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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

7 de marzo de 2017

Calixto García. Biografía. 78


A Jiguaní
Veloz, sin dar tiempo al descanso, el general se pone en marcha hacia Jiguaní, la zona donde siempre tuvo campamento general en el 68.
Mario García Menocal
Manuel Rodríguez Fuentes
Una vez allí dio descanso a sus hombres, mientras él organizó su Estado Mayor, designando como jefe del mismo a un joven oficial (Teniente Coronel) que hasta esos momentos había estado bajo el mando del Mayor General Mayía Rodríguez: Mario García Menocal. Como su Jefe de Despacho a un joven holguinero muy estimado por el general García: Manuel Rodríguez Fuentes. Para secretario particular al capitán Eduardo Salazar y para ayudantes de campo y miembros anexos al Estado Mayor a los oficiales: Federico Mendizábal, Alfredo Arango, Nicolás de Cárdenas, Pablo y Guatimoc Menocal, Luís Rodolfo Miranda, Domingo Herrera, Joaquín y Aníbal Escalante, Manuel Oliva Escalante, Juan Manuel Machado, Sabas Meneses, Carlos Martín Poey, José Nicolás Jané, Guarino Landa y Antonio Aguilera. Médicos del Cuartel General, los doctores Porfirio Valiente y Gonzalo García Vieta y Auditor General Aurelio Hevia.
Carta de José Maceo
Hasta el campamento de Calixto lo alcanza una carta de José Maceo en contestación a una suya en la que dice: “Agradezco las galanterías de su despacho, pero como usted sabe han sido verdaderas las razones que me indujeron a presentar la renuncia del cargo, mi resolución es irrevocable. Indique el jefe que deberá sustituirme”[1].
Reencuentro de Calixto y José Maceo
José: "Dicen que yo soy bruto, pero yo no le miento la madre a nadie, como hace Calixto"

Decide el general que hará un recorrido por la región de Holguín y pone en movimiento a sus hombres, más no habían andado una jornada cuando se le une el gobierno de la revolución y el general José Maceo. José insiste en que se le acepte la renuncia para, acto seguido, marchar él con su escolta para el occidente donde estaba su hermano Antonio.
Es en esta ocasión en que se cuenta la siguiente anécdota: se produjo un incidente entre Calixto y un prefecto, el general como era su costumbre se explayó y le dijo al prefecto todo lo que le llegó a su lengua temible. José, que cerca oía, dijo a uno de sus asistentes: "Dicen que yo soy bruto, pero yo no le miento la madre a nadie, como hace Calixto".
Como puede convence a José Maceo. Calixto pelea en Holguín
Como pueden convencen a José de que retorne a su lugar de operaciones y allá va José. También se marcha el gobierno y Calixto pasea y pelea en Holguín.
Extraordinaria actividad del sexagenario general García, que desde las remotas playas de Marabí atraviesa Oriente y llega a Camaguey de donde regresa a orillas del Cauto





Luego Gómez, conocedor de las acciones de Calixto, le escribe y le felicita, por hacer que “esas comarcas entren en la esfera de la Revolución, imprimiéndole el sello de la guerra”. Asombra a Gómez la extraordinaria actividad del general García, un hombre sexagenario que desde las remotas playas de Marabí atraviesa Oriente y llega a Camaguey de donde regresa a orillas del Cauto, realiza una operación sobre Jiguaní, vuelve al Cauto donde apresa y quema el vapor “Belico”, en su intento de cerrar esa vía de aprovisionamiento enemiga, destruye las guerrillas de Vicana, a la que causa 72 muertos, arrasa el caserío de Velasco y por último entra en la zona de Holguín, la que recorre combatiendo y donde, en masa, se le incorporan pueblos enteros con ganado, caballos y carretas.
Pero no hay armas para todos y por eso Calixto apura a Estrada Palma.
Los Moscones
Libra la acción de Los Moscones, en la que con su escolta de infantería (unos 40 hombres armados de Máuser y 20 caballos), bate a una columna de mil 500 enemigos con dos piezas de artillería por espacio de cinco horas.
Luego está en Mala Noche cuando se entera del desembarco de una expedición. Envía al general Rabí a proteger el cargamento y él sigue a Camaguey, a entrevistarse con Gómez, pero cuando llega no puede encontrarse con el Generalísimo y regresa el general García a las orillas del Cauto.
A su vuelta se entera de los resultados del desembarco de la expedición: ahora tiene armamento y municiones y un cañón Hotchkiss de dos libras.
Luego le llega la noticia de que el Generalísimo Máximo Gómez se dirigía a su encuentro a marcha forzada…
1896, Julio 9
Gómez y Calixto











… y un día después, al amanecer, le avisan que Gómez había pasado la noche a menos de una jornada de su campamento. El general toma un “tente en pie” y con unos 30 hombres sale a alcanzar al Generalísimo. A lo lejos oyen la caballería de Máximo Gómez y al fin, después de veinte años se encuentran los dos grandes generales, envejecidos los dos.
Anibal Escalante, que estaba presente, describe el encuentro: “Desde las cabalgaduras que montaban, sus brazos se unieron. La hercúlea estructura del fuerte torso del general García parecía absorber por completo la escuálida figura del Chino Viejo. Quienes se estaban abrazando eran los dos Mayores Generales vivos más antiguos de la guerra del 68”.
A la llegada de Gómez el general García tiene reunidos a tres mil hombres con sus bandas de música y cornetas: son las fuerzas del Primero y Segundo Cuerpos que comanda el ilustre holguinero a quien la manigua ha devuelto sus energías.
José Maceo ha muerto




Todos están jubilosos por la visita del Jefe del Ejército y por los recientes triunfos alcanzados sobre el enemigo. Y de repente llega una noticia desoladora en extremo: ¡José Maceo ha muerto!
Inmediatamente Calixto dicta una orden mandando guardar luto durante cuatro días, en ella dice: “Los guerreros no lloran a sus muertos, juran, sobre sus tumbas, imitar su ejemplo”.
Mercedes Gorina
Raimundo Domínguez Eguaráz
Ese mismo día llegó al campamento Mercedes Gorina, hermana de crianza de Calixto que le llevaba el abrazo de su madre, doña Lucía quien en Holguín residía con otras hermanas del prócer. Llega con ella un asturianito querido por el general, Raimundo Domínguez Eguaráz, el hijo de Calixto que hasta ese momento había vivido con Lucía.



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[1] Al parecer Antonio Maceo se comunicó con Máximo Gómez poniéndose de parte de su hermano José. El 13 de agosto de 1896 responde Gómez a Antonio: “No importa la injusta apreciación, como patriota y militar, que usted ha hecho de nuestro compañero Calixto García”. (Para entonces José Maceo había muerto)

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