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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

9 de junio de 2013

La familia Ochoa en Holguín Cuba. (La primera generación)





Firma de José Antonio de Ochoa, el primero con ese apellido que vivió en Holguín, Cuba
            Tomado de Tesis de Grado, Carrera de Historia, Universidad Oscar Lucero Moya, Holguín, Cuba
Autora: Yulemis Sánchez Machado.



La familia Ochoa de Holguín, Cuba, surgió de la unión entre un peninsular y una criolla. El matrimonio se celebró el 4 de febrero de 1751 en la parroquia de San Isidoro de Holguín. Él se llamó José Antonio Ochoa Aizpurúa y Segura y era hijo legítimo de Juan Bautista Ochoa y Aizpurúa  y  Catarina Segura Arregui, ambos padres naturales del señorío de Oñate, reino de Vizcaya. José Antonio residía en Santiago de Cuba sin que sepamos la causa de su mudanza a Holguín, presumiblemente en 1750, (seguramente fue el haberse comprometido con una rica heredera de Holguín.  Ella se llamó Rosalía de Ávila y  González y era hija legítima de Diego de Ávila de la Torre y Juana  de  la  Cruz González  Norate.   

    El padre de Rosalía, que ocupó al surgimiento de la ciudad el oficio de Regidor Alcalde Mayor Provincial de la Santa Hermandad, era descendiente de una de las nietas de García Holguín –éste último fue el propietario del hato en el que se fundó la ciudad de Holguín, en Cuba. El Ávila suegro del primer Ochoa que vino a Holguín estaba emparentado con otras de las familias  fundadoras del pueblo. Su familia se dedicaba a las actividades agropecuarias, fundamentalmente en el cultivo del Tabaco y la sitiería desarrollada para estancias. (Diego de Ávila al igual que casi todos los fundadores de la ciudad, construyeron una red de relaciones que le permitió  a él y a  su familia mantenerse en la burocracia holguinera ocupando cargos de importancia en el cabildo, lo que, obviamente, les ayudaba en la solidificación de sus fortunas privadas. Una forma común para el fin anteriormente dicho fue concertar estrategias matrimoniales ventajosas).

    No se tiene información sobre los medios de subsistencia del Ochoa recién llegado a Holguín, pero la celebración de su boda con una miembro de la aristocracia hacendataria–ganadera  que  dominaba  como  grupo de  poder  en la  recién  constituida ciudad de Holguín, permite inferir que tenía una situación económica desahogada y un notable prestigio que le precedía, al que pudo haber contribuido su calidad de médico.

    La información de que se dispone en el Archivo Provincial de Historia de Holguín relativa a los primeros cuatro años después de constituido el matrimonio de José Antonio Ochoa y Rosalía de Ávila es muy escasa. Solo a partir de 1755 en lo adelante es posible saber del hombre por la información que de él dan las Actas de Cabildo disponibles en el Archivo Provincial de Historia de Holguín. Información esta que permite develar una red de interacciones que contribuyó para que la familia asegurara su predominio en la sociedad holguinera de 1751 a 1850.

    El testamento de José Antonio Ochoa de 1797 contribuye a esclarecer el modo a través del cual logró insertarse en la aristocracia de la ciudad:

    “(…) cuando contrajimos nuestro matrimonio aportamos a el por capital yo el testador como  trescientos  pesos en  dinero, medicina  y otros muebles que  me debían  y que después de casado me pagaron (…)”

    A partir de lo anterior podemos inferir que al momento de la celebración de su enlace con Rosalía, José Antonio tenía una situación económica desahogada y que era médico de profesión. Esto último se confirma en el acta del Cabildo de agosto de 1755, en el que se discute la solicitud hecha por José  Antonio Ochoa para que se le permitiera ejercer la plaza de médico de la ciudad. Allí se explica el fundamento de la solicitud y el modo en que se proponía el pago por los servicios médicos que prestaría:

    “(…) que en esta ciudad no hay médico alguno y a ser practico en la facultad y maestro de Cirugía convenido este vecindario en darle en cada familia un peso anual que  les  obligaría  a  asistirles  con  su  persona  y las medicinas necesarias a  sus curaciones (…)”

    Por  cierto, y porque la solicitud hecha al Cabildo no iba acompañada de las recomendaciones del Señor Gobernador Militar y Político de la villa de Santiago de Cuba, no fue sino a partir de 1757, esto es, después de dos años de larga espera desde su solicitud, que José Antonio Ochoa comienza su labor como médico en la ciudad de Holguín.

    Contrario a lo que inicialmente podría pensarse, el desempeño del oficio de médico no le fue económicamente rentable, seguramente debido a que por entonces los holguineros estaban acostumbrados a ponerse en manos de curanderos y a la auto-medicación. Esa situación unida a sus responsabilidades como padre de familia provocó que hacia finales de 1760 abandonara la práctica de la medicina.

    El  4  de  junio  de  1761,  José  Antonio  Ochoa  le  pide  a  Miguel  Calderón,  (Mayordomo Sargento Mayor del Cabildo de la ciudad), compadre espiritual y futuro suegro de uno de su hijos, que sea “(...) su fiador en la cantidad de 500 pesos para poder obtener el cargo y empleo de Ministro de la compra de Tabaco de cuenta de S.M en dicha ciudad (…)”

    El comercio en el ramo del Tabaco en Holguín se mantuvo por espacio de 32 años en manos  de  José  Antonio,  “(…)  en  cuyo  tiempo  no  hayo  en  mi conciencia  que  haya defraudado ni los intereses de S.M, ni los del público (…), según dice en su testamento. Precisamente la importancia de dicho negocio fue lo que le posibilitó organizar una nutrida red de relaciones que le fueron de gran provecho a él y a sus hijos.  Juana de Ávila González se casó con su primo Rodrigo  González  de  Rivera  quien fue nombrado  Regidor  Alguacil  Mayor  en  el  primer  cabildo holguinero; Agustina de Ávila González con Salvador de Jesús Barzaga y Perdomo, Primer Síndico Procurador General de la ciudad y que posteriormente llegó a ser Regidor Alcalde Mayor Provincial de la Santa Hermandad; Diego Ramón de Ávila González se casó con su prima Catalina Josefa González de Rivera y de la Cruz, hija de Juan González de Rivera y Ávila, Regidor en el primer cabildo y primo de Diego de Ávila y de la Torre…

    Por otra el ser un exitoso hombre de negocio y a la vez una persona confiable y de respeto, le permitió a José Antonio Ochoa ocupar el cargo  de  Alcalde  Ordinario  en  1778,  manteniendo  así  un  estrecho vínculo  con  la burocracia holguinera y por lo mismo, estructurar una amplia red de poder que fortalecía el negocio del tabaco en la ciudad y su interés propio. Como ejemplo de lo anterior en documentos de la época José Antonio aparece “(…) sirviendo como fiador de Dn. Miguel de  Aguilera  en  la cantidad  de  1000  pesos para obtener  interinamente el empleo de Administrador Particular de la Real Hacienda (…)”; también da “(…) de fianza una casa de madera y tejas de su propiedad que se usa en Factoría de Tabaco y que su valor es muy cuantioso (…)”. Con posterioridad, Don Miguel de Aguilera estrecha sus vínculos con la familia Ochoa sirviéndoles como fiador, testigo de bodas, padrino y dando su apoyo y consentimiento  para  el  desarrollo  del  negocio  comercial  del  tabaco  de  dicha  familia; incluso su hija María del Carmen  Aguilera contrajo matrimonio con uno de los hijos de José Antonio Ochoa.

