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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

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6 de junio de 2021

¿De dónde eran los primeros holguineros?

(Con información obtenida de los Dres. Carlos Antonio Córdova Martínez, Laureano Calzadilla Anido y José Fernando Novoa Betancourt.

Centro de Estudios sobre Cultura e Identidad, Universidad de Holguín)




Se ha dicho mucho y muchas veces que los primeros holguineros vinieron de Jamaica, pero en el presente varios historiadores no lo creen.


José Rosalía de Ávila y González de Ribera, padre del historiador Diego de Ávila y del Monte, en una de las primeras obras sobre los orígenes de la jurisdicción holguinera, de la que solamente se conservan 32 cuartillas1 dice:

La población de Holguín es toda blanca (...) Es la descendencia de la colonia de Jamaica (...)”.

Por su parte dice Pérez de la Riva en claro seguimiento de la opinión anterior:

Holguín es un asentamiento de colonos de Jamaica (...)2,

E igual, la opinión la retoma Joel James cuando asegura que:

Holguín, cuyo enclave primero se crea de manera voluntariosa e interesada, a finales del siglo XVII, con los inmigrantes provenientes de Jamaica (…)”3.

Sin embargo autores actuales desmienten las anteriores afirmaciones.

El Dr. Carlos Córdova insiste que entre los criollos fundadores vinieron decenas de descendientes de judíos conversos asentados en el oriente de Cuba desde antes, y para probarlo muestra apellidos de larga data en la zona que asimismo aparecen en la lista de apellidos sefarditas conformada por las autoridades ibéricas y que son los que clasifican para solicitar la ciudadanía española. (Ver más)

Y el también Dr. en Ciencias Históricas Laureano Calzadilla asegura categóricamente que los colonizadores de Holguín eran esencialmente criollos naturales de Bayamo en su mayoría, y asimismo de Santiago de Cuba y Puerto Príncipe (Camagüey).

Lo anterior demuestra que es difícil estudiar el origen étnico de la población holguinera del siglo XVIII.

Los documentos de ese dicho siglo clasifican los habitantes de la Isla en blancos españoles, libres de color, esclavos y extranjeros, de ahí la imposibilidad de conocer el por ciento de criollos, confundidos como se encuentran en las únicas cifras a las que se puede tener acceso en el presente.

No obstante los historiadores buscan alternativas. Una es la lectura de los Testamentos, porque en ellos se señala el lugar de nacimiento del testador, e incluso el de sus padres. Solo que se sabe que únicamente o casi siempre, nada más testaban los propietarios y esos, la mayoría de las veces, eran blancos. Lo anterior obligó a encontrar otras soluciones para tener información de los clasificados como “de color”. Una fue los propios testamentos de los blancos propietarios, pues en ellos se recogían a los esclavos entre los bienes del testador y la mayor parte de las veces señalaban si esos eran criollos o africanos, y, para mayor felicidad de los estudiosos, muchas veces decían la etnia a la que pertenecía el natural de África.

Otra vía de encontrar la información perdida son los documentos de compraventa de esclavos, que, con frecuencia, contemplaban si el vendido era criollo o africano; de ser criollo, decía si era mulato o negro, y en el caso de los africanos, muchas veces, el origen étnico.

La posibilidad de conocer la composición étnica de los libres “de color” fue menor. En el presente solamente existe una vía: las cartas de horros o cartas de libertad, que indican el porcentaje de criollos que obtenían la libertad.



1 La obra se titula Memorias para la Historia de Holguín en la Isla de Cuba” y fue publicada en: Memorias de la Sociedad Patriótica de La Habana, La Habana, 1856, p. 9.

2 Juan Pérez de la Riva: “La conquista del espacio cubano”, La Habana, 2004, pp. 124.

3 Joel James: “Alcance de la cubanía”, Santiago de Cuba, 2001, pp. 31-32.



La gente que había en Cuba desde su conquista y colonización y sobre todo, en fechas cercanas anteriores y posteriores a la fundación del pueblo de Holguín en 1720.

Con información obtenida de los Dres. Carlos Antonio Córdova Martínez, Laureano Calzadilla Anido y José Fernando Novoa Betancourt.

