendida hasta el central Chaparra), Holguín-Corralito, Holguín-Sao Arriba y Holguín-Melones por los Ómnibus Especiales de Holguín, propiedad de Jesús González  ¿Cartañaga?.

La ruta Holguín-Macagua por los Ómnibus Mayabe.

La ruta Holguín-Central Cacocúm por los Ómnibus propiedad de Manolo García Peralta.

La ruta Holguín-Guaramanao por los Ómnibus Guaramanao.

Y, finalmente, las rutas: Holguín-Gibara; Holguín-Báguanos; Holguín-Las Parras (entendida hasta Omaja); Holguín-Mayarí; Holguín-Banes y Holguín-Antilla son servidas por la línea Ómnibus bar Crespi, de José Crespi Sirer.

En el sector Inter-Urbano tenemos los Ómnibus La Holguinera S.A., que nos lleva a Pueblo Nuevo, a la Chomba, a la Salida hacia San Andrés, al Frigorífico,  a Vista Alegre y a Ciudad Jardín, que antes lo hacían los Óminus Moreno, los de Francisco Campos y los de los Hermanos Rodríguez. Y todavía mucho antes de estas rutas mencionadas, había una de Holguín hasta Cacocúm, que era servida por un Ómnibus tirado por un caballo, de la propiedad de Andrés Roselló.

Y todavía mucho antes, la misma ruta la servía la línea de Volantas de la propiedad de Emilio Argudín y Manuel Antonio de Feria.

Igual contamos con el Ferrocarril central que llega a la ciudad a través del ramal Holguín-Cacocúm, y al puerto de Antilla a través del ramal Alto Cedro-Antilla.

Por su parte sigue en funcionamiento el ferrocarril colonial de Gibara y Holguín, extendido durante la República a Chaparra y Puerto Padre. 

Tenemos, asimismo, el ramal de Chaparra a Sabanaso, donde entronca con el Ferrocarril Central.

Sastrería en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda


El Juicio Oral, de Manuel Avilés Lozano

El Taller, de Francisco Cruz Magaña

La Nueva Era, de Puig García y Compañía, abierta en 1874

La Nueva Montañesa, de ¿Septien? Y Rodríguez, abierta en abril de 1877

Talabarterías en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda


La Moda, de Manuel B. Torres

La Perla, de Leoncio de Mesa Torres

El Estribo de Oro, de González Toro

Santos Hechavarría, de Pablo Hechavarría

La Estrella Cubana, de Juan González de la Rosa

La Oriental, de Manuel Gutiérrez

El Cielo Cubano, de Juan González, venta de talabarterías y ropa.

Confiterías en la historia de Holguin

Por Pepito García Castañeda

La Amistad Campechana, de Brunett y Compañía.
La Esmeralda, de Carbonell Castro.
La Industria Cubana, de José Castañeda Serrano.
La Americana, de Eduardo Quesada Null

Los bares en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Los bares se hicieron para la venta de licores y cervezas.

En la ciudad de Holguín había cientos de ellos, servidos por agradecidas jovencitas.

Nuestro Bar,

Acapulco,

Copa Club,

Alemán,

Copacabana,

Morales,

Castillito,

Solito,

Las Muchachas,

Martha,

Santa Bárbara,

Tony Bar,

Etc.

Con sus variantes, el Bar Leyva vendía croquetas calenticas.

Los Lunch en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Para mí los únicos de Holguín lo fueron la Casa Maine, por la variedad de meriendas que ofrecía, y la Casa Viú, con sus acreditadas “alpargatas” (Viú tuvo tanto éxito en su negocio que era el único de Holguín que se podía dar el lujo de traer los pavos desde el Canadá y los quesos desde Holanda. En ambas no faltaba el Jamón Planchado.


Fuera de ellas, existían en la ciudad gran cantidad de lugares en que se podía desayunar y merendar, ofreciendo cada una de ellas su especialidad.

En unas conseguías Café con leche con empanadillas de harina de Castilla (ofrecido por Luis Felipe Ham), en otras empanadillas de maíz, y en otras bacalao frito; pero lo más corriente y consumido era el café con leche y un bollo de pan con mucha mantequilla. En otros se ofrecía un pescado frito con pan, o tamal con la macha roja de puré de tomate, y en otras un bistec grasiento con cebollas; en otras, croqueta con pan o un plato de ajiaco (Casa del Ajiaco). Igual estaba la Casa de la Tortilla donde obviamente se vendía tortilla con pan. Igual podías ir a otras y pedir una pizza (Pizzería) o en otras pedir tasajito enrollado en un casabe mojado. En aquella otra había sardinas fritas traídas directamente desde Gibara y en la otra las sardinas españolas, o pastel de guayaba con un vaso de jugo de caña (guarapo), col rellena o coctel de ostiones o de camarones, o un enchilado de jaibas en su carapacho con gotas de limón, o un enchilado de sierra, etc… 

Y si nada de las delicias anteriores le apetecía al hambriento, entonces podía llegarse a los carros de fritas, con sus bocaditos de lechón, con croquetas, con albóndigas, papas rellenas, picadillo, masa de cangrejos de pescado, morcillas, longanizas,  etc., y todo dentro de un pan al que se le ponía una hoja de lechuga  y una rueda de pepino o de tomate y unas gotas de picante.

Se podía conseguir un bistec de Tiburón rebosado con mucho limón, o masa frita de puerco, carne de tortuga o de carey; bocaditos de jamón o de jamonada, o pollo frito, pan con queso amarillo. 

Igual había carros de fritas más modestos a los que se les decía “policlínico de los pobres”, con sus productos que no sobrepasaban los diez o veinte centavos.

Las Pulquerías, las Tabernas y las Cantinas en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Nombres que se le daban de acuerdo con la época. En ellas se podía tomar algo y merendar.

Las Pulquerías eran propias de América, y en Holguín no abundaban.

Las Tabernas eran los oasis de los viajeros; estas abundaban en los campos.

Las Cantinas sustituyeron a las Tabernas. En las Cantinas se podía tomar y comer algo, pero su salón carecía de mesas. (Estas originaron a las fondas y estas a los restaurantes y Hoteles).

PULQUERIAS

La Esperanza, de Manuel Trinidad de la Peña y Juan Bautista González, fundado en 1862.

Otra era la de Avelino Betancourt, frente al Mercado.

El de Roque Jacinto Guerra, también frente al Mercado.

TABERNAS

Velasco:

La Caridad, de Don Nicolás Mariño, que estaba construido de tablas y tejas.

El Recreo, de Don Juan Camps, que era una casa construida con la técnica del embarrado.

La Esperanza, de Don Miguel Ramírez, que también era una casa de embarrado

Cafeterías (para venta de café colado y las otras) en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Dedicadas en exclusiva a la venta de café colado y a veces de Tabaco, Cigarros y Fósforos.

(Todas las marcas de café tenían su cafetería en la ciudad de Holguín, y todas a cargo de mujeres)

Oquendo,

Pilón,

El Cafetal,

Existían en la ciudad de Holguín otras cafeterías sin serlo, o sea, que no vendían café colado solamente, pero también café colado y por tanto eran cafeterías.

El Nickel.

El Rombo

Casana

Bretones.

Estas carecían de mesas en el salón, y los clientes se sentaban en banquetas ubicadas a lo largo del mostrador. Los clientes las visitaban para beber café, merendar y comer: 

Espaguetis,

Revoltillo de huevos,

Tortillas,

Arroz con jamón,

Arroz con carne de cerdo (o puerco, como se dice en Holguín),

Croquetas,

Dulces,

Helados,

Refrescos.

Cafés en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Para el diccionario un Café se dedica a la venta exclusiva de café colado. Pero en el Holguín (y en otras muchas partes, también) durante la República (neocolonial, 1902-1958), no era así. En un Café con mesas y sillas, se vendía además de café colado, licores y fiambres, especialmente para el desayuno. 

Entonces una cosa era un café y otra una cafetería. La cafetería exclusivamente para la venta de café colado y a veces, casi siempre, también vendía tabacos, cigarros y fósforos. Los Café también vendían los productos antes mencionados y también desayunos, o meriendas.

En el Holguín de la Colonia existieron Cafés en el campo y en la ciudad existían las Pulquerías, las Tabernas y las Cantinas.

