Autor: Emir García Meralla
Fuente: CUBARTE 10 de Noviembre 2009
Mírame, nombre del CD que marca el debut discográfico de la cantante cubana Jackeline Vell y que hace escazas jornadas fue presentado a los medios de comunicación; se perfila como uno de los fonogramas más equilibrados que se hayan producido en los últimos dos años dentro del espectro del mundo del pop/rock cubano, que cada día gana más fuerza y sobre todo reafirma su autenticidad.
Digo autenticidad y a mi memoria acuden los hoy perdidos años ochenta del siglo XX en que la avalancha de pop hecho en Argentina era el patrón recurrente sobre el que se comenzaba a abrir ruta una generación de cantantes, músicos y compositores. Luego años después emigraron lo mismo hacía otras tierras intentando probar fortunas musicales –la mar de las veces fracasadas--, que hacia otros géneros y en última instancia hacia el más rotundo silencio ante la indiferencia que mostraban la sociedad, los medios masivos y la industria en la Cuba de aquellos años.
Otro de los patrones impuestos por el mercado, en el caso de la música pop, y de la cual se alejan cada vez más los músicos cubanos cultores de esta forma de hacer; es a la socorrida frase “sonar americano”. Parten del hecho de la mega influencia de las bandas de rock, lo mismo sinfónico que de otras variantes roqueras inglesas y norteamericanas que marcaron el panorama musical de los setenta y los ochenta y que siguen siendo el referente más común en todos los puntos del planeta.
Entonces llega la hora de la pregunta del centavo: ¿… y el disco Mírame de Jackeline Vell qué tiene que ver con toda esta perorata anterior…?; o en todo caso alguien se podrá preguntar: ¿ahora este va a decir que inventamos “el afrocuban pop” y toda esas categorías tontas? Para nada.
Mírame estéticamente dentro del pop cubano es un punto de giro en cuanto a conceptos musicales hasta ahora tenidos como dogmas y del cual Ernesto Cisneros y los hermanos Blanco --David y Ernesto-- son parte de una vanguardia en que se incluyen los nombres fundacionales del guitarrista Mario Dalí y su grupo Monte de Espumas. Ahí está también el talento de Edesio Alejandro y otros nombres como el del grupo experimental Paisaje con Río. Este punto de giro parte de lo novedoso de la instrumentación que sin abandonar el "abc" establecido se adentra en giros tonales y armónicos transgresores que se alejan de toda pose pseudorevolucionador. Los músicos que acompañan a esta cantante solo tienen un presupuesto: hacen música para divertirse y se divierten viviendo la música. Eso amerita el respeto de los medios de difusión pues es buena música hecha para escuchar y que no satura a quien la escucha.
Sin embargo, "el pollo del arroz con pollo" es la cantante Jackeline Vell quien musicalmente se puede considerar una “emigrante”, pues lo mismo que su coterráneo Gardi cruzó la delicada línea que separa lo popular de lo culto cuando el canto lírico es su escuela prístina y el Teatro Lírico de Holguín Gonzalo Roig es su “casa matriz”.
Jackeline Velázquez, que es su nombre, sabe que hacer en la música pop y de ello no hay dudas; propongo que nos acerquemos a su presencia en este fonograma desde tres puntos esenciales: el repertorio; el diseño del CD y algo que es fundamental la interpretación de los temas.
Entremos pues en el diseño del CD y en la interpretación de los temas y dejemos el repertorio para finalizar estas notas. Al talento de Bilko Cuervo ha quedado el trabajo de fotografía que acompaña al flyer interior del CD y la portada del mismo. Con cuidada sobriedad Bilko nos acerca a diversas expresiones de la cantante (son coterráneos) que pasan de la candidez a la ingenuidad expresiva sin olvidar cierto toque sexy que para nada es light, tal y como él nos la presenta en sus videos. Este juego de imágenes no estuviera completo sin el buen gusto desplegado por Robín Pedraja para combinar los rojos y algunos negros en armonía para satisfacer las exigencias de quienes compren el CD.
Jackeline Vell es una emigrante musical; ya lo habíamos hecho notar en las líneas precedentes pero ese emigrar del canto lírico al pop más vanguardista para nada hace mella en sus cualidades vocales. Muy por el contrario, al escucharla es una excitante bocanada de sosiego musical ante tanto mal cantante que hoy se nos trata de imponer desde cualquier género musical en boga. Da igual que sean cubanos o foráneos, el caso es la radio y la TV nos obligan a amar. El haber aprendido las técnicas del bell canto le permite impostar su voz en cualquier registro por lo que la monotonía vocal no es precisamente una cualidad a considerar en este disco.
Para terminar quisiera referirme al repertorio de Mírame. Tal vez este sea el talón de Aquiles de toda la discografía cubana de los últimos veinte años pues ninguna casa discográfica cubana tiene un departamento de Arte y Repertorio, de hecho la figura del repertorista musical solo ha quedado para los libros que se escriben y todos los nombres referenciales se circunscriben a figuras ya fallecidas. Hacía ya mucho tiempo que no escuchaba un disco de un cantante; tal y como lo digo: un disco hecho con canciones escritas para alguien que no fuera ese mismo alguien.
Mírame marca el debut como compositores de Bismark Estupiñán y de Ernesto Yoel Espinosa y de buena gana será importante que sus créditos aparezcan con regularidad en próximas producciones, no solo de Bis Music, sino de otras casas discográficas. Jesse Suárez vuelve a la carga con un texto ligero pero de buena escritura. He dejado para el final el nombre de Osmani Espinosa quien desde hace algún tiempo se ha convertido en un compositor llamado por muchos intérpretes cubanos. Admito públicamente que no siempre he comulgado con su manera de escribir canciones pero por esta vez se le ha obligado a hacer un buen ejercicio de talento del que sale airoso. Ojalá este ejercicio trascienda y Osmani Espinosa regrese a su buen gusto.
En fin, Mírame es un disco hecho por una mujer para hablar y decir cosas de mujeres, algo que es válido y necesario en estos tiempos; pero cosa curiosa es un disco de y para mujeres sin una militancia o fanatismo hacía “el género” y sin agredir la figura masculina como parece ser una costumbre a punto de llegar. Bueno... es un disco de Bis Music, un sello discográfico cubano donde “las mujeres mandan”. (Leer más sobre la vocalista)