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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

17 de octubre de 2010

Amasabo


Amasabo. Paraje y corral dentro del hato de las Cuevas. Posiblemente se estableció en la primera mitad del siglo XVIII. El 4 de julio de 1756, según Diego de Ávila y Delmonte, Santiago Aldana y su esposa María de la Torre Hechavarría poseedores en el hato de Las Cuevas de 1 090 pesos de posesión, impusieron una capellanía de misas de un valor de 650 pesos, sobre su posesión en el paraje de Amasabo, a favor de su hijo el cura Antonio de Aldana Hechavarría. En 1757, Salvador Guevara le vendió a María de la Cruz, 350 pesos de posesión en el paraje, con un valor de 650 pesos, informándose que la posesión estaba gravada por una capellanía de 350 pesos (cifra menor que la informada por Diego de Ávila), que fuera fundada por Santiago de Aldana. En 1764 – 65, declararon poseer en el sitio: Pedro de la Torre Hecheverría, con 340 pesos de posesión, 60 pesos de utilidad anual y un censo de capellanía de 350 pesos en beneficio del cura Antonio Aldana, y  Diego de Parra, con 30 pesos de posesión, 30 reses vacunas, 80 cerdos y 50 pesos anuales de utilidad. En 1764 Isabel Batista le vendió en Amasabo, 350 pesos de posesión a Cristóbal Sánchez y otros 50 a su yerno Antonio Fermín; este, a su vez, le compró a su suegra Isabel, el Corral de Amasabo, reconociéndose 50 pesos de posesión en censo de capellanía, que fueran impuestos por Santiago Aldana. Otros poseedores en el lugar lo eran ese año Pedro Hecheverría y Diego de Parra, los que poseían 60 vacunos y 105 cerdos. Para 1784, aparecían como poseedores Miguel y José Antonio Hechevarría. En 1807 al testar, Juan A. Sánchez, esposo de Josefa Hecheverría, declaró poseer 466 pesos de posesión, con 25 cerdos y dos caballos. En 1810, Josefa Hecheverría revendió a su hijo Juan J. Hernández Hecheverría, 40 pesos de posesión. En 1819, José Osorio Sánchez le vendió a Juan Sánchez Hechavarría, 61 pesos y 3 reales de posesión. En 1828, Manuel y Francisco Sánchez vendieron a su otro hermano Juan, 75 y 30 pesos de posesión, respectivamente, para un total de 105 pesos de posesión. En 1834, Esteban de Parra le vendió a Juan Sánchez Hecheverría, 94 pesos de posesión en 94 pesos. En 1849, Manuel Sánchez le vendió a Juan Sánchez Hechevarría, 125 pesos de posesión en el fundo principal de Amasabo, en 125 pesos.  

Véase. Diego de Ávila y Delmonte. Memoria sobre el origen del hato de San Isidoro de Holguín, p. 84. ANC.  Fondo Intendencia General de Hacienda, Legajo 388, Número 41. Fondo Correspondencia de los Capitanes Generales, Legajo 17, Número 7. AHP. Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Lorenzo Castellanos. Año 1757, f. 60v, Año 1764, ff. 8 y 43v.  Escribanía de Salvador de Fuentes. Año 1819, f. 144v. Escribanía de Andrés Antonio Rodríguez. Año 1807, ff. 118v. Año 1810, f. 146.  Año 1834, f. 163v. Escribanía de Manuel León Rodríguez. Año 1828, f. 256. Escribanía de Benjamín de Zayas. Año 1849, f. 33v. Fondo Tenencia de Gobierno y Ayuntamiento. Legajo 63, Expediente 1926, ff. 52v – 55v.

Alto del Naranjito


Alto del Naranjito. Paraje dentro del Hato de Bariay. Nombre compuesto, en que Naranjito, siguiendo a Esteban Pichardo, puede referirse a Naranjito del Obispo, especie de Naranjo, de follaje más cerrado, con hojas, frutas y matas más pequeñas. 

    Allí en 1834, Manuel de Ávila, le vendió un sitio ganadero de 97 pesos y 6 reales de posesión a Manuel Ruiz Toranzo. 

Véase Esteban Pichardo. Diccionario provincial caso razonado de vozes y frases cubanas, p. 441. AHP. Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Manuel de Aguilera. Año 1834, f. 95v.

Altagracia



Altagracia. Hato. Tiene su origen en un nombre femenino

    Posesión de José Dolores del Río que en 1846 estaba arrendado a Ana Josefa Serrano y Jesús A. Manduley, por 7 años. La hacienda estaba evaluada en 460 pesos.  

Véase AHP. Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Antonio de Fuentes. Año 1843, f. 69.

Almirante


Almirante. Hato y Corral. Posiblemente fundado en los años finales del siglo XVII. Sitios: Almirante, Corralito, Sao Arriba, La Soledad. Se desconoce el origen del nombre, tal vez se relacione con Almironcillo, yerba de pasto (Cacalia discolor). 

