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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

20 de febrero de 2020

La historia de cómo se escribió la historia de García Holguín en Holguín, Cuba.



Por Arquímedes de Paz y José Novoa
Antes de la escritura del primer libro de Historia sobre las tierras del norte oriental de Cuba, hubo dos textos de importancia y asimismo los únicos que se conocen. Uno es el informe eclesiástico del obispo Morell de Santa Cruz (de 1756)[1] y otro el informe del Teniente Gobernador local Zayas y Armijo (de 1841)[2]. Los dos autores obvian la etapa primigenia de la historia de la comarca y no mencionan a García Holguín por no interesarle, según aparentan, o por falta de información.
Y después aparece don Diego de Ávila y Delmonte. Este incónico historiador da a la imprenta en 1865 su “Memoria o Apuntes Históricos sobre el origen y fundación del Hato de San Isidoro de Holguín”. Dice ese texto que el primigenio dueño español de las tierras donde posteriormente se construyó el pueblo que se llama Holguín, en Cuba, se llamó Francisco García Holguín; que era natural de Cabeza de Buey en la provincia de Extremadura, España; que llegó a Cuba con Pánfilo de Narváez, procedente de Jamaica y participó en la conquista de esta isla; que en 1518 va en la expedición de Grijalva[3] y avista a México por primera vez y luego va a la conquista de ese territorio bajo el mando de Hernán Cortés en 1519[4]; que García Holguín regresa a Cuba en 1523 y que como premio de la corona por su participación en las anteriormente mencionadas campañas, recibe una posesión al norte de Bayamo. En 1545 García Holguín nombra su hacienda ganadera con el nombre de Hato de San Isidoro[5]. (Luego de narrar los acontecimientos anteriores, don Diego de Ávila y Delmonte no hace alusión alguna a la presunta evolución de la comarca durante los próximos 55 años y nada dice del destino de su presunto fundador ni la fecha y lugar de su fallecimiento).
Veintitrés años después por de la primera edición de su libro, don Diego de Ávila y Delmonte hace una segunda en la que aclara que su obra aparece “corregida en lo posible y nuevamente aumentada”. En ella cambia su versión sobre el otorgamiento de las tierras recibidas por Francisco García Holguín: ahora no dice que fue en recompensa por sus méritos en la campaña mexicana sino que la obtuvo cuando “los primeros repartimientos de tierras realizados por Diego Velázquez (…) como compensación generosa por sus servicios”; y párrafos más dice que una vez pacificada la isla de Cuba, Diego Velázquez “dispuso el repartimiento del área correspondiente al hato de Holguín”, por lo que esa afirmación sugiere que para la fecha ya existía una hacienda destinada a la cría de ganado mayor, esto es, un hato. Finalmente, en lo concerniente al tema que indagamos, dice el historiador que “cúpole por suerte esta porción de tierra hacia la parte Norte (de Bayamo) al capitán de Infantería don Francisco García de Holguín”.
Con lo visto hasta ahora parece que el texto del primer historiador holguinero es una almacén de inexactitudes y si verdad que las tiene, verdad es que el texto tiene “un indiscutible valor historiográfico, citando documentos probablemente desaparecidos en el incendio de Bayamo de 1869. Esos constituyen verdaderos testimonios de la génesis y evolución de la jurisdicción holguinera; su limitación se encuentra en que predomina la crónica histórica y que presenta documentos sin un auténtico sentido crítico”[6].     


[1] García del Pino, César: “Morell de Santa Cruz. La Visita Eclesiastica, La Habana, editorial de Ciencias Sociales, 1985.
[2] Zayas y Armijo, Francisco de. “Apuntes para la historia de la isla de Cuba. Holguín”. En Memorias de la Sociedad Patriótica de La Habana, XII. La Habana: Imprenta del Gobierno y Capitanía General, 1841.
[3] Juan de Grijalva (Castilla 1490-Honduras 1527). Descubridor y conquistador español. participó en la exploración y conquista de Cuba con Diego Velázquez (1511) de quien fue capitán. Por orden de Velázquez y en una expedición sufragada por el dicho personaje, Grijalva exploró Yucatán y Tabasco (1518), trayendo de vuelta la buena nueva que en aquella zona había muchas tierras por conquistar y tesoros fabulosos.
[4] En la cita no quisimos repetir el error que comete Diego de Ávila y Delmonte al decir las fechas de ambas expediciones, ubicando a la de Grijalva en 1516 y la de Cortés en 1518.
[5] En 1545 Isidoro, quien mucho antes se desempeñó con obispo de Sevilla, aún no había sido canonizado.
[6] Calzadilla Anido, Laureano y Carlos Córdoba Martínez. “De las tierras altas de Maniabón a Ciudad”. Holguín: Ediciones Holguín. 2016.

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