2.- La Municipalidad holguinera nació pobre y sus pobladores fueron agricultores; las tierras comprendidas en su Jurisdicción las encontraron mercedadas a particulares por el Cabildo de Bayamo, al ser estas sus tierras de la Costa Norte, o por el Cabildo de la Ciudad de (Santiago) Cuba o por el propio Rey de España, negándose estos o dificultando el cobro de las rentas que la nueva ciudad necesitaba para poder edificar su Casa Cabildo, la Real Cárcel, el Mercado de Abasto, el Corral del Concejo, el Campo Santo y el Matadero y adecentar su Templo Católico, edificaciones esas que de acuerdo con la Ley de Indias debía de tener toda Ciudad del Reyno de Castilla para el pago de sus empleados y para sus más perentorias necesidades, por lo cual hemos consignado ya en mi anterior comentario sobre la Municipalidad Holguinera, solicitaron de Su Majestad el Rey de España la concesión de las Tierras Realengas de la Jurisdicción, al objeto de darlas a Censo y con tales rentas poder comenzar las edificaciones y cuidar de sus más perentorias necesidades, y que el Rey de España, por su Real Cédula de 21 de mayo de 1757 las concedió, otorgando a la Ciudad de Holguín la propiedad de las tierras del Socarreño, La Ciguapa, Santo Domingo, Saybado, Las Jamaicas, del Vedado, Los Alfonsos, Las Salinas, Las Nuevas, de Chaparra y las de Punta del Yarey, que en nada le favoreció al encontrarse que tales tierras estaban también ocupadas por particulares, negándose estos al pago de rentas, cosa corriente en toda la Historia de Holguín, viendo perdida a través de su Historia los terrenos Egidos y hasta los de su dehesa, todo lo cual hizo que el desarrollo y prosperidad de la Municipalidad Holguinera fuese solo en el periódo de 1752 a 1799.
La aldea a la mano (Holguín, Cuba)
14 de febrero de 2022
LA MUNICIPALIDAD HOLGUINERA 1800-1850 (I)
1.- En el anterior comentario sobre la Municipalidad Holguinera (La Municipalidad Holguinera. 1752-1799), decíamos que ésta había sido reconocida oficialmente el día 18 de enero de 1752, día éste en que el Gobernador de la Ciudad de Cuba, a cuya Jurisdicción pertenecíamos, don Alonso de Arcos y Moreno, cumplimentando la Real Cédula de Creación de Fernando VII, Rey de España, de 1ro de febrero de 1751, dio al pueblo de Holguín la categoría de Ciudad, con todos los honores. privilegios y franquicias a que tenían derecho todas las demás Ciudades del Reino de Castilla; y que éste Gobernador había concedido a Holguín, por terreno jurisdiccional, una enorme cantidad de terreno a costa del territorio del Bayamo, y que se extendía del paraje de Majibacoa, camino de Puerto Príncipe a Sabanilla del Cauto, camino de Holguín al Bayamo; de allí a Aguas Verdes, camino de Holguín a la Ciudad de Cuba, de allí a la Bahía de Nipe, y siguiéndose por toda la costa del mar a la Bahía de Manatíes, y de allí al punto de partida en Majibacoa, la que abarcaba 237 leguas cuadradas, que más tarde vio aumentada al cedérsele a Holguín las Capitanías de Yariguá y de Mayarí, que lo aumentaron a 255 leguas cuadradas; le fijó un Ejido o sementera de terreno útil para la agricultura, de disfrute común a los habitantes de la Ciudad de Holguín, de 375 caballerías de tierra y se le fijó una Dehesa, de media legua de extensión por todos los vientos, al tener forma circular, destinada a la extensión futura de la Ciudad de Holguín; seleccionó y designó a sus Gobernantes entre sus principales vecinos y pobladores, seleccionando las personas que debían de ocupar los cargos de Alcaldes Ordinario, Alcalde de la Santa Hermandad, Alcalde Mayor Provincial de la Santa Hermandad, Alférez Mayor, Fiel Ejecutor, Alguacil Mayor, Depositario General, Síndico Procurador General, sus Regidores y un Escribano Público y de Cabildo, y a un Teniente a Gobernador que ante ella (el cabildo) representase al Capitán General de la Isla a la Corona de España, unos en propiedad y otros debían de ser escogidos anualmente por el Cabildo en elecciones.
Que a la Ciudad Capital se le dio el nombre de Holguín en recordación del Capitán García Holguín, dueño y fundador del Hato, y que sus vecinos habían colocado bajo la protección de la Santísima Virgen del Rosario y de San Isidoro, por lo cual sus primeras Actas de Cabildo siempre comenzaban: “En la Ciudad de la Santísima Virgen del Rosario y de San Isidoro de Holguín”, y que a ello se debe que su escudo de armas ostente la Real Corona de España sostenida en alto por la Santísima Virgen del Rosario y por San Isidoro
Choferes, automóviles, storages, venta de gasolina y accesorios, talleres de reparaciones y representantes en Holguín de las diversas marcas de automóviles en la historia de Holguin
Por: Pepito García Castañeda
Durante siglos el servicio de transporte urbano en la ciudad de Holguín se hizo por medio de coches tirados por caballos.
