Chaparra. Hato y Corral. Sitios Juan Sáez, Santa Gertrudis, San Juan, San Antonio, Jamaicas. Para el Historiador del actual Municipio, Omar Villafruela Infante, siguiendo la tradición, la denominación proviene de la corrupción de la voz "chaparro" (Curatella Americana Lin), "arbusto de mediano porte, cupulífero, que dio nombre a este paraje y representa a más de 50 especies de la flora". Para Esteban Pichardo este es un "árbol o arbusto de sabana, ramoso, linda madera, color castaño oscuro, dura, fibrosa, grano bien fino, parecido, si no el mismo Vacabuey". Estimamos otra posibilidad: en Castilla se utiliza el vocablo Caparra que al decir del historiador puertorriqueño J. Marcano, "corresponde a la señal que se da cuando se hace algún ajuste. Este nombre se lo puso Juan Ponce de León a la primera población en el Borinquen, por orden del Comendador Ovando, gobernador de La Española en esa época; y el Rey mandó, que se cambiase por el de Ciudad de Puerto Rico, que llevó hasta 1521".
El hato de Chaparra fue mercedado en 1716 por el Cabildo de Bayamo a Pedro de la Luz y a Salvador Guillén, hermanos naturales de Puerto Príncipe, teniendo por linderos: el paso del río Amasabo, tirando a la boca del mismo por la del arroyo de la Manteca, derecho al Siguapón, cruzando a Siguapón Abajo, a la vuelta del río de Mano, al oeste, por entre Jamaica y Laguna Grande, volviendo a Saybabo y cogiendo hacia arriba hasta la base de la Güira cruzando a Amasabo. El 6 de febrero de 1741, los hermanos vendieron el Hato a Domingo Luis de la Torre y Leyte Rodríguez en 600 pesos. El 24 de julio de 1752, María Bello de Ávila y Batista, su viuda, vendió la posesión a su hijo Silvestre de la Torre y Ávila, con los siguientes linderos: "desde el arroyo de la Jíbara donde se deja el camino para trepar al de Juan Sáez, y de aquí derecho al último brazote Ciguapa, dejando el camino que va a Calderón, y de este siguiendo en la costa al arroyo de de Ciguapita por derecho hasta dar con la boca del Siguapón al río de Mano y de ahí mirando al poniente buscando lomas Coloradas entre Jamaicas y Laguna Grande y de aquí buscando el paso a el Saybabo, en derechura al dicho arroyo de la Jíbara", en 940 pesos, 500 de pesos de posesión y 440 por el ganado existente en el mismo. Desde la constitución del Cabildo holguinero, el 18 de enero de 1752, este se preocupó por ampliar las tierras de propios, con el fin de lograr mayores recaudos financieros a la tesorería local bajo el criterio, expuesto en mayo de 1753, de "haber muchas tierras poseías por algunos vecinos sin justo título". Ya en esa fecha se le pasó una citación a Silvestre de la Torre para aclarar su situación. El pleito llegó a la Audiencia, la que en el año 1757, finalmente negó la merced del año 1716, basándose en una Real Cédula de 3 de Marzo y de 19 de abril de 1703, que desautorizaba al Cabildo de Bayamo, a mercedar tierras a partir de entonces. Desde entonces, Chaparra integró el ramo de propios holguinero. En 1756, María Bello de Ávila y Batista, le vendió a Miguel Calderón, 200 pesos de posesión en el Corral de Chaparra y sitio de Juan Sáez. En 1764, en el paraje Silvestre de la Torre poseía 40 reses vacunas y 70 cerdos. En 1775, se mantenía como poseedor el ya viudo Silvestre, utilizando el trabajo de 2 esclavos y el 6 familias de agregados y 2 agregados independientes. En 1777, Silvestre de la Torre poseía 34 reses vacunas, 52, cerdos y 16 equinos. En 1780, Miguel Cardet le vendió a Carlos Almaguer, 200 pesos de posesión en el corral de Chapara, paraje de Santo Domingo, que obtuvo de María de la Torre, difunta, como fiadora de su marido Juan de Arribas, quebrado en el arrendamiento que tuvo en su hato de Guanaybas, Isidoro de la Torre, le vendió a Toribio Fernández 200 pesos de posesión en el hato, de lo heredado de su difunta madre María Bello. En 1784, el corral de Juan Sáez y el de Chaparra, tenían un solo sitio cada uno; Toribio Fernández se informo como poseedor de la hacienda al repartirse la cuota de la pesa de ese año. En 1807, Luisa de la Torre le vendió a Juan A. Silva parte de la posesión; Felipe Cancino y otro, le vendieron a Juan A. Ochoa una posesión que habían obtenido de Miguel de Peña. En 1828, Al testar Francisco Ochoa Ávila, declaró poseer la hacienda con los sitios de santa Gertrudis, San Antonio, San Juan y Jamaicas. En 1837, Agustín Ochoa le vendió 125 pesos de posesión a Vicente Almaguer en 500 pesos.
Véase. Diego de Ávila Delmonte. Memoria sobre el hato de San Isidoro de Holguín, pp. 118 y 120. Omar Fillafruela Infante. Panorama histórico de Chaparra. Cronología, p. 78. Esteban Pichardo. Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas, p. 210. www.jmarcano.com. AHP. Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Lorenzo Castellanos. Año 1752, f. 28v. Año 1756, f. 34v. Año 1780, ff. 106, 119. Escribanía de Antonio Rodríguez. Año 1807, ff. 42, 43. Escribanía de Manuel León Rodríguez. Año 1828, f. 152v. Escribanía de Antonio de Fuentes. Año 1837, f. 21. Fondo Tenencia y Ayuntamiento. Legajo 63, Expediente 1926, ff. 52v – 55v. ANC. Fondo Correspondencia de los Capitanes Generales, Legajo 17, Número 7. ANC. Fondo Gobierno General, Legajo 490, Número 25132; Legajo 489, Número 25118.