    Durante la segunda mitad del siglo XVIII vive, en comparación con otros hatos y corrales, una cierta intensa vida de compraventas de tierras. En 1753, José Escalona le vendió 235 pesos de posesión a Juan de la Cruz y 150, a María de la Cruz; José Plácido Fernández y Francisco de la Cruz permutaron posesiones, donde el primero entregó 100 pesos de posesión, valuados en 200 pesos, por 300 una posesión en el hato de Gibara, de Francisco de la Cruz, valuada en 300 pesos, entregando la diferencia. Ese año al testar, Francisco de la Cruz reconoció poseer 200 pesos de tierra. En 1754, Manuel de la Vega le vendió a José Plácido Fernández, 200 pesos de posesión. Al testar en 1755, Patricio Ricardo de la Torre, natural de Bayamo, esposo de Isabel Batista, declaró poseer una posesión valorada en 69 pesos y 5 reales de posesión. En 1757, Gerónimo Moreno le vendió a su cuñado Juan de la Cruz, casado con Lorenza Moreno, y a sus sobrinos, Cristóbal, Juan, Agustín, José y Valentín de la Cruz Moreno, 150 pesos de posesión; Manuel de la Vega le vendió a Gerónimo Moreno, una posesión valora en 400 pesos; María de la Rosa Reyes vendió, 120 pesos de posesión a José Escalona; Juan Ignacio Aguilera vendió a Juan de la Cruz, 148 pesos 8 reales de posesión valorados en 310 pesos; José de Escalona vendió 50 pesos de posesión que sumaban, 40 pesos que adquiriera de Pedro de Zayas y 10 a Gregorio de los Reyes, a José Plácido Fernández y este último, vendía a Miguel Calderón, 100 pesos de tierra. En 1758, Juan Esteban de Peña, le vendió a Miguel Cardet, 47 pesos de posesión, 40 los había recibido de su suegro Juan de los Reyes, y los 7 restantes de su madre. En 1759, Juana Ricardo de la Torre, esposa de Pedro Batista, declaró ser una de las poseedoras del Hato e Isabel Vázquez Batista, vendió a su hijo Juan Ricardo, 76 pesos de tierra. En 1760, los hermanos Luis y Diego Batista Ricardo, vendieron a Miguel Calderón 113 pesos de posesión que obtuvieron de su madre Juana Ricardo y de lo comprado a su hermano Andrés. En 1761, Luis Batista y sus hermanas, Isabel Francisca y Juana, le vendieron 220 pesos de posesión y ganado en valor de 53 pesos y 4 reales a Juan de la Cruz. En 1762, Manuel Ricardo le vendió a su hermano Juan, 500 pesos de posesión. En 1763, al testar, Gabriela del Corral, ya viuda de José Plácido Fernández una posesión que incluía un Ingenio valorada en 2 823 pesos. En 1764 - 65, los poseedores reconocidos del hato lo era en el asiento principal: Miguel Calderón con 550 pesos de posesión, 80 reses vacunas, 50 cerdos y una utilidad anual de 50 pesos, Gabriela Corral con 150 pesos de posesión y 30 pesos de utilidad anual, Francisco de la Cruz con 100 reses vacunas y 30 cerdos, Juan de la Cruz con 500 pesos de posesión y 30 pesos de utilidad anual, Manuel de la Cruz, con 25 pesos de posesión, Gerónimo Moreno con 480 pesos de posesión, 30 reses vacunas, 25 cerdos y 30 pesos de utilidad anual, posesión gravada por un censo de capellanía en beneficio del cura Santiago Escalante, Fructuoso Peña, con 400 pesos de posesión y 60 pesos de utilidad anual, Juan de los Reyes, con 63 pesos de posesión, 30 reses vacunas, 30 cerdos y 20 pesos de utilidad anual, Gregorio de los Reyes, con 25 cerdos, Juan Zaldívar con 300 pesos de posesión, mientras en Sao Arriba, Pedro Agustín Ferrás poseía 65 pesos de posesión y 20 de utilidad anual, Antonio Parada, 10 reses vacunas y 40 cerdos, Juan Pupo, 130 pesos de posesión y 30 pesos de utilidad, Rafael Pupo, 50 reses vacunas y 80 cerdos y Félix Ricardo, 420 pesos de posesión, 10 reses vacunas y 20 cerdos. En 1765, Antonio Blanco y su mujer, Juana Ricardo, le vendieron a Juan Pupo, 105 pesos de posesión que Ana heredara de sus padres y Juan, al año siguiente, vendió 100 de los comprados, a Juan Antonio Batista, que a su vez, compró a Manuel Ricardo., hermano de Juana, otros 106 pesos de posesión. En 1768, Inés de Peña, viuda de Félix Ricardo, oficializó que su marido antes de fallecer la había vendido a su yerno Rafael Pupo, 100 pesos de posesión en el paraje de Sao Arriba, también Gerónimo Moreno, a través de su hijo José, le vendió a José Joaquín de Vidaburú, 100 de los 500 pesos de posesión de que disponían en el Hato. En 1769, José Joaquín de Vidaburú y su esposa, Ana Romero, permutaron los 100 pesos de tierra comprados a los Moreno, por la misma cantidad de posesión, hasta entonces ocupada por el matrimonio Antonio Blanco y Ana Ricardo, en el Corral Guayabal del Hato de Holguín. En 1770, Juan Ricardo le arrendó a Miguel Pupo, 300 pesos de posesión en Corralito, con 30 reses vacunas y 38 cerdos, por 8 años, por el pago de 100 pesos anuales. En 1771, al testar Miguel Calderón (parece era hijo natural porque a pesar de informar el apellido paterno: Rodríguez, se firmaba con el de la madre), declaró ser oriundo de Utrera, Andalucía, estando casado con Francisca Losada y poseyendo 400 pesos de posesión en el Hato, con 25 reses vacunas y 13 cerdos. En 1772, Eduardo Ricardo, albacea de Patricio Ricardo e Isabel Vásquez, sus abuelos ya difuntos, le vendió a Gregorio de los Ríos, 100 pesos de posesión. En 1774, Ana Ricardo le vendió a Juan José de los Reyes, 100 pesos de posesión, en el hato. El 4 de mayo de 1775 el paraje y hato tenía 6 sitios posesiones de: Diego de la Cruz, Manuel de los Reyes, Agustín Alvarado, Gregorio de los Reyes, Leonardo de los Reyes, Melchor de la Torre y Toribio Fernández En 1776, Gerónimo Moreno les vendió a Diego de la Cruz, Manuel Gregorio y Leonardo de los Reyes, Toribio Fernández y Agustín de Alvarado, 300 pesos de posesión en el hato. En 1777, Lorenzo Aguilar, declaró poseer en el paraje de Almirante, 2 reses vacunas, 35 cerdos y 1 equino, Agustín Alvarado, 36reses vacunas, 25 cerdos y 4 equinos, Bernardo Batista, 30 reses vacunas, y 7 equinos, Juan A. Batista, 4 vacunos, 92 cerdos, 2 equinos y 8 burros, Juan de la Cruz, 54 reses vacunas, 30 cerdos y 4 equinos, Cristóbal de la Torre Hecheverría, 2 reses vacunas y 1 equino, Toribio Fernández, 4 reses vacunas, 20 cerdos, 1 cabrío y 1 equino, Francisco Antonio Hernández, 1 res vacuna, 3 cerdos, 1 cabrío y 1 equino, Fructuoso Peña, 10 reses vacunas, 23 cerdos y 4 equinos, Ignacio de Peña, 14 reses vacunas, 30 cerdos y 2 equinos, Miguel Pupo, 6 reses vacunas, 11 cerdos, 2 ovejas y 3 equinos, Rafael Pupo, 22 reses vacunas, 50 cerdos y 7 equinos, Gregorio de los Reyes, 25 reses vacunas, 40 cerdos y 6 equinos, Miguel Ricardo, 6 reses vacunas y 2 equinos, Juan Ricardo, 38 reses vacunas, 4 cerdos y 6 equinos, José Antonio de la Torre, 7 reses vacunas, 19 cerdos y 2 equinos y, Miguel A. Zaldívar, 5 reses vacunas, 6 cerdos, 1 oveja, 5 cabríos. En 1780, Antonio José Hernández vendió, a Pedro Pérez, 25 pesos de posesión en el Corral de Almirante y paraje de Sao Arriba y, Matías Fernández, al fallecimiento de su hermano, Pedro, en beneficio de sus sobrinos menores: Francisco, María, Rosario y José, estableció un censo de capellanía de 68 pesos, sobre los 200 pesos de posesión que poseía en el hato. En 1784, el hato de Almirante, poseían un sitio; al repartirse la cuota para la pesa para el abasto de la ciudad de Holguín, se señalaron como poseedores, en la hacienda a Lorenzo de la Cruz y Gregorio de los Reyes. En 1786, José Bruzón y Agustina del Corral, impusieron cada uno sobre su posesión en Almirante, un censo de 100 pesos. En 1807, Buenaventura de los Reyes le vendió a Juan Gregorio de Peña, 12 pesos de posesión; al testar Diego Batista Ricardo, reconoció poseer 200 pesos de posesión en el hato, con 30 cerdos y 4 equinos. En 1816, al testar Nicolás Fernández de Leyva, declaró entre otras posesiones, poseer el sitio La Soledad, en Almirante. En 1819, Pedro Marrero vendió dos sitios, uno a Miguel de la Cruz y otro a Ana de la Cruz, equivalentes a 125 pesos de posesión en 350 pesos y, ¿Eduardo? Ricardo, le vendió 100 pesos a Luis Ricardo. En 1825, Rafael de la Cruz, el vendió a José Santos, 30 pesos y 4 reales de posesión y Miguel de la Cruz le vendió, 130 pesos de posesión a José Hilario Fernández. En 1834, José A. Suárez de León al testar declaró un sitio de 125 pesos de posesión, con dos yuntas de bueyes, en el paraje Corralito; Juan Claro le vendió a José Marrero, 18 pesos de posesión; José Toribio de Leyva, permutó con Miguel Gómez, un sitiecito de 65 pesos de posesión en el paraje de Corralito, por otros 50, en Almirante. En 1840, Miguel A. Rodríguez le vendió a José A. Borrego un sitio de 25 pesos de posesión, en 200 pesos; María del Rosario Nápoles, esposa de José de Leyva, le vendió a María de la Caridad Rojas, 50 pesos de posesión en 50 pesos. 