    Entre las propiedades dejadas por José Antonio Ochoa en su testamento se encuentran siete sitios con un total de 1.521 pesos de posesión, un ingenio nombrado Santa Rosa de Mayabe, dos casas y catorce  esclavos que incluían a cinco mujeres. También llegó a poseer una goleta nombrada Santa Bárbara, “(…) anclada en el puerto real de Gibara de esta jurisdicción en estado navegable (…), dice en el testamento. Esta goleta era utilizada mayoritariamente para el transporte del tabaco que se acopiaba en la factoría de Holguín y en los almacenes de Mayarí y Jiguaní, para su posterior comercialización en la Real Hacienda  de  La Habana. No podemos dejar de mencionar que de vez en cuando el dueño de la embarcación concertaba con otros comerciantes algunos viajes a las islas del Caribe donde tenían una selecta clientela.

    Relacionado en el testamento de Ochoa se encuentra un listado de personas que le debían dinero, incluso, algunas eran figuras representativas de la sociedad holguinera de la época como Juan González de Rivera (Regidor Alguacil), Juan Antonio Bidopia, Silvestre de la Peña y hasta el cura de la iglesia de San Isidoro que le debía 300 pesos, entre otros.

    El floreciente negocio del tabaco le dio la posibilidad a José Antonio Ochoa, de en corto periodo de tiempo ser propietario de un fortuna, y también le aseguró un lugar en la aristocracia holguinera de la época y un espacio en ella para sus descendientes.

    José Antonio Ochoa Aizpurua y Segura falleció en San Isidoro de Holguín el miércoles 22 de enero de 1800; su esposa Rosalía de Ávila había fallecido diez años antes (en 1790) cuando había cumplido 65 años de su edad.

    Descendencia de José Antonio Ochoa Segura y María Rosalía de Ávila:

1.      Diego Antonio Ochoa Ávila (1753-1777, San Isidoro de Holguín).

2.      Juan Antonio Ochoa Ávila (1757-1829, San Isidoro de Holguín).

3.      Manuela de Jesús OchoaÁvila (1760-1819, San Isidoro de Holguín).

4.      Francisco Javier OchoaÁvila (1762-, San Isidoro de Holguín).

5.      Miguel Ignacio Ochoa Ávila(1771-1795, San Isidoro de Holguín).

6.      Manuel José de la Trinidad OchoaÁvila (1772-1845, San Isidoro de Holguín).

7.      José Antonio Ochoa Ávila(1777-1816, San Isidoro de Holguín).

   
  

31 de marzo de 2013

Extranjeros blancos emigrados y asentados en la sociedad holguinera del siglo XVIII



Tomado de: La inmigración extranjera blanca en la sociedad holguinera del siglo XVIII

Autora: Patricia García Concepción
Facultad de Humanidades
Departamento de Historia
2010



Saber de dónde vinieron los troncos de las familias de la comarca es de importancia capital, pero hasta esta investigación no se había hecho ningún estudio de esa dicha llegada de extranjeros blancos a la zona durante el siglo XVIII, esto es, de 1700 a 1801, que es cuando nace el pueblo que después fue la Ciudad de Holguín..

Aquí, como en toda Cuba, el proceso de inmigración arrancó en siglo XVI cuando un extremeño funda el hato y le nace una única hija, Juana Holguín. Posteriormente la muchacha se casa  con un asturiano y comienza el largo y viejo tiempo en que surgieron los holguineros, la holguineridad.

Para realizar el siguiente estudio fue necesario la consulta de los Protocolos Notariales conservados en el Archivo Histórico Provincial de Holguín (AHPH) que abordan el siglo estudiado (de 1700 a 1801). De especial importancia fue la información que aparece recogida en los testamentos de los extranjeros y de los descendientes de estos. Se revisaron, también, los Archivos de la Catedral San Isidoro, preferentemente los libros de defunciones 2 y 3, que abarcan desde 1764 hasta 1775 y desde 1776 hasta principios del siglo XIX respectivamente. (Lamentablemente el libro 1 de defunciones solo se pudo consultar parcialmente por encontrarse en muy malas condiciones de conservación).

En este mismo archivo se consultaron algunas actas de matrimonio, las de 1730 a 1751, (que son las que se conservan). Ellas ofrecen información de los extranjeros que se encontraban viviendo en el pueblo y su hinterland a principios de siglo.

A partir de las fuentes señaladas se ha podido tener una visión de la inmigración asentada en la localidad. El primer asunto a tener en cuenta es que se pudo comprobar  la existencia en Holguín de inmigrantes blancos de diferentes regiones del mundo. Sin embargo, como es obvio, fue de la metrópoli (España), de donde vinieron mayor cantidad de vecinos a Holguín: De los cuarenta y cinco testamentos de inmigrantes extranjeros examinados en el Archivo Provincial de Historia, treinta y nueve son de inmigrantes españoles.





















Un buen número de estos inmigrantes extranjeros que desarrollaron parte de sus vidas en la ciudad de San Isidoro de Holguín durante el siglo XVIII tuvieron una importante descendencia, la cual si se siguen sus huellas, nos permitirá descifrar los orígenes de muchos de los holguineros que hoy caminan por sus calles.