El Fénix, de Madam e Hijos.

Ambos Mundos, de Arturo Nates Perodín.

El Manzanillero, de Tomás Rojas Díaz.

El Chémbalo, de Alberto Rodríguez.

Los Americanos, (que también era Restaurante y cremería o lugar para la venta de helados),  de José Castañeda Serrano.

El Demócrata, (que se anunciaba como Café Cantante), de Paz Rodríguez.

Las Delicias, de Gustavo Albuerne.

El Néctar, de los Messeguer.

Europa, de Luciano Alonso.

Colón, de Pedro Pujols.

El Edén, de Oscar Díaz.

Martí, de Isidoro Benítez.

Holguín, de Pepe Urbino.

El Colón, de Francisco Monné.

La Aurora, de Baldomero Vigo.

El 20 de Mayo, de José Gallegos.

El gallo, de Mariano Fong.

La Joven Cuba, de Teresa Campos de la Peña.

La Campana, de Enrique Arias.

La Cubanita, de Marcelino Chelala.

La Unidad, de Vicente Delgado.

La Cubanita, de José Pallás Miret.

El Maine, de José  Fernández Escobar.

La Castellana, de Vicente González Paniagua.

La Flor de Hong Kong, de King Woo.

El Pavo Real, de Mariano Luis y Compañía.

El Baturro, de Francisco Maderas.

Victoria, de Sánchez y Compañía.

El Parque, de Antonio Luis Caifú

Martí, de Rodrigo Angulo,

Victoria, de la Viuda de Aja y luego de Manuel y Antonio Amed.

Venus, de Portilla y Cueto.

El Cauto, de Juan González Matos, que luego transformó en cremería y dulcería. 

La Cubanita, de Antonio Viamonte, y al final fue de Sebastián Cortina.

Restaurantes de la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Restaurantes es lo mismo que una fonda o comedor, pero estos de lujo por su lugar, variada comida y tamaño.

La Gran Vía, de Úrsula Ferrero, en calle Libertad entre Martí y Luz y Caballero.

Las Criollas,  de Augusto Baldoquín, en la calle de Luz y Caballero, entre Mártires y Máximo Gómez.

La Cubana, de Manuel Queipó, ubicado al fondo del café La Cubana, en calle Libertad.

Comercio, de Elias Pérez en la calle de Martí, frente al Parque Calixto García.

El Potro, de Pepe Trasobares Mayasén, en calle Arias esquina Máximo Gómez.

La Granjita, en la calle de Máximo Gómez, entre Aguilera y Frexes.

Los Americanos, de José Castañeda Serrano, café y nevería.

Los Consolidados, de Arturo Dorta Guardiola, en calle Frexes No. 96.

Florida, de Manuel Lagraña, en calle Maceo esquina Martí.

Así hasta llegar a los Sírvase Ud.

Hoteles de Holguin a lo largo de su historia

 Por: Pepito García Castañeda

De acuerdo con el “diccionario”, eran Fondas de lujo, y así lo eran por su restaurante bien dotado y adornado y por su comida variada. Unos Hoteles de la ciudad daban cuarto y comida, otros carecían de restaurante.

Hotel Camagüey, de José Castañeda Serrano y luego de José Fernández Díaz, de Ricardo Varela y en su época final de Enrique Vivar Loreto. Ofrecía comida y cuartos.

Hotel Holguín, de José Expósito, en calle Libertad, entre Arias y Aguilera. Fue un magnifico Hotel hasta caer en manos de asiáticos, que suprimieron el restaurante y lo dedicaron a la prostitución, aprovechando sus cuartos con salida a la calle Miró.  

Hotel Isla de Cuba, casa colonial ubicada en la calle Libertad, entre Frexes y Aguilera, propiedad de Miguel Trasorras, Mariano Falcón, José Trueba Diego, y al final de Antonio Huerta. Tenía el mejor restaurante de Holguín.

Hotel Sevilla, de Armando de Feria Guerrero, en calle Maceo No. 186. Fue un magnifico Hotel con restaurante. Al caer en otras manos le suprimieron la comida para dedicarlo al alquiler de los cuartos.