Luego llegaron los automóviles, que fueron desplazando a los coches. Desde entonces en la ciudad se vieron “las máquinas” y camiones de todas las marcas. Representaba en Holguín los Chevrolet y Oldmovile la firma de Autos Camayd S. A. Mientras que los Ford y el Mercury los representaba la firma Díaz y Pérez Beola. Antes representaba a la Ford José Crespi Sirer, y todavía antes lo hacía Antonio Diego.
……
“La Casa Diego”, de Antonio Diego Gómez
Restaurante – Barra – Garaje y Venta de Accesorios.
Se encontraba situado en el lugar donde se interceptan la calle Martí y la Carretera Central. Su propietario, el Sr. Diego, era natural de Santander, España, aunque residió en Cuba por más de 40 años.
En su moderno edificio, Antonio Diego Gómez, tenía instalados una amplia nave para storage, una barra para el expendio de bebidas de toda clase, un restaurante y un espléndido salón de baile donde cabían más de cien parejas.
….
Los Dodge los representaba en la comarca la forma de Sintes y hermano.
La Plymouth la representaba Norberto Rodríguez.
Los carros Willy los representaba José Crespi Sirer.
Y los camiones de la marca International los representaba Ernesto Luaces.
Y tuvimos a los Autos Nery, que se dedicaba a la venta de carros de uso.
Por su parte, estas que pasamos a relacionar fueron las compañías de transporte que tuvieron sede en Holguín o que tenían filiales:
La Compañía de Transporte Moreno S.A.
También la Compañía Cooperativa de cargas S.A.
La Compañía Express de Oriente.
La Compañía Nacional de Transporte.
La Compañía Expresos Unidos.
La Compañía Expresos Villar.
La Compañía de Transporte República.
En lo relacionado con los depósitos de gasolina, en Holguín tuvimos de la:
Esso
Texaco
Shell mex
Sinclair, y
Estándar Oill
Los más famosos storages de la ciudad fueron:
El Moderno, de Ramón Camayd,
Dalama, de José Dalama,
Crespi, de José Crespi Sirer,
Cano, de Monoli Cano,
Aguilera, de Guarino Aguilera,
La Perla, de Dorindo Vázquez,
Holguín, de Albin S. Jewett
Estévez, de Jorge Estévez,
Sintes, de Sintes y hermano,
Palomo, de Manuel Palomo.
De los antes mencionados, fueron pioneros en ese servicio:
El Central de José Crespi Sirer,
La Perla, de Dorindo Vázquez,
Holguín, de Albin S. Jewett.
De igual forma en Holguín tuvimos célebres talleres de reparaciones de automóviles, entre ellos:
Vulcano, de Amauri Castañeda. (Actual La Bolera),
Grey, de Eduardo Grey,
El Águila, de Ángel Ayón,
Y asimismo los muy populares de la propiedad de Camayd, Crespi, Dalama, Quesada y Sintes.
Por su parte tuvimos Servicentros de muchos clientes, que a más de gasolina, vendían accesorios. Entre esos los de:
José Dalama,
José Crespi,
Manuel Cintes,
Chapman y Hermanos,
Norman Valcarcel,
Domingo Salermo,
Armando Abraham,
Ramón Camayd,
González Tijera,
Cuenca,
Estévez,
Jorge Campos.
Tuvo Holguín Colegio Municipal de Choferes profesionales y Gremio que agrupaba a estos obreros.
El sábado 24 de febrero de 1923 el periódico local “Eco de Holguín” dio a conocer el listado de los integrantes de la directiva del primer Gremio de Choferes (Chauffeurs) de Holguín, formado el 5 de enero de ese año.
Presidente: Normando Vélez.
Vicepresidentes: Juan Laplace y José Aruso
Secretarios: Pedro Rueda y Ramón Fernández.
Tesoreros: Ildefonso Hidalgo y Antonio Fernández.
Vocales:
Longino Moreno, Gabriel Manfugás, Fidel Silvariño, Hilario Jiménez, José Leaso, José Chapman, Cesar Serrano, Eduardo Laurence y Manuel Leyva.
Carreteras, caminos y otras vías.
Nuestras carreteras, que al comenzar la República eran pésimos caminos vecinales desprovistos de puentes y alcantarillas, comienzan a transformarse para bien.
La Carretera Central nos une con La Habana y Santiago de Cuba, sirviendo en ella varios servicios de Ómnibus de pasajeros y Expresos de carga, siendo los pioneros de hacer el recorrido desde Santiago hasta La Habana, y viceversa:
Ómnibus Santiago-Habana
La Cubana
Ómnibus Aliados
Ruta 80
Hood
Camagüey
La Oriental,
Isla de Cuba
A la Carretera Central le siguen las carreteras:
Holguín-Gibara,
Holguín-Mayarí,
Holguín-Banes,
Holguín-Antilla,
A estas, que son vías principales, se unen:
Holguín-San Germán,
Holguín-Mir,
Holguín-San Agustín,
Holguín-San Andrés,
Holguín-Velasco,
Holguín-Corralito,
Holguín-Sao Arriba,
Holguín-Melones,
Holguín-La Macagua,
Holguín-Central Cacocúm (actualmente Cristino Naranjo),
Holguín-Santa Lucía,
Holguín-Báguanos,
Holguín-Las Parras.
