La Caballeriza se llama el nuevo hotel que le están construyendo
a Holguín. La arquitecta Karina Pérez Rodríguez es su proyectista principal.
CESAR: ¿Realmente
hubo una caballeriza en la esquina de Aricochea y Miró?
KARINA: Pudo haberla.
Aunque a nosotros nada más nos ha llegado la afirmación del historiador Pepito
García Castañeda: El dijo que sí.
CESAR: Está bien, le creo
a Pepito. Y por otro lado, dijo otro gran historiador nuestro, (Otro Pepe,
además), el DR. Pepe Vega Suñol que desde la creación del pueblo y hasta hoy,
el campo está adentro de la ciudad. Y no puede ser de otra forma en una ciudad
levantada por una fuerte cultura agropecuaria: en la ciudad viven caballos
desde que vino el primer ser humano que fundó Holguín. Yo le propongo Karina,
que hagamos una revisión de fotografías para recordar qué había donde ya es
visible el que será un hermoso hotel.
Lloviznó
insistentemente el día que visité a Osvaldo Aguilera y González en su casa, que
hasta ese momento no sabía dónde quedaba. Alguien me orientó, más o menos.
Caminé envuelto en una capa para el agua, a ciegas, temeroso de que no quisiera
aceptar mi invitación al programa. Ya me habían dicho que el locutor de voz
hermosa dedica su vida a asistir a un templo donde se reúne con otros
espiritistas locales. Por la radio nada más se le ve cuando hay momentos muy importantes.
No fui su alumno
y en eso envidio a mi colega Sánchez Grass, que consiguió con él una cercanía
como me habría gustado. Jamás me llamé a mi mismo locutor cuando Osvaldo estaba
cerca, el locutor es él, con una voz tan viril que le brota de los testículos,
parece. Su dicción es tan perfecta como mismo su pelo pulcramente peinado. Una
de sus manos es más pequeña que la otra y en los ojos le baila una sonrisa a la
que le temo más que a la ira de un juez. Pero nunca juzga, (nunca me juzgó),
como hacen otros locutores de estirpe menos alta que la de este Maestro
indiscutido. Y es esa la causa de mi miedo: no saber cómo me evalúa, aunque una
vez entró en una cabina de grabación de la radio donde yo estaba trabajando y
después de un minuto oyendo me dijo que tenía buen ritmo. (Tener buen ritmo no
lo es todo para ser locutor, pero me puse su piropo en el pecho como la medalla
ganada por el soldado en el fragor de la batalla).
Una anécdota de
Osvaldo que no he confirmado, es un mito en la radio. Confirmarla era mi
propósito si iba a la televisión. Se dice que ocurrió durante una emisión del
programa Apartado Popular, que es donde se promocionan los productos que venden
los mercados. La locutora acompañante era María Hortensia Ruisánchez. Lo que se
cuenta asegura que esa vez ocurrió así:
OSVALDO: ¿Qué oferta esta mañana el Mercado
Paralelo de la Calle Garayalde?
MARIA HORTENCIA: (DESPUES DE VARIOS
PRODUCTOS ANUNCIADOS) En los cárnicos tenemos etc, etc, etc y Mortadella…
MARIA HORTENCIA:
¿Así que se dice Mortadel-la, eh maestro?
OSVALDO: DA UNA LARGA EXPLICACION SOBRE EL
ORIGEN DE LA PALABRA,
INCLUSO HABLA DEL LATIN Y SUS DERIVACIONES Y DE LA PRONUNCIACION DE
LA DOBLE L.
MARIA HORTENCIA: Todos los días una aprende
algo nuevo, gracias por la lección. Ahora sigo con la oferta del Mercado
Paralelo: en los lácteos tenemos yogurt, helados, leche y… (HACE UNA PAUSA Y EN
SU VOZ SE ASIENTA EL DUENDE DE LA
PICARDÍA) Por favor maestro, ayúdeme: ¿Cómo se dice
mantequilla o matequil-la?
Si Osvaldo
acepta ir a mi programa voy a tener cojones de preguntarle si es verdad la
anécdota, me juraba debajo de la llovizna molesta, cuando su voz me llama. Dijo
él que un buen espíritu le avisó que iba a buscarle. Lo cierto es que todas las
casas estaban cerradas por el frío y la humedad, también la de él. Pero
justamente cuando pasé por allí, salió Osvaldo al balcón y supo que el bulto
envuelto en el nylon verde de la capa de agua era yo.
