En su marcha hacia el
occidente del país los comandantes Camilo
y el Che se detuvieron en
la cuenca del Cauto a finales de agosto
de 1958. Camilo se vio obligado a tomar
medidas en las que no había pensado. Era criterio su criterio que Carlos Borjas no
había cumplido con las orientaciones por él impartidas cuando en junio de 1958 abandonó los llanos
orientales y fue al llamado de Fidel. Consideró Camilo que Borjas había incrementado desproporcionalmente el número
de integrantes de cada guerrilla y que se había puesto en contacto con politiqueros
tradicionales recabando su ayuda; esto último comprometía el prestigio de la
revolución. Como Camilo no tenía tiempo
para realizar una detallada investigación y un juicio justo a Carlos Borjas, lo
destituyó y lo remitió detenido a la Sierra Maestra. Para que lo sustituyera como jefe
de las fuerzas rebeldes que operaban en los
llanos, Camilo ascendió a capitán Cristino
Naranjo.
Cristino, que operaba en los
llanos al frente de un pequeño grupo de combatientes, había sido un antiguo
miembro de la fuerza de Camilo. Camilo le dejó un refuerzo de 22 hombres, 15 de
ellos armados con fusiles de guerra. Ello es una prueba elocuente de la
importancia que le daba el Comandante
Cienfuegos a la guerra en los llanos del Cauto.
Lo anterior dice mucho de la
visión del líder guerrillero, que veía la necesidad de ampliar la guerra en
todo el país, aunque para eso tuviera que limitar a las fuerzas que a él le
habían asignado. El Che Guevara, que también estaba presente, no puso ninguna
objeción a esa decisión y tampoco la puso Fidel Castro cuando se enteró.
A partir de esas disposiciones
en el llano operó una tropa con poder de fuego de cierta importancia. Cristino llegó
a contar con un total de 25 armas de guerra, más unas 19 escopetas, fusiles
deportivos y de otros tipos[1].
Para la fecha Fidel ya había
elaborado un plan para enviar a la zona dos columnas bien armadas y
pertrechadas. Esas fueron la 12, Simón Bolívar, bajo el mando del comandante Lalo Sardinas y la 14, Juan Manuel Márquez, dirigida por el capitán
Orlando Lara.
UNA SINGULAR EXPLORACION
Previo a la llegada de las
dos Columnas, Fidel envió una fuerza para que realizara una exploración del territorio
donde operarían aquellas. A esa orden hay que considerarla la mayor exploración organizada por el Ejército
Rebelde.
La fuerza exploradora fue constituida
por 34 hombres veteranos de la lucha en la Sierra y por combatientes del llano que habían acompañado
a Orlando Lara cuando se unió a la guerrilla de Fidel antes de la ofensiva de
verano. Estos estaban muy bien armados y
con parque abundante, lo que es
insólito si se tiene en cuenta que en las columnas invasoras de Camilo y el Che
se encontraban algunos combatientes nada más equipados con escopetas e incluso,
diez de sus hombres bajaron de la
Sierra desarmados[2].
El objetivo de la columna
exploradora igualmente era peculiar en extremo. En el documento que le entregó
el Comandante en Jefe al momento de su partida le especificaba que debían de
realizar su misión “en el territorio comprendido entre la carretera de Bayamo-Manzanillo
y la costa norte de la provincia de Oriente, de donde deberá regresar a la Sierra Maestra una
vez cumplida la misión, informando además, el estado del orden interno, la
disciplina, conducta y relaciones de las patrullas rebeldes con los campesinos,
armas de que disponen y todo cuanto pueda ser de interés”[3]
Como se ve, más que los
asuntos militares, el interés mayor de Fidel son los aspectos políticos y la relación
de los escopeteros con la población civil; y es que para el máximo líder
revolucionario estaba muy claro que la victoria dependía por entero de la
aceptación o no por parte de la población de las fuerzas revolucionarias.
Oscar Orozco |
Seguidamente ofrecemos unos
pocos datos sobre el jefe del pelotón exploratorio, teniente Oscar Orozco. Este
primero había sido soldado de la
Columna 1 en la Sierra Maestra,
luego combatió en los llanos bajo las órdenes de Orlando Lara, y con él retornó
a la Sierra Maestra.