Por todas estas carreteras se mueven varias rutas de Ómnibus de pasajeros:
La línea Holguín-San Germán es servida por los Ómnibus Vázquez y más tarde por Ómnibus Crespi.
Por su parte, Holguín-Mir por los Ómnibus Rodríguez.
Holguín-San Agustín por los Ómnibus Toranzo.
Holguín-Banes y Holguín-Antilla por los Ómnibus González primero, y hoy por los de José Crespi Sirer.
Holguín-San Andrés por los Ómnibus Núñez.
Y las rutas: Holguín-Velasco (luego extendida hasta el central Chaparra), Holguín-Corralito, Holguín-Sao Arriba y Holguín-Melones por los Ómnibus Especiales de Holguín, propiedad de Jesús González ¿Cartañaga?.
La ruta Holguín-Macagua por los Ómnibus Mayabe.
La ruta Holguín-Central Cacocúm por los Ómnibus propiedad de Manolo García Peralta.
La ruta Holguín-Guaramanao por los Ómnibus Guaramanao.
Y, finalmente, las rutas: Holguín-Gibara; Holguín-Báguanos; Holguín-Las Parras (entendida hasta Omaja); Holguín-Mayarí; Holguín-Banes y Holguín-Antilla son servidas por la línea Ómnibus bar Crespi, de José Crespi Sirer.
En el sector Inter-Urbano tenemos los Ómnibus La Holguinera S.A., que nos lleva a Pueblo Nuevo, a la Chomba, a la Salida hacia San Andrés, al Frigorífico, a Vista Alegre y a Ciudad Jardín, que antes lo hacían los Óminus Moreno, los de Francisco Campos y los de los Hermanos Rodríguez. Y todavía mucho antes de estas rutas mencionadas, había una de Holguín hasta Cacocúm, que era servida por un Ómnibus tirado por un caballo, de la propiedad de Andrés Roselló.
Y todavía mucho antes, la misma ruta la servía la línea de Volantas de la propiedad de Emilio Argudín y Manuel Antonio de Feria.
Igual contamos con el Ferrocarril central que llega a la ciudad a través del ramal Holguín-Cacocúm, y al puerto de Antilla a través del ramal Alto Cedro-Antilla.
Por su parte sigue en funcionamiento el ferrocarril colonial de Gibara y Holguín, extendido durante la República a Chaparra y Puerto Padre.
Tenemos, asimismo, el ramal de Chaparra a Sabanaso, donde entronca con el Ferrocarril Central.
Sastrería en la historia de Holguin
Por: Pepito García Castañeda
El Juicio Oral, de Manuel Avilés Lozano
El Taller, de Francisco Cruz Magaña
La Nueva Era, de Puig García y Compañía, abierta en 1874
La Nueva Montañesa, de ¿Septien? Y Rodríguez, abierta en abril de 1877
Talabarterías en la historia de Holguin
Por: Pepito García Castañeda
La Moda, de Manuel B. Torres
La Perla, de Leoncio de Mesa Torres
El Estribo de Oro, de González Toro
Santos Hechavarría, de Pablo Hechavarría
La Estrella Cubana, de Juan González de la Rosa
La Oriental, de Manuel Gutiérrez
El Cielo Cubano, de Juan González, venta de talabarterías y ropa.
Confiterías en la historia de Holguin
Los bares en la historia de Holguin
Por: Pepito García Castañeda
Los bares se hicieron para la venta de licores y cervezas.
En la ciudad de Holguín había cientos de ellos, servidos por agradecidas jovencitas.
Nuestro Bar,
Acapulco,
Copa Club,
Alemán,
Copacabana,
Morales,
Castillito,
Solito,
Las Muchachas,
Martha,
Santa Bárbara,
Tony Bar,
Etc.
Con sus variantes, el Bar Leyva vendía croquetas calenticas.
Los Lunch en la historia de Holguin
Por: Pepito García Castañeda
Para mí los únicos de Holguín lo fueron la Casa Maine, por la variedad de meriendas que ofrecía, y la Casa Viú, con sus acreditadas “alpargatas” (Viú tuvo tanto éxito en su negocio que era el único de Holguín que se podía dar el lujo de traer los pavos desde el Canadá y los quesos desde Holanda. En ambas no faltaba el Jamón Planchado.
Fuera de ellas, existían en la ciudad gran cantidad de lugares en que se podía desayunar y merendar, ofreciendo cada una de ellas su especialidad.
En unas conseguías Café con leche con empanadillas de harina de Castilla (ofrecido por Luis Felipe Ham), en otras empanadillas de maíz, y en otras bacalao frito; pero lo más corriente y consumido era el café con leche y un bollo de pan con mucha mantequilla. En otros se ofrecía un pescado frito con pan, o tamal con la macha roja de puré de tomate, y en otras un bistec grasiento con cebollas; en otras, croqueta con pan o un plato de ajiaco (Casa del Ajiaco). Igual estaba la Casa de la Tortilla donde obviamente se vendía tortilla con pan. Igual podías ir a otras y pedir una pizza (Pizzería) o en otras pedir tasajito enrollado en un casabe mojado. En aquella otra había sardinas fritas traídas directamente desde Gibara y en la otra las sardinas españolas, o pastel de guayaba con un vaso de jugo de caña (guarapo), col rellena o coctel de ostiones o de camarones, o un enchilado de jaibas en su carapacho con gotas de limón, o un enchilado de sierra, etc…
Y si nada de las delicias anteriores le apetecía al hambriento, entonces podía llegarse a los carros de fritas, con sus bocaditos de lechón, con croquetas, con albóndigas, papas rellenas, picadillo, masa de cangrejos de pescado, morcillas, longanizas, etc., y todo dentro de un pan al que se le ponía una hoja de lechuga y una rueda de pepino o de tomate y unas gotas de picante.
