Por
Roiny Velázquez Pozo
Según
el Diccionario Enciclopédico Gaspar y Roig de 1870, se llama retreta al
toque militar que avisa a la tropa que
se recoja en la noche al cuartel o que indica retirada.
Otros
diccionarios además recogen una segunda acepción, y así para estos retreta es una fiesta nocturna durante la que las
tropas recorren las calles con música y faroles.
Lo común
en ambas acepciones es el uso de la música por los ejércitos desde tiempos
remotos. Esa práctica fue muy empleada por
los Regimientos Militares con los que la metrópoli española controlaba el orden en sus
posesiones de América; en Cuba las bandas militares de los dichos Regimientos,
desde inicios del siglo XIX, solían brindar entretenimiento a las tropas y a la
población los fines de semana ejecutando eso, RETRETAS.
De ahí que las bandas de
música en Cuba hayan escrito hermosas y trascendentales páginas en la historia
cultural y patriótica, y tanto es así que no se pueden narrar muchas de las
grandes epopeyas de las guerras independentistas (mambisas) sino no se reseñan los
himnos y marchas interpretados por aquellas agrupaciones (bandas), que
enardecían el espíritu guerrero de los cubanos. Posteriormente, cuando se
instaura la República,
esas composiciones suelen abrir o cerrar las retretas.
Tampoco se puede obviar que
fue en el seno de las bandas de música, a lo largo y ancho de la isla, donde se
formaron legiones de instrumentistas, compositores, arreglistas y directores
que impulsaron la formación de otras muchas agrupaciones de diversos formatos
en las que se gestaron numerosos géneros musicales e incontables composiciones
que convirtieron a Cuba
en “la Isla de la Música”, en una “potencia sonora Universal” que deleita a millones de amantes de
la música en el mundo.
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