Véase: Diego de Ávila y Delmonte. Memoria sobre el origen del hato de San Isidoro de Holguín, p. 70. Esteban Pichardo. Diccionario provincial caso razonado de vozes y frases cubanas, p. 50. AHP. Protocolos Notariales. Escribanía de Lorenzo Castellanos. Año 1753, ff. 49, 56, Año 1754, f. 1. Año 1757, ff. 4, 6v, 21, 70 – 71, 82v, 84. Año 1758, f. 32v. Año 1759, f. 108v. Año 1760. f. 38. Año 1761, f. 74. Año 1762, f. 45v. Año 1763, f. 106. Año 1765, f. 84v. Año 1766, f. 99, 100. Año 1768, ff. 6, 72v. Año 1769, f. 41. Año 1770, f. 50v. Año 1771, f. 44v. Año 1772, ff. 94v, 108. Año 1774, f. 88. Año 1776, f. 109v. Año 1777, f. 127. Año 1780, f. 21v. Escribanía de Salvador de Fuentes. Año 1786, ff. 169 a 172. Año 1807, f. 32v. Año 1816, f. 32v. Año 1819, f95. Escribanía de Andrés Antonio Rodríguez. Año 1789, f. 240. Año 1807, f. 77. Año 1819, f. 74v. Escribanía Manuel de J. Rodríguez. Año 1825, ff. 25 y 33. Escribanía de Joaquín Almaguer. Año 1831, f. 168v. Escribanía de Manuel de Aguilera. Año 1834, f. 100v. Escribanía de Rodríguez y Aguilera. Año 1834, ff. 17, 165. Escribanía de Miguel de Aguilera. Año 1834, ff. 63v, 109v, Año 1843, ff. 52v, 177v, 125. Fondo Tenencia y Ayuntamiento. Legajo 63, Expediente 1926, ff. 52v – 55v. ANC. Fondo Intendencia General de Hacienda, Legajo 388, Número 41. Fondo Correspondencia de los Capitanes Generales, Legajo 17, Número 7. ANC. Fondo Gobierno General, Legajo 490, Número 25132; Legajo 489, Número 25118. Fondo Realengos. Legajo 76, Número 13.