Rita Josefa Castellanos Guevara


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
 
Al parecer era la benjamina de la familia Castellanos Guevara (la más joven de todas), fue Rita Josefa. (Y lo creemos porque al nombrar a sus hijos en sus testamentos, ambos padres dicen su nombre de última; y por la fecha en que contrae matrimonio podemos estimar su nacimiento cercano a 1765, o posterior a esta fecha, sin poderlo afirmar por no haber encontrado el acta de bautizo en los fondos archivisticos holguineros. Sí se encontró su acta de matrimonio que dice que Rita Josefa se casó en Holguín el jueves 13 de mayo de 1784 con don Manuel Ruiz Toranzo y de la Fontanilla Pacheco. Todavía algo más sobre dicha acta, por curiosa. No dice el sacerdote en ningún momento “casé” sino:
Año del señor de mil setecientos ochenta y quatro, jueves trece de mayo, yo Don Cristóbal Rodrigues y Gonsales Presbitero Cura Rector por S. M y Vicario, jues eclesiástico de sta Ciudad de Holguin, velé infabis eclesis  a Don Manuel Toranzo y a Doña Rita Castellanos, y para que conste lo firmo
                                                      Xptovl Rodrig”

Otro elemento que hace singular esta acta de casamiento es que no menciona los nombres de los progenitores de ninguno de los dos contrayentes, tampoco de donde eran naturales y, tampoco, el nombre de los padrinos ni el de los testigos. Como fruto de la unión nacieron dos hijos: Manuel José y Julián José Toranzo Castellanos.

Otro documento, su acta de defunción, nos informa que don Manuel Ruiz Toranzo, esposo de Rita Josefa, falleció en Holguín el 2 de noviembre de 1790, esto es, seis años después del matrimonio. Dice el documento que el difunto nada más tenía al fallecer 40 años de su edad. En su testamento, también consultado, nombra como sus albacea a su esposa doña Rita Castellanos, a Bernardo Reinaldo y a su suegro don Lorenzo Castellanos.
                             
Cuatro años después de la muerte de su primer esposo, doña Rita Josefa vuelve a contraer nupcias, esta vez con el natural de Holguín, don Manuel Reinaldo, hijo de José Reinaldo e Inés María de Leyva; fueron padrinos del matrimonio Bernardo Reinaldo e Isabel Castellanos. De la unión nacieron Bernardo y José de Jesús de los Dolores Reinaldo Castellanos.

Isabel Antonia Castellanos Guevara


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
 
Isabel Antonia Castellanos Guevara fue la quinta hija de don Lorenzo Castellanos y doña Cecilia que llegó a edad adulta. Nació el 25 de enero de 1758 y la bautizaron en Holguín a los 8 días de nacida, fueron sus padrinos Miguel y Teresa Calderón. Con 14 años cumplidos Isabel Antonia contrajo matrimonio con don Bernardo Reinaldo, natural de Holguín e hijo de Bartolomé Reinaldo y  Micaela Peña. La fecha de la boda fue 5 de febrero de 1772, el sacerdote que ofició se llamaba Manuel José Hechavarria. Infelizmente la pareja no tuvo descendencia, pero en su defecto tuvieron numerosos ahijados, todos sobrinos de ella: Cecilia, hija de María Mercedes Castellanos; Rosa María, hija de Juan José Castellanos; Julián José y José  de Jesús, hijos de Rita Castellanos.

A principios del siglo XIX la pareja de doña Isabel Antonia y don Lorenzo hizo dos testamentos, uno en 1804 y el otro en 1816. En ellos mencionan sus propiedades: la casa de su morada, de madera y teja, construida en el terreno cedido a ellos por Lorenzo Castellanos ubicada muy  cerca del fundador de la familia. Además en la lista de propiedades están una volanta y otros muebles, un sitio para la siembra de cien pesos de posesión en La Güira con sus casas, estancias y ganado vacuno, equino y porcino. Poseían también numerosos esclavos (numerosos para su época en Holguín), entre ellos la  negra criolla Clara y otra nombrada Catalina, la mulatita María Escolástica, el mulatito Fulgencio, (al que le dieron la libertad con la condición que los acompañe mientras el matrimonio viviera), los negros Tomás, Juan de Dios, José Antonio y Pedro, el negro bozal (o sea, traído directamente desde el África) y que era zapatero y asimismo Manuel que tenía el mismo oficio que el anterior.
 En el segundo testamento la pareja mencionan un colgadizo de madera y teja que daba a la calle de Santa María Magdalena (Actualmente Luz y Caballero), y una posesión en  Gibara, de la cual no dicen más datos.

José de la Cruz Castellanos Mojarrieta



Nombre: José de la Cruz Castellanos Mojarrieta
Grado: Bachiller
Categoría profesional: Médico

Nació el 2 de mayo de 1807. Hijo de Lorenzo y de Josefa Catalina, comenzó a estudiar latinidad en el Convento de Nuestra Señora de las Mercedes con fray Pedro Nolasco Parrado. Continuó sus estudios en el Seminario de San Carlos, donde tuvo como profesores a José Antonio Saco y Manuel González del Valle. Se graduó de Bachiller en Artes el 1ro. de abril de 1824, en un acto solemne en el que actuaron como sinodales fray José María Espinosa, Francisco Sandoval y Manuel González del Valle. Había empezado a estudiar la medicina el 14 de marzo de 1824 y durante la carrera cursó Prima con Gaspar Z. de los Reyes, Antonio Viera y Félix Herrera; Vísperas con Agustín E. de Abreu; Anatomía con Bernardo J. Riesgo; Cirugía con Fernando González del Valle y Terapéutica con Ángel J. Cowley. Se graduó de Bachiller en Medicina el 21 de marzo de 1827 ante los doctores actuantes como jueces Lorenzo Hernández, Pedro Andreu, Antonio Viera, Agustín E. de Abreu, Gaspar Z. de los Reyes, fray Luis Castillo Odoardo y Vicente Pérez Infante. Sostuvo un acto de conclusiones públicas bajo la regencia del profesor de Prima Antonio Viera y otro de Anatomía bajo la regencia de Bernardo J. Riesgo. En mayo de 1827, cuando le faltaban todavía diez meses para completar los dos años de práctica de cirugía requeridos para tener derecho a presentarse a examen, solicitó se le permitiera examinar pues pensaba viajar a Francia para perfeccionar sus conocimientos. El Fiscal del Protomedicato accedió a la petición, aunque con la condición de que se le hiciera un examen riguroso y que no se le expidiera el título hasta que se cumpliera el tiempo de práctica exigido. Había hecho las prácticas desde el 14 de enero de 1824 hasta el 19 de febrero de 1825, junto al doctor Fernando González del Valle, y entre el 14 de marzo de 1825 y el 23 de abril de 1827 con Manuel Antonio Díaz en el Hospital de Paula. Fue aprobado como cirujano latino, cuyo título se le expidió el 10 de abril de 1828. Practicó la medicina junto al doctor Tomás Romay y se recibió como médico ante el Real Tribunal del Protomedicato el 8 de abril de 1829. El 1ro. de junio de ese año solicitó ser admitido como aspirante a los grados mayores, pero no los tomó sin que se sepa la causa de esta decisión. Durante la epidemia de cólera morbo de 1833, hizo algunos experimentos que le dieron buenos resultados en la atención de los enfermos, los cuales dio a conocer a su maestro, el doctor Tomás Romay, a quien inquirió su opinión al respecto. Luego de revalidar sus títulos el 22 de junio de 1834 ante la Junta Superior Gubernativa de Medicina y Cirugía, viajó a España para instalarse en Madrid. En esa ciudad fue miembro del Consejo Superior de Instrucción Pública y condecorado con la Gran Cruz de Isabel la Católica. Allí falleció en 1875.

