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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

15 de junio de 2017

Faustino Orama, El Guayabero 05 (Las huellas del conjunto "Trovadores Holguineros")



Músico empírico como era, por vocación y capacidad de sacrificio, el maraquero y cantante de “La Tropical”, Faustino Orama siempre se acercó a los instrumentistas de experiencia, especialmente a los que dominaban los secretos de la guitarra y el tres, que son instrumentos decisivos en los formatos soneros.
Dicen los que le conocieron por esa época que Faustino observaba largo, escuchaba y preguntaba frecuentemente a los guitarristas y treseros de la agrupación en la que estaba enrolado, sobre todo a Miranda y a su primo Pepe Osorio, que a inicios de los años cuarenta era el director de “La Tropical” y lo fue hasta que el septeto desapareció arrollado por el impulso de otros formatos soneros preferidos por los bailadores, el conjunto, sobre todo.

El Guayabero en fechas
1936 o inicios de 1937
Funda su conjunto “Trovadores Holguineros”, con el que durante veinte años realizó programas en las emisoras de radio de la ciudad, amenizó bailes y fiestas en sociedades de recreo, colonias de caña y residencias particulares.

Por 1936, cuando Arsenio Rodríguez, (“El Ciego Maravilloso”), y otros adelantados músicos cubanos comenzaron a agregar más trompetas y otros instrumentos al septeto buscando mayor fuerza rítmica y expresiva en sus interpretaciones, Faustino fundó un conjunto al que bautizó con el nombre de “Trovadores Holguineros”[1].
Casi a la misma vez en el tiempo, muy cerca del barrio donde vivía el músico, Manuel Angulo Farrán creó una radioemisora, la CMKO, que abrió sus puertas a los músicos que sin pago alguno, porque era una planta muy pobre, quisieran tocar ante sus micrófonos.
Esa era la época, también, del tango, los mariachis, la música española y la norteamericana, sobre todo el jazz, con el swing de Glen Miller. A la vez surgió el danzón de nuevo ritmo y el bolero se revitaliza con una nueva generación de creadores de la talla de René Touzet, Osvaldo Farrés, Marcelino Guerra, Orlando de la Rosa y Augusto Tariche. La conga, la canción afro y la guaracha por su parte logran notables conquistas a través de Rafael Ortiz (Uno, dos y tres), Armando Oréfiche (Rumba azul) y Guillermo Rodríguez Fiffe (La negra Tomasa), entre otros, enriquecen el repertorio de tríos como el Servando Díaz, las jazz bands Casino de la Plaza y Lecuona Cuban Boys, charangas al estilo de la de Antonio María Romeu y los numerosos conjuntos soneros que eran la novedad.
A todo ello contribuye esencialmente la radio, sobre todo después del éxito del programa “La Corte Suprema del Arte” había conseguido el primerísimo lugar en la promoción para todos los valores que se iniciaban y que buscaban darse a conocer al gran público y conseguir contratos entre los organizadores de bailes. Modestamente los “Trovadores Holguineros” acudieron a la CMKO y comenzaron su largo andar por los caminos de la música cubana.
Interpretaban una amplia gama de géneros, en primer lugar los sones de Arsenio Rodríguez y Miguel Matamoros, las guarachas de Bienvenido Julián Gutiérrez y Ñico Saquito, y los boleros de moda, incluyendo los de los exitosos mexicanos y puertorriqueños Agustín Lara, Alberto Domínguez, Rafael Hernández y Pedro Flores. De este último, “Obsesión” se convirtió en el favorito de Faustino que con frecuencia pedía a los cantantes de su agrupación que los interpretaran. (Para esos años iniciales del conjunto, Faustino solamente tocaba las maracas y cantaba en los coros; posteriormente pasó a tocar el tres y a inicios de los años cuarenta comienza a cantar como solista en algunas piezas, pero nunca en los géneros románticos).
Felizmente nunca le faltaron excelentes voces primas a “Los Trovadores…” Entre ellas la de Chicho González; la de Alberto Velázquez, que luego fue un principalísimo locutor de la CMKO, y, sobre todo, la de Francisco (Paco) González, que fue quien por más años estuvo en la agrupación aportándole su bien dotada voz, lo que le permitía transitar con facilidad por diversos géneros.
Otra relevante figura de “Los Trovadores…” fue el trompetista y compositor Francisco Drigg Oropesa (Bayayo), que antes había trabajado con el conjunto del Cojo Caissés y con Rafael Ortiz en el cabaret habanero Montmatre. Este músico hizo aportes sustanciales en el nivel profesional del conjunto de Faustino por ser el suyo un sonido limpio y poderoso, lo que le daba un toque de distinción a la sonoridad de “Los Trovadores…”. Bayayo fue el director musical y guía de los otros que en esa primera etapa dieron sus aportes. Entre ellos el guitarrista Jorge Rodríguez, los treseros Eugenio Aguilera Solares y Montalvo, y el contrabajista Pepín Oramas, hermano de Faustino.
Para las trasmisiones radiales y algunos bailes importantes agregaban al ensamble el piano, que tocaba Andrés Coayo y, en ocasiones, por Pepé Delgado.
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En el siguiente enlace los historiadores Zenovio Hernández y César Hidalgo Torres conversan sobre el bolerista Pepé Delgado y una de sus piezas que es síntesis de una agria relación amorosa entre el bolerista y una señorita de la alta sociedad holguinera Carmen Cortina. Al final podrán oír la pieza en la voz de Vicentico Valdés

 

El padre de Pepé era el notable pedagogo tunero Rafael Delgado, que impartía la asignatura de Geografía en el Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín desde su inauguración en 1937. Para que cursara el bachillerato, don Rafael trajo a su hijo a la ciudad y de inmediato el muchacho se convirtió en una de las atracciones musicales de las dos emisoras de Holguín, del Teatro Infante (hoy Comandante Eddy Suñol), y de la orquesta Tentación.
A diferencia de Faustino, Pepé había recibido una sólida formación musical, que incluía estudios en el Conservatorio Municipal de La Habana, por eso podía transitar con facilidad por diversos formatos, impartir clases de música, componer, orquestar y dar respaldo a importantes empeños culturales que se gestaban en Holguín, un territorio que desde 1940 había alcanzado la condición de municipio de primera clase por su alta densidad demográfica, su activa vida política, social y económica.
Al paso de unos pocos años Pepé Delgado y Faustino Orama serían los protagonistas de una de las más enconadas disputas por el derecho de autor de uno de los sones más populares de Cuba.


[1] Se ignora la fecha de fundación del Conjunto Trovadores Holguineros. En algunas entrevistas Faustino dijo que fue en 1936; y en otras que 1940.Testimoniantes consultados consideran que debió ser entre 1936 e inicios de 1937. Lamentablemente de esa etapa se conservan pocos periódicos en la ciudad, pero en la revista habanera Radioguía de septiembre de 1937 se incluye por primera vez la programación de la emisora CMKO, y en ella se anuncia el conjunto en un programa que salía a las diez de la mañana.

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