(Discurso
del sabio holguinero universal, José Juan Arrom, quien fuera profesor de la Universidad de Yale,
por muchos años, al ingresar a la Academia Cubana de la Lengua, leído el 23 de
abril de 1964, Día del Idioma y publicado por la Academia Cubana de la Lengua,
La Habana, 1964, y como un capítulo de Estudios de lexicología antillana, Casa
de las Américas, La Habana, 1980, y en la 2da.edición, corregida y aumentada de
ese mismo libro, San Juan, Editorial de la Universidad dePuerto Rico, 2000, pp.
5-18).
Señor director,
señores académicos,
señoras y señores:
Los
que nos dedicamos al estudio de la literatura, tarde o temprano hemos de
ocuparnos también de la materia con que se forja la literatura, es decir, de las
palabras en que ésta cobra forma. Y por eso, al recibir la honrosa distinción,
que profundamente agradezco, de haber sido elegido miembro correspondiente de
la Academia Cubana de la Lengua, he creído que mi deber —por académico y por
cubano— es comenzar mi tarea en el seno de esta docta corporación poniendo en
orden las notas que por largo tiempo he ido reuniendo sobre las vicisitudes y el
primitivo significado de una palabra que a todos nos une: el nombre de
nuestra patria.
La palabra Cuba ha tenido, en verdad, una curiosísima historia en los casi cinco siglos de vida que lleva en nuestra lengua. Desde el principio fueron numerosos los intentos por eliminarla como nombre de la mayorde las Antillas, y no menos numerosos han sido luego los esfuerzos por descubrir su significado original. Pero todo ha resultado en vano. Cuba ha seguido llamándose Cuba, y su etimología sigue siendo el inviolado secreto de un pueblo desaparecido.
La palabra Cuba ha tenido, en verdad, una curiosísima historia en los casi cinco siglos de vida que lleva en nuestra lengua. Desde el principio fueron numerosos los intentos por eliminarla como nombre de la mayorde las Antillas, y no menos numerosos han sido luego los esfuerzos por descubrir su significado original. Pero todo ha resultado en vano. Cuba ha seguido llamándose Cuba, y su etimología sigue siendo el inviolado secreto de un pueblo desaparecido.
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texto: Trayectoria del nombre de Cuba
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