Fuentes:
Archivo Central de la Universidad de La Habana. Expediente 2,555 de 1824.
Archivo de la Iglesia de la Soledad (Camaguey). Libro 11 de bautismos, folio 243.
Cowley RA. Breves noticias sobre la enseñanza de la Medicina en la Real y Pontificia Universidad del Máximo Doctor S. Jerónimo. Habana: Imprenta y Librería de A. Pego; 1876. p. 199.
Torriente Brau, Z de la, López Sánchez J. Bibliografía Científica Cubana (1790-1848). La Habana: Editorial Academia, 1979. p. 99. 


Revisar documentos en Archivo Histórico Nacional, España.
Expediente promovido por D. José de la Cruz Castellanos y Mojarrieta para que se le permita colonizar con labradores europeos sus terrenos de Puerto Príncipe

Juan José Castellanos y Guevara


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
 
Juan José Castellanos y Guevara nació el 3 de julio de 1755, fueron sus padrinos el Fiel Ejecutor José de Peña y Josefa González. Casó este en La Habana con doña Rosa María Francia del Rey Bravo y con ella tuvo varios hijos. En el Archivo Parroquial de Holguín aparecen las actas del bautizo de dos de sus hijas: Inés Cecilia, que nació en 8 de mayo de 1785 y que fue bautizada a los ocho días de nacida. Fueron sus padrinos don Manuel Toranzo y su abuela paterna doña Cecilia de Guevara. La otra, Rosa María, nacida en agosto de 1786; contaba esta con ocho días de vida cuando se efectuó el bautizo, sus padrinos fueron Bernardo Reinaldo e Isabel Castellanos. Las dos con el apellido Castellanos Francia del Rey.

En el libro “Familias holguineras” se menciona la existencia de otros hijos de Juan José Castellanos, ellos son: Lorenzo Castellanos Francia, quien se casó en Puerto Príncipe con doña Josefa de Mojarrieta y Sánchez, teniendo entre sus descendientes a don José de la Cruz Castellanos y Mojarrieta quien llegó a ser el Conde de Tinámo y Gentil Hombre de Cámara y Regidor del Rey Ilustre Ayuntamiento de Puerto Príncipe, y también a Luis Beltrán, Bernardo, Cecilia y Esteban. (Esta rama de la familia se estableció en Puerto Príncipe llegando a formar parte de la nobleza y de lo más ilustre de la sociedad camagüeyana).

Lorenzo José Castellanos Guevara.

Lorenzo José sigue en orden cronológico los nacimientos en la familia Castellanos Guevara. Nació el 23 de mayo de 1751 y fue bautizado en esta ciudad. Se casó el 16 de junio de 1792 con doña Paula de Peña y González de Rivera, viuda de Nicolás de Peña. De este matrimonio nacieron dos hijas: Josefa de la Concepción y María de la Concepción de Castellanos y de Peña. La primera el 1ro de mayo de 1792, (por cierto, cuarenta y seis días después del nacimiento de la niña es que se produce el casamiento de sus padres). La segunda en 1795.

Francisco Antonio Castellanos Guevara


Francisco Antonio Castellanos Guevara nació el 30 de marzo  de 1747 y fue bautizado el 6 de abril de ese mismo año. El 23 de diciembre de 1775 se casó con doña Juana de Fornaris y Monte, natural de Puerto Príncipe (Camagüey); del matrimonio nacieron numerosos hijos. De ellos el primero que aparece bautizado es un varón nombrado Carlos, (más, en los documentos se puede descubrir que Carlos era mellizo con otro niño que nació muerto), luego nacieron Miguel Antonio, Lorenzo Florencio, María del Rosario, Inés Cecilia y Salvador de Jesús José Castellanos y Fornaris.

Fue Francisco Antonio Castellanos quien heredó del padre el cargo de Escribano Público, pero lo desempeñó por poco tiempo porque murió el 28 de diciembre de 1798, solamente quince años después que su padre.

María Mercedes Josefa Castellanos y Guevara


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
La hija de don Lorenzo Castellanos, María Mercedes Josefa Castellanos y Guevara, nació en Holguín el 14 de abril de 1745 y fue bautizada el 22 del mismo mes. Tuvo como padrinos a don José de Peña y doña María de Prado. 

María Mercedes contrajo matrimonio en 1765 con don José Guillermo de los Reyes y Alvarado, natural de Puerto  Príncipe. Es curioso que de este casamiento aparecen en la Iglesia Parroquial dos actas, la primera del 12 de marzo de 1765 y la otra del 25 de junio de 1767. ¿Quiere decir que se casaron dos veces?, creemos que sí, y lo creemos al comprobar que cada acta está firmada por dos individuos diferentes: la primera por el presbítero suplente del cura don Antonio de Aldana y Chavarria, la segunda por el Cura Rector Iptobal Rodríguez. Pudo suceder que el presbítero suplente no tuviera autorización para hacer casamientos.


De la unión de doña María Mercedes y don José Guillermo nacieron varios hijos, el primogénito llevó el nombre de su abuelo materno, Lorenzo, y fue don Lorenzo el padrino del niño. Desgraciadamente Lorenzo nieto murió a los pocos años, lo mismo que le ocurrió a sus hermanitos Micaela Antonia, Manuel y las mellizas María Antonia y Antonia María. Del matrimonio solo dos hijas alcanzaron la mayoría de edad, Cecilia y Francisca Antonia de los Reyes y Castellanos. (Por cierto la mencionada de última heredó de su abuela Cecilia diez pesos, los diez pesos que su abuelo don Lorenzo dijo en el testamento que le debía).

La historia del primero de apellido Castellanos que llegó a Holguín y la historia de su descendencia


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción

Tronco de la familia Castellanos, en Holguín, lo fue quien ocupó el cargo de primer Escribano Público que tuvo el Cabildo, don Lorenzo Castellanos y Cisneros “(…) Natural de la Villa de la Mota del Cuerbo en los reinos de España Castilla la Nueva. Arzobispado de Toledo Priorato de Veler y partido de Ocaña (…)”, tal como él mismo lo refiere en su  testamento de 1783.

