Síntesis hecha por César Hidalgo Torres con datos tomados de La Virgen Cubana en Nipe y Barajagua
Autores: Angela C. Peña Obregón
Roberto Valcárcel Rojas
Miguel Angel Urbina Herrán Periódico de Banes da cuenta del hallazgo de García Castañeda en Barajagua |
El sitio arqueológico Barajagua, también conocido como La Güira de Barajagua o Loma del Cementerio de Barajagua, fue descubierto y reportado por el historiador y arqueólogo holguinero José Agustín García Castañeda (Pepito) en la década del treinta del siglo XX, mientras intentaba ubicar la aldea visitada por Velázquez en 1513, al pasar por la provincia india de Barajagua.
Posteriormente el lugar ha
sido trabajado por otros arqueólogos, entre ellos García Castañeda y García
Valdés en 1942, por el Departamento de Antropología de la Academia de Ciencias de
Cuba, bajo la dirección del arqueólogo Rodolfo Payarés, y por el grupo García
Feria de Holguín, encabezado por Hiram Pérez Concepción, entre otros.
La última excavación en
Barajagua data de 1982 y fue ejecutada por el Departamento Centro Oriental de
Arqueología de la Academia
de Ciencias de Cuba en Holguín. La dirección fue de el Dr. José Manuel Guarch
del Monte, quien sugirió posteriormente que el lugar podía ser el punto del
hato de Barajagua al que fue llevada la Virgen tras su hallazgo en la Bahía de Nipe (Guarch del
Monte, 2006), opinión coincidente con una tradición largamente sostenida por
los pobladores del cercano poblado de igual nombre.
Los contexto arqueológicos
se ubican en la cima de la elevación localizada en el borde sureste del poblado
de Barajagua, desde la que se observa la llanura costera inmediata a la Bahía de Nipe. Esta altura
se conecta con otras que se extienden al este, formando un pequeño conjunto que
destaca en medio de un paisaje predominantemente llano.
Alturas de Barajagua |
Las pruebas de que en la cima de esa elevación estuvo ubicada una aldea aborigen están en más de 20 montículos conformados en su mayoría por la acumulación de restos de basura (huesos de animales, conchas, fragmentos de cerámica indígena, carbón, cenizas, etc), generados por el uso del lugar como un asentamiento humano (aldea).
Aparentemente, por la
abundancia de dichos restos, el sitio funcionó como poblado durante un largo
tiempo.
En algunos de los
montículos se hallaron restos humanos, en un caso con el cráneo deformado, lo
que indica que ese ser era de origen indígena, en opinión de García Castañeda
(1942).
Durante las
investigaciones de García Castañeda y García Valdés se encontró una herradura
para caballo y piezas pequeñas de hierro (Irving Rouse, 1942).
En la década de 1940 Núñez
Jiménez también localizó allí, mezclados con objetos indígenas, una azada, un
clavo de gran tamaño y un objeto de hierro de función desconocida.
En las excavaciones del Departamento Centro Oriental de Arqueología se obtuvieron algunos fragmentos de botijuelas, mayólica tipo Columbia Simple y restos de cerdos en los estratos más cercanos a la superficie, donde, también, aparecieron evidencias indígenas. En los niveles más profundos se encontraron unos muy pocos objetos aborígenes y ninguna evidencia europea.
Según el Dr. José Manuel
Guarch, a él le dijeron García Castañeda y Payarés que el sitio estaba dividido
en dos zonas y que en cada una de ellas apareció gran cantidad de restos. En
una, la ubicada al oeste solamente aparecieron objetos aborígenes, y la otra,
al este, donde aparecían objetos aborígenes y españoles. Y dijo García
Castañeda a Guarch que en la zona donde solamente aparecían objetos aborígenes
hubo puntos que alcanzaron hasta dos metros de espesor, lo que indica que esa
parte fue habitada por muchos años, siglos tal vez. Por cierto, en la parte con
objetos aborígenes solamente, encontraron una muestra de carbón a una
profundidad de 1.25
metros. El fechado de dicha muestra estableció una
antigüedad de 590 años antes del presente, lo que lo sitúa entre los años 1258
y 1466 después de Cristo. Tal datación, obviamente, demuestra la presencia
aborigen en Barajagua anterior a la llegada de los europeos, por lo que es
lógico que en esa zona no aparezca material hispano.
Con tal prueba de
antigüedad para el sitio, los arqueólogos necesitaban saber hasta qué fecha la
aldea aborigen de Barajagua estuvo habitada. Para esos hicieron el fechado de
una muestra de hueso recolectado en niveles casi superficiales, que es donde
debió asentarse los restos más jóvenes. Dicho fechado dice que ese hueso estaba
allí desde 1505 a
1545 después de Cristo, por lo tanto la aldea aborigen encontrada en la Loma del Cementerio de
Barajagua existía en momentos de la conquista.
