Con
información de la Tesis para alcanzar la licenciatura por la Universidad de
Holguín de Yusleydis Hernández Hechavarría
Para
1899 el país padecía en su más profunda anatomía las devastadoras contiendas
bélicas que habían durado 30 años y que habían concluido el año anterior.
Fue
el territorio donde se asienta Holguín uno de los más afectados. Pero en ese
año comenzaron a ponerse en práctica una serie de medidas que muy pronto
comenzaron a reanimar la economía, y con ella mejora la vida del holguinero.
Por
demás en ese año comienza el período de ocupación y expansión del capital
norteamericano en esta región, que, casi en su totalidad, se dirigió hacia el
sector azucarero. “[...] Aprovechando tanto el período de ocupación como la
depresión económica existente, compañías y colonos norteamericanos invirtieron
sus capitales en la compra de tierras. En este período se inició la fundación
de grandes centrales azucareros. Al construirse la República mediatizada
(1902) en Holguín se hizo sentir la aceleración histórica hacia el capitalismo,
con auxilio del moderno capitalismo del norte”[1].
”
Finalmente
las inversiones de las compañías norteamericanas cambiaron el destino de la
economía en la región. Aunque tales inversiones siempre estuvieron asociadas a la voracidad por la
compra de grandes extensiones de tierra.
Mayormente
las tierras holguineras eran fértiles, muy buenas para sembrar en ellas la caña
de azúcar, solo que en el período inicial a la instauración de la República las haciendas
estaban en estado crítico y sus dueños endeudados. De ahí la facilidad de los
inversionistas extranjeros para comprarlas y hacer de ellas una valiosa fuente
de obtención monetaria.
Por
demás en la etapa circulaban en la ciudad dos monedas, el oro y la plata
española (heredadas de la antigua metrópoli, y que desaparecerían para 1915) y la moneda americana que muy pronto ocupó un
lugar importante dentro de las operaciones comerciales que se realizaron dentro
y fuera del país. Según referencias protocolares las primeras compraventas que
se efectuaron con moneda americana datan 1902 y no fueron tierras, sino
viviendas.
Para
diciembre de 1915 el Departamento de Ahorros publica a través del periódico “El
Eco de Holguín” la siguiente nota, informando
como se verá, el cese de circulación de las monedas españolas (oro y plata):
“En virtud
del Decreto del Gobierno por el cual se ordena retirar de circulación el oro y
la plata española, se avisa a los depositantes de nuestros Departamentos de
Ahorros que las cuentas en estas especies dejaran de devengar interés desde
esta fecha, quedando las cantidades depositadas a disposición de cada
interesado en esa misma clase de moneda mientras no se nos ordene la conversión
a moneda de curso legal”[2].
A
partir de esa fecha los procesos comerciales solo se efectuaban utilizando la moneda
americana.
Leer además: Características de la cultura material en Holguín en el siglo XIX: ¿Qué comían? ¿En qué vasijas bebían? ¿Qué ropas usaban? los abuelos de todos los holguineros
En
el periodo se constituyeron múltiples y variadas sociedades mercantiles
regulares destinadas a diferentes sectores de la economía. Veamos algunas:
Nombre
|
Representantes
|
Dedicados
|
Año
|
*
|
Sres Melchor y Pelayo Recio Pascual
|
Compraventa de tejidos y ferretería
|
1905
|
Antonio Rodríguez
|
Sres
Antonio Rodríguez Fuentes y Wenceslao Infante Bidopia
|
*
|
1911
|
Cía Jabonera de Holguín
|
Sres. Rafael Aguirre y José Díaz
|
Fabricación y venta de jabón
|
1914
|
Elgarresta y Cía
|
Sres.
Lorenzo Elgarresta y Carlos Hernández Valdés
|
Compraventa
de frutos del país
|
1914
|
E.Adán y Cía
|
Sres. Emilio Adán Yepa y Aquiles
Betancourt Castillo
|
*
|
1915
|
*
|
Sres.
Antonio Rodríguez Leyva y Manuel Merino Pérez
|
Venta
de víveres, ropas, ferretería, calzado y quincalla
|
1915
|
*
|
Sras. Adelaida Bracho Anzardo y Josefa
García Bracho
|
Víveres, ganadería y fabricación de
tabacos
|
1915
|
La
Casa
Grande
|
Sres.
Esteban Galván de la Torre
y Rudencio Pintado Rodríguez
|
Venta
de ropas
|
1915
|
R. Trueba e hijos
|
Sr. Remigio Trueba González
|
Venta de víveres, ferretería, peletería,
lencería y otros
|
1916
|
Landabe y Luís
|
Sres.
Tiburcio Landabe Velazburo y Angel Luís
|
Compraventa
de víveres, frutos del país y licores
|
1917
|
Gutiérrez Valdés y Cía
|
Sres. Oscar Gutiérrez Sánchez y Julio
Valdés Rivadulla
|
*
|
1917
|
J.González y Cía
|
Sres.