Algodones



Algodones.  Corral. Denunciado como realengo por el indio Blas Mora, natural de Jiguaní, en el año 1738. Para Esteban Pichardo la denominación de la toponimia ¨ Algodones ¨ se origina por el lugar donde existen muchas plantas de algodón
     
    Al fallecimiento de Blas, el proceso legal de su reconocimiento fue continuado por el canónigo de Merced Juan José de Arredondo. En 1753 a la muerte del sacerdote y renuncia de sus albaceas pasó en Lucas Victoriano de Fuentes y sus hijos Lucas, Miguel y Norberto los que en 1773 la traspasaron a Antonio del Carrillo y Armas y de este, en criterio del historiador Don Diego de Ávila,  al Factor de Tabacos de Mayarí Luis Echeverría y Elguezúa. No obstante este criterio, en la documentación consultada hay información para matizar tal opinión. En el padrón de fincas del año 1775 se declaró a Algodones, dentro del partido de Cacocum, posesión de Victoriano Hoberto y en una relación de fincas del año 1784, aparece poseída por Francisco Javier Sánchez, con 2 sitios. En 1843 el marqués de Peñalver era el propietario de la hacienda de Algodones y Algodoncito, la que arrendó a la viuda Juana de Mesa Vivar.

Véase: Diego de Ávila y Delmonte. Memoria sobre el origen del Hato de San Isidoro de Holguín, pp. 102 – 103. Esteban Pichardo. Diccionario provincial caso razonado de vozes y frases cubanas, pp. 47 – 48. ANC. Fondo Gobierno General. Legajo 490, Número 25132; Legajo 489, Número 25118 AHP. Fondo Tenencia y Ayuntamiento. Legajo 63, Expediente 1926, ff.  52v – 55v. Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Fuentes. Año 1843, f. 134.

Los Alfonsos

Alfonsos, Los. Paraje geográfico compartido por los hatos de San Andrés y la hacienda de Los Alfonsos. Su origen pudo nacer del apellido de alguna familia que lo habitó entre 1735 y 1750, suposición cronológica que basamos en el hecho de que el mencionado apellido no aparece registrado en el Padrón de familias holguineras de 1735, elaborado por José Antunez y Zapata. 

Véase. AGI. Santo Domingo. Legajo 497 (AA).

Los Alfonsos


Alfonsos, Los. Hato perteneciente a los terrenos de Propios del Cabildo de Holguín. Fue denunciado por Miguel Calderón y Rodríguez el 20 de abril de 1753 y tasada su renta por el Cabildo en 300 pesos. Tenía como linderos: del camino de Las Salinas donde se junta con El Vedado, derecho al este en el río Guabasiabo, donde hay una cruz en una palma real en la boca de un arroyo y de ahí por el río de Guabasiabo abajo hasta su boca que se junta con el río Amasabo y por este arriba hasta el paso real del camino de La Salinas y por todo el camino al sur de dicho Vedado. El 4 de mayo de 1756 Calderón le propuso al Cabildo permutar el valor de la posesión por una de sus casas para uso del consistorio que no tenía para entonces una casa digna donde sesionar, petición que no fue aceptada. Fue finalmente redimida de Propios el 2 de junio de 1841, cargándosele su censo una casa propiedad del entonces poseedor José Rosalía de Ávila y González de Rivera. La Hacienda Comunera mantuvo una pobre vida económica a lo largo del siglo XIX. En 1846 Candelario Hernández Escalona al testar había declarado poseer 4 pesos 6 reales de posesión y que los tenía arrendados por nueve años a José A. Garmendía. Los límites de la hacienda eran para entonces: al norte, Los Saos, al sur, San Andrés, al este, Calderón y al oeste san Cristóbal. En el año 1852 cuando María Matea Escobar, de la herencia recibida de su padre, le vendió a José Garmendía, de los 28 pesos 2 reales de posesión que controlaba, cuatro, valorados en 150 pesos.
 
Véase: Diego de Ávila y Delmonte. Memoria sobre el origen del Hato de San Isidoro de Holguín, pp. 116 – 117. AHP. Fondo Tenencia de Gobierno y Ayuntamiento. Legajo 63. Expediente 1919, ff. 11 – 13v. Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Pedro Rodríguez Batista. Año 1846, f. 113. Escribanía de Benjamín de Zayas. Año 1852. f. 95v.

Los Alfonsos


Alfonsos, Los.  Sitio de crianza dentro del Hato de San Andrés. Fomentado posiblemente hacia los mediados del siglo XVIII y posterior hacienda en el siglo XIX. Los testamentos de  1770 y 1773 de Gerónima Fonseca, viuda de Esteban Rondón y Varela, la muestran  como la principal poseedora del Hato de San Andrés y del paraje de Los Alfonsos. En 1765, al testar Gerónima Fonseca, viuda, le donó a su bisnieto Manuel, hijo de Julián Garcés y su nieta, ya difunta Ángela Márquez, 400 pesos de posesión, de ellos 300 en el paraje de Los Alfonsos, de inmediato, y los otros 100 a su fallecimiento. En 1767, Manuel le vendió las posesiones donadas a Miguel Calderón. En 1768, Gerónima Fonseca, le vendió a Francisco Pérez, 300 pesos de posesión en el paraje; en  1769,  ella le había vendido en el lugar 200 pesos de posesión a Miguel Calderón; en 1772 otro poseedor en el área, Francisco Pérez de la Vega le transfirió 200 pesos de posesión al cura Antonio Aldana; El 4 de mayo de 1775, los poseedores declarados eran: Santiago Pérez, el viudo Francisco Pérez,  y Manuel Batista; en nuevo testamento Gerónima reconoció que su primer matrimonio con José ¿Lecubre? fue anulado y era viuda de Esteban Rondón, informando haberle vendido a Francisco Pérez, 300 pesos de posesión en Los Alfonsos; Basilio de Peña, apoderado de Gerónima le vendió a Francisco Pérez de la Vega, 400 pesos de posesión y a Miguel de Escalona, otros 200 en Los Alfonsos. En 1776 Gerónima le cedió 400 pesos de posesión a Manuel Batista y Manuel Calderón, otro de los poseedores, le vendió 80 pesos de posesión a Juan Rondón; Gerónima Fonseca le traspasó a Manuel Batista, 400 pesos de posesión, mientras Manuel Antonio Calderón le cedió a Juan Rondón, 80 pesos de posesión. En 1783, Manuel Calderón Losada, le donó al cura Cristóbal Rodríguez 220 pesos de posesión en el paraje de Los Alfonsos, y en ellos un asiento con 20 reses vacunas, todo valorada en 400 pesos. En 1784, el corral tenía un solo sitio. En 1786 Miguel Sánchez declaró tener posesiones en el lugar; Basilio de Peña, apoderado de Gerónima le vendió a Francisco Pérez de la Vega, 400 pesos de posesión en Los Alfonsos.

