|
Seis hombres descalzos, desnudos, hambrientos, sin
municiones y con la sangre infectada del paludismo y el alma enferma de
amargura, son los que acompañan al General en la guerra que él mismo inició.
Desesperados y exhaustos, vagan por las estribaciones de la Sierra Maestra, cayendo todos
los días en una nueva emboscada.
|
Militares españoles masones hacen saber al General que si quiere
presentarse le tienen conseguido el indulto
|
Los militares españoles masones de Bayamo le escriben
al General y le hacen saber que trabajan para ayudarle y que si quiere
presentarse, le tienen conseguido el indulto. Está entre ellos Fernando
Andrillón, teniente coronel del Ejército español, cuya madre visitaba a
Calixto en la prisión.
|
1880, Agosto 1ro
|
Carta del general García al general Varela:
“Costa
de Mabay, 1ro de agosto de 1880.
Excmo
Señor Comandante General don José Varela.
Deseando
hacer mi sumisión al Gobierno, le suplico me diga con qué garantías puedo
hacerlo. Soy de usted con la mayor consideración. Calixto García”.
La respuesta es que cuenta con la vida y la libertad en
España…
|
Rendición
|
Entonces Calixto escribió a Andrillón para que lo fuese
a buscar: “Querido hermano Andrillón.
Estoy conforme en rendirme; venga usted a buscarme”, y al instante sale un
piquete de caballería del ejército español, entre los que van el capitán
Urbina, Estrada, que era compadre de Calixto y a quien había escrito su carta
desesperada, y el teniente coronel Andrillón.
|
1880, Agosto 3
|
El prisionero Calixto García entra en Bayamo casi
desnudo y descalzo, pero aún así no acepta ni un céntimo de lo que intenta
prestarle el general Blanco[1].
Los compañeros del General mambí en tan triste momento eran Modesto Fonseca,
Juan Soto, Miguel Cantres, Juan Espinosa, y Juan Moncada.
|
1880, Agosto 4
|
El mismo día en que el general cumple 41 años de su
edad, entra a Manzanillo, por donde será embarcado hacia La Habana.
|
|
|
|
Anterior Siguiente
|
[1] Según varios historiadores, el
General Blanco se comportó tan caballeroso con Calixto porque no puede olvidar
el comportamiento del general cubano para con los prisioneros de la columna del
coronel Gómez Diéguez, el Chato. Años después, en noviembre de 1898 llegaba
Calixto vencedor a La Habana. Entonces
el general Blanco, quien entonces era el Capitán General de la Isla, se aprestaba a
reembarcarse para su Patria. Calixto le escribe: “Ofrezco a usted con mi
testimonio de veneración y respeto, los sentimientos de mi más sincero aprecio
y gratitud, pues no olvidaré nunca que en momentos de desgracia y angustia
suprema fue Su Excelencia generoso para remediarlas, moral y materialmente”. A
lo que Blanco respondió: “Agradezco al señor García y ruego le manifieste que
así como he olvidado esos beneficios que como caballero y hombre de honor me
consideraba obligado, procuraré también olvidar sucesos y actos más recientes
que nunca esperé y que me causaron doloroso efecto”, y firma su escrito en 16
de noviembre de 1898.
No hay comentarios:
Publicar un comentario