Durante
las calas exploratorias a quince metros de distancia, fue el área conocida como
Campo Moisés el espacio donde mayor cantidad de objetos arqueológicos se
encontraron, por ello los expertos decidieron hacer allí una prospección con
calas separadas entre sí por cinco metros. En total se cavaron 21, todas
positivas.
Los
restos de fauna colectada se mantuvieron en el mismo perfil de las calas
situadas a 15 m. El elemento más notable en cuanto a cantidad fue la cerámica
indígena: tiestos, asas y bordes. Igualmente se consiguieron mayor cantidad de
fragmentos de cerámica europea: 19 fragmentos aunque de pocos tipos.
Se
localizó además una hebilla plana, sin decoración, elaborada en un metal de
poco grosor y tamaño no identificado, pero similar al latón. Esa pudiera ser
una pieza antigua aunque no ha podido fijarse su cronología.
Aunque
en todas las calas la capa inicial aparece alterada y en ella se halla material
actual, los expertos llegaron a la conclusión de que en esa zona había un alto
potencial arqueológico. Por ello decidieron ubicar allí una unidad de
excavación que nombraron como No. 9, siguiendo el orden de las excavaciones
realizadas entre 1986 y 1987. (Leer más)
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