Con respecto a los nombres de sus padres, la documentación no permite determinarlo con certeza. El primer documento que se tiene de don Lorenzo es su acta de matrimonio certificada el 30 de septiembre de 1743 por el cura Iptobal Rodríguez quien lo asienta como hijo de Pedro Castellanos y María Pardo, pero cuando se consultan otros documentos, entre ellos los dos testamentos que dictó, en el primero, de 1771, dice que era “(…) hijo lexitimo del Capitán Don Francisco Castellanos de Vitado de Mendoza y de Doña Isabel de Cisneros Rodríguez y Cano (…)” y en el segundo, de 1783 dice que era “(…) hijo lexitimo de  Capitán Don Francisco Castellanos Urtado de Mendoza y de doña Isabel de Cisneros Rodríguez de Campo”. Verdad que en los testamentos las diferencias son sencillas, esto es, algún cambio de letra o apellido. Donde se nota la diferencia es al comparar los testamentos y el acta de matrimonio: en uno y otros documentos los nombres de los padres son completamente diferentes.

Y en el libro manuscrito del siglo XIX que se conserva en el Archivo Provincial de Historia  titulado  “Familias holguineras”, dice su supuesto autor don Diego de Ávila que la madre de don Lorenzo Castellanos se nombraba María Cisneros Rodríguez y Cano. En ese mismo libro dice que don Lorenzo llegó a esta ciudad de Holguín después de haber naufragado el barco “San Vicente” en  el que venía de España. De ser cierta la anterior información, ¿el inmigrante traía como destino final Cuba o se encaminaba hacia otra región de América?. Es difícil dar una respuesta, entre otras razones porque no hay nada que asegure que don Lorenzo vino en el dicho barco y tampoco que el “San Vicente” haya naufragado en las inmediaciones de las costas nororientales.

Sin ninguna respuesta a las incógnitas anteriores, sigamos el hilo de la vida conocida del primer Escribano Público que tuvo Holguín. No es que se convirtió en un notable inmigrante cuando lo eligieron Escribano, es al revés, tan notable era don Lorenzo que en la segunda mitad del XVIII, cuando Holguín tiene Gobierno propio, lo eligen escribano. [En 1752 se funda la ciudad de San Isidoro de Holguín. A don Lorenzo Castellanos lo eligen para desempeñar el cargo de Escribano Público, porque, dice el Acta de creación del ayuntamiento: ”(…) y por ser persona hábil, capaz y suficiente para dichos oficios como lo ha demostrado en el examen que se le ha hecho por su señoría [el Gobernador Provincial](…)”. El historiador holguinero Juan Albanés aseguró que Castellanos fue el primer Bachiller en Derecho que tuvo Holguín]. Poco antes, el lunes 30 de septiembre de 1743, Lorenzo Castellanos se había casado “(…) con Cecilia Guevara hija de don Juan Guevara y Doña Maria del Prado. Fueron sus padrinos don Francisco de Peña y doña Ángela Guevara, y los testigos lo fueron don Juan Bautista, don Manuel de Parra y don Joseph Sierra (…)” (La familia de doña Cecilia era de origen bayamés).

El aporte que hizo Lorenzo Castellanos al matrimonio fue nulo, y se sabe porque él mismo lo dice en sus testamentos, que “(…)no taxe nada (…)” y como si quisiera decirlo de nuevo, insiste “(…) yo por mi parte no meti bienes algunos al matrimonio(…)”. Por el contrario su esposa “(…) trajo por bienes suyos los que ella dixere (…) y capitales como sesenta pesos (…)”. Posteriormente, dice don Lorenzo que su esposa heredó de la madre la cantidad de cien pesos, aunque luego se desdice y declara que la herencia nada más consistió en noventa y cinco pesos. Como se lee don Lorenzo no aportó nada al matrimonio, parece que nada tenía al momento de su asentamiento en la ciudad, ¿sería porque perdió todos sus bienes en el naufragio del que se habla?.

La información documental conservada en los Archivos holguineros permite conocer a la amplia prole de hijos procreados por don Lorenzo y doña Cecilia. De ellos alcanzaron la edad adulta María Mercedes, Francisco Antonio, Isabel Antonia, Lorenzo José, Juan José y  Rita Castellanos. Esta última es la única de la que no aparece su bautismo en la parroquial de Holguín. Igual se pueden tener noticias de los desgraciados hijos del Escribano que no consiguieron alcanzar la edad adulta; una de ellas fue Isabel Antonia Josefa quien nació el 20 de mayo de 1753 y al parecer debió morir antes de 1758, (la hipótesis se basa en que en ese último año nació otra hija a la que pusieron el mismo nombre). El otro hijo se llamó Alfonso José Castellanos y nació el 10 de enero de 1760, murió casi cuatro años después, el 21 de abril de 1764.

En el Archivo de Provincial de Historia de Holguín se conservan los dos mencionados testamentos hechos por don Lorenzo. El primero de 1771 lo redactó él mismo en  sus funciones de Escribano; el segundo, 1783, lo dictó ante el Escribano Público Salvador Jesús de Fuentes.

Parece que ambos testamentos se redactaron en momentos cuando la salud de don Lorenzo parecía quebrar. En el primero dice que lo escribía “(…) estando gravemente enfermo de enfermedad corporal (…)” y en el segundo que su salud se rendía definitivamente, lo que era cierto, don Lorenzo falleció en ese mismo año.

El hecho de que don Lorenzo redactara dos testamentos, cosa que no es rara pero sí poco frecuente en su época, y por la corta diferencia temporal entre uno y otro, hace creer que la salud del Escribano Público, no fue la mejor y que padeció enfermedades que a estas alturas no podemos determinar. Siguiendo la información de los dos testamentos pasamos a reconstruir la posición económica del que no tuvo nada que aportar al matrimonio como antes quedó dicho.

En el primero de sus testamentos dice don Lorenzo que estaban entre sus bienes la casa, su morada, hecha de madera y paja, con dos colgadizos de madera y teja, uno de ellos daba a la calle de Santa María Magdalena. [Actualmente esa es Luz y Caballero](Es esa casa la que en la actualidad es el Restaurante 1545). Declara, además, tener cien pesos de posesión en la hacienda comunera de los Cocos con la casa allí levantada, las estancias o tierras sembradas, los  corrales con ganado mayor y menor y un caballo viejo. Igualmente tenía entregado en arrendamiento el corral de Rosario a don Baltasar Jiménez, con animales, entre ellos vacas y puercos; y el Corral de San Agustín se lo había arrendado a Gabriel García, vecino de Bayamo, con una estancita que había comprado a Pedro Rodríguez y su hermano, que le  había costado quince pesos y algún ganado vacuno y porcino. Por lo que declara don Lorenzo, este individuo, García, se “(…) ausentó dejándolo todo yelmo y despoblado (…)”, lo que quiere decir que el arrendatario no cumplió lo que habían acordado, por lo que era la voluntad de don Lorenzo “(…) que mis albaceas le soliciten la cantidad que me debe en dependencia de lo que se decida en el juicio(…)” Y más adelante dice en el testamento que “(…) declaro que yo tengo arrendado el hato de Bariay sus anexos al Doctor Don Joseph Antonio de [ilegible] por el termino de nueve años en cantidad de cuatrocientos pesos anuales. Por escritura el arrendamiento no podrá ser menor de dos años y quiero que se observe y guarde lo acordado(…)”. Aunque en el original es ilegible el apellido del arrendatario, se atreve la Aldea a conjeturar que se trata del Dr. don José Antonio de Ochoa, doctor en medicina contemporáneo a don Lorenzo.