Mi saludo fue
invitarlo al programa. Dijo que sí sin tener que pensarlo. Lo sentí solitario,
deseoso de conversar. Me habló de un curso de locución que quiere impartir,
pero ningún funcionario se interesa. Le dije que si le falta alumnos, que me
tome por tal. Me dijo que a estas alturas no tiene gracia, que su curso es para
niños. Nada le dije de la anécdota maldita… mejor lo tomo por sorpresa, me
propuse.
----
Osvaldo Aguilera
González nació en Banes, Holguín, de padre carpintero y madre ama de casa.
CESAR: ¿Tan
desesperado estaba usted por tener un radio, Osvaldo?¿Cómo tuvo el primero?
OSVALDO: Tener
un radio era tener el mundo adentro de la casa, pero el mundo costaba una
fortuna: 10 pesos. Un día me enteré que unos vecinos vendían su radio y hablé
con el viejo. El me miró con unos ojos que denotaban más embullo que el mío. No
sé cómo pudo reunir tanto dinero, pero al día siguiente me puso diez pesos de a
uno, uno encima del otro y yo salí corriendo, muerto de miedo de que ya lo
hubieran vendido. Pero no, ninguno de los vecinos podía darse aquel lujo. Lo
compré. Era una caja cuadrada y misteriosa por la que hablaban las voces más
lindas del mundo. Papá, que era carpintero,
hizo una mesita esquinera y la puso en lo alto. Debajo mi vieja tenía su
máquina de coser. Esos son los sonidos de mi niñez: el ruido de mi madre
cosiendo y del radio: las voces, los sonidos, la música.
CESAR: Me habla
de las emisoras de radio que entonces oía, quizás de los programas, si los
recuerda.
OSVALDO: REMEMORA
LO QUE RECUERDA.
CESAR: Y oía,
seguro, a la Cadena Oriental
de Radio.
SONIDO: SE OYEN
VIEJAS PROPAGANDAS DE LA RADIO.
CESAR: ¿Qué hizo
que usted comenzara a soñar con hablar como aquellas voces que oía por la
radio? Por cierto, voces muy distantes del Banes donde vivía.
OSVALDO: Copiaba lo que hablaban los narradores y después lo repetía, tratando de parecerme a ellos.
----
CESAR: ¿Cómo es que el
hijo de carpinteros se decide a estudiar dirección teatral en Santiago?
OSVALDO: Yo era quien
presentaba a las compañías de teatro que iban a Banes: ¿te fijas que lo que
quería era ser locutor?
HABLA DE SU PRIMERA
ENTRADA A UNA EMISORA DE RADIO EN SANTIAGO. DE CÓMO REGRESA A BANES. FUNDA UNA
RED DE ALTOPARLANTES EN TODA LA CALLE PRINCIPAL DEL PUEBLO Y MAS TARDE FUNDA LA PRIMERA EMISORA QUE HUBO EN
AQUEL LUGAR AL CAMBIAR UN REFREGIREADOR POR UN TRANSMISOR.
CESAR: Qué o quién es
responsable de que usted viniera a Holguín, a trabajar en Radio Angulo.
OSVALDO: Fue el célebre
Sergio Antonio González Valero. Todavía recuerdo el olor de la cabina. Olía a
aire, a distancias. Esa fue una de mi más grande felicidad.
CESAR: Después usted hizo
lo mismo que Valero: trajo a otro gran locutor: Rafael Peña Santana, que era
entonces un joven de voz hermosa allá en Puerto Padre.
OVALDO: Decían que Santana
podía ser mi competencia, el que me desplazara, pero nunca ocurrió. Convivimos.
----
DESDE LA
CABINA DE RADIO ANGULO, ENTREVISTA CON ENMA
GARCIA, LOCUTORA Y COMPAÑERA DE TRABAJO.
----
CESAR: Todavía
tiene la voz hermosa, firme, vibrante: y sin embargo, para sorpresa de oyentes
y colegas, decidió jubilarse. ¿por qué?
OSVALDO: Un
repentino infarto me tomó desprevenido. Yo creía que me iba a morir al día
siguiente.
----
En ese segundo
que va del final del programa a que los camarógrafos y el coordinador se
acerquen, Osvaldo me dijo lo más lindo del mundo: “te has convertido en el
locutor más íntimo de la radio”… Y luego repitió la palabra Radio tres o cuatro
veces. “En la televisión no sé cómo te irá. Es que las luces son tan fuertes
que uno no oye”. Quise agradecerle pero entonces la productora ya se lo
llevaba.
No le dije nada
de la mantequilla, ni falta que hace porque lo mejor de las leyendas es que
nadie las puede probar.
----- EL TEXTO QUE SIGUE ES UN FRAGMENTO DE LA CRONICA QUE MERECE EL MAESTRO ESCRITA POR SU ALUMNO JORGE LUIS SANCHEZ GRASS: