Ante las elecciones de
1948, el lider ortodoxo Eduardo Chibás enfrentó una sostenida polémica con sus
seguidores, oponiéndose como se oponía a los pactos o coaliciones, porque, para
él, el partido no aspiraba, “simplemente, a la eliminación del grausismo, sino
que se proyecta hacia la conquista del Poder, de todo el poder para el Partido
del Pueblo, con el fin de realizar las reformas fundamentales que la Nación demanda; para eso le
es indispensable el mantenimiento de la línea de independencia política”[1].
Pero sus compañeros
ortodoxos pactistas, quizás menos idealistas sobre las fuerzas reales del
partido, consideraban que era necesario la formación de un frente con otros
partidos para triunfar sobre las huestes Grausistas auténticas, dueños como
eran aquellos de una mejor maquinaria electoral afianzadora del triunfo, amén que
los Auténticos eran el partido en el Poder, lo que les aseguraba dirigir la
situación para mantenerla a su favor si las condiciones lo exigían. Raúl
Lorenzo desde el periódico El Mundo apoyó la “actitud de Millo Ochoa al
combatir la postura de Chibás, Bisbé, García Bárcena y otros [antipactistas]
que planean el aislamiento del Partido”[2].
Los pactistas vencieron en
la Asamblea Nacional
ortodoxa y crearon la coalición que se llamó Tercer Frente, pero esta fue
efímera debido a la oposición de la Asamblea Demócrata
de Las Villas, que no estuvo de acuerdo con la unión de su partido con los
ortodoxos y, también, debido al voto en contra de la Asamblea Ortodoxa
de La Habana.
Con el voto ortodoxo
habanero en contra y basados en el Código Electoral del Partido, donde se
acordó que si una Asamblea Provincial votaba contra cualquier coalición, la
misma no debía efectuarse, el Tercer Frente se deshizo, aunque no del todo,
porque el mismo Código Electoral ortodoxo dejaba a otras instancias del partido
para actuar con criterios pactistas: eran estos la posibilidad de los
candidatos a senadores a celebrar pactos para lograr sus objetivos. (Los
senadores ortodoxos pactaron con los liberales por postulaciones senatoriales).
También las estructuras provinciales estaban libres para formar pactos.
Roto el Tercer Frente y
decididos los ortodoxos a presentar una candidatura independiente, solo Chibás
y su fuerza ética era quien tenía posibilidades de conseguir votos, y eso lo
sabía muy bien el Ejecutivo Nacional del Partido. Chibás lo sabía también, no
obstante, el 29 de marzo de 1948 le escribe una carta al Presidente de los
ortodoxos, Millo Ochoa, en la que reconoce entre ellos a posibles candidatos a
la presidencia, entre ellos el mismo Millo, a Bisbé, a Aureliano Álvarez, a
Agustín Cruz, a José Manuel Gutiérrez, pero, dice Chibás a Millo, el Partido
Ortodoxo nació enarbolando “mi nombre como candidato presidencial” y por eso
Chibás se autopropone porque “en estos momentos difíciles para nuestro Partido
y para Cuba, creo mi deber mostrarme dispuesto a aceptar sin reservas la
responsabilidad de dirigir la próxima campaña como su candidato presidencial”[3].
Roberto Agramonte |
Nadie podía dudar de lo
que decía Chibás en su carta a Millo, pero aún así se desató una fuerte puja dentro
de los ortodoxos, donde algún que otro personaje tenía altas aspiraciones. Pero
finalmente fue mayoritario el criterio de aceptar a Chibás como candidato a la
presidencia, porque era el único que podría conseguir los votos para que el
Partido llegara a la Presidencia. Y
para que lo acompañara como candidato a la vicepresidencia: Roberto Agramonte Pichardo.
El 5 de abril de 1948
Millo Ochoa, en carácter de Presidente del Comité de la Asamblea Nacional
del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), escribe a ambos candidatos sendas
cartas en las que informa la decisión definitiva. Lástima que los debates que
se iniciaron con la aceptación o no de coaliciones, hasta la decisión final de
Chibás y Agramonte como candidatos independientes (sin el apoyo de nadie más
fuera del propio Partido), demoraron más de lo aconsejable. Cuando se inició la
campaña electoral Ortodoxa, los candidatos contrarios ya llevaban varios meses
de divulgación de sus programas y de ajuste de sus mecanismos electorales.
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