Juan González de la Rosa
y Restituto Velásquez de la Rosa
|
Tejidos
y peletería
|
1918
|
El Nuevo Progreso
|
Sres. Pedro Rafael y Enrique Rodríguez
Fuentes
|
Fabricación de hielo y aguas gaseosas
|
1918
|
Rodríguez González y Cía
|
Sres.
José Cermandas Pérez y Miguel Rodríguez Muñoz
|
Víveres
|
1918
|
José Motola y Hermanos
|
Sres. León, José y Gastón Motola
|
Venta de tejidos y ropas hechas
|
1920
|
*
|
Sres.
Eleuterio Moro Percina y José Pedrás Fornaris
|
Explotación
de la industria de maquinaria y trabajos mecánicos y de herrería
|
1920
|
* La fuente no refiere el nombre de la Sociedad o a qué se
dedicaba.
Tomado de Archivo de Historia de Holguín. Protocolos Notariales. Notarios: Alcibíades de la Peña (1905), Francisco Fernández Rondán (1911, 1914, 1918), Alfredo Vázquez Botana (1915), José García Feria (1916), Enrique Rodríguez Fuentes (1917), Rafael Gastón (1917), José Biosca Jordán (1918, 1920), Pedro Talavera Céspedes (1918) y Angel Rodríguez Fuentes (1920).
El
capital de estas Sociedades variaba en dependencia del capital económico con
que contaran sus socios. Entre ellas fue una de las que tuvo mayor utilidad, por la diversidad de oferta que puso
a disposición de la familia holguinera, la conformada “[…] el
primero de marzo de 1905 por los señores Don Melchor, Don Pelayo Recio Pascual
y Don Sergio Montejo Arteaga; todos de esta naturaleza y dedicados al comercio.
El objeto de la sociedad será la compra y venta de tejidos, víveres, ferretería
y demás artículos propios de un establecimiento mixto de negocios de comercio,
con domicilio en esta ciudad. Su capital social está compuesto de tres mil
pesos oro español”[3].
Una tienda holguinera de principio del siglo XX |
Generalmente
estas sociedades no excedían los cinco años de duración y al concluir el plazo
acordado se efectuaba un inventario con un balance de los bienes adquiridos.
Sus
accionistas las abrieron pidiendo préstamos con hipoteca. Si el beneficiado se
veía en la imposibilidad de pagar, generalmente entregaban al fiador la casa
vivienda del beneficiado. Asimismo los préstamos se hacían por cortos períodos de tiempo, oscilando entre los seis meses y
dos años. La cantidad prestada variaba
entre los trescientos y cinco mil pesos; lógicamente se cobraba un por ciento mensual
en la misma moneda en que se efectuaba el préstamo.
Los
préstamos de hipoteca voluntaria se efectuaban a través de los notarios. Las
primeras operaciones de este tipo comenzaron a realizarse en el año 1903, pero
no fue hasta 1907 cuando adquirieron mayor fuerza.
Un
ejemplo de ellas fue la que se efectuó ante el notario Francisco Fernández Rondán
el 4 de mayo de 1907, por “[…] los
señores Marcelino Espinosa Marrero, natural de Bayamo y de profesión tabaquero
y Pedro Rodríguez Fuentes, de esta naturaleza y propietario, ambos vecinos de
esta ciudad. Estos señores efectuaron una hipoteca voluntaria por trescientos
pesos oro americano, con interés del dos por ciento mensual en igual moneda por
el plazo de dos años. El prestatario dio a conocer al notario como hipoteca en
seguridad la posesión de un colgadizo de ladrillos, maderas y tejas, en la calle
Unión con sus correspondientes medidas”[4].
Paralelamente
a las constituciones de sociedades y los préstamos de hipoteca ocurrieron compraventas de establecimientos.
Según consta en los Protocolos Notariales, entre los años 1910 y 1920 llegaron
a venderse en la ciudad 31 establecimientos: 6 dedicados al negocio de la
peletería, sombrerería, ropa, perfumería, relojería y otros; 18 a víveres, panaderías y
bebidas y 7 a café-cantinas.
La
operación de compraventa generalmente venía acompañada de un inventario de los
medios existentes en los establecimientos, así como una relación de sus
precios.
Por
ejemplo, en 1911 se produjo la compraventa de un café-cantina que se nombraba Colón.
El notario Francisco Grave de Peralta fue quien hizo la escritura en la que
dice que “[...] comparecen los señores
Francisco Cuayo García y Matías Santiesteban Aguilera, ambos naturales de esta
ciudad y dedicados al comercio en un establecimiento situado en la calle
Peralta esquina a Maceo, con el
mobiliario y enseres propios y necesarios del giro y con ciertas existencias de
licores. Lo venden al precio de 900 pesos oro español”[5].
El
precio de los establecimientos que se vendieron en Holguín variaba en
dependencia del lugar donde se encontrase y el estado constructivo del establecimiento.
Para hacer las ventas sus dueños llegaron a en los talleres tipográficos de la
ciudad hojas donde relacionaban los productos con que contaba el
establecimiento en venta. Igual, en la prensa local era usual la presencia de
anuncios comerciales sobre tales ventas.