Centro de Estudios sobre Cultura e Identidad, Universidad de Holguín)


En las primeras décadas de la colonización de Cuba la población indígena se redujo drásticamente, y, para colmo, a la misma vez, mucho de los primeros pobladores hispánicos abandonaron la Isla (y con ellos se llevaron a muchos “indios”), dirigiéndose a las ricas colonias establecidas en Tierra Firme.

……….

Así lo explica el Dr. José Vega Suñol:

Poco después de 1520 tuvo lugar una declinación demográfica en Cuba como consecuencia de la conquista de México, iniciada en 1519, que absorbió una parte importante de las huestes españolas establecidas, sobre todo, en la parte oriental. Pero asimismo esta expedición, igual que las subsiguientes, se nutrió de aborígenes cubanos como apoyo logístico; por tanto la declinación demográfica de las poblaciones indígenas en la naciente historia social de Cuba se explica, no solo, por el exterminio bélico, el duro trabajo en las encomiendas, los lavaderos de oro y la invasión biótica, como la gripe, que devastó una parte sensible de esa comunidad humana, sino también por la participación de cientos de aborígenes en numerosas expediciones a tierra firme en condición de sirvientes, cargadores, escuderos y hasta de soldados acompañantes de los españoles en la conquista de América.

Fue la masa aborigen asentada en el oriente cubano la que aportó la mayor cantidad de sus hijos para que fueran con los españoles conquistadores y fue a esos aborígenes a quienes correspondió la peor parte del trabajo. Finalmente, la inmensa mayoría de ellos no regresó jamás. Un dato más, eran hombres los aborígenes que se llevaron los españoles a sus aventuras de conquista, influyendo en el desequilibrio interno de sus comunidades.

El demógrafo Pérez de la Riva asegura que el punto más bajo en la cantidad de población cubana, fue de 5 mil, alcanzado hacia 15551.

Para reforzar lo anterior se tiene el informe del Obispo Fray Diego Sarmiento sobre la población en Cuba en 1544, dice:

Tiene en Bayamo 30 vecinos (alrededor de 150 personas, pues cuando dice 30 vecinos se refiere a las cabezas de familia), 400 indios y 200 negros;

en Puerto Príncipe, hay 14 vecinos (70 personas), 235 indios y 160 negros e indios de Yucatán esclavos; mientras Trinidad está despoblada;

en Remedios, viven 10 españoles y 200 negros esclavos;

en Sancti Spíritus, 18 vecinos (90 personas), 58 indios, 14 negros y 50 indios esclavos;

mientras que La Habana, cuenta con 40 vecinos (200 personas), 120 indios y 200 negros e indios esclavos2

……….

El crecimiento (lento, pero sostenido) de la población de Cuba se inicia a mediados del siglo XVI, con un fuerte componente criollo.

Setenta y seis años después del informe de Sarmiento, (en 1620), el Obispo Fray Alonso Enríquez de Armendáriz en su informe al Rey señala que Baracoa tenía 30 habitantes, Santiago de Cuba 250, Bayamo 1500, Puerto Príncipe 300, Sancti Spíritus 200, Remedios 50, Trinidad 150, Guanabacoa 170 y La Habana 70003.

Aunque no definen cuantos pertenecían al grupo dominante de españoles y sus descendientes o eran indios y negros, y dentro de estos últimos horros y esclavos, las cifras son de indudable valor para comprender el inicio del crecimiento demográfico. (Es de destacar el incremento poblacional de la Habana con un crecimiento aproximado de 14 veces, el nacimiento de la villa de Guanabacoa y el segundo lugar de Bayamo como centro urbano de Cuba).




1 Juan Pérez de la Riva: La conquista del espacio cubano, La Habana, 2004, p. 76.

2 Colección de Documentos Inéditos, serie II, t. III, Isla de Cuba, pp. 221-232. En: Hortensia Pichardo: Documentos para la Historia de Cuba, La Habana, 1977, pp. 99 - 101., t I.

