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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

23 de mayo de 2017

Las columnas rebeldes llegan al llano


En su marcha hacia el occidente del país los comandantes Camilo y el Che se detuvieron en la  cuenca del Cauto a finales de agosto de 1958.  Camilo se vio obligado a tomar medidas en las que no había pensado. Era criterio su criterio que Carlos Borjas  no  había cumplido con las orientaciones por él impartidas cuando en junio de 1958 abandonó los llanos orientales y fue al llamado de Fidel. Consideró Camilo que Borjas había  incrementado desproporcionalmente el número de integrantes de cada guerrilla y que se había puesto en contacto con politiqueros tradicionales recabando su ayuda; esto último comprometía el prestigio de la revolución.  Como Camilo no tenía tiempo para realizar una detallada investigación y un juicio justo a Carlos Borjas, lo destituyó y lo remitió detenido a la Sierra Maestra. Para que lo sustituyera como jefe de las fuerzas rebeldes que operaban en los  llanos, Camilo ascendió a capitán Cristino Naranjo.
Cristino, que operaba en los llanos al frente de un pequeño grupo de combatientes, había sido un antiguo miembro de la fuerza de Camilo. Camilo le dejó un refuerzo de 22 hombres, 15 de ellos armados con fusiles de guerra. Ello es una prueba elocuente de la importancia que  le daba el Comandante Cienfuegos a la guerra en los llanos del Cauto.
Lo anterior dice mucho de la visión del líder guerrillero, que veía la necesidad de ampliar la guerra en todo el país, aunque para eso tuviera que limitar a las fuerzas que a él le habían asignado. El Che Guevara, que también estaba presente, no puso ninguna objeción a esa decisión y tampoco la puso Fidel Castro cuando se enteró.
A partir de esas disposiciones en el llano operó una tropa con poder de fuego de cierta importancia. Cristino llegó a contar con un total de 25 armas de guerra, más unas 19 escopetas, fusiles deportivos y de otros tipos[1].
Para la fecha Fidel ya había elaborado un plan para enviar a la zona dos columnas bien armadas y pertrechadas. Esas fueron la 12, Simón Bolívar, bajo el mando del  comandante Lalo Sardinas y la 14, Juan Manuel Márquez, dirigida por el capitán Orlando Lara.