Hotel Telégrafo, de Manuel González Vicente, en calle Maceo, esquina Luz y Caballero. Al caer en manos del asiático Antonio Luna, le suprimieron la comida y solamente se dedicaron al alquiler de los cuartos.

Hotel Magestic, construido por Trasobares y administrado por Pepe Trasobares, fue un gran Hotel con restaurante. Lo vendieron a Palomo Beceña, Martín y su yerno Francisco Roca Augier, lo achicaron con el nombre de Hotel El Rojo, sin restaurante.  

Hotel Patallo, de José Patallo, hoy le nombran Hotel Praga. Siempre se caracterizó por la buena comida y las excelentes habitaciones.

Hotel Tauler, de Narciso Tauler, hoy le nombran Hotel Turquino. Es gran Hotel con comida. (Leer la historia del hotel Trailer)

Hotel  La Perla de Cuba, de Antonio Cruz Sánchez, en calle Aricochea y Libertad.

Hotel Continental, de Antonio Geada García, ubicado en la calle Libertad, entre Luz y Caballero y Martí. Tenía comida.

Hotel Coruña, de Ricardo Varela, con comida a la española y criolla.

Hotel Asturias, de José Ceñal Cueto, sin restaurante, en la calle Luz y Caballero, entre Mártires y Máximo Gómez.

Hotel Residencial, de Rufino Chiang y Compañía, en la calle Luz y Caballero, esquina a Máximo Gómez. No tenía restaurante.

Hotel Los Ángeles, de José Abraham y luego de Planas y Compañía, en los altos de la calle Frexes, entre Mártires y Maceo. No tenía comedor.

Hotel Saratoga, de Agustín Sosa, en calle Libertad esquina Martí, sobre la ferretería La Llave. No tenía restaurante.

Hotel Ritz, de Américo Aguilera Torres, en calle Maceo, frente al Parque Calixto García. Tenía restaurante, que suprimió para dedicarse a la prostitución aprovechando que tenía salida a la calle Mártires.

Hotel ¿Carelia?, de Hermenegildo Castro en calle Mártires No. 95. No tenía restaurante.

Hotel Escofet, de Silvio Escofet, al arrendarlo el asiático Luis Chiang le nombró Hotel Libertad.   

Hotel Royal, de Salustiano ¿Caupa o Campano?, hoy Hotel Santiago, en calle Maceo, entre Aguilera y Arias.

Hotel Cuba y España, de Ricardo Varela, con su comida a la española y a la criolla.

Fondas y Posadas en Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Según el diccionario, las Fondas y Posadas eran establecimientos públicos donde se ofrecía comida y alojamiento. Y así lo fueron durante la colonia, pero NO en la República. En la República fueron separados los conceptos y enyenton las Fondas solo dieron comida, y las Posadas fueron las que solamente alquilaban cuartos para dormir. 

Fondas y posadas de Holguín durante la Colonia:

Fonda La Montañesa, en Calle Concordia, frente a la Plaza de Armas, abierta al público el 23 de febrero de 1878 de la propiedad de D. Francisco Martínez. Ofrecía comida a la española, a la francesa y a la criolla y como plato especial “bacalao a la vizcaína”. Su primer dueño la vendió a D. José María de la Peña el día 23 de febrero de 1896.

Fonda La Flor Holguinera, del año 1866; en la calla Calvario número 22, de la propiedad de D. Francisco Macurijes.

Fonda La Deseada. Abierta al público en la calle de la Real Cárcel en 1866, de la propiedad de D. Quintín Garcell.

Fonda La Holguinera, del año 1864 y de la propiedad de D. Julián Pérez Montero.

Fonda La Flor de Holguín. Del año 1886, en la calle España número 67, exactamente en el mismo lugar donde más tarde estuvo el Hotel Isla de Cuba y de la propiedad de D. Pedro Hermosa.

Fonda La Marina Española. Abierta en el año 1896 en la calle Industria, esquina a la de Concordia. Esta ofrecía como especialidad de la casa, “Arroz con pollo” y “Bacalao a la vizcaína”.

Fonda El Louvre holguinero, abierta en el año 1896 en la calle San Diego, esquina a la de San Francisco. Esta ofrecía al público Mesa Redonda a las diez de la mañana y a las cuatro de la tarde.