¿Vivieron españoles junto
a los indios en la aldea de Barajagua?. Parece que sí y parece, además, que
después de la llegada de los españoles a la zona, variaron las formas
tradicionales de vida de los aborígenes. Se dice lo anterior porque en el área
arqueológica donde aparecieron objetos hispanos también aparecieron un número
excesivo de burenes, que era donde los aborígenes fabricaban en casabe. Tantos
burenes indica que hubo un aumento en la producción; aumento, seguramente,
generado por la presión de los conquistadores para alimentar a una población
mayor que la habitual, integrada por indios encomendados, quizás indios
esclavos, africanos, criollos nacidos de la mezcla de razas y españoles.
En los fondos del
Instituto Cubano de Antropología, en La Habana, se encuentran los materiales excavados
bajo la dirección de Payarés. Estos fueron revisados por Roberto Valcárcel
Rojas, quien dijo haber visto fragmentos de metal ferroso, parte de un posible
cuchillo, metal no ferroso (posiblemente latón), Mayólica Columbia Simple, que
es una cerámica con influencia morisca, restos de botijuelas vidriadas de su
tipo temprano y huesos de cerdo. Estos objetos apuntan a una ocupación de la
primera mitad del siglo XVI (1500), lo que es muy común en los sitios del
nororiente cubano.
También se valoraron
piezas arqueológicas de la Colección García
Feria, propiedad de la colección del Museo Provincial de Historia de Holguín.
Esas piezas están registradas como provenientes de Barajagua, pero ciertamente
se desconoce si son del área del sitio arqueológico, cómo fueron obtenidas y si
se hallaron relacionadas con material indígena. Esas dichas piezas incluyen
parte del borde de una orza (tinaja) vidriada, relativamente grande, quizás de
más de 50 centímetros
de diámetro, y también fragmentos de Mayólica Columbia Simple, de botijuelas
con vidriado interior parecida a la que se fabricaba entre 1560 y 1800,
cerámica ordinaria no vidriada y botellas de gres vidriado con barniz. Estas
piezas cubren un rango temporal que va del siglo XVI al XIX.
La otra Barajagua o Barajagua II
A kilómetro y medio del
lugar donde apareció el primer sitio arqueológico de Barajagua, apareció otro
en 1989. Barajagua II también está ubicada dentro del mismo conjunto de alturas
que Barajagua I.
En el nuevo sitio sus
descubridores, expertos del Departamento Centro Oriental de Arqueología
encontraron fragmentos de mayólica de los siglos XV y XVI en
superficie y mezcla de abundante material colonial e indígena a diversas
profundidades.
Asimismo la investigación
localizó en la parte noroeste del residuario una zona sin material hispano que
pudiera constituir el original asentamiento indígena.
Este residuario, según
indican las características de los restos materiales indígenas, debió ser
tardío, o sea, que es un asentamiento mucho más joven que Barajagua I. Dado la
relativa delgadez de las deposiciones,
(poca profundidad), no se excluye que este sea una aldea creada a partir de un
desprendimiento poblacional del poblado situado en la loma del cementerio.
¿Cómo fue la relación de los aborígenes de
Barajagua con los españoles conquistadores y colonizadores?
Un pueblo antiguo. Ilustración tomada de: Manual de la Isla de Cuba, de José García Arboleya, 1850 |
La evidencia arqueológica
disponible deja ver que el de Barajagua fue un espacio indígena de antes de la
llegada española que subsistió a la conquista y colonización durante la primera
mitad del siglo XVI (1500-1550).
Allí convivieron e
interactuaron indígenas y europeos, quizás en pueblos ubicados en varios
lugares del conjunto de alturas. Pero las evidencias arqueológicas disponibles
aún no permiten caracterizar la relación que entre ellos pudo darse. Tampoco se
puede determinar si esa relación se extendió más allá de mediados del siglo
XVI, no obstante, eso es posible como indican otros sitios similares.
¿Qué fue del destino
posterior de los indios?. No es posible decirlo. Pudo pasar que los hispanos
reordenaran el espacio pero no hay pruebas para asegurarlo y tampoco hay elementos suficientes para saber si los europeos
reorganizaron la vida de los indios en función de actividades nuevas para ellos
pero necesarias al fin colonizador de los conquistadores. Tampoco es posible
decir si los cambios se produjeron por el accionar religioso cristiano.
Lo cierto es que entre El
Cobre y Nipe no ha aparecido ningún otro sitio donde se demuestre que hubo
convivencia de aborígenes y españoles. Aunque es justo saber que las
investigaciones arqueológicas en ese perímetro no han sido muy prolíficas.
Posiblemente, en un tiempo posterior al primer período de tiempo, durante el
que se produjo la conquista, los indios fueron trasladados al pueblo indio de
El Caney.
No hay comentarios:
Publicar un comentario