LO ÚLTIMO

La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

22 de septiembre de 2014

El hijo del General

Por César Hidalgo Torres y Ritaly Aguero

El General de División de la guerras de independencia cubana, Luís de Feria Garayalde y su esposa Clementina Rodríguez Pichardo tuvieron once hijos. Todos ya estaban nacidos cuando en 1868 comenzó la primera guerra y cuando terminó, diez años después, (1878), habían muerto diez de los hijos del general. Únicamente sobrevivió María Luisa Celedonia, que había nacido en 1858.


General Luis de Feria y Garayalde

Y como era usual que en los tiempos de la Colonia, en Cuba, que los hombres tuviera, además de los legítimos, hijos naturales con blancas, negras y mulatas sin que eso importara mucho, el General Feria los tuvo. Entre ellos podemos citar a los hijos de María de Jesús Sánchez, más conocida como “Mamá Chucha”. Se llamaron estos Ladislao, Luis, José y Vidalina. Obviamente, como era costumbre también, ninguno llevó el apellido del padre, aunque las relaciones fueran cercanas. Los dos primeros hijos del Mamá Chucha y el General, lo acompañaron en la que fue la más notable proeza militar cubana dirigida por Máximo Gómez y Antonio Maceo, la Invasión hacia Occidente. 

Antes de comenzar la guerra de 1895 el general Feria inició una nueva relación extramarital con una mujer que era treinta y dos años menor que él, Caridad Álvarez. Con ella tuvo los hijos siguientes a Raúl en 1890 y Olimpio en 1892. No tenemos constancia que durante la guerra el General se encontrara con su amante, pero es cierto que cuando aquella terminó a finales de 1898 reverdecieron los amores del que ya era un anciano y de Caridad, entonces ella parió a Aida en 1899, a Voltaire en 1900 y a Ofelia en 1905. 

Y como si no bastara la esposa oficial y una amante para satisfacer los fuegos del General Feria, este tuvo una segunda amante paralela a las relaciones anteriores. Se llamaba Martina Osorio y era prácticamente una niña, hija de una familia acomodada que vivía en San Juan de las Puercas. De esta unión nacieron: Rosalba, el 8 de abril de 1899; Rigoberto el 27 de mayo de 1901; Coimbre el 20 de noviembre de 1902; Palmiro el 8 de septiembre de 1905; Amable el 10 de enero de 1907; Rosalina el 29 de octubre de 1908; y Bella Luisa el 20 de septiembre de 1909, quien murió hace unos pocos años en Auras y Guillermina, la menor, nació el 6 de noviembre de 1912 y falleció el 6 de octubre de 2001 en San Germán, Holguín. Todos aparecen inscriptos en el Registro Civil de Gibara, ninguno lleva el glorioso apellido del padre. 

Casualmente conocí a Amable. La historiadora Rittali Agüero me invitó a visitarlo y fuimos. El hijo del general vivía en las inmediaciones de una comunidad conformada por edificios que está entre Velasco y san Andrés llamada Cañada de Moles. Pero él no tenía un apartamento sino un bohío  deplorable donde vivía acompañado por un hijo suyo con  notable retraso mental. Un mes y medio después de nuestra visita falleció.

Tenía los ojos opacos por la edad y el olor a orine insufrible. Ni un gesto de hospitalidad, tan propio en los campesinos de la zona, ni un solo gesto hizo Amable a nuestra llegada, más cuando, decepcionado, supo que no éramos Trabajadores Sociales, pero cuando le dijimos que habíamos ido para que nos hablara del General Feria, su padre, sus ojos reverdecieron y en la comisura de los labios le comenzó a bailar una sonrisita muy parecida al temblor que provoca la nostalgia. 
“Vinieron al lugar preciso, nos dijo, yo soy el único hijo de Luis de Feria que queda con vida. A los otros los mató el tiempo”.

A la verdad que cuando lo vimos tan deshecho se nos murieron las esperanzas, pero Amable tenía muy claros sus recuerdos: 

"Nací en Los Pasos, Sao Arriba. Allí vivíamos en vida de Papá. Éramos ocho hermanos: Rosalba, la mayor, Rigoberto, el mayor de todos los varones, Inés, Palmiro, el más chiquito; Rosalina, Bella Luisa, y Guillermina que es la más nueva de todos y yo. 

“Hace mucho tiempo no sé de mis hermanos, no sé cuántos quedan vivos."
El padre es uno de los recuerdos más vivos de los que quedan en la memoria de Amable. "Papá nos decía: Ay mis hijos, rueguen que nunca en la vida, cuando sean hombres, haiga guerra. Eso es lo más triste y grimoso, que hay.

"Él era millonario y mi madre era rica también. Papá fue General en las tres guerras; era bajito, gordito y ya estaba blanco en canas; estaba viejito. 

"Mamá era más joven que papá. Asegún contaban papá estaba muy enamorado de ella. Él era un hombre rico y todo el mundo decían era un hombre mucha de edad para mi madre que era una muchachona nueva. 

"Yo tenía 7 años cuando papá murió[1]. Estaba enfermo y se lo llevaron para el hospital de Holguín. Mamá murió como a los tres meses de haber muerto papá.