Se podía conseguir un bistec de Tiburón rebosado con mucho limón, o masa frita de puerco, carne de tortuga o de carey; bocaditos de jamón o de jamonada, o pollo frito, pan con queso amarillo.
Igual había carros de fritas más modestos a los que se les decía “policlínico de los pobres”, con sus productos que no sobrepasaban los diez o veinte centavos.
Las Pulquerías, las Tabernas y las Cantinas en la historia de Holguin
Por: Pepito García Castañeda
Nombres que se le daban de acuerdo con la época. En ellas se podía tomar algo y merendar.
Las Pulquerías eran propias de América, y en Holguín no abundaban.
Las Tabernas eran los oasis de los viajeros; estas abundaban en los campos.
Las Cantinas sustituyeron a las Tabernas. En las Cantinas se podía tomar y comer algo, pero su salón carecía de mesas. (Estas originaron a las fondas y estas a los restaurantes y Hoteles).
PULQUERIAS
La Esperanza, de Manuel Trinidad de la Peña y Juan Bautista González, fundado en 1862.
Otra era la de Avelino Betancourt, frente al Mercado.
El de Roque Jacinto Guerra, también frente al Mercado.
TABERNAS
Velasco:
La Caridad, de Don Nicolás Mariño, que estaba construido de tablas y tejas.
El Recreo, de Don Juan Camps, que era una casa construida con la técnica del embarrado.
La Esperanza, de Don Miguel Ramírez, que también era una casa de embarrado
Cafeterías (para venta de café colado y las otras) en la historia de Holguin
Por: Pepito García Castañeda
Dedicadas en exclusiva a la venta de café colado y a veces de Tabaco, Cigarros y Fósforos.
(Todas las marcas de café tenían su cafetería en la ciudad de Holguín, y todas a cargo de mujeres)
Oquendo,
Pilón,
El Cafetal,
Existían en la ciudad de Holguín otras cafeterías sin serlo, o sea, que no vendían café colado solamente, pero también café colado y por tanto eran cafeterías.
El Nickel.
El Rombo
Casana
Bretones.
Estas carecían de mesas en el salón, y los clientes se sentaban en banquetas ubicadas a lo largo del mostrador. Los clientes las visitaban para beber café, merendar y comer:
Espaguetis,
Revoltillo de huevos,
Tortillas,
Arroz con jamón,
Arroz con carne de cerdo (o puerco, como se dice en Holguín),
Croquetas,
Dulces,
Helados,
Refrescos.
Cafés en la historia de Holguin
Por: Pepito García Castañeda
Para el diccionario un Café se dedica a la venta exclusiva de café colado. Pero en el Holguín (y en otras muchas partes, también) durante la República (neocolonial, 1902-1958), no era así. En un Café con mesas y sillas, se vendía además de café colado, licores y fiambres, especialmente para el desayuno.
Entonces una cosa era un café y otra una cafetería. La cafetería exclusivamente para la venta de café colado y a veces, casi siempre, también vendía tabacos, cigarros y fósforos. Los Café también vendían los productos antes mencionados y también desayunos, o meriendas.
En el Holguín de la Colonia existieron Cafés en el campo y en la ciudad existían las Pulquerías, las Tabernas y las Cantinas.
El Fénix, de Madam e Hijos.
Ambos Mundos, de Arturo Nates Perodín.
El Manzanillero, de Tomás Rojas Díaz.
El Chémbalo, de Alberto Rodríguez.
Los Americanos, (que también era Restaurante y cremería o lugar para la venta de helados), de José Castañeda Serrano.
El Demócrata, (que se anunciaba como Café Cantante), de Paz Rodríguez.
Las Delicias, de Gustavo Albuerne.
El Néctar, de los Messeguer.
Europa, de Luciano Alonso.
Colón, de Pedro Pujols.
El Edén, de Oscar Díaz.
Martí, de Isidoro Benítez.
Holguín, de Pepe Urbino.
El Colón, de Francisco Monné.
La Aurora, de Baldomero Vigo.
El 20 de Mayo, de José Gallegos.
El gallo, de Mariano Fong.
La Joven Cuba, de Teresa Campos de la Peña.
La Campana, de Enrique Arias.
La Cubanita, de Marcelino Chelala.
La Unidad, de Vicente Delgado.
La Cubanita, de José Pallás Miret.
El Maine, de José Fernández Escobar.
La Castellana, de Vicente González Paniagua.
La Flor de Hong Kong, de King Woo.
El Pavo Real, de Mariano Luis y Compañía.
El Baturro, de Francisco Maderas.
Victoria, de Sánchez y Compañía.
El Parque, de Antonio Luis Caifú
Martí, de Rodrigo Angulo,
Victoria, de la Viuda de Aja y luego de Manuel y Antonio Amed.
