Por Arquimedes Paz Pérez y José Novoa Beatncourt
Para
continuar la historia del enfrentamiento entre Melchor Verdugo y García Holguín
hay que regresar en el tiempo al instante en que inician las Guerras Civiles en
el Perú.
En el
enfrentamiento entre Pizarro y Almagro, Melchor Verdugo fue pizarrista. Y después
llegó Vaca de Castro nombrado por la
Corona juez comisionado y gobernador del Perú y concluyó el
enfrentamiento entre seguidores de uno u otro bando.
Le sigue
cronológicamente la llegada del primer Virrey Blasco Núñez Vela quien amparado
por las Leyes Nuevas quitó posesiones a los encomenderos; estos se sublevaron y
capitaneados por el hermano menor de Pizarro, Gonzalo Pizarro presentaron un
proyecto de separación de la corona.
Los
seguidores de Gonzalo Pizarro causaron desmanes y saqueos de todo tipo en Perú
y también en Panamá y Nicaragua. Sin embargo, Melchor Verdugo y García Holguín,
que eran encomenderos perjudicados, apoyaron a Gonzalo Pizarro. Pero
posteriormente Verdugo se alió con el Virrey y los encomenderos rebeldes fueron
por él, lo apresaron y le exigieron explicaciones convincentes para no ser
ejecutado.
Al final
los seguidores de Gonzalo Pizarro le perdonaron la vida a Verdugo pero este,
para no tener que tomar partido en las acciones rebeldes, se refugió en
Trujillo y se fingió enfermo.
Precisamente
en ese momento es cuando Verdugo ideó una estratagema para salir de Trujillo
con armas y dinero y proclamar nuevamente su lealtad al rey[1].
Esto fue lo que hizo: con el supuesto de su supuesta enfermedad logró atraer
hasta su casa a varios de los vecinos principales de Trujillo, entre ellos a
García Holguín, y una vez dentro, los encerró, los tomó como rehenes, los acusó
de deslealtad al Rey y les exigió dinero como rescate que él, aseguró,
entregaría como contribución a la causa real.
A la vez y
con los rehenes a buen resguardo, Verdugo arengó a la población y logró captar
adeptos que se sumaron a la revuelta e, incluso, saquearon algunas casas.
Cuando los
prisioneros hubieron pagado por su libertad, Verdugo y sus secuaces los
llevaron hasta la playa y confiscaron el barco nombrado Santiago, que se
hallaba fondeado. “Seguidamente ordenó que los soltaran a todos menos a García
Holguín y a Cristóbal Angulo, a los que hizo subir al barco y se los llevó
consigo”[2].
Según Duthurburu “parece la causa de que Verdugo no liberara a estos dos
personajes es que García Holguín no quiso pagar su rescate y Angulo no tuvo con
qué”. Siguiendo al mismo autor los sucesos ocurrieron el 31 de octubre de
1544*, día de San Quintín[3].
Verdugo
navegó hacia Nicaragua donde sus hombres causaron todo tipo de desórdenes[4];
después, atravesando el Lago de Nicaragua salieron por su desaguadero al Mar
Caribe, en arriesgada travesía.
La
documentación hasta ahora revisada no aporta información sobre cuál fue el
destino de García Holguín durante o después de la travesía con Verdugo hasta el
Mar del Norte, como se le llamada entonces al Océano Atlántico. La próxima
referencia sobre el personaje es de 1547 cuando algunos documentos señalan su
presencia en Trujillo nuevamente[5].
*Se subraya esta fecha porque resulta relevante en
cuanto al cotejo de fechas y hechos registrados por la historiografía
tradicional de la región de Holguín, Cuba. Esa dice que García Holguín estaba
en este lugar en abril de 1545 y que en esa fecha reabrió su hacienda,
dedicándola ahora a la cría de hatos de reses y caballos.
[1] Busto Duthurburu, José Antonio del. “Dos
personajes de a conquista del Perú”. Lima: Editorial Universitaria, 1969 y
“García Holguín”. “Diccionario histórico-biográfico de los conquistadores del
Perú”, Arica, Lima, 1973
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
[4] Lockhart, James. “El mundo hispanoperuano
1532-1560”.
México: Fondo de Cultura Económica, 1982.
[5] Pérez de Tudela Bueso, Juan. Editor.
“Documentos relativos a don Pedro de la Gasca y a Gonzalo Pizarro”. Vol, I. Archivo
Documental Español. Madrid: Real Academia de la Historia, 1964.
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