En este mismo testamento dice el testador que le debían mil doscientos treinta y cinco pesos y sesenta y siete reales, y aclara que es Chino Rodríguez Muños uno de sus mayores deudores, ochocientos pesos, por el ingenio que le había quemado, aunque, parece, lo que el tal Chino Rodríguez Muñoz le había quemado era la caña de azúcar sembrada en dicho ingenio que, dice don Lorenzo en el testamento, es de su propiedad (la caña, digo) y también “(…) una yunta de bueyes, una paila de alambique y una refriadera de plomo y una canaria, un remillon y dos espumaderas (…)”

Dice el Escribano en su testamento que es dueño de seis bestias caballares que tiene en el Hato de Aguará, y que en ese lugar le había entregado a Cipriano de Estrada le había entregado once marranas a la mitad (se trata de seis cerdas). Luego menciona una deuda que tiene contraída, diez pesos a una negra criolla, su esclava, nombrada Prudencia. Otra deuda, dice, consiste treinta pesos que le pertenecen a su hija María Mercedes obtenidos por la herencia que le dejó su abuela materna. Otra de las propiedades de don Lorenzo Castellanos, y que él refiere en los dos testamentos que hizo, es el oficio de Escribano Público de Cabildo.

En el primer testamento don Lorenzo nombra como su albaceas a su esposa doña  Cecilia de Guevara y a su hijo Francisco Antonio Castellanos; en el segundo nombra a la referida, su esposa y a sus yernos Bernardo Reinaldo y Manuel Ruiz de Toranzo.

Al parecer entre un testamento y otro, don Lorenzo, adquirió la propiedad sobre los terrenos del Corral de Banes, con dos mil pesos de posesión, con sus casas, estancias, vacas y puercos, pero en el testamento de doña Cecilia de Guevara, fechado el 4 de enero de 1798, es decir, varios años después de la muerte de don Lorenzo Castellanos, se asegura que todavía no tenían el título de propiedad. Igual en el segundo testamento don Lorenzo agrega otras propiedades, entre ellas una estancia en las inmediaciones de la ciudad de Holguín, sembrada de yucas y donde estaba levantada una casa. Tenía ahí cinco caballos capados, una yegua y dos vacas paridas con crías de un año.

En este segundo testamento menciona a una negrita, su esclava, llamada Concepción y tres yeguas que estaban en poder de su hijo Francisco Antonio, al que le había entregado, dice, cien pesos de posesión en el Hato de Bariay y además ciento doce pesos, con los cuales se importaron doce vacas relegas. A su hijo le dio, asimismo, un espadín de plata que le costó diez pesos. A cada una de sus tres hijas recién casadas les entregó doscientos pesos y algunas cosas más, por ejemplo a doña María Mercedes, una vaca y a doña Isabel el solar donde aquella construyó una casa.

El martes 17 de junio de 1783 murió don Lorenzo Castellanos, “(…) de edad de sesenta años, casado (…) fue sepultado al día siguiente en la Iglesia Parroquial de esta Ciudad de Holguin (…)”; es curioso anotar que el mismo cura que lo casó se mantenía ejerciendo como cura rector de dicha Iglesia. Por el certificado de defunción se sabe que el primer Escribano Público del Cabildo recibió “(…) los Santos Sacramentos y la extrema unción, su entierro fue de cruz alta, capa y misa cantada (…)”. En Holguín dejaba una familia numerosa de hijos que ya habían contraído matrimonio y consolidado su descendencia.

María Mercedes Josefa Castellanos Guevara
Francisco Antonio Castellanos Guevara
Lorenzo José Castellanos Guevara
Juan José Castellanos Guevara
Isabel Antonia Castellanos Guevara
Rita Josefa Castellanos Guevara

29 de marzo de 2013

Noticias de inmigrantes procedentes de la basta América asentados en Holguín durante el siglo XVIII



Varios fueron los americanos, esto es, vecinos de la basta América, que inmigraron hacia Holguín durante el siglo XVIII. De ellos el más relevante fue el el venezolano, don Juan González de Rivera Macera de la Portera Obeda y Corzo, casado con una descendiente del principalísimo tronco de la comarca, los  Holguín y fundador de la primera ermita católica de la zona, antecesora de la primera iglesia; este hecho ocurrió en 1692.

Leer además: Genealogía de los González de Rivera.

Además en el Archivo Provincial de Historia se pueden encontrar dos actas de matrimonio, estas de los hermanos dominicanos Jacinto y Francisco Morales de Fuentes, (Jacinto Morales de Fuentes, hijo de Juan Morales Guerrero y Juana F. de Fuentes, contrajo matrimonio el 29 de julio de 17__ con Teresa Paneque, hija de Ignacio Paneque y Luisa de la Cruz. Se sabe que Jacinto murió a la edad de 50 años el 22/7/1770. Y Francisco Morales de Fuentes, contrajo matrimonio el 16 de agosto de 17__ con Antonia de Vargas, hija natural de Fabiana de Vargas). En el mismo Archivo se localizan las actas de defunción de tres mexicanos, de un natural de Ciudad de Guatemala y otro de La Florida. Lean los datos:

Juan de Irula, murió en Holguín a los 80 años de su edad el 14/5/1764. Era natural de Ciudad de Guatemala y estaba casado con Antonia de Ayala. No testó por ser pobre.

Ignacio Uriola, murió en el Hospital de Holguín a los 72 años de su edad el 11/5/1794, era natural de Guadalajara, no testó por ser pobre y su entierro fue de limosna.

Josef Miguel Melayo, murió en el Hospital de Holguín a los 50 años de su edad el 14/7/1794, era natural de los “Reinos de México”, no testó por ser pobre y su entierro fue de limosna.

Lucía Morales, natural de Campeche y esposa de Miguel de Espinosa, murió en Holguín el 28/11/1797.

Josef Felipe Hernández, natural de Santa Elena de la Florida y esposo de Ana Francisca Guerrero, murió en Holguín el 11/8/1799.

Noticia muy curiosa de un inmigrante griego asentado en Holguín en el siglo XVIII



Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción


Muy curioso resultó descubrir que en el Holguín del siglo XVIII vivió un inmigrante griego. De él contamos con su acta de defunción donde dice que se nombraba Bernardo de Oro y que estaba casado con doña Antonia Téllez. Falleció el 16 de noviembre de 1768 a  la edad de 50 años, no testó por ser pobre.

