En plena
etapa del gobernador Vaca de Castro estalló el conflicto entre García Holguín y
Melchor Verdugo (que antes hemos esbozado).
El
gobernador, en cumplimiento de las ordenanzas recibidas de Carlos V para
reformar las encomiendas, decidió en 1543 dividir la perteneciente a Verdugo,
considerando que dicho repartimiento poseía un número excesivo de indios
tributarios[1]:
siete “guarangas”*.
De las
siete guarangas que le habían pertenecido a Verdugo, tres se entregaron a
Hernando de Alvarado. A la muerte de este pasaron a Diego de Urbina y
posteriormente a García Holguín. Verdugo, no satisfecho con la decisión inició
un largo litigio contra García Holguín con el objeto de recuperar lo perdido**.
*Siguiendo el sistema e organización Inca, una
guaranga era igual a siete pachacas y una pachaca igual a cien familias.
**En los Archivos de Indias en Sevilla aparece
abundante documentación sobre el proceso, que es accesible a través de
Internet.
[1] Sánchez Zorrilla, Manuel. “La encomienda
de Cajamarca: apuntes para su historia”. Repositorio. Monografías.com, octubre
de 2015.
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