Véase: AHP. PN. Escribanía de Lorenzo Castellanos. Año 1768, f. 16v. Año 1769, f. 24v, 1772, f. 83, Año 1775, ff. 3v, 17, 18. 1776, f. 24v, 104. Escribanía de Salvador de Fuentes. 1783, f. 47. 1786, f. XX.  ANC. Fondo Gobierno General, Legajo 490, Número 25132; Legajo 489, Número 25118.
 

Hato de Alcalá

Alcalá. Hato. Sitio de crianza y asiento principal del Hato y Corral de San Diego de Alcalá. Véase: San Diego de Alcalá.

Hato de Aguarás

Aguarás. Hato. Sitios: El Naranjo, El Rosario, La Soledad, San José, San Martín, Ojo de Agua. Su nombre es posible proviniera del Río Aguarás, afluente del Chaparra que atraviesa la zona

    Existe cierta confusión en la relación histórica entre los hatos de Aguarás y Santa Bárbara. Es posible que Aguarás fuera un sitio de crianza que formó parte inicial del Hato de Santa Bárbara del Viriviví, perteneciente a la potentada familia bayamesa Silva, a fines del siglo XVII. No es claro si en la primera mitad del siglo XVIII, el asiento principal del hato se trasladó al sitio de Aguarás, definiéndose como Hato de Aguarás y Corral de Santa Bárbara, o si Aguarás se abrió como un nuevo hato en realengos, paralelamente, porque desde la primera documentación conservada (1764 - 65) se le denomina siempre Hato de Aguarás, y nunca se le asocia a Santa Bárbara. En 1764 el Regidor Alcalde Mayor Provincial Diego de Ávila y de la Torre, acusó al ex Teniente a Gobernador José Antonio de Silva y Ramírez de Arellano, de prejuicios sobre su persona durante su mandato. Como resultado del juicio se le ordenó a Silva pagase a Diego una compensación monetaria, a partir de la subasta de sus tierras en la Jurisdicción, mas la implementación de la sentencia se alargó hasta los inicios del siglo XIX. En 1765, en el  hato José Antonio de Silva poseía más de 1 300 pesos de posesión, 350 reses vacunas, 50 cerdos y rendía 100 pesos anuales, teniéndolo arrendado a Francisco Castellanos y gravado por dos censos, uno de 350 pesos, en beneficio de López Madrigal y otro, de 700 pesos, en beneficio de la Parroquial Mayor de Bayamo. En 1771, al testar Lorenzo Castellanos de Cisneros, natural de Castilla la Nueva, esposo de Cecilia de Guevara, Escribano del Cabildo de Holguín, declaró poseer en el sitio 11 caballos y ser arrendatario de José Antonio de Silva, con 600 reses por 9 años, pagando 400 pesos al año por su uso y era además poseedor de los corrales de El Rosario y San Agustín, el primero arrendado a Baltasar Jiménez y el segundo a Gabriel García. El 4 de Mayo de 1775, el hato de Aguarás estaba arrendado a Francisco Castellanos de Guevara, con 7 habitantes. En 1777, ya fallecido José Antonio de Silva y Ramírez de Arellano, su hijo Juan de Paula de Silva, reconoció la existencia de un arrendamiento establecido sobre las tierras de Aguarás y sus anexos, en los sitios El Rosario y El Naranjo, entre su padre y Esteban Infante y Lorenzo Castellanos, declaró también poseer 204 reses vacunas, 25 cerdos y 21 equinos. En 1783, en nuevo testamento, Lorenzo, reconoció continuar de arrendatario del hato de Aguarás de la marquesa de Guisa. En 1784, el hato tenía un sitio y 4 habitantes; al repartirse la cuota de la pesa para el abasto de la ciudad de Holguín, se señalaron como poseedores de la hacienda Miguel Gerónimo Escalona, Manuel Batista y Juan Rondón. Según Diego de Ávila y Delmonte, luego de la subasta de las posesiones de José Antonio de Silva y Ramírez de Arellano, en una fecha por él desconocida, el hato de Aguarás pasó a la propiedad del canario Manuel González Mirabal; mas en nuestra opinión, vista la documentación hoy conservada, la primera mención que conocemos de Manuel González,  esposo de María de la Torre Hechavarría, es del año 1786, cuando estos establecieron un censo de capellanía de 100 pesos sobre su posesión de Aguarás, para un futuro Convento en Holguín; valorando además, que en el reparto del abasto de ganados a la ciudad de Holguín del año 1784, se menciona otros poseedores en Aguarás; pero nunca a Manuel. De estos datos podemos sustentar la hipótesis que la referida subasta se realizó después de 1784 y es entonces, cuando el asiento principal o parte de este, pasó a Manuel González, En 1798, al testar Cecilia de Guevara del Prado, viuda de Lorenzo Castellanos, declaró que la tierra arrendada por ellos en la hacienda de Aguarás, a la marquesa de Guisa, estaba administrada por su hijo Francisco Castellanos; de los réditos habían pagado 100 y debían 200 pesos. En 1822, Maximino González le vendió 33 pesos de posesión a Esteban González.

Véase. Diego de Ávila y Delmonte. Memoria sobre el origen del hato de San Isidoro de Holguín. P. 98. AHP. Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Lorenzo Castellanos. Año. 1771, f. 28v. Año 1777, f. 62v. Escribanía de Salvador de Fuentes. Año 1783, f. 21v. Año 1786, ff. 169 – 172. Año 1798, f. 2v. Año 1822, f 43. Fondo Tenencia y Ayuntamiento. Legajo 63, Expediente 1926, ff.  52v – 55v.  ANC. Fondo Correspondencia de los Capitanes Generales. Legajo 17, Número7. Fondo Gobierno General. Legajo 490, Número 25132. Fondo Realengos. Legajo 76, Número 13.
 