3 Ibídem, p. 567- 568.


3 de mayo de 2020

La Audiencia de Santo Domingo se preocupa por las discrepancias entre Velazquez y Cortés



Por Arquimedes de Paz y José Novoa
Sello de la Audiencia de Santo Domingo
Ante la eminente partida desde Cuba de una segunda armada hacia México con el objeto de enfrentar a Hernán Cortés, que había desconocido el acuerdo que tenía con el Gobernador de Cuba, Diego Velázquez, la Audiencia de Santo Domingo tenía el lógico temor de que se produjera un enfrentamiento entre españoles en tierras extrañas, pero asimismo, otro asunto los preocupaba, y ello lo confirma el oidor enviado a Cuba, Vázquez Ayllón: “que ha recibido información de testigos de que en la armada de Narváez va la mayor parte de los españoles de la Fernandina[1] y que la Isla quedaba en peligro ante alteraciones que podrían provocar los nativos sin que fuera posible contenerlos por la falta de hombres”


[1] Este fue uno de los tantos nombres que los españoles le dieron a la isla de Cuba

13 de marzo de 2020

La proeza de Arquímedes Paz Pérez para conocer a García Holguín



Casi inmediatamente después de la publicación del libro de Novoa Betancourt, un alumno suyo, Arquímedes de Paz Pérez, que cursaba una maestría en el Centro de Estudios sobre Cultura e Identidad (CESI) de la Universidad de Holguín, inicia una más amplia revisión de la grande y disgregada bibliografía que conservan los más diferentes y distantes archivos, dando por resultado el libro (inédito) “Andanzas y peripecias de un conquistador llamado García Holguín”.
Toda la información que comparte este blog en las entradas anteriores y siguientes han sido tomadas del dicho y muy completo texto que las editoriales de Holguín deberían disputarse, pero que, sin que pueda explicar por qué, han respondido con una indiferencia castrante.



García Holguín, nueva visión



Por Arquímedes de Paz y José Novoa

El ultimo medio siglo transcurrido se debatió entre las opiniones de don Diego de Ávila y Delmonte y de Pepito García Castañeda, sin embargo fue la opinión del primero la que caló profundamente en la historiografía más conservadora y en la memoria popular.

Dr. José Novoa
Así hasta 2010, cuando el Dr. José Novoa Betancourt regresa sobre el viejo tema, pero ahora con un enfoque más abarcador y disponiendo de las ventajas de tener a mano nuevas, valiosas y disímiles fuentes que le proporcionaron las tecnologías de la información y la comunicación contemporáneas.

El investigador hizo una lectura cuidadosa de los cronistas coloniales y asimismo obtuvo información que le aportaron historiadores actuales europeos y latinoamericanos. El resultado es una más completa visión sobre la vida y hechos del capitán García Holguín en un contexto histórico y geográfico que no había sido considerado por la historiografía local[1].

No obstante los resultados conseguidos por Novoa deja sin respuesta algunas varias interrogantes: no se establece con certeza si el personaje que menciona la documentación consultada es el mismo García Holguín del que habla la memoria e historiografía local; la cronología descrita entra en contradicción con eventos registrados por los historiadores de la localidad anteriores, como por ejemplo el supuesto casamiento de García Holguín con Isabel Fernández Valero de Sandoval en 1537 y la consiguiente descendencia del dicho matrimonio y la supuesta reubicación del hato en 1545.


[1] Novoa Betancourt, Dr. José. “García Holguín. Nueva visión”. 1ra edición. Holguín: Ediciones Holguín, 2010   

Juan Albanés intenta una conciliación entre los dos inconicos historiadores de Holguín en relación a García Holguín



Por Arquímedes de Paz y José Novoa

Una década después de García Castañeda se presenta otra versión sobre los orígenes de la localidad de Holguín[1]. Su autor es Juan Albanés Martínez, periodista, bibliotecario e historiador holguinero.

En su hipótesis Albanés intenta conseguir la conciliación de lo dicho por los dos icónicos historiadores de la comarca, de Ávila y Delmonte y García Castañeda, aun cuando en varios aspectos esos autores se contradicen. Por ejemplo, Albanés utiliza nuevamente el nombre de Francisco para el supuesto colonizador y asimismo admite que el García Holguín con el sentido de García como apellido.  






