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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

10 de junio de 2010

Holguín, una fundación tardía realizada por criollos (El Pueblo)



En la segunda mitad del siglo XVII, en las Tierras Altas del Norte de Bayamo o Tierras Altas de Maniabón, se presenta una lenta pero sostenida colonización, incrementada en el XVIII, con predominio de la inmigración criolla; a la vez que se manifiesta tímidamente la inmigración hispánica y no es notoria la inmigración forzada africana.

El poblado de San Isidoro de Holguín constituido oficialmente en el 4 de abril de 1720, tenía en 1726 unas sesenta casas que debieron aposentar unas 300 personas [García Castañeda, José A. La Municipalidad Holguinera, p. 51]. Es de destacar que reunía las principales familias hateras.

Cuando se crea la jurisdicción en 1752, de acuerdo con informes suministrados por el historiador Diego de Ávila y Del Monte, la población era de 1 426 personas; de ellas 135 esclavos, lo que representa un 9,47% de las almas que poblaban la villa [Ávila y del Monte, Diego de. Memorias del hato de San Isidoro de Holguín, p. 34].

Holguín, grabado antiguo

Según el obispo Pedro A. Morell de Santa Cruz, en 1756, Holguín albergaba un total de 1 751 habitantes [García del Pino, César. Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, p. 87]. El censo de 1774 le atribuye a esta jurisdicción una población de 2 446 [Comité Estatal de Estadística: El Primer Censo de Población de Cuba Colonial, La Habana , 1990, p. 41], mientras que en 1792 residían 5 837 personas, con un incremento en dieciocho años de 3 391 habitantes [García Castañeda, José A. La Municipalidad Holguinera, p. 203]. La esclavitud no fue la causa fundamental de este crecimiento poblacional, pues nunca superó en el siglo XVIII el 10 %.
 
Los vecinos de Bayamo tuvieron un rol protagónico en dicho proceso; aunque con el paso del tiempo, la nueva aristocracia hatera empezó a desarrollar intereses propios. El informe de la visita eclesiástica realizada por el obispo Morell de Santa Cruz, confirma la raíz bayamesa del holguinero: “(...) siete de junio (1756) después de caminadas sesenta y quatro leguas arrivé a la Ciudad de Holguín. Esta debe sus principios a algunos Vezinos del Bayamo, que tenian sus Haziendas en aquel Partido (...)” [César García del Pino, César. Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, p. 85.].
 
Los documentos del siglo XVIII, clasifican los habitantes de la Isla en blancos españoles, libres de color, esclavos y extranjeros. Esta situación presente en los censos de la época impide conocer el por ciento de criollos, pues se encuentran confundidos entre las cifras de blancos españoles, libres de color y esclavos.
 
En búsqueda de una solución al complicado problema del origen étnico de la población holguinera en el siglo XVIII, se procedió a analizar los testamentos, porque señalan el lugar de nacimiento del testador, e incluso de sus padres. Como es lógico, los testadores eran propietarios, pertenecientes en su mayoría a la población blanca; esto obligó a encontrar otras soluciones para los clasificados como “de color”. Los propios testamentos, que recogían a los esclavos entre los bienes del testador y señalaban casi siempre si eran criollos o africanos, también muchas veces la etnia del africano, contribuyeron a la solución del problema.
 
Otra vía fueron las ventas de esclavos, que contemplaban con frecuencia si el vendido era criollo o africano; de ser criollo, si era mulato o negro, y en el caso de los africanos, muchas veces, el origen étnico. La posibilidad de conocer la composición étnica de los libres “de color” fue menor. Solo se contó con una vía: las cartas de horros o cartas de libertad, que indican el porcentaje de criollos que obtenían la libertad.
 
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