LO ÚLTIMO

La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

24 de agosto de 2021

Los indios de Holguin en los libros bautismales de los siglos XIII y XIX

Dr. José Vega Suñol 

Centro de Estudios sobre Cultura e Identidad, Universidad de Holguín.


La clásica opinión de la extinción de los aborígenes de Cuba al concluir el siglo XV es hoy muy difícil de sostener pues varias evidencias documentales la desmienten. 

En este artículo se revisan las escrituras eclesiásticas de los archivos parroquiales de la ciudad de Holguín, exactamente los libros de bautismos de las iglesias San Isidoro (creada en 1713) y San José (creada en 1819). Ellos son la evidencia documental más consistente de la sobrevivencia aborigen en Holguín. 

En San Isidoro, que es donde se conservan los manuscritos más antiguos de la ciudad y de toda la región nororiental, desde el principio se diferencian los libros de bautismos de blancos de los libros de bautismo de Indios, Pardos y Morenos. Ese acto es la primera prueba que andamos buscando: si no hubieran quedado indios al fundarse la parroquia, no habría razones para diferenciar los libros de anotaciones.

E igual hay libros para anotar el nacimiento de indios, pardos y morenos en la parroquia auxiliar de San José, desde su creación en 1819 hasta 1856. 

En total en ambas parroquias se bautizaron 297 niños cuyos padres, (los dos o uno de ellos), declaran el calificativo étnico de indio. 

Más, para entender claramente la información que aportaran esos archivos, antes hay que detenerse en el Padrón de Fincas de 1775 en Holguín. En él aparecen los distintos tipos de matrimonios vigentes en los años anteriores al dicho año, que eran, si contamos bien, seis variantes: entre blancos, entre blanco e india, entre blanca e indio, entre indios, entre indio y negra y entre india y negro.

Siguiendo el mismo documento, en el año 1775 se produjeron en Holguín 222 matrimonios. De ellos fueron 

entre blancos 184; 

entre hombre blanco y mujer india 9 (caracterizándose estos por ser mujeres más jóvenes que sus maridos); 

entre hombre indio y mujer blanca 2 (tratándose en este caso de dos indios dueños de algún tipo de propiedad, lo que los ubica en un estatus social más solvente); 

entre indios se produjeron 11 matrimonios (lo cual supone la conservación de la endogamia entre miembros del mismo origen étnico); entre pardos 10; 

entre blancos y pardos: 3 (específicamente de mujeres blancas con hombres pardos);

 y matrimonios entre indios y pardos 3. 

Por tanto es lógico considerar que en la jurisdicción nacían niños de todos los colores y que era el cura párroco que hacia la inscripción el que debía ubicar a cada quien en el grupo humano que más visible fuera, aunque también podía ocurrir que fuera por declaración expresa de los padres.

Veamos a continuación al menos cuatro actas de bautismos y el comentario que nos provoca:

Siete de marzo de 1787.

No. 896

José Isidoro, hijo legítimo del indio Santiago Escalona y la parda libre residente en Holguín, Manuela del Castillo.

Sacerdote: Manuel Calderín.

Como se ha leído, se trata de un matrimonio entre indio con parda libre, que era un enlace común entre sujetos situados dentro de la red social marginal y proveedora de una descendencia criolla mestiza.

Veintidós de enero de 1792.

No. 562

María Micaela de nueve días de nacida, hija natural (o sea, sin padre) de María Guadalupe Sánchez, india del Caney.

Sacerdote: Francisco Rodríguez.


Domingo nueve de junio de 1805.

No. 243

José Fernando, de ocho días de nacido, hijo de Lucía Crespo, india natural de Baracoa.

Sacerdote: Juan Calderín.

En estas dos partidas bautismales solamente se notifica el origen de la madre, una india del Caney y la otra de Baracoa, lo que significa que la no presencia o invisibilidad del padre puede estar dado por un intercambio furtivo entre gente con diferencias sociales, o lo que es igual, que el niño era fruto de relaciones ilegitimas (y se sabe que la moral de época era reacia a estar publicando esos “pecados”, pero se practicó mucho y muchas veces, generando una cuota importante de población mestiza). 

Mayo seis de 1812

No. 507

Juana Teresa de Jesús, hija legítima de León Mendoza y Micaela Medina, indios naturales de Jiguaní.

Sacerdote: Manuel Calderín. 

Esta partida muestra un caso cuyos padres se declaran indios naturales de Jiguaní y es la constatación de una práctica endogámica de ese grupo étnico en el siglo XIX. Aunque ciertamente hay descartar la posibilidad de estar frente a un par de indios en el sentido estricto de término. A la altura del XIX, (y también desde antes, en el XVIII, por ejemplo), la clasificación de indio no pasa de ser un registro epidérmico y convencional a partir de la deducción visual del cura párroco que endilga tal definición por el color de la piel sin contemplar las múltiples mutaciones que para entonces ya han tenido lugar en esa comunidad, mil veces mezclada con otras etnias. (Por tanto más inteligente habría sido considerarlos en otra entidad étnica en proceso de formación, la de los criollos mestizos).

También la filiación de indios pudo venir de la declaración de los padres, quienes al llamarse a sí mismos “indios” estaban diferenciándose conscientemente del grupo de los pardos y morenos, situados estos segundos en la parte inferior de la escala social. 

En el siguiente comentario ofreceremos información de la procedencia o el origen territorial de los padres de los niños bautizados en Holguín entre 1713 y 1819.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LO MAS POPULAR DE LA ALDEA