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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

6 de octubre de 2017

Holguín es tierra de intérpretes más que de compositores. El caso singular de Juanito Márquez

Por: Zenovio Hernández Pavón y Ana Luisa Tamayo

Según afirmó el musicólogo Ezequiel Rodríguez: “los trovadores se clasifican en dos grupos: los que en su condición de cantadores interpretaban un llamado repertorio tradicional y típico, cayendo en lo creativo no de modo sistemático, y otros que enriquecieron el cancionero cubano con sus páginas creadas enteramente por ellos”[1].
En Holguín, la inmensa mayoría de los músicos populares que formaron parte de la Generación Intermedia de la Trova forman parte del primer grupo, o sea, que eran creadores (compositores) esporádicos o mejor, interpretes más que  compositores y así es igual en las demás expresiones musicales practicadas por artistas de la localidad. Tanto que Edgardo Martín en su ensayo “Panorama histórico de la música cubana”, valora cómo varios pueblos y ciudades más pequeñas que Holguín han aportado mayor cantidad de compositores notables.
Para reafirmar el anterior criterio veamos otras modalidades o etapas de la cancionística cubana. En el filin, por ejemplo, no hubo ni siquiera un creador de trascendencia que fuera holguinero, aunque los recursos, conquistas armónicas y literarias de este movimiento influyeron en creadores como Juanito Márquez y Pepé Delgado.
Pepé Delgado
Pepé, uno de los más grandes compositores del bolero a nivel internacional nació en Las Tunas pero residió en Holguín durante un segmento de tiempo que no hemos podido precisar y en esta última ciudad creó gran parte de su obra inicial, que coincidió con ese significativo periodo de la cancionística cubana que va de 1940 a 1945 durante el que el bolero cubano recobró la supremacía sobre el mexicano gracias a los pianistas-compositores principalmente.
César Morales
Otros pianistas holguineros de calidad y de la  misma generación de Pepé, fueron César Morales, René Urbino y Enrique Avilés; ellos junto a otras figuras locales muy valiosas como el pianista, compositor y destacadísimo promotor de la música Manuel de J. de Góngora, mantuvieran programas en la radio y emprendieran iniciativas como show en teatros con cantantes holguineros y un “Festival de la Canción” que se celebró en 13 de marzo de 1942 en el teatro Infante con grande impacto y que estimuló significativamente la cancionística en el territorio. Entre las canciones interpretadas en el citado Festival estuvieron “Olvídate de mí”, de René Urbino; “Tú sólo tú”  y “Página final”, de Leonel Guitián; “Las horas pasan”, de César Morales; “En el madrigal de tu belleza”, de Enrique Avilés, y otras con la firma de Pepé Delgado, Mérido Gutiérrez y Cristina y Manuel de J. Góngora


Cesar Morales
Obituario
El gran pianista cubano Cesar Morales, falleció el 13 de mayo de 2006. Los servicios fueron llevados a cabo en la funeraria de Westchester el 14 de mayo de 2006. Nació en Holguín Cuba el 4/2/1919 le sobrevivió su esposa Silvia Morales y su hijo César A. Morales; sus dos nietos, Cesar A., ​​Javier; y la nieta, Larissa.
César fue considerado el mejor intérprete de la música de Lecuona, interpretada en la Sociedad Pro-Arte de La Habana, Radio Rumbo en Venezuela y la Orquesta Sinfónica Venezolana. Se mudó a los Estados Unidos en 1961 donde grabó varios discos y tocó en varios lugares.  
Publicado en el Miami Herald el 6 de junio de 2006
Lamentablemente estos pianistas mencionados, que incluso llegaron a realizar una notable labor musical con agrupaciones locales, nacionales e internacionales a la altura de la Orquesta Hermanos Avilés, Eliseo Grenet, Xavier Cugat, Luís Alfonso Larraín, Rodrigo Prats y la Sinfónica de Caracas, dejaron una mínima producción de canciones de las que no podemos emitir juicio alguno, porque cuando ellos se marcharon a otros lugares en busca de mejores posibilidades para desarrollar su arte, se llevaron sus composiciones y aunque algunas pocas fueron editadas, hoy no sabemos que rumbo tomaron la mayoría.
A propósito, en este momento sería oportuno detenernos en el constante éxodo de músicos y artistas que desde Holguín y otros lugares de la Cuba profunda fueron a La Habana, principalmente desde finales de 1937 que es cuando surgió el programa competitivo “La Corte Suprema del Arte” en la radioemisora CMQ; e igualmente otros programas similares de la radio y luego de la televisión que se dedicaron a promover a nuevas figuras que procedían del mundo de los aficionados.
Desde antes, exactamente desde mediados de los años 1920, con el auge del son y unos años después con la aparición del danzonete, comienzan a abrirse muchas posibilidades en la capital para cantantes y músicos de todo el país. Es  ese el inicio de una singular etapa de esplendor de la música popular cubana que alcanza proyección universal con el son, la guaracha, el mambo, el cha cha chá y otras modalidades de la cancionística como el bolero y el filin; estas dos últimas en el universo hispano parlante sobre todo. Esto es trascendente porque si bien el son y los otros géneros bailables influyeron soberanamente en la cancionística que hizo la trova intermedia, también los géneros melódicos, (especialmente el bolero y sus variantes o intergéneros como el bolero-son o bolero-chá), ganaron una alta presencia que perdura hasta hoy en los más disímiles formatos: orquestas charangas, jazz band, septetos, conjuntos o combos.
Es ese el motivo de que entonces fuera común que las agrupaciones tuvieran un intérprete para los boleros y otro para los géneros más rítmicos, aunque algunos vocalistas excepcionales y versátiles se movían con soltura en todas las modalidades; Tito Gómez, por ejemplo.
Tito conoció y popularizó obras valiosas de la cancionística holguinera, sobre todo de la autoría de Pedro Justiz (“Peruchín”) y Juanito Márquez quienes, además, hicieron arreglos especialmente para sus posibilidades vocales.
 

Juanito fue uno de los pocos músicos que viviendo lejos de la capital alcanzó un vasto reconocimiento. Y si verdad es que residió en La Habana por breves períodos desde el inicio de los años 60, también es verdad que este holguinero excepcional compuso la mayor parte de su obra en su ciudad natal, Holguín.
Para él, el reconocimiento comienza a llegar desde 1950 cuando envía una pieza a Bebo Valdés, “La Feria de los siglos”, y el notabilisimo y popular músico la graba. Desde entonces directores de agrupaciones de la música popular y cantantes comenzaron a solicitarle composiciones, arreglos y asimismo lo llaman para que interprete la guitarra en diversas grabaciones. Hoy boleros de Juanito cuentan con infinitas versiones y se siguen grabando: Alma con Alma, Como un milagro, Esos tiernos ojos y Es tu nombre, etc.


Ya conocido, Juanito ayuda a otros destacados y todavía desconocidos compositores y arreglistas del oriente cubano. Muchos de esos consiguieron llegar al mundo del disco: Kico Cruz, Antonio Coré, Rudel Zaldívar, Ulises Meléndez, Amable Martínez y Alfredo Varona.


[1] Citado por Lino Betancourt. “Origen del bolero”, en el Folleto “Cuba: canciones y emociones”, pág 2.

1 comentario:

  1. Ante todo un gran saludo. Quisiera saber el lugar y fecha de fallecimiento del pianista René Urbino. Un gran saludo desde Venezuela

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