[1] Albanés Martínez, Juan. “La Historia de Holguín. Edición Monumental del periódico Norte. 21 de agosto de 1958. (Se puede consultar en Biblioteca Provincial de Holguín).

La historia de García Holguín contada por Pepito García Castañeda



Por Arquímedes de Paz y José Novoa
Dr. Pepito García Castañeda
García Castañeda[1] no se limitó a repetir la información dada por don Diego de Ávila y Delmonte, como habían hecho los historiadores que le antecedieron, sino que la sometió a un análisis critico y realizó una cuidadosa (y casi heroica) búsqueda de fuentes documentales que sustentaran los hechos que describió.

En relación con el individuo que fundó el hato que estuvo donde hoy crece la ciudad de Holguín, lo primero fue localizar documentación que acreditara las versiones que sobre él se contaban, y para ello escribe al Archivo de Indias en Sevilla. El 9 de julio de 1947 llega la respuesta firmada por Cristóbal Bermúdez Plata, director del dicho archivo en la que dice categóricamente que “no encontramos ningún Francisco García Holguín pasando a América, como tampoco a un García Holguín en el periodo de 1509 a 1543, pero sí documentos relacionados con García Holguín pasando a América antes de 1509”[2].

Es entonces cuando se desecha al tal Francisco García Holguín como propietario de tierras en la comarca; Pepito García Castañeda es quien primero asegura que se llamaba García, que era nombre común en su tiempo, y de apellido Holguín.

Posteriormente el historiador aporta un elemento clave para a ubicación de García Holguín en la isla de Cuba: el testamento de Diego Velázquez. Dice Velázquez en su testamento que García Holguín, quien estaba en México, le debía novecientos pesos oro usados por el García Holguín para completar una parte del dinero con que compró “la facienda de manzanylla (sic)” que le vendió un tal Bartolomé de Bastidas a García Holguín y Diego de Lorenzana.

De Bastidas y Diego Lorenzana no aparece otras referencias en la documentación revisada, salvo una nota en el Archivo de Indias, Sevilla, relativa a una Real Provisión de julio de 1526, donde dice que a Diego Lorenzana se le concedía el regimiento de la villa de San Salvador, pero no aclara si se trata de San Salvador de Bayamo o alguno otro de los tantos lugares del Nuevo Mundo que los españoles nombraron San Salvador.

Sin nada que conduzca al vendedor y al otro comprador con García Holguín, García Castañeda se dedica a intuir dónde quedaba la “facienda de Manzanylla”.

Dos Manzanillo había en Cuba en el momento en que García Holguín se convierte en propietario. Uno en el golfo de Guacanayabo y el otro era un pueblo de indios cercano a las antiguas villas de Trinidad y Sancti Spiritus, pero hasta hoy no se ha localizado documento ninguno que relacione a García Holguín con esos lugares. Y como el historiador quiere conciliar sus hallazgos documentales con el relato de don Diego de Ávila y Delmonte, dice sin sonrojarse que Manzanylla es El Yayal, pueblo indio de las inmediaciones del posterior pueblo de Holguín.

Otros historiadores han exonerado de culpa a Pepito García Castañeda por la anterior deducción sin prueba alguna diciendo que al escribir Manzanylla el escribano equivocó lo que dijo Diego Velázquez, o quizás fue Diego Velázquez, entonces viejo y enfermo, quien equivocó el nombre de la hacienda de García Holguín. Sin embargo es discutible que en un acto de declaración testamentaria se dejara pasar el error en el nombre de una hacienda sobre la que pesaba una deuda tan importante; ¿cómo procederían los albaceas al cobro de ella si la hacienda mencionada no existía?

Hasta hoy no se ha conseguido aclarar absolutamente nada del asunto anteriormente tratado.  

 





[1] José Agustín García Castañeda, Pepito. (Holguín 22 de septiembre de 1902-Holguín 3 de noviembre de 1982). Abogado de profesión y profesor del Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín. Se le considera el más importante científico holguinero de los primeros cincuenta años del siglo XX. Historiador, museólogo, arqueólogo, naturalista y escritor. Perteneció a la Academia de Historia y a las Sociedades Científicas de Arqueología, Botánica y Malacología.


  

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