Venus, de Portilla y Cueto.
El Cauto, de Juan González Matos, que luego transformó en cremería y dulcería.
La Cubanita, de Antonio Viamonte, y al final fue de Sebastián Cortina.
Restaurantes de la historia de Holguin
Por: Pepito García Castañeda
Restaurantes es lo mismo que una fonda o comedor, pero estos de lujo por su lugar, variada comida y tamaño.
La Gran Vía, de Úrsula Ferrero, en calle Libertad entre Martí y Luz y Caballero.
Las Criollas, de Augusto Baldoquín, en la calle de Luz y Caballero, entre Mártires y Máximo Gómez.
La Cubana, de Manuel Queipó, ubicado al fondo del café La Cubana, en calle Libertad.
Comercio, de Elias Pérez en la calle de Martí, frente al Parque Calixto García.
El Potro, de Pepe Trasobares Mayasén, en calle Arias esquina Máximo Gómez.
La Granjita, en la calle de Máximo Gómez, entre Aguilera y Frexes.
Los Americanos, de José Castañeda Serrano, café y nevería.
Los Consolidados, de Arturo Dorta Guardiola, en calle Frexes No. 96.
Florida, de Manuel Lagraña, en calle Maceo esquina Martí.
Así hasta llegar a los Sírvase Ud.
Hoteles de Holguin a lo largo de su historia
Por: Pepito García Castañeda
De acuerdo con el “diccionario”, eran Fondas de lujo, y así lo eran por su restaurante bien dotado y adornado y por su comida variada. Unos Hoteles de la ciudad daban cuarto y comida, otros carecían de restaurante.
Hotel Camagüey, de José Castañeda Serrano y luego de José Fernández Díaz, de Ricardo Varela y en su época final de Enrique Vivar Loreto. Ofrecía comida y cuartos.
Hotel Holguín, de José Expósito, en calle Libertad, entre Arias y Aguilera. Fue un magnifico Hotel hasta caer en manos de asiáticos, que suprimieron el restaurante y lo dedicaron a la prostitución, aprovechando sus cuartos con salida a la calle Miró.
Hotel Isla de Cuba, casa colonial ubicada en la calle Libertad, entre Frexes y Aguilera, propiedad de Miguel Trasorras, Mariano Falcón, José Trueba Diego, y al final de Antonio Huerta. Tenía el mejor restaurante de Holguín.
Hotel Sevilla, de Armando de Feria Guerrero, en calle Maceo No. 186. Fue un magnifico Hotel con restaurante. Al caer en otras manos le suprimieron la comida para dedicarlo al alquiler de los cuartos.
Hotel Telégrafo, de Manuel González Vicente, en calle Maceo, esquina Luz y Caballero. Al caer en manos del asiático Antonio Luna, le suprimieron la comida y solamente se dedicaron al alquiler de los cuartos.
Hotel Magestic, construido por Trasobares y administrado por Pepe Trasobares, fue un gran Hotel con restaurante. Lo vendieron a Palomo Beceña, Martín y su yerno Francisco Roca Augier, lo achicaron con el nombre de Hotel El Rojo, sin restaurante.
Hotel Patallo, de José Patallo, hoy le nombran Hotel Praga. Siempre se caracterizó por la buena comida y las excelentes habitaciones.
Hotel Tauler, de Narciso Tauler, hoy le nombran Hotel Turquino. Es gran Hotel con comida. (Leer la historia del hotel Trailer)
Hotel La Perla de Cuba, de Antonio Cruz Sánchez, en calle Aricochea y Libertad.
Hotel Continental, de Antonio Geada García, ubicado en la calle Libertad, entre Luz y Caballero y Martí. Tenía comida.
Hotel Coruña, de Ricardo Varela, con comida a la española y criolla.
Hotel Asturias, de José Ceñal Cueto, sin restaurante, en la calle Luz y Caballero, entre Mártires y Máximo Gómez.
Hotel Residencial, de Rufino Chiang y Compañía, en la calle Luz y Caballero, esquina a Máximo Gómez. No tenía restaurante.
Hotel Los Ángeles, de José Abraham y luego de Planas y Compañía, en los altos de la calle Frexes, entre Mártires y Maceo. No tenía comedor.
Hotel Saratoga, de Agustín Sosa, en calle Libertad esquina Martí, sobre la ferretería La Llave. No tenía restaurante.
Hotel Ritz, de Américo Aguilera Torres, en calle Maceo, frente al Parque Calixto García. Tenía restaurante, que suprimió para dedicarse a la prostitución aprovechando que tenía salida a la calle Mártires.
Hotel ¿Carelia?, de Hermenegildo Castro en calle Mártires No. 95. No tenía restaurante.
Hotel Escofet, de Silvio Escofet, al arrendarlo el asiático Luis Chiang le nombró Hotel Libertad.
Hotel Royal, de Salustiano ¿Caupa o Campano?, hoy Hotel Santiago, en calle Maceo, entre Aguilera y Arias.
Hotel Cuba y España, de Ricardo Varela, con su comida a la española y a la criolla.