"Papá era muy bueno con todos nosotros, dijo Amable, el nos dio todo el cariño de la vida a todos nosotros, pero como yo era el más chiquito conmigo fue más cariñoso todavía. Como tenía otras familias él estaba ocho días con nosotros y se iba por ocho días más, al cabo de los cuales regresaba. Siempre, cuando ya iba a montar el su caballo para irse le decía a mi abuela Juanica: 'Lo único que le pido es que me cuide a Amable.' Mi abuela le contestaba: 'No se preocupe, yo se lo cuido más que a la niña de mis ojos.' 

"Papá tenía un caballo moro; grande y viejo. Él lo soltaba en el potrerito de atrás de la casa y cuando se iba cogía un palito y lo sonaba en la cerca y lo llamaba: Moro, Moro… y ahí venía el caballo al trote.

"Es verdad que papá era guapo (bravo). Tenía un compañero del que decían que cuando se encontraba con el enemigo le mandaba un machetazo que lo trozaba al medio y el machete se clavaba en la montura. Se llamaba Palanca. A ese lo llegué a conocer y me acuerdo de él. 

"Palanca le decía a Papá: 'Feria, acuéstese a dormir, que aquí está el negro Palanca al pie de usted'. Aquel negro[2] siempre andaba con papá; eran compañeros desde la revolución. Palanca se quedaba y dormía en la casa. Con papá siempre estaba también Vicente "Corneta"[3]. Le decían así porque en la guerra era quien tocaba la corneta.

"Papá me contaba que cuando Palanca era un muchachón se incorporó a sus fuerzas y se fajaba como un león contra los españoles. Una vez le dieron un balazo que le pasó la barriga, cuando cayó los compañeros corrieron a quitarle las armas y Palanca dijo: 'No se atrevan, –y formó un lío- me  han pasado la caja del casabe, pero así sigo yo peleando.' Y siguió peleando, y cuando se acabó la pelea entonces lo curaron, y se salvó".

Ahora Amable habla de la otra parte de su familia, los otros hermanos suyos por parte de padre. 

"La otra mujer con la que Papá vivía los ocho días que no vivía con nosotros se llamaba Caridad Álvarez y era jovencita pero no más que mi madre. Con ella tenía otros hijos, mis hermanos: Raúl, Olimpio, Ofelia, Aida, Voltaire, que era el más nuevo y que me decía Papá que se cambiaba conmigo, (quiere decir: que se parecían mucho), y también Bella. En total no sé cuántos hijos él tenía, pero me acuerdo que él me nombraba a una que se llamaba Bella Luisa. 

"Bella Luisa que era más nueva de Papá y su otra esposa, ella  vive por Velasco y está casada con Juan Cruz. Un día ella empezó a conversar con Tino Pupo (Constantino Pupo Aguilera) sobre la familia, y al decirle que era hija de Luis de Feria, Tino le dijo: ¡Caramba, somos familia. 

"Tino le preguntó que cuantos hermanos tenía, y al contestarle ella que cuatro, él le dijo que fueran a su casa que tenía una cosa muy importante de Luís de Feria. Yo sabía donde estaba la casa de Tino, desde que empezaron a hacerla yo pasaba por allí porque yo era vendedor de viandas en el pueblo y caminaba todo aquello. Siempre le decía a mis hermanos que fuéramos a ver qué cosa importante tenía Tino de papá. Sí, vamos a ir y vamos a ir, decíamos... y nunca fuimos. Rosalba se murió, Luis se murió, Rosalina se murió, y nunca supimos qué era esa cosa importante.

“Nosotros teníamos una finca que era una cosa linda: La Guayacán. Se la entregaron a un hermano de mi madre llamado Miguel Osorio y acabó con ella. Yo llegué a ver un pedazo de ella." 

De él nos dijo Amable que era bailador y que fiestaba mucho, que paseaba en su caballo por Auras, Yabazón, La Jandinga, San Marcos, Perronal y otros lugares. Se casó a los 35 años. 

"Fui feliz en el matrimonio, pero la mujer se me enfermó y una hermana de ella la llevó para su casa para llevarla al médico y lo que hizo fue meterla en el asilo. Esa cuñada mía me desgració. Mi mujer se murió solita en el asilo. 

"Tengo un solo hijo, Mario. Con otra mujer, tuve una hembra que se murió cuando tenía cinco años. Mi hijo me ha salido bueno porque no toma ron, nada más tiene el vicio de fumar cigarros y trabaja como un animal, no cree ni en Sol, ni en lluvia, ni en ná. 

"Cuando yo estaba en Guayacanes puse a este muchacho en el colegio, pero cuando venía del colegio por la mañana, en vez de venir a almorzar, se paraba en el patio a mirar pa'l cielo. Entonces le dije a la maestra: Bórreme a mi hijo, yo para verlo loco, mejor lo veo burro. Y es verdad, prefiero que no sepa leer y no que aprenda a leer, nunca aprendió”.

Para consultar el Acta de defunción del General Luis de Feria y Garayalde, haga clic aquí



[1] El General Luís de Feria Garayalde falleció a los 78 años de su edad en el año 1913 en la ciudad de Holguín.
[2] Palanca se alzó en la zona de Holguín cuando la sublevación de los Independientes de Color, en 1912.
[3] Vicente "Corneta" fue el sub-teniente Vicente García Roch, corneta de la Brigada Oriental y participante en la Invasión a Occidente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LO MAS POPULAR DE LA ALDEA