UNA SINGULAR EXPLORACION
Previo a la llegada de las dos Columnas, Fidel envió una fuerza para que realizara una exploración del territorio donde operarían aquellas. A esa orden hay que considerarla la mayor  exploración organizada por el Ejército Rebelde.
La fuerza exploradora fue constituida por 34 hombres veteranos de la lucha en la Sierra y por combatientes del llano que habían acompañado a Orlando Lara cuando se unió a la guerrilla de Fidel antes de la ofensiva de verano. Estos estaban muy bien armados y  con  parque abundante, lo que es insólito si se tiene en cuenta que en las columnas invasoras de Camilo y el Che se encontraban algunos combatientes nada más equipados con escopetas e incluso, diez de sus hombres bajaron de la Sierra desarmados[2].
El objetivo de la columna exploradora igualmente era peculiar en extremo. En el documento que le entregó el Comandante en Jefe al momento de su partida le especificaba que debían de realizar su misión “en el territorio comprendido entre la carretera de Bayamo-Manzanillo y la costa norte de la provincia de Oriente, de donde deberá regresar a la Sierra Maestra una vez cumplida la misión, informando además, el estado del orden interno, la disciplina, conducta y relaciones de las patrullas rebeldes con los campesinos, armas de que disponen y todo cuanto pueda ser de interés”[3]
Como se ve, más que los asuntos militares, el interés mayor de Fidel son los aspectos políticos y la relación de los escopeteros con la población civil; y es que para el máximo líder revolucionario estaba muy claro que la victoria dependía por entero de la aceptación o no por parte de la población de las fuerzas revolucionarias.
Oscar Orozco
Seguidamente ofrecemos unos pocos datos sobre el jefe del pelotón exploratorio, teniente Oscar Orozco. Este primero había sido soldado de la Columna 1 en la Sierra  Maestra, luego combatió en los llanos bajo las órdenes de Orlando Lara, y con él retornó a la Sierra Maestra. Orozco era un experimentado guerrillero y también lo eran la mayoría de sus subordinados de su pelotón que fue bautizado con el número 1 de la  Columna 14, “Juan Manuel Márquez”.
El  recorrido de esa tropa determinaría el que luego harían las demás las demás columnas rebeldes que invadieron los llanos  orientales. El  5 de septiembre de 1958 partieron desde La Plata, que era donde estaba la comandancia rebelde en el corazón de la Sierra Maestra, el mismísimo Fidel Castro los despidió.
Durante la primera parte de su recorrido nada más tuvieron que sortear la dificultad de grandes aguaceros causados por un ciclón, que hacían desbordar los ríos y que, lógicamente, dificultaban su marcha.
Cuando salieron del territorio liberado por las fuerzas rebeldes y llegaron al llano, su avance fue en extremo difícil, iban por terrenos despejados fácilmente controlados por los reconocimientos a aéreos, por eso caminaban de noche y descansaban de día.
Otro peligro para ellos eran las tropas batistianas dislocadas entre Manzanillo  y Bayamo, que permanentemente mantenían en todas las carreteras patrullas protegidas por blindados. Sin embargo fue entonces que entraron en funcionamiento lo que bien puede llamarse la superestructura guerrillera  creada  por  los grupos de  escopeteros: ellos habían formado una eficiente red de guías, poseían medios de transportes, campamentos y sistema de abastecimiento que usualmente eran  utilizados por las columnas guerrilleras recién llegadas. El Pelotón 1 estableció su campamento en Cauto el Paso.
Y es en ese momento cuando se crea una situación espinosa en lo referente al mando. Todavía Fidel no había logrado entrar en contacto con Cristino Naranjo para explicarle la formación de la columna rebelde, por lo que existían  dos jefes rebeldes en  similar condición en  una  misma zona sin determinarse la subordinación. Pero finalmente se entrevistan el teniente Orozco y el capitán Cristino Naranjo. El segundo fue puesto al corriente de la decisión del Comandante en Jefe. No hubo conflicto alguno, Cristino asumió a Orlando Lara como jefe.
Respecto a la estructura organizativa del llano es interesante saber que la formación de un  mando único no fue producto del desarrollo y  maduración  de  la lucha en los llanos, sino de una decisión de la dirección de la guerrilla que estaba en la Sierra  Maestra. En la zona no había surgido un líder local que fuera reconocido por los demás combatientes. Quizás Orlando Lara era quien estaba en vías de alcanzar tales dimensiones y así lo reconoció Fidel cuando lo nombró jefe de la Columna 14.
Por demás Fidel supo actuar con cuidado e inteligencia para poner al servicio de la unidad revolucionaria a las diferentes fuerzas locales y sus dirigentes; así varios de los principales cargos en las jefaturas de las columnas enviadas a  los llanos fueron ocupados por  individuos naturales de aquellos lugares o que habían participado en la  lucha en esa región. Además del jefe de la Columna escogido, sus tres pelotones fueron dirigidos, por el veterano Oscar Orozco, a quien después que este fue herido, lo sustituyó Arsenio García, el otro por Cristino Naranjo, también veterano del llano, y el tercero por Eddy Suñol Ricardo, natural de Holguín que había desarrollado un destacado papel como combatiente clandestino en esa comarca antes de alzarse. Para dirigir al Cuarto Frente y a la columna 32 se escogió al comandante Delio Gómez Ochoa, también natural  de  Holguín, que había jugado un papel  importante  en  el clandestinaje en ese territorio.



[1] Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado. Informe de Cristino Naranjo al Comandante en Jefe Fidel Castro. 3 de septiembre de 1958.
[2] William Gálvez. “Camilo Cienfuegos, Señor de la Vanguardia”. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, p  50
[3] Fidel Castro Ruz. Orden del 5 de septiembre de 1958. Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado. La Habana.

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