Orozco era un experimentado guerrillero y también lo eran la mayoría de sus subordinados
de su pelotón que fue bautizado con el número 1 de la
Columna 14, “Juan Manuel Márquez”.
El recorrido de esa tropa determinaría el que
luego harían las demás las demás columnas rebeldes que invadieron los
llanos orientales. El 5 de septiembre de 1958 partieron desde La Plata, que era donde estaba
la comandancia rebelde en el corazón de la Sierra Maestra, el mismísimo
Fidel Castro los despidió.
Durante la primera parte de
su recorrido nada más tuvieron que sortear la dificultad de grandes aguaceros
causados por un ciclón, que hacían desbordar los ríos y que, lógicamente,
dificultaban su marcha.
Cuando salieron del
territorio liberado por las fuerzas rebeldes y llegaron al llano, su avance fue
en extremo difícil, iban por terrenos despejados fácilmente controlados por los
reconocimientos a aéreos, por eso caminaban de noche y descansaban de día.
Otro peligro para ellos eran
las tropas batistianas dislocadas entre Manzanillo y Bayamo, que permanentemente mantenían en
todas las carreteras patrullas protegidas por blindados. Sin embargo fue
entonces que entraron en funcionamiento lo que bien puede llamarse la superestructura
guerrillera creada por
los grupos de escopeteros: ellos
habían formado una eficiente red de guías, poseían medios de transportes,
campamentos y sistema de abastecimiento que usualmente eran utilizados por las columnas guerrilleras
recién llegadas. El Pelotón 1 estableció su campamento en Cauto el Paso.
Y es en ese momento cuando
se crea una situación espinosa en lo referente al mando. Todavía Fidel no había
logrado entrar en contacto con Cristino Naranjo para explicarle la formación de
la columna rebelde, por lo que existían
dos jefes rebeldes en similar
condición en una misma zona sin determinarse la subordinación.
Pero finalmente se entrevistan el teniente Orozco y el capitán Cristino Naranjo.
El segundo fue puesto al corriente de la decisión del Comandante en Jefe. No
hubo conflicto alguno, Cristino asumió a Orlando Lara como jefe.
Respecto a la estructura
organizativa del llano es interesante saber que la formación de un mando único no fue producto del desarrollo
y maduración de la
lucha en los llanos, sino de una decisión de la dirección de la guerrilla que
estaba en la
Sierra Maestra. En la
zona no había surgido un líder local que fuera reconocido por los demás
combatientes. Quizás Orlando Lara era quien estaba en vías de alcanzar tales
dimensiones y así lo reconoció Fidel cuando lo nombró jefe de la Columna 14.
Por demás Fidel supo actuar
con cuidado e inteligencia para poner al servicio de la unidad revolucionaria a
las diferentes fuerzas locales y sus dirigentes; así varios de los principales
cargos en las jefaturas de las columnas enviadas a los llanos fueron ocupados por individuos naturales de aquellos lugares o
que habían participado en la lucha en
esa región. Además del jefe de la
Columna escogido, sus tres pelotones fueron dirigidos, por el
veterano Oscar Orozco, a quien después que este fue herido, lo sustituyó Arsenio
García, el otro por Cristino Naranjo, también veterano del llano, y el tercero por
Eddy Suñol Ricardo, natural de Holguín que había desarrollado un destacado
papel como combatiente clandestino en esa comarca antes de alzarse. Para
dirigir al Cuarto Frente y a la columna 32 se escogió al comandante Delio Gómez
Ochoa, también natural de Holguín, que había jugado un papel importante
en el clandestinaje en ese
territorio.
[1] Oficina de Asuntos
Históricos del Consejo de Estado. Informe de Cristino Naranjo al Comandante en
Jefe Fidel Castro. 3 de septiembre de 1958.
[2] William Gálvez. “Camilo
Cienfuegos, Señor de la
Vanguardia”. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, p 50
[3] Fidel Castro Ruz. Orden
del 5 de septiembre de 1958. Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de
Estado. La Habana.
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