Noticias de inmigrantes portugueses asentados en Holguín durante el siglo XVIII


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
 
De dos portugueses radicados en Holguín a lo largo del siglo XVIII se conservan noticias gracias a un acta de matrimonio y un acta de defunción.

Se conserva en el Archivo Provincial de Historia de Holguín el acta de matrimonio de un portugués llamado Antonio Fleitas Fernández. Este individuo contrajo matrimonio el 11 de octubre de 1745 con María del Carmen Ramírez, ella natural de Puerto Príncipe o Camagüey, hija de Pablo Ramírez y Gabriela Yero.

Y así mismo por el acta de defunción de Manuel Portugués supimos que su  muerte ocurrió el 9 de enero de 1736. (Creen los expertos que el apellido de este Manuel era un mote por ser portugués el individuo).

Noticias de inmigrantes itálicos asentados en Holguín durante el siglo XVIII


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción

Por los documentos que pudimos revisar se sabe que por lo menos seis inmigrantes provenientes de la Península Itálica llegaron y se asentaron en Holguín a lo largo del siglo XVIII: Nicolás Monción, José Bruzón, Antonio Zaragoza, Bernardo Batista, Miguel Rodríguez y Tomás Ángel Viche. De los tres primeros se conservan sus testamentos, de los tres restantes y de Nicolás Monción, leímos sus actas de defunción.

Nicolás Monción era originario de la ciudad de San Sebastián y en Holguín fue casado con Margarita Sánchez con la que no pudo lograr descendencia, de ahí que al nombrar herederos escogiera a la esposa. Monción testó ante el escribano público don Lorenzo Castellanos el 7 de enero de 1780 y declaró deber ciento cuatro pesos y siete reales; y que a él le debían ciento cincuenta y ocho pesos y noventa y seis y medio reales. Sus bienes, además del dinero que le adeudaban, eran una casa de madera y paja, con embarrado, ciento treinta y dos pesos de posesión en la hacienda-Corral de Auras con las casas de vivienda, corrales y estancias que allí habían, cuatro vacas, dos novillas del primer parto y tres terneros de un año, veintiséis cabezas de puercos entre ellas cinco madres, siete bestias caballares, esto es cinco yeguas y dos caballos. Nicolás Monción falleció el 31 de mayo de 1781, a la edad de 46 años. Lo enterraron con Cruz Alta y Misa Cantada. Es curioso que en el acta de defunción diga que no dictó testamento porque sí lo había hecho dieciséis meses y veinticuatro días antes de su hora final.

Otro inmigrante italiano en Holguín que testó fue Antonio Zaragoza, natural de Panteleria, lugar perteneciente, según dice en el testador, al Reyno de Sicilia. Estuvo casado con Catharina Hidalgo de Cuzo, con la que tuvo por sus hijos a Miguel de la Encarnación, Joseph Rafael y Francisco Zaragoza. Entre sus  bienes declara una casa de madera y teja con su solar, una tienda, tres negrosesclavos, (era la composición de estos, un hombre, una mujer y un  niño de tres años, lo que hace suponer que se trataba de un matrimonio y su cría).A don Antonio Zaragoza le debían ciento cincuenta pesos. Entre los deudores estaba Salvador Zaragoza vecino de La Habana, que le adeudaba cien de los ciento cincuenta pesos): la anterior información nos lleva a plantearnos la hipótesis de que don Antonio podía haber estado establecido en La Habana como vecino antes de asentarse en Holguín; o que Salvador Zaragoza, que al parecer era familiar suyo, vivía en Holguín y que se mudó a La Habana poco después de haber contraído la deuda.

Joseph Bruzón, era natural de Génova. Su testamento informa que el individuo  estaba casado con la holguinera Gregoria de los Reyes, con la que tenía cuatro hijos, (Doña Catharina, doña Juana, doña Rosa y don Joseph Bruzón de los Reyes), y también que anteriormente había estado casado con Catharina Ricardo con la que procreó siete niños: (Doña Paula de la Caridad, don Joseph de los Dolores, doña María del Rosario, doña Ángela Josepha, doña Bárbara Agustina, don Carlos Joseph y don Juan de los Santos, todos de apellido Bruzón Ricardo). El aporte de Bruzón al segundo matrimonio fue de cinco mil quinientos cuarenta y cuatro pesos y cinco reales, por lo que, a no dudarlo, el itálico tenía una inmejorable posición económica. Los bienes que declara en el testamento son una casa de madera, teja y tierra, dos negritos esclavos, una tienda de alimentos y pulpería, un ingenio en la hacienda de  San Andrés, (que a la hora del testamento tenía vendido a Felipe Camuno en siete mil doscientos dieciocho pesos y seis reales).

En cuanto a los inmigrantes de origen italiano Miguel Rodríguez y Tomás Ángel, de sus actas de defunción supimos que el primero era natural de Génova y que estuvo casado con doña Isabel Batista, falleció a la edad de 45 años el 20 de octubre de 1783 y fue enterrado con Cruz Alta, Capa y Misa Cantada. El segundo  era natural de Venecia, y falleció el 2 de septiembre de 1798, siendo enterrado de limosna.

Noticias de inmigrantes franceses asentados en Holguín durante el siglo XVIII


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
 
En el Archivo Provincial de Historia de Holguín se conservan seis actas de defunción de inmigrantes franceses asentados en la ciudad a lo largo del siglo XVIII.  Fueron ellos:

Diego Martínez, muerto en 1748.

Carlos Sablón, en 1751.

Don Pedro Forrate, cirujano, fallecido a los 54 años, el viernes 18 de noviembre de 1784, casado con doña María González, natural de Trinidad, su entierro fue de limosna.

Gaspar Blanco, murió el 25 de diciembre de 1791, a los 80 años, casado con Teresa de Ávila, quien era una parda libre. (En el acta dice que no testó por ser pobre, y su entierro fue con Cruz Baja y Misa Rezada).

Pedro Manuel, fallecido a los 60 años el 24 de octubre de 1792, casado con Isabel de Yer, natural de Puerto Príncipe. (No testó por ser pobre y fue enterrado de Cruz Baja).

Antonio Fermín, fallecido el 12 de abril de 1771, a la edad de 40 años, estaba casado con Bárbara Sablón. Su entierro se hizo con Cruz Alta, Misa Cantada, vigilia y acompañados.  En dicha  acta se asegura que había testado, de ahí que la Aldea emprendiera su búsqueda hasta dar con un pequeño testamento, con fecha 15 de octubre de 1762 y donde dice que el Antonio Fermín era de la Provincia de Flandes y que declaró su heredero al sacerdote don Antonio de Aldana, previendo además que su entierro sería pagado con los bienes de la herencia asignada al prelado.


