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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

30 de noviembre de 2017

Trío Hermanos Rigual



Los Hermanos Rigual cuando debutaron en CMQ, 1941
Fundado en La Habana, en 1941, por los hermanos Carlos, Mario y Pedro (Pituko) Rigual Rodríguez, miembros de la más importante familia de músicos banenses. Con su madre, Juana Rodríguez, realizaron sus primeros estudios de música, luego recibieron lecciones de Guyún y otros guitarristas. En 1947 iniciaron giras por países de América  y más tarde por todo el mundo. Está considerado uno de los mejores tríos armónicos de todos los tiempos y creadores de un estilo moderno, seguido posteriormente por muchos tríos.

 
TRÍO HERMANOS RIGUAL, EMBAJADORES DEL BOLERO CUBANO.
En la región oriental de Cuba, además de Santiago que fue la cuna del bolero y de muchos de sus grandes  artífices, otras ciudades e incluso  zonas rurales y pequeñas poblaciones han  visto surgir figuras de gran prestigio internacional, ese es el caso del Trío Hermanos Rigual, oriundo del pueblo holguinero de Banes, lugar donde también nacieron  sus primos  Pedro Jústiz Rodríguez (Peruchín) y Absalón Pérez, relevantes pianistas y directores de orquestas que también realizaron aportes significativos al bolero y otros géneros de la música cubana e internacional.
El trío Hermanos Rigual estaba compuesto por Carlos (4 de noviembre de 1920-Ciudad México, 1994), Mario (19 noviembre de 1922) y Pedro (Pituko, 29 de junio de 1918). Ellos tuvieron el privilegio de nacer en el seno de una de las familias de músicos más relevantes del oriente cubano; sus abuelos Emilio Rodríguez y Juana Pérez fueron dos talentosos músicos gibareños que se radicaron en Banes a finales del siglo XIX y se convirtieron en los  padres de la música en esa comunidad donde fundaron orquestas, bandas y academias  en las que se formaron varias generaciones de instrumentistas, destacando hijos, nietos, sobrinos y otros parientes.
Entre ellos uno de los que más sobresalió fue Absalón Pérez Rodríguez, pianista que en 1934 viajó a México con la orquesta de la compañía lírica de Ernesto Lecuona y allá fue pianista de Toña La Negra, Pedro Vargas y otras grandes voces del bolero internacional, luego se convirtió en director de una de las más populares orquestas de la capital azteca. Fue precisamente Absalón uno de los que influyó para que el trío Rigual se estableciera en ese país en la década de 1950.
Los Rigual recibieron de su madre Juana Rodríguez la rica herencia musical de la familia, pues ninguno de ellos había cumplido 10 años cuando se trasladaron a La Habana en 1925, al lograr su padre un empleo en el Ministerio de Hacienda. Marcados por los tríos trovadorescos, las canciones mexicanas y los grupos vocales norteamericanos, comenzaron en 1940 a acoplar sus voces en audaces armonías y pronto, a través de la radio, fueron admirados allende fronteras.
En octubre de 1941 el trío debutó en Regalías El Cuño, uno de los programas estelares de la emisora CMQ-Radio; dos años después  centralizaba los programas radiales Canciones Internacionales, de la emisora Mil Diez y La hora alegre, de la emisora RHC Cadena Azul. Según reseña la revista Bohemia en su edición del 9 de noviembre de 1947 un empresario mexicano los oyó en ese programa y los contrató para inaugurar el Teatro Río de Ciudad México, suceso que marcó el quehacer de los tres: poco después aquel país se convirtió en su segunda patria y desde allí emprendieron triunfales giras por varios continentes.
Aunque los Rigual eran considerados junto al trío Matamoros, el de Servando Díaz, y las Hermanos Lago, una de las mejores agrupaciones de su tipo, solo habían realizado algunas presentaciones internacionales en  teatros de California, EE.UU,  sin  gran repercusión. Algo muy diferente a lo sucedido en tierra azteca, en donde se convirtieron en el primer trío en recorrer el circuito completo del espectáculo, pues tuvieron éxito en radio, discos, cabaret y en el  cine, (éxito que  no llegaron a alcanzaron los Matamoros, ni Servando Díaz, los dos tríos que son considerados por muchos los de mayor trascendencia y aportes en toda la historia de la música cubana).
Los primeros discos grabados por los Rigual con boleros cubanos y su  participación en filmes como Ahí vienen los Mendoza y La Venus de fuego, en los que alternaron con afamados artistas de la talla de Pedro Vargas, Avelina Landín  y Fernando Fernández, cimentando su prestigio en todo el continente.
Al retornar a Cuba de esa primera gira a México, la revista Bohemia del 16 de mayo de 1948, publica amplia información sobre su nuevo contrato en la CBS de EE.UU y sus triunfos en México, resaltando  su estilo único y como su grabación del bolero Qué te parece, del maestro Julio Gutiérrez, ocupaba el sitial supremo del hit parade de ese país. Se insertaba una foto de una de las actuaciones del trío con sus guitarras, trajes estrafalarios y ojos saltones junto a Agustín Lara y su orquesta del teatro Follies, de Ciudad de México.
Al igual que Rosita Fornés, Benny Moré y otros artistas cubanos, esta agrupación en escaso tiempo cimentó un alto prestigio, llegando a desplazar  en Cuba a tríos de corte tradicional, como el de Servando Díaz y pasando a ocupar ellos el  primer lugar en las famosas encuestas de la Asociación de la Crónica Radial e Impresa, la ACRI, ganando en la categoría de mejor conjunto vocal en 1948 y 1950. Ese trienio fue de  intenso bregar artístico, tanto en Cuba como en el extranjero. Hicieron múltiples actuaciones en varias ciudades de la Isla, incluyendo a su natal Banes, en donde residía parte de su familia. Periódicos locales como El Pueblo se hizo eco de esas actuaciones, de los estrenos de sus películas y otros éxitos de su carrera artística.
En el ámbito internacional, antes de concluir la década de 1940, los Rigual se presentaron en  importantes escenarios de EE.UU, Panamá, Colombia y otros países del continente, en los que sus discos competían por los primeros lugares con el trío Los Panchos, que fue  el gran rival de los Rigual, pero a diferencia de aquellos, los banenses impusieron un estilo  moderno que, no obstante incluir guitarras y maracas, acudía a efectos sonoros originales, se acompañaba de grandes orquestas y recursos disímiles de la música internacional, abriendo una nueva senda musical que tuvo  seguidores, aunque por esa complejidad vocal-instrumental, no tantos como Los Panchos que se  convirtió en arquetipo de modelo acústico o tradicional, mientras el  cubano lo fue como trío  moderno, de ahí que la publicidad  en cada una de sus presentaciones tras su apoteósico triunfo en México resaltaba que era “el mejor trío armónico de América”.
Otra de las peculiaridades de los Rigual fue  su asimilación de los recursos del filin. Al decir del musicólogo Leonardo Acosta en su libro El Jazz en Cuba, fue el único trío vinculado directamente al filin, estando entre los primeros que grabaron y contribuyeron a popularizar internacionalmente Hasta mañana vida mía(1948)  Contigo en la distancia (1949) y Tú me acostumbraste(1956), entre otras obras de creadores de la talla de Rosendo Ruiz Quevedo , José Antonio Méndez y Frank Domínguez, aunque por entonces tampoco faltó en su repertorio piezas rítmicas como sones, guarachas, afros y cha cha chás.
En la década de 1950 el trío siguió teniendo al bolero como centro, pero con el auge del género impulsado por Enrique Jorrín, en sus frecuentes giras por América y Europa, hicieron variantes de bolero-cha cha chá. En esa línea destacaron Te adoraré más y más, composición de Pituko y la versión que el maestro Rafael de Paz realizara de Vereda tropical, el antológico bolero de Gonzalo Curiel. Ambas piezas se las entregaron en La Habana, en 1954, a Tito Gómez, el cual las grabó  con extraordinaria acogida.