El
“Eco de Holguín”, en numero correspondiente al 26 de mayo de 1915 publicó la
nota de venta de uno de los principales establecimientos de la época, “El
Jazmín de Cuba”. Dice la nota que se trataba de un “[...] establecimiento modelo. Hay de todo. Sus dueños tienen el gusto
de ofrecer a sus marchantes y al pueblo en general un extenso y variado surtido
de ferretería, locería, cristalería, juguetería, zapatería y talabartería.
También tenemos gran surtido en quincalla, cedería, joyería y ropa hecha, y así
como los gramófonos de las mejores marcas de Víctor Columbia y la excelente
agua de Mesa Cabreiroa de los mejores manantiales de su nombre. Esta casa
también recibe los mejores vinos tintos de España”[6].
Principales
establecimientos comerciales de Holguín (1898-1920)
Nombre
|
Dedicado
|
La Estrella Solitaria
|
Panadería, víveres, licores, tabacos y
cigarros.
|
La Independencia
|
Sombrerería, perfumería y otros.
|
La Estrella Cubana
|
Baratillos
|
La Francia
|
Sombrerería, calzado, perfumería y pinturas
|
El Oriente
|
Víveres y licores
|
La Nueva Era
|
Herrería
|
El Buen Gusto
|
Perfumería, quincallas, juguetería y
artículos de escritorio
|
La Picota
|
Tabacos, víveres y frutos del país
|
El Paraíso
|
Comestibles y licores
|
La Holguinera
|
Ropas, sedería, perfumería, sombrerería,
joyería y quincallas
|
El Suizo
|
Relojería
|
*
|
Almacén de víveres y panadería
|
*
|
Elaboración de pan
|
La
Casa
Verde
|
Ropa, sedería, sombrerería y peletería
|
El Fénix
|
Dulces y confituras
|
La Sucursal
|
Ferretería, muebles, lozas y cristalería
|
La Solitaria
|
Peletería, sombrerería y otros
|
Colón
|
Café-Cantina
|
*
|
Almacén de víveres y panadería
|
La
Luz
de Yara
|
Ropas, sedería, perfumería y otros
|
*
|
Víveres
|
*
|
Víveres y panadería
|
*
|
Víveres
|
Café Cosmopolita
|
Café-Cantina
|
El Encanto
|
Tejidos, sedería, sombrerería, peletería
y otros
|
La Barata
|
Víveres
|
Los Latinos
|
Ropas
|
La Ciudad de Londres
|
Locería, cristalería, juguetería y
zapatería
|
El Jazmín de Cuba
|
Locería, sedería, sombrerería, calzado y
perfumería
|
La
Casa
Lastra
|
Ropas, sedería, sombrerería, calzado y
perfumería
|
El Rápido
|
Café
|
La Industrial
|
Jabonería
|
La Central
|
Víveres
|
Café Washington
|
Café-Cantina
|
*
|
Bodega
|
La Reforma
|
Tejidos
|
*
|
Víveres y licores
|
El Manzanillero
|
Café
|
El Triunfo
|
Café
|
La Paloma
|
Víveres
|
Campo Rojo
|
Café-Cantina
|
La
Flor
Cubana
|
Dulcería y Repostería
|
La Estrella
|
Materiales de Construcción
|
La Oriental
|
Mosaicos y ornamentos
|
Marmolería
|
Mármoles
|
El Porvenir
|
Víveres
|
Para
inicios del siglo existía un número reducido de hoteles en la ciudad, pero, eso
sí, gozaban de calidad en sus servicios, comodidad y reducidos precios. Eso y
el confort que ponían a disposición de sus huéspedes, atraía a los viajeros de
paso. Entre ellos se recuerda al Gran Hotel Tertulia, Hotel Washington y al Hotel
Isla de Cuba. Este último, para satisfacción de sus dueños, fue el lugar “[...] preferido de los señores viajeros, no
sólo por el suntuoso edificio que ocupa, en el lugar más céntrico de la ciudad,
sino por sus cómodas y ventiladas habitaciones, amuebladas con gusto. Este
hotel ésta situado a treinta metros del Parque Central “Calixto García” y
cuenta con todas las comodidades necesarias; dependientes de reconocida moralidad,
excelentes cocineros, servicio cantina, baños y duchas gratis a precios
reducidos”[7].
[1] Pérez Cruz, Yadira: La cultura material en el Holguín Colonial
del siglo XlX (1868 -1898). Trabajo de
Diploma. Universidad de Holguín. Facultad de Humanidades. Departamento de
Estudios Socioculturales. 2008.
[2] El Eco de Holguín. No
1833. Sábado 11 de diciembre de 1915. Año XXI. Pág.3
[3] Protocolo Notarial. 1905.
Alcibíades de la Peña.
Pág.766.
[4] Protocolo Notarial. 1914.
Francisco Fernández Rondán. Pág. 654.
[5] Protocolo Notarial. 1911.
Francisco Grave de Peralta. Pág. 633.
[6] El Eco de Holguín. Año.
XXI. No 1776. Pág. 2.
[7] El Eco de Holguín. No 594.
Sábado, 25 de febrero de 1905. Año. X. Pág. 5.
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