28 de marzo de 2013

Noticias de inmigrantes asentados en Holguín durante el siglo XVIII de los que no es posible discernir su lugar de procedencia


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
 
Para el investigador de inmigrantes es difícil dilucidar el origen de algunos de los  habitantes del Holguín dieciochesco, pues en los documentos con que contamos se dice con exactitud algunos lugares especificos sin otra información por lo que es imposible saber la región donde estaba ubicado dicho lugar. Un ejemplo es el de la esposa del inmigrante de Castilla, Antonio San Miguel. Ella se llamó Petronila Romero y, dice, era originaria de la Villa de Rojazo: ¿Dónde quedaba esa tal villa?.

Como la anterior surgen otras muchas incógnitas, sobre todo de los inmigrantes naturales o procedentes de lugares del Nuevo Mundo que tienen nombres iguales a otros pueblos y ciudades de España y que en el momento de asentarse legalmente solo dejaron por escrito el nombre de la ciudad. Por ejemplo, en el acta de matrimonio de Francisco Urbino González, único documento a nuestro alcance, dice que este se casó en Holguín el 4 de octubre de 1750 con María Domínguez, natural de Bayamo y viuda de Francisco de la Cruz. Él, dice, era originario de Mérida, ¿de qué Mérida, la ciudad de España, a orillas del Río Guadiana; de Mérida, la capital del Estado de  Yucatán en México o de Mérida, el Estado actual de Venezuela?.

Otro de los casos que traen duda es el de Manuel Toledano. Dice en su acta de defunción que murió en esta ciudad el 6 de agosto de 1772 y que  estaba casado con Cayetana Cabrera. Este hombre había nacido en Cartagena, ¿En cuál? ¿En la Cartagena perteneciente a la región de Murcia o a la que es la capital del departamento de Bolívar en Colombia?. Otro tanto ocurre con Pedro Glavijo que murió el 25 de marzo  de 1789 en estaciudad estando soltero y al que enterraron de limosna. Él había nacido, según refiere su acta de defunción en el “Reyno de Jaén”. Pero Jaén es lacapital de dos provincias en lugares tan distantes como la región española de Andalucía y el departamento peruano de Cajamarca.

En fin, que estamos ante un caso singular dentro de la inmigración hacia la ciudad de Holguín en el siglo XVIII: La información documental no es suficiente y en ocasiones se hace difícil discernir con exactitud de  que región proviene.

De Manuel Toledano sabemos, por el testamento que dictó el 29 de enero de 1753 ante el Escribano Público Lorenzo Castellanos, que poseía una botica con un valor aproximado de trescientos cincuenta pesos, escaso ganado vacuno y equino y una esclava lisiada nombrada Candelaria. Le  adeudaban cuatrocientos diecinueve pesos con dieciocho reales y debía él dos pesos y dieciséis reales. Este inmigrante declaró que “(…) no tengo heredero forsoso ascendientes ni descendientes (…)” por lo que decidió declarar herederos a varios individuos entre los que se hallaba el Teniente Gobernador y futuro Marqués de Guisa don Joseph Antonio de Silva y Ramírez.

Noticias de inmigrantes murcianos asentados en Holguín en el siglo XVIII


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
 
Jacinto Franco, es el único inmigrante de Murcia asentado en Holguín en el siglo XVIII del que se obtuvo información en las fuentes consultadas. Su testamento es escueto: dice que estaba casado con Teresa Almaguer con la que no procreó hijo alguno y que testó ante el Escribano Público del Cabildo Andrés Antonio Rodríguez, en 16 de julio de 1796. Entre sus posesiones se contaban un solar que lindaba con el de don Pedro Moreno y de don Marcos Lozada, además una casa de madera y paja. Nombró como su albacea a Juan López.

Noticias de inmigrantes aragoneses asentados en Holguín en el siglo XVIII


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
 
Por los documentos que poseemos sabemos de dos aragoneses que se asentaron en Holguín en el siglo XVIII: Pablo Arroyo y Manuel Francia. Lamentablemente no se localizaron los testamentos de ninguno de los dos.

Tenemos el acta de matrimonio del primero, fechada el 30 de noviembre de 1751. Su esposa se nombraba Antonia Lugones que era la hija de Francisco Lugones y Mauricia Guerrero. Los padrinos de la boda fueron José de la Torre Y Paula Hernández. Y los testigos: Antonio Brancamonte, el Teniente de Justicia Diego Chavarria y Juan Antonio Almaguer.

Del otro individuo tenemos el acta de defunción. Dice en la misma que falleció el 13 de noviembre de 1794 en la Hacienda de Tacámara, a la edad de cincuenta años, soltero y de buena posición económica. Fue enterrado con Cruz Alta, Capa, dos acompañados, Vigilia, Misa Cantada y las tres Misas del Alma.

Noticias de inmigrantes valencianos asentados en Holguín en el siglo XVIII


Si creemos en los pocos documentos que poseemos, en el Holguín del siglo XVIII solo estuvo asentado un valenciano que se llamó Joseph de Medina. Su vida en la ciudad se puede reconstruir de manera sintética si nos atenemos a su testamento y a su acta de defunción. 

Del matrimonio de Medina con doña María de los Dolores Hechevarría no nació descendencia. Y cuando aquel testó dijo que debía doscientos cuarenta y nueve pesos y treinta y siete reales, a lo que hay que agregarle una deuda con el Hospital Real de esta ciudad cuya cantidad resultante fue liquidada por los jueces y tribunales, asimismo dijo deberle a Juan Velásquez una novilla de dos años cuya liquidación estaba pendiente y a su cuñada doña Rosa Hechevarría le debía la liquidación de cuentas de una deuda que tenía su esposa con esta; y todavía otra deuda, esta a ello se agregaba una deuda sin pagar a Isabel de Aguilera, a quien nombra en el testamento como la joven. En cuanto a lo que le debían a Joseph de Medina: cuatrocientos treinta y siete pesos y veintitrés reales, veintisiete arrobas de carne y seis serones de maíz, un hacha y un azadón.

Eran las propiedades de Medina en Holguín: la casa, su morada, de madera  y paja con el solar correspondiente, una negra criolla llamada Consolación, la posesión del Hato de Guabasiabo con sus casas, corrales, estancias y animales  vacunos y caballares, otra estancia o hacienda pequeña, de poco valor según dice el testamento, ubicada en los terrenos ejidos, paraje de Guirabo. De todo ello nombra heredera a su esposa María de los Dolores Hechavarría.

Joseph de Medina falleció en esta ciudad el 17 de noviembre de1781 a la edad de sesenta y cuatro años. Lo enterraron con Cruz Alta y Misa Cantada

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