A partir de ese año 1954 los Rigual comenzaron a dar a conocer su faceta creadora. El primero fue Pituko, quien en su primer empeño  compuso en binomio con el compositor cubano Mario Álvarez la canción Mi nave, interpretada por Pedro Infante en el filme El rayo  justiciero .Seguidamente dio a conocer boleros que lograron  popularidad en voces como las de Nelson Pinedo, Panchito Riset y Luis García, entre ellas estuvieron Eres mi locura, Trompo de juguete, Yo soy tu amigo, y Especialmente para ti.

Por su parte Carlos aportó en esa década éxitos como Tengo una esperancita, El pollo de Carlitos y un cha cha chá que  ha sido incluido en filmes como Sube y baja, protagonizado por Cantinflas en 1958: Corazón de melón, considerado un clásico en su género y que ha recorrido medio mundo en versiones como las de Antonio Prieto, las Hermanas Lago, Caridad Cuervo y más recientemente la del grupo Son Damas.

 
Posteriormente dieron a conocer composiciones propias en sus actuaciones en  países como Argentina, Venezuela, Canadá, Portugal y España, en los que compartieron escenarios con Josephine Baker, Lecuona, Eddy Duchin, Ezzio Pinza, Javier Cugat y Toña La Negra.
A inicios de los 60 los aires renovadores que vivía la música popular en todo el mundo no le eran ajenos. En 1961 Carlos y Mario concibieron Cuando calienta el sol, pieza que representa la transición del bolero a la balada internacional,  pues está considerada con Llorando me dormí, de Bobby Capó, una de las dos primeras baladas rock de Latinoamérica, aunque en Cuba y otros países durante los años 60 se cantó como bolero por Javier Solís, Kino Morán, Los Bucaneros e infinidad de solistas, tríos y agrupaciones de disímiles formatos.