Aguarás y Malagueta

Aguarás y Malagueta. Terreno realengo nacido en 1767 en el hato de Aguarás producto a las mediciones realizadas por el subdelegado de Realengos. En 1770 contendían sobre el mismo José Antonio de Silva y Ramírez de Arellano e Isidoro Álvarez. El 4 de mayo de 1775, el poseedor lo era Diego Clemente Riverón, atendido por el mayoral Francisco de Vargas. 

Véase: ANC, Fondo Realengos. Legajo 97. Número 167. Fondo Miscelánea de Libros, Número 12449, f. 320. Fondo Gobierno General, Legajo 490, Número 25132. 

La Aguada del Yarey


Aguada del Yarey, La. Sitio de crianza dentro de la hacienda de La Cuaba que suponemos surgido en los inicios del siglo XIX. Aguada del Yarey es denominación compuesta referida a una aguada y a la presencia de Yareyes, definidas por Esteban Pichardo como una especie de Palma silvestre, abundante y útil, de tronco delgado y bajo, las hojas de las pencas cerradas. En 1840 Francisco Aguilera Ricardo le vendió en el lugar 104 pesos de posesión a José Sacramento González. Parece que este sitio tuvo una corta vida o se congeló su fomento ganadero porque en el muestreo documental realizado hasta 1867 no se le menciona más. 
 
Véase: Esteban Pichardo. Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas, pp. 621 – 622.//AHP. Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Miguel de Aguilera y Antonio de Fuentes. Año 1840, f. 84v.

El Aguacate



Aguacate, El. Sitio de crianza dentro del Hato de Uñas que suponemos surgido a mediados del Siglo XVIII. Su denominación para Esteban Pichardo proviene de una voz india, referida  aun árbol común y apreciado por su fruto del mismo nombre. Crece a la altura de más de 10 varas y su fruto se desarrolla entre junio y noviembre. 

Al sitio se le menciona por primera vez en la declaratoria testamental de Francisco López Delmonte Campos del año 1764, esposo en primeras nupcias con Teresa de la Torre y en segundas con Juana Gertrudis de Almaguer, reconociendo poseer 200 pesos de posesión en el paraje de Aguacates, con 4 reses vacunas y 22 cerdos. Poco después, en 1769 Juana de G. Almaguer le vendió en el sitio 200 pesos de posesión a Juan Infante. Este sitio estaba gravado por un censo de capellanía de 92 pesos y 4 reales; Juana Gertrudis de Almaguer, le vendió a Juan Infante, 200 pesos de posesión en el Corral de Aguacate, que obtuvo de su fallecido marido. En 1777, José A. Almaguer declaró poseer 10 reses vacunas y 2 equinos, Juan Infante, 7 reses vacunas y 5 equinos y, Luis Infante, 7 reses vacunas, 20 cerdos y 4 equinos.  

Véase: Esteban Pichardo. Diccionario provincial casi razonada de frases y vozes cubanas, p. 34. AHP. Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Lorenzo Castellanos. Año 1764, f. 91 y Año 1769, f. 98. ANC. Fondo Gobierno General. Legajo 76, Número 13.

Las Ácanas


Ácanas, Las. Sitio de crianza y luego hacienda, dentro del hato de San Isidoro de Holguín nombrado San José de las Acanas. Su denominación proviene de la naturaleza vegetal, específicamente del árbol ¨ Achras disecta ¨, popularmente Ácana, definido por Esteban Pichardo como un árbol silvestre caracterizado por la solidez de su madera incorruptible y tronco largo, florece en mayo y su fruto es idéntico al Níspero o Zapote, aunque más pequeño. 
    
    La primera información documental conservada refiere la compra en el lugar por el cura Cristóbal Rodríguez, a Jacinto Roque del Castillo, de 10 pesos de posesión en el año 1759, en 60 pesos. En 1765, Miguel Calderón en los 800 pesos de posesión que poseía en el paraje, dedicó 406 pesos y 7 reales a una capellanía. El 4 de mayo de 1775, el cura Cristóbal tenía el hato al cuidado del mayoral Teodoro Rodríguez, esclavo. En 1777, el cura Cristóbal declaró 150 reses vacunas, 10 cerdos y 6 equinos. En 1784 el poseedor del sitio lo era Juan Meneses. Por estos datos no parece tuviera el lugar una rica vida socio económica en esa segunda mitad del siglo XVIII. En 1852 Juan Carbonell le vendió allí, 200 pesos de posesión a José Santos Durán de San Miguel, dando como linderos al norte, Guajabales, al sur, sabana de esta ciudad de Holguín, este, Jesús María y oeste, la Guanábana. 

Véase: Pichardo, Esteban. Diccionario casi razonado de vozes y frases cubanas, p. 30. Jacobo de la Pezuela. Diccionario geográfico, estadístico e histórico de la Isla de Cuba. Tomo I, p. 42. AHP: Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Lorenzo Castellanos. Año 1759, f. 86. Año 1765, f. 60. Escribanía de Antonio de Fuentes. Año 1852, f. 110v. Fondo Tenencia y Ayuntamiento. Legajo 63, Expediente 1926, ff. 52v – 55v. ANC. Fondo Gobierno General, Legajo 490, Número 25132. Fondo Realengos, Legajo 76, Número 15.