Fondas y Posadas en Holguin
Por: Pepito García Castañeda
Según el diccionario, las Fondas y Posadas eran establecimientos públicos donde se ofrecía comida y alojamiento. Y así lo fueron durante la colonia, pero NO en la República. En la República fueron separados los conceptos y enyenton las Fondas solo dieron comida, y las Posadas fueron las que solamente alquilaban cuartos para dormir.
Fondas y posadas de Holguín durante la Colonia:
Fonda La Montañesa, en Calle Concordia, frente a la Plaza de Armas, abierta al público el 23 de febrero de 1878 de la propiedad de D. Francisco Martínez. Ofrecía comida a la española, a la francesa y a la criolla y como plato especial “bacalao a la vizcaína”. Su primer dueño la vendió a D. José María de la Peña el día 23 de febrero de 1896.
Fonda La Flor Holguinera, del año 1866; en la calla Calvario número 22, de la propiedad de D. Francisco Macurijes.
Fonda La Deseada. Abierta al público en la calle de la Real Cárcel en 1866, de la propiedad de D. Quintín Garcell.
Fonda La Holguinera, del año 1864 y de la propiedad de D. Julián Pérez Montero.
Fonda La Flor de Holguín. Del año 1886, en la calle España número 67, exactamente en el mismo lugar donde más tarde estuvo el Hotel Isla de Cuba y de la propiedad de D. Pedro Hermosa.
Fonda La Marina Española. Abierta en el año 1896 en la calle Industria, esquina a la de Concordia. Esta ofrecía como especialidad de la casa, “Arroz con pollo” y “Bacalao a la vizcaína”.
Fonda El Louvre holguinero, abierta en el año 1896 en la calle San Diego, esquina a la de San Francisco. Esta ofrecía al público Mesa Redonda a las diez de la mañana y a las cuatro de la tarde.
Fonda Pasaje, abierta por Maldonado y Molina en el año 1895 en la calle Numancia, esquina a Mercaderes. Ofrecía comida a la española, a la francesa y a la criolla.
Fonda de Puig, abierta por Pablo Puig en el año de 1847 en la calle de San Miguel, esquina a la de San Francisco, dando su frente al Parque de San José. Además de servir comida, tenía un villar y una bodega.
FONDAS EN LA REPUBLICA
En la Plaza del Mercado había una docena de pequeñas fondas en las que solo se ofrecía comida.
Fonda Palai, de José Antonio Sánchez Guzmán, en la Plaza del Mercado y que exhibía su comida a través de vidrieras.
Fonda la Casa Rebellón, de José Rebellón Fernández, con su famosa comida a la española.
Fonda la Casa Chang, de Mariano Chang, en la calle Máximo Gómez, detrás del Mercado.
Fonda El Comercio, de Eloy Pérez, en calle Maceo, frente al Parque Victoriana de Ávila (luego Parque Martí)
Fonda Los Dos Corazones, de Luis Mezerene, poseía un bar un ofrecía comida árabe.
Fonda La Bodeguita del Medio, de Rafael Guzmán, que la tenía al fondo de su comercio de víveres, en la calle Aguilera, entre Maceo y Mártires. Ofrecía platos especiales.
Fonda Victoria, de Lorenzo Mok, al fondo del café Victoria, en calle Maceo, esquina Martí. Ofrecía comida china.
Fonda Pasaje, de Pedro Luis León, en calle Libertad esquina Aricochea. Esta fonda fue suprimida por el dueño después de dedicarse a la prostitución callejera en sus cuartos.
Fonda La Casa Ana, de Aracelis Gómez Calzadilla, ubicada en la calle Maceo No. 33. Más tarde su dueña la suprimió para dedicar sus cuartos a la prostitución callejera.
POSADAS
Solo se dedicaban a alquilar sus cuartos. En la década de 1950 abundaban en la ciudad de Holguín, administradas, en su mayoría, por asiáticos y se dedicaban, mayormente, a la prostitución callejera. Eran las preferidas del público porque en ellas nadie reparaba en las mujeres que en sus cuartos se introducían, no sucediendo igual en las administradas por cubanos, que trataban siempre de verle la cara a las mujeres para, en lo posible, chantajearlas.
Posada Vía Libre, de Vicente Chuig.
Posada La Plaza, de Julián Chuig.
Posada Pasaje, de Pedro Luis León.
Posada El Nuevo Cantón, de Felipe Chuig.
Posada La Casa Lao, de José Lao.
Posada El Gallo, de Manuel Acheng.
Posada El Ferroviario, de Marcelino Chiong y Compañía, ubicada en la calle Maceo No. 248.
Posada El Pavo Real, de Mariano Luis.
Posada La Unión, de Venancio Chuig, ubicada en la calle Luz y Caballero No. 105.
Posada La Estrella, de Manuel Chang.
Posada La Flor de Hong Kong, de King Woo y Compañía.
Posada Aguilera, de Gloria Aguilera González.
Posada La Paloma, de Manuel Balboa.
Posada La Esmeralda, de Ana Milanés.
Posada La Verdad, de Bartolomé Tamayo.
Posada La Unión Obrera, de Ezequiel García.
Posada La Casa Janie, de Alejandro Janie.
Posada Ana, de Aracelis Gómez.
Posada La Joven China, de Julio Lao, en calle Mártires No. 95.
FONDAS Y POSADA, estas ofrecían comida y cuartos.
