Gibara[1]solamente fue un lejano paraje perteneciente a la costa norte de Bayamo hasta
que a mediados del XVIII los vecinos de aquella, segunda Villa fundada en Cuba,
montaron en carretas tiradas por bueyes y fueron a poblar este litoral, creando
haciendas, sitios de labranzas e insignificantes caseríos. Alrededor de 1720 fundaron la población de
San Isidoro de Holguín, a unos 32 kilómetros de la costa.
En 1752 autorizan a Holguín a
tener Ayuntamiento. Este tuvo jurisdicción sobre la bahía de Gibara y sus
alrededores. Lenta pero constantemente fue creciendo la población, lo que puede
verse en la tabla siguiente.
Año
|
Cantidad de
hab
|
1774
|
2,440
|
1792
|
5,837
|
1817
|
15,393
|
1823
|
16,351
|
1827
|
17,729
|
Como puede leerse en 53 años la
población se septuplicó, por lo que surgen nuevas necesidades y una acumulación
de productos que reclaman las bodegas de los mercantes. Inicialmente los
vecinos comerciaron con corsarios y piratas que arrimaban a las costas: Las
carretas llevaban hasta una playa sin nombre cueros y tabacos que se trocaban por
herramientas, telas, lozas y diversos productos europeos. Pero un comercio tan
irregular y peligroso obligó a los vecinos a pensar en un puerto.
Leer además: Marinería de cabotaje en Cuba en el siglo XIX
Al parecer fue en 1783 cuando se
realiza la primera gestión, pero no lo consiguieron. En 1805 la reiteran y otra
vez en 1813[2].
La valoración de una de estas
solicitudes, realizada en 1806 por un funcionario eclesiástico es reveladora de la necesidad
del puerto:
“(...)
que la gracia de habilitación es muy conveniente pues en 1710 era Holguín un
hato donde se estableció parroquia y siendo así que en los últimos 30 años
corridos, sin más tráfico que el doméstico, y sin más favores ni auxilios que
los de su clima, ha crecido la población hasta más de 16 000 almas, por lo que
es de creer que con el tráfico exterior
a que dicha población aspira se fomentará en acelerada proporción (...)[3]”
No fue hasta la tercera década
del siglo XIX que la idea de habilitar un puerto en