Introducción


La historia de la propiedad agro ganadera es un capítulo esencial de la tradición social holguinera y uno de los basamentos finales de la lucha de clases y del decursar  político e ideológico local; no obstante es hasta el momento un tema poco trabajado y mal conocido.
El objetivo de este esfuerzo es concentrar toda la información que conocemos sobre el tema, particularmente de archivos, facilitando el trabajo de búsqueda y la provocación para que otros interesados en la historia, se motiven y continúen el esfuerzo para en el futuro, poseer un cuerpo informativo y analítico capaz de contribuir a la explicación  del proceso hacendario desplegado bajo la forma de las haciendas Comuneras. Ha sido fundamental el trabajo con un grupo de importantes textos que han complementado o esclarecido informaciones sobre el acontecer de las posesiones, desde los clásicos historiográficos locales señalados por Diego de Ávila y Delmonte, Herminio Leyva y José Agustín García Castañeda, acompañados de diferentes autores sobre temas referidos directa o indirectamente al problema en el país, como Jacobo de la Pezuela, Esteban Pichardo, Benito Celorio, Julio Le Riverend, Violeta  Serrano y Arturo Sorhegui.
Merece una mención especial don Diego de Ávila y Delmonte. Este historiador, autor del primer libro de historia publicado en la Ciudad en 1865, caracterizado por el intento de describir la historia local entre el siglo XVI y los mediados del siglo XIX, dentro de su concepción positivista posee el significado especial de ser el iniciador de una tendencia intuitiva a reflejar la sociedad vinculada a las relaciones de propiedad y así, la posesión de la tierra es protagonista esencial de su esfuerzo. Desde este punto de vista la historia y la sociología locales, se asentaron en un terreno más sólido, creando las condiciones ideo teórica para el desarrollo posterior de otras tendencias, algunas deudas pero críticas, en particular en la segunda mitad del siglo XX, divididas entre el positivismo desplegado por el Dr. José Agustín García Castañeda y la historia social de inspiración marxista – leninista, tendencia esta crecida sobre todo después de 1968.
Sin don Diego de Ávila, mucha de la información sobre la posesión agro ganadera se hubiera perdido sobre los siglos XVI y XVII, salvándonos de un bache irrecuperable.
La metodología expositiva ha respondido a los requerimientos de una obra de este tipo. En cada caso se confeccionó una ficha resumida, entrada por la definición de la denominación utilizada en la época, acompañándola de la aclaración de las posibles razones de la misma, su ubicación, el acomodamiento cronológico de la información histórica acumulada y el señalamiento de la bibliografía donde se le puede localizar.
De la información recogida es importante aclarar que la referida a los años 1752 – 1777 recoge el 100% de lo conservado en los Protocolos Notariales atesorados en el Archivo Histórico Provincial, mientras que del período  1778 – 1840, se tomó una muestra de un año cada tres, es decir del 34% de los años de esa etapa. En total se trabajó el 53,40% de los años del segmento 1752 - 1840, para recopilar 1 286 informaciones primarias, de ellas el 33,04% entre 1752 – 1777, y el 66,95% entre 1778 – 1840. Dentro de este Archivo se revisó además el Fondo Tenencia y Ayuntamiento, muy rico para la etapa colonial, que atesora entre otros documentos, las Actas del Cabildo.
En el Archivo Nacional de Cuba existen importantes documentos para el tema, localizados en los Fondos Realengos, Intendencia General de Hacienda, Correspondencia de los Capitanes Generales y Gobierno General, destacadamente padrones de haciendas o parajes de los años 1764, 1765, 1775, 1777 y 1784, etc., así como pleitos y denuncia de tierras.
Los criterios para cerrar el diccionario en 1840 partieron de dos aspectos primordiales: a) la valoración de que es en la década de 1840 cuando la economía capitalista, dentro de los moldes esclavistas patriarcales, consolida nuevos aires en la localidad antes de empantanarse en sus finales; b) la complicación adicional de que en 1841 se abre una notaria en Gibara, la primera fuera de la ciudad y el universo de escrituras se crece notablemente.
En un futuro tal vez esta obra pueda continuarse, enriqueciéndose con otras fuentes, recibiendo rectificaciones y precisando sus entradas. He disfrutado mucho haciendo este trabajo, dedicado en particular a los que cuando ven una organización diacrónica de la información, saltan alegres por haber descubierto un seguidor trasnochado de Augusto Comte, porque en mi fuero interno siempre bulle Federico Engels cuando definió: ¨ nuestra concepción de la historia, es sobre todo, una guía para el estudio y no una palanca para levantar construcciones a la manera del hegelianismo. Hay que estudiar de nuevo toda la historia, investigar en detalle las condiciones de vida de las diversas formaciones sociales…(1)  
Confiamos finalmente que el presente material abrirá nuevas vías a la investigación y al debate, en este tan importante campo de la historia local.
El Autor.



[1] Engels, Federico. Carta a Conrado Schmidt del 5 de agosto de 1890. En: Marx, C. y F. Engels. Obras Escogidas (en tres tomos). Editorial Progreso, Moscú, 1974. Tomo III, p. 511.

14 de octubre de 2010

Apellidos en Holguín - Censo 1735


En el Censo de Holguín de febrero de 1735 aparecen 112 casas censadas y 83 esclavos.
Los apellidos de ese primer Censo son:

A- de Acosta, de Aguilar, de Aguilera, de Aldana, de Almaguer, Álvarez, Alverros, de Argote, de Argüello, de Aristy, Arias, de Ayala, de Ávila


B- Báez, de Bangas, Batista, Bayona, Bermúdez de Castro, Borrero, Brenes


C- Cabrera, Calcetas, Candelario, Castellón, de Céspedes, del Corral, de la Cruz,


D- Díaz, Diéguez, Domínguez, Durán


Ch- Chavarría


E- de Enríquez, de Escalante, de Escalona, de Escobar, Estacio, de Estrada


F- de Flores


G- Galindo, Gallardo, Garcés o Garced, García, Gómez, de Góngora, Gónzález,González de Rivera, Guerrero, Guillén, Gutiérrez, Guzmán


H- Hernández, Hidalgo, Hurtado de Mendoza


I- Ingenio


L- de Lagos, Leandro, de Leiva o Leyva, de León, López, de Lugo


Ll- Llas


M- Manacaibo, Márquez, Marrero, Martín, Melo, Milanés, Montero, Morales, Moreno, de Moya