La Central de Lucas Viú Biendicho, en calle Libertad, esquina a Aguilera.
La Sirena, de Gelabert y Fernández, ubicada frente a Remigio Truebas.
La Familia, de Eduardo Cordero García, en calle Maceo, esquina a Cuba.
(Debiendo aclarar que muchas de las posadas asiáticas y hasta algunas de las cubanas, comenzaron como Fonda y Posada, suprimiendo más adelante la Fonda para explotar los cuartos)
4 de septiembre de 2021
Un recuerdo del Sitio de La Periquera
Por: Antonio Pascual Ferrer Mariño (Pascualito)
Historiador de Gibara
Esta bala de cañón, en forma de pelota de hierro, perteneció a la artillería cubana, y se usó en el Sitio de La Periquera.
Holguín fue en todo tiempo una Ciudad cuyos habitantes, en gran número, eran amantes de la libertad de Cuba, como lo demuestra el abultado número de Veteranos por la Independencia que tuvo, por eso fue que al comenzar la Guerra de los Diez Años (1868), Julio Grave de Peralta y Amadeo Manuit entraron con sus valientes soldados y ocuparon la Ciudad. Los españoles, mientras tanto, se parapetaron en las iglesias San Isidoro, San José, en el Hospital Militar (Quinta del Llano), y, sobre todo, en su más importante fortaleza, la Casa de Francisco Rondán, a quien la soberbia casa le costó $ 25 000.00 y a la que entonces llamaban Casa Fuerte y que los mambises rebautizaron como La Periquera.
En el periódico EL GIBAREÑO, de cuya redacción formé parte, se publicó desde Enero hasta Abril de 1938 una serie de diez artículos, que yo mismo escribí, sobre ese importante hecho de armas, donde tomó parte por Cuba Libre, mi abuelo materno don Nicolás Mariño y por España, mi abuelo paterno, don Pascual Ferrer, que allí en La Periquera estaba guarecido junto a mi abuela paterna doña Paula García y Sánchez.
Fue mi abuela paterna quien me contó la anécdota siguiente: El 4 de diciembre de 1868, los mambises, que siempre quisieron tomar La Periquera, emplazaron dos cañones. Y a eso del mediodía del día citado, estaban almorzando las señoras de los defensores del edificio. Mi abuela compartía la mesa don doña Pepa Cardet, y en eso cayó una pelota de hierro como de quince libras, rompiendo platos y fuentes. A doña Pepa, del susto, le dio un colapso y falleció, siendo enterrada en el patio, de donde parte la galería subterránea que unía La Periquera con la iglesia de San José.
Esta bala la conservó mi abuelita hasta su muerte, pasando desde entonces a mi poder. Pero conociendo su valor histórico, la doné al Museo que tenía la Delegación de Veteranos de la Independencia, para que las generaciones futuras la conocieran.
Con este escrito queda complacido mi buen amigo e historiador Rafael Masferrer Landa, nieto de doña Pepa Cardet.
Título de nobleza de un gibareño
Por Pepito García Castañeda
Don Cayetano Rivas Rocafull, residente en Gibara, hijo del matrimonio de don Juan Bautista de Rivas Rocafull, Teniente Coronel de Infantería y de doña Filomena Primelles, él de Ceuta y ella de Puerto Príncipe; nieto por línea paterna de Cayetano de Rivas Rocafull, Coronel de Infantería y de María Antentas, él de Ceuta y ella nacida en el mar y bautizada en Lagroña, y por la materna de Juan Manuel Primelles, Oficial de Guarda de Corpus de la Casa Real de Francia y de doña Ana María Usatorres, él de Burdeos y ella de Puerto Príncipe.
Que entre los apellidos ilustres del Reyno aparecen los de Rivas, Rocafull, Primelles, Antentas y Usatorres.
Escudo de armas de Ricafull: Escudo partido a la derecha en campo de oro, siete flores de Lis azures por Rivas y a la siniestra por Rocafull en campo gules un roque y una corneta de oro cuyos linajes son el primero oriundo del valle de Orozco, donde fundaron su primitiva casa solar de armas, que fueron las siete lises que ganaron en un desafío a un Caballero francés. Los descendientes de esta casa fundaron varios solares en Viscaya, Valle de Sopuerta y otros de las Provincias de Andalucía, Aragón, Cataluña y valencia, donde existe ilustre descendencia. El linake de Rocafull según Mosen Frayme Febrer en sus trovas dedicadas a los conquistadores de Valencia, procede de Guillén Rocafull, primer hermano del Rey don Jaime el Primero, el cual tuvo por hijos a Raymundo y Arnoldo que fueron llamados por la Reina María a la sucesión de los Estados que heredó de su padre.
PRIMELLES. Escudo: Campo de Plata con un castillo de gules surmontado de una estrella también de gule, como originario del Solar de Villarino en tierra de la Villa de Ledesma, cerca de salamanca, del que don Arnoldo (ilegible) tiempo de don Enrique III, quedando radicado en esta península y dejando dilatada sucesión que se extendió por varias provincias de España y Ultramar.