Fonda Pasaje, abierta por Maldonado y Molina en el año 1895 en la calle Numancia, esquina a Mercaderes. Ofrecía comida a la española, a la francesa y a la criolla.

Fonda de Puig, abierta por Pablo Puig en el año de 1847 en la calle de San Miguel, esquina a la de San Francisco, dando su frente al Parque de San José. Además de servir comida, tenía un villar y una bodega.

FONDAS EN LA REPUBLICA

En la Plaza del Mercado había una docena de pequeñas fondas en las que solo se ofrecía comida.

Fonda Palai, de José Antonio Sánchez Guzmán, en la Plaza del Mercado y que exhibía su comida a través de vidrieras.

Fonda la Casa Rebellón, de José Rebellón Fernández, con su famosa comida a la española.

Fonda la Casa Chang, de Mariano Chang, en la calle Máximo Gómez, detrás del Mercado.

Fonda El Comercio, de Eloy Pérez, en calle Maceo, frente al Parque Victoriana de Ávila (luego Parque Martí)

Fonda Los Dos Corazones, de Luis Mezerene, poseía un bar un ofrecía comida árabe.

Fonda La Bodeguita del Medio, de Rafael Guzmán, que la tenía al fondo de su comercio de víveres, en la calle Aguilera, entre Maceo y Mártires. Ofrecía platos especiales.

Fonda Victoria, de Lorenzo Mok, al fondo del café Victoria, en calle Maceo, esquina Martí. Ofrecía comida china.

Fonda Pasaje, de Pedro Luis León, en calle Libertad esquina Aricochea. Esta fonda fue suprimida por el dueño después de dedicarse a la prostitución callejera en sus cuartos.

Fonda La Casa Ana,  de Aracelis Gómez Calzadilla, ubicada en la calle Maceo No. 33. Más tarde su dueña la suprimió para dedicar sus cuartos a la prostitución callejera.

POSADAS

Solo se dedicaban a alquilar sus cuartos. En la década de 1950 abundaban en la ciudad de Holguín, administradas, en su mayoría, por asiáticos y se dedicaban, mayormente, a la prostitución callejera. Eran las preferidas del público porque en ellas nadie reparaba en las mujeres que en sus cuartos se introducían, no sucediendo igual en las administradas por cubanos, que trataban siempre de verle la cara a las mujeres para, en lo posible, chantajearlas.

Posada Vía Libre, de Vicente Chuig.

Posada La Plaza, de  Julián Chuig.

Posada Pasaje, de Pedro Luis León.

Posada El Nuevo Cantón, de Felipe Chuig.

Posada La Casa Lao, de José Lao.

Posada El Gallo, de Manuel Acheng.

Posada El Ferroviario, de Marcelino Chiong y Compañía, ubicada en la calle Maceo No. 248.

Posada El Pavo Real, de Mariano Luis.

Posada La Unión, de Venancio Chuig, ubicada en la calle Luz y Caballero No. 105.

Posada La Estrella, de Manuel Chang.

Posada La Flor de Hong Kong, de King Woo y Compañía.

Posada Aguilera, de Gloria Aguilera González.

Posada La Paloma, de Manuel Balboa.

Posada La Esmeralda, de Ana Milanés.

Posada La Verdad, de Bartolomé Tamayo.

Posada La Unión Obrera, de Ezequiel García.

Posada La Casa Janie, de Alejandro Janie.

Posada Ana, de Aracelis Gómez.

Posada La Joven China, de Julio Lao, en calle Mártires No. 95.

FONDAS Y POSADA, estas ofrecían comida y cuartos.

La Central de Lucas Viú Biendicho, en calle Libertad, esquina a Aguilera.

La Sirena, de Gelabert y Fernández, ubicada frente a Remigio Truebas.

La Familia, de Eduardo Cordero García, en calle Maceo, esquina a Cuba.

(Debiendo aclarar que muchas de las posadas asiáticas y hasta algunas de las cubanas, comenzaron como Fonda y Posada, suprimiendo más adelante la Fonda para explotar los cuartos)

LO MAS POPULAR DE LA ALDEA