Se
realizaron trabajos en nuevas unidades de excavación en Campo Moisés que
ampliaron la Unidad
9, excavada en 2007 (Ver siguiente imagen).
Excavaciones en Campo Moisés, 2008 y 2009. El Chorro de Maíta. |
Estratigrafía de la cara oeste de la Unidad 12. El Chorro de Maíta. |
Unidad 12. Concentraciones de restos de fauna a la derecha. El Chorro de Maíta. |
La Capa 1 en Campo Moisés resulta común a todas las
unidades en cuanto a tipo de suelo. Extremadamente afectada por su manejo
agrícola, reporta gran cantidad de cerámica europea siendo imposible definir,
al menos en las unidades formales, si toda la capa se debe a la situación de interacción
o si se mezclan estratos con y sin material europeo.
Un
segundo estrato, generalmente no alterado y con restos de material quemado y
combustible, se ubica en las unidades 9 general, 12 y en el lado oeste de
Unidad 11. Ello no parece ser sólo producto del fogón definido en Unidad 9
general, sino que pudiera haber zonas de fogón menores en Unidad 12. Lo que sí
queda claro es que el espacio fue usado para similar fin.
Unidad 10, concentración de fragmentos de cerámica. El Chorro de Maíta. |
Cala 19, concentración de restos de cerdo y cerámica europea e indígena. El Chorro de Maíta. |
Es
interesante el hallazgo en esta última unidad, de una punta de proyectil
elaborada de la espina caudal de una raya o manta (Orden Rajiforme), que, quizás,
es resultado del procesamiento de animales en esa área con fines de consumo.
Punta de proyectil en la espina caudal de una raya o manta (Orden Rajiforme), 69 mm de largo; Unidad 12. El Chorro de Maíta. |
También
se hallaron numerosos restos de burén relativamente grandes, (evidencia poco
frecuente en las demás unidades, excepto la No. 10).
Esta
zona doméstica (cocina) debió funcionar al aire libre pues no se encontraron
huellas de estructuras constructivas en ninguna de las unidades.
La
mayor parte de la Unidad
11, así como las unidades 13 y 17, son espacios sin una función evidente.
La Unidad 10 reporta gran cantidad de restos de fauna, carbón,
ceniza y diversas evidencias culturales, pero su mezcla hace creer que esa era
un área de desecho (basurero). La presencia allí de rocas también pudiera ser
indicio de lo anterior, quizás resultado del despeje o limpieza de las zonas
domésticas situadas al norte.
Por
su cercanía al camino puede pertenecer a los montículos mencionados por Irving Rouse
(1942) en la propiedad de Cordovés.
En la Unidad No. 10 es
significativa la presencia de un hueso humano en la cala 4. Por su parte la cala
19 es diferente. En ella se descubrieron estratos generados por la interacción
hispano indígena, que en las otras están totalmente alterados.
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