ANTENTAS. Escudo: Campo de oro con el jefe de sable, como originario del principado de Asturias, donde tenían su solar en la Villa de Luarca. Son muy antiguos hijodalgos, pues en tiempo de la reconquista de España se halló asistiendo a don Pelayo un caballero de este linaje. Posteriormente se encuentran caballeros condecorados y llenos de linajes en las provincias de Andalucía y en las Catillas.
USATORRES. Escudo: Cortado, en el campo superior de oro dos torres de gule y en el inferior un sinople de dos leones de oro, cuyo solar se fundó en Mirasol del Condado de Urgil, del cual fue señor don Vicente Usatorres, que estuvo al servicio de don Jaime I, el Conquistador, a quien servía de criado de cámara, cargo equivalente en la actualidad a Gentil Hombre. Acompañó a aquel monarca en todas sus guerras, llevando sus paves y celada. En Mogente aterró a los moros por su gran valor. Fue enviado a Inglaterra para re alistar gente y contribuyó con muchos peones y caballos a la conquista de Murcia.
Que todos estos escudos corresponden al interesado y el citado escudo general va adornado de la celada de acero bruñido puesta de perfil y mirando a la diestra en señal de legitimidad, forrada de gules de sus correspondientes penachos de plumas y lambrequenes, emblema de su nobleza y antigüedad.
Se le expide su título de nobleza en 8 de febrero de 1885.
3 de septiembre de 2021
Se unen miembros del gobierno municipal a las tropas mambisas durante el sitio a la Ciudad (1868)
Por Pepito García Castañeda
Durante el sitio de Holguín (ocurrido entre octubre y noviembre de 1868), varios miembros del gobierno municipal se unieron a los rebeldes, entre ellos los Regidores del Ayuntamiento, Federico Mariño y Carlos Téllez (era abogado), siendo este último nombrado por las fuerzas independentistas, Fiscal Mayor de la Alcaldía.
También se les unieron el Secretario Contador del Ayuntamiento, Valentín Tapia y el Oficial tercero de la misma Secretaría, Bernardo Miyares.
El Gobernador siempre manifiesta en sus escritos que la Ciudad estaba dominada por los rebeldes.
Miedo del gobierno municipal de Holguin a las reuniones secretas de la masonería (1821)
Por Pepito García Castañeda
Cabildo de Holguín, 20 de marzo de 1821. Acuerdo No. 6.
En este Cabildo el Alcalde Constitucional Segundo, que lo era José Justo de Aguilera, dijo “que ya es muy diáfano y corriente que en esta ciudad se celebran reuniones secretas que tienen el nombre de Logias de Francmasones. Esas tales reuniones son prohibidas, teniéndose como una de las más perjudiciales a nuestro Holguín y debe suplicarse al Gobierno que desde luego tome medidas para cortarlas”.
Y se acordó que se le de vista a los Síndicos Procuradores Generales para que presenten lo conveniente.
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Así en nueva reunión esta vez del 2 de abril de 1821 se leyó el informe de los Síndicos Procuradores Generales, y el cabildo tomó el acuerdo de perseguir y castigar tales reuniones secretas.
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En 7 de mayo de 1821 la Diputación Provincial aprobó las medidas tomadas por el cabildo de Holguín para perseguir y castigar las reuniones secretas de francmasones.
1 de septiembre de 2021
Las rejas que tuvo el Parque Calixto García
Por Pepito García Castañeda
Escritura de 30 de junio de 1857
De una parte, Francisco Rondán, Alcalde; Fernando Montes de Oca, Alférez Real y Jesús Rodríguez, Síndico Procurador a nombre del Ayuntamiento de Holguín.
De otra parte, Lorenzo Mulet, maestro Herrero.
Se compromete Mulet a hacer 266 ½ varas de rejas de hierro, que serían colocadas en los jardines exteriores de la Alameda Isabel II (es decir, limitar la Plaza con la calle). Cada rejilla de una vara de alto y cinco líneas de diámetro, terminadas en lanza y aseguradas con dos platinas de 15 líneas de ancho y 16 de grueso, colocadas, una en los remates de las rejillas (parte alta), y la otra a ¾ de altura; teniendo en cada vara de rejas siete carrillas y cada tres varas un pilar cuadrado de hierro, de 15 líneas en cuatro, y terminados los pilares en una figura amelonada. En cada frente una puerta de hierro de ¾ de varas de ancho, de dos hojas, con cerrojo y llave, y cada puerta asegurada con dos pilares de hierro.
La reja fue terminada en ocho meses a partir del 1ro de agosto.
Costó $ 1 455.00 pesos, pagados por el Cabildo de la siguiente forma: 1/3 al comienzo; 1/3 en su mitad y 1/3 al ser terminada.
El herrero puso como garantía de su trabajo, su casa morada en calle San Miguel, que era de madera, tejas y tapia.
Quinta del Llano, Holguin
Por Pepito García Castañeda
Escritura de 17 de agosto de 1857.
Venden Benjamín, Miguel y Emilia de Zayas Sánchez como herederos de doña Soledad Sánchez.
La casa es de alto, de mampostería y tejas, así como los bajos que le son anexos. Situada en El Llano de esta ciudad de Holguín, parte Norte y conocida como La Quinta.
La calle de su frente es conocida como la Calle de la Quinta.
Nota: Fue fabricada por el Regidor don Domingo Calcagño, asesinado, que la dejó como herencia a Soledad Sánchez.
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