CUANDO CALIENTA EL SOL.
Amor, estoy solo aquí en la playa
Es el sol quien me acompaña, y me quema,
Y me quema y me quema.
Cuando calienta el sol aquí en la playa
Siento tu cuerpo vibrar cerca de mí,
Es, tu palpitar, es tu cara, es tu pelo,
Son tus besos, me estremezco, oh, oh…
Cuando calienta el sol aquí en la playa
Siento tu cuerpo vibrar cerca de mí.
Es, tu palpitar, tu recuerdo, mi locura.
Mi delirio, me estremezco, oh,  oh…
SE REPITE LA SEGUNDA ESTROFA.

Ya a mediados de la década de 1960 Cuando calienta el sol era un hit  universal, llevado por el trío de Nueva York a Londres, de París a El Cairo, pasando por Roma, Venecia, Trípoli,… por entonces grabaron discos en inglés e italiano y se convirtieron en los primeros artistas de América  que en Italia actuaron en el Festival de la Canción de San Remo.
Los Rigüal con Josephine Baker

En 1980 recibieron en EE.UU un trofeo de la Broadcast  Music Inc (BMI) al arribar Cuando calienta el sol al millón de ejecuciones en  radiodifusoras de ese país. Se calcula en más de mil las versiones de esta pieza: Petula Clark, Javier Solís, Andrés Kostelanitz, Mantovani, Luis Miguel, Agneta Falkots o Pablo Montero, son algunos de los que la han grabado en diversos idiomas, géneros y formatos.
Un famosísimo trío cubano conformado por tres hermanos de apellido Rigüal, hace más de cincuenta años consiguieron un éxito que los lanzó al estrellato, la fama y al reconocimiento universal, abriéndole todas las puertas del mundo artístico. El tema que les trajo tan grande fama es el que se titula “CUANDO CALIENTA EL SOL”.
Sin embargo, como siempre ocurre, la maledicencia o la envidia tejió conjeturas que todavía no se han podido destejer. Se dice que la pieza musical no es de ninguno de los integrantes del trío sino de un modesto compositor nicaragüense de nombre RAFAEL GASTON PEREZ, quien en una noche de copas vendió la canción por una irrisoria e irritante suma y, dicen, quien la adquirió se la vendió a LOS HERMANOS RIGUAL. Estos pusieron la música y cambiaron algunas estrofas y la canción, que originalmente se llamaba “CUANDO CALIENTA EL SOL AQUI EN MASACHAPA”, que es el pueblo de donde es oriundo el RAFAEL GASTON PEREZ, nada más fue “CUANDO CALIENTA EL SOL”.
No hay prueba ninguna para la inculpación a los Rigual, aunque los maledicentes dicen que sí y nombran a un testigo de excepción, don LUCHO GATICA. Este último, dicen, en una oportunidad le entregó dinero a la viuda de RAFAEL GASTON PEREZ, asegurándole que aquel era para compensarla por el tantísimo dinero que la canción produjo a quienes no la habían compuesto.
Tomado de Nuevo Diario, Nicaragua
(Hay más información en wikipedia)
Después del éxito universal de Cuando calienta el sol, los Rigual  siguieron cantando creaciones propias y ajenas hasta 1994 en que falleció Carlos y Mario y Pituko decidieron abandonar definitivamente los escenarios. Entre sus últimas composiciones más versionadas están el bolero de Pituko Camino del puente, los sones Mulata gogó y Maní tostao, así como la guaracha Muñeca viajera, entre otras que prestigian  la música de Cuba.



Lamentablemente por realizar en el exterior la mayor parte de su carrera artística fuera de Cuba, la historiografía   musical cubana,  no ha justipreciado los extraordinarios aportes a la evolución e internacionalización del formato  al que se mantuvieron fieles durante toda su vida: el trío. No obstante, esos  tres artistas, forjados en la tradición de una modesta e insoslayable familia de músicos holguineros,  con su particular impronta, fueron grandes embajadores por el mundo del bolero y la música cubana  y lo seguirán siendo,  pues algunas de sus composiciones son verdaderos clásicos  que seguirán cantando las nuevas generaciones que gusten de la mejor canción romántica.

 
CAMINO DEL PUENTE
Camino del puente me iré
a tirar tu cariño al río,
mirar como cae al vacío
y se lo lleva la corriente.
Un hoyo profundo abriré
 en una montaña lejana,
para enterrar las noches, las mañanas,
que entre tus brazos pasé.
Mi corazón y yo,
nos pondremos después de acuerdo
y muy pronto ya no habrá
de ti ni un solo recuerdo.
Camino del puente me iré
a tirar tu cariño al río,
mirar como cae al vacío
y se lo lleva la corriente.
SE REPITEN TERCERA Y CUARTA ESTROFAS


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