N- Núñez


O- Osorio


P- Pacheco, Paneque, de la Parra, Paxam [ ? ], de Peña, Pérez, de Puebla, Pupo


Q- de Quesada


R- Rabeli o Raveli, Ramírez, Ramos, Reynaldo, de los Reyes, Ricana [es un error, se trata de Ricardo], Ricardo, Riquenes, de Rivas, de la Rocha, Rodríguez, Romano, Romero, Rondón, de Rojas, Roque, de la Rosa, de Rosas


S- Sablón, Sánchez, Santiago, Santiesteban, de los Santos, Serrano


T- Toledano, de la Torre


Y- Yrula o Yruta


V- Vázquez, de la Vega, Velázquez


Z- de Zaldívar, Zambrano

24 de septiembre de 2010

Joaquín Navarro Palomares (Documentos)



Carta enviada a Joaquín Navarro Palomares


La Habana 27 de mayo de 1939
Sr. Joaquín Navarro Palomares.
Director de La Defensa, de Antilla.

Mi querido homónimo, amigo y compañero de la prensa.

Muy grata ha sido para mí la visita que usted me ha hecho, en compañía de nuestro querido Miguel J. Rodríguez, al llegar de su amada villa de Antilla a esta capital. Así me prueba usted la sinceridad de su afecto, nacido entre ambos cuando nos conocimos en la casa del histórico “Cubano Libre”, en Santiago de Cuba, en aquellos lejanos días en que parecía mejor la vida en nuestro país y en el mundo entero, y en que yo enfrentaba, con todo fervor de mi espíritu en aras de nuestra patria y de aquel glorioso periódico fundado por Céspedes y Maceo.
Enterado de su propósito de publicar en una edición especial de su periódico, una historia de Antilla le aplaudo y felicito con tal motivo. Eso es obra de patriotismo y difusión cultural, digna de premios por parte de cuantos sepan apreciarla.
Veo que es usted infatigable en sus labores y que sabe siempre aprovechar el tiempo en beneficio y honor del país.

Se reitera de usted cordial amigo y colega.
Joaquín Navarro. (Dudazcal)     



Documento histórico del ayuntamiento de Banes, Oriente.
Banes abril 15 de 1940.


Sr. Joaquín Navarro Palomares.
Director de La Defensa, Antilla.

Mi cordial amigo y compañero.
Tengo el honor de enviarte copia del Acuerdo del Ayuntamiento de Banes en la sesión celebrada el 16 de junio de 1918, porque dice mucho en loor de este pueblo banense que defendió con tesón los anhelos de constituirse en Ayuntamiento del hermano pueblo de Antilla, y que le puede dar cabida como documento histórico en la Historia de Nipe, Antilla, Oriente que tan acercadamente viene confeccionando.

Tuyo aftmo y muy fraternalmente.

Pedro Cabrera Triana


Sección extraudinaria de 26 de junio de 1918.

Concejales asistentes,-Ernesto Dumois, Presidente, Juan R. Angles, Enrique Alemany, Juan C. Campañá, Sixto Díaz, Gaspar Ibarra, Benigno Llanos, Miguel del Prado, Vicente Pérez y Juan Roca, Secretario.

Acuerdo 7.-Los Concejales Dumois y Campañá, en distintos tipos de vista sometieron a la consideración de la Cámara Municipal, la siguientes proposición .Conocidas las aspiraciones de los habitantes de la vecina población de Antilla de constituirse en Municipio, sería desembrándolo de la parte que a este municipio corresponde y también teniendo en cuenta que en no lejana época, nuestra aspiraciones de constituirnos en municipio propio, se vieron realizadas , es de nobles empeños coadyuvar a toda obra que tienda a elevarse y engrandecerse , es deber nuestro demostrar nuestra simpatía y nuestra ayuda moral y material, laborando porque sea una realidad la Constitución del Municipio de Antilla y por tanto debemos acordar que este municipio apoye las gestiones que a ese efecto se hacen, cediendo la parte del territorio que este municipio haga componer al de Antilla, así como nuestra decidida cooperación, haciendo llegar hacia las Altas Esferas del Gobierno este deseo unánime del Municipio de Banes.

La Corporación Municipal unánimemente acuerda aceptar y gestionar en todos sentidos por la Constitución del Municipio de Antilla.

23 de septiembre de 2010

Gibara, una mirada marina y costera






Gibara vista desde la costa




El parque eólico Gibara II, de tecnología china y con una capacidad de generación de 4,5 MW, construido en Punta Rasa, en el municipio holguinero de Gibara.



Estatua de Camilo Cienfuegos, Gibara


Viejísimo cadáveres de barcos que quedaron en la costa


A la búsqueda de las gaviotas eternas que pueblan Gibara. (Fotos de Juan pablo Carreras)




Y los pelícanos también


Eran los pelícanos y las gaviotas lo que el fotografo buscaba, pero las Auras tiñosas se mostraron: una quieta, pensativa, meditabunda, las otras en plena trifulca:


21 de septiembre de 2010

Taberna Pancho


Existen tres platos que solamente en Holguín se pueden comer, esos son: la Jaibita Rellena de Gibara y los Chicharrones de Ramoncito y la Bufifarra Rellena de la Taberna Pancho.



La Butifarra Paneque, es un plato creado por el cheff Leopoldo González Paneque es el plato que distingue a la Taberna Pancho, de la ciudad de Holguín. Tratase de un embutido hecho a base de carne de cerdo, lomo ahumado, subproductos de carne de res y salsa, todo eso en una sola pieza. Se pone a cocinar y terminado se deja refrescar y se divide en cinco partes para macerarla un tiempo antes de embutir la masa, que luego se vuelve a cocinar a 120 grados, se saca y para consumirla se le agregan cintas de queso y se decora con lechuga y ruedas de tomate.



Leopoldo González Paneque narra a todo el que se lo pregunta que él le cocinó a Fidel Castro un ajiaco y que eso fue lo que comió el Presidente Cubano el día que inauguró el Instituto Pre-Universitario Vocacional de Ciencias Exactas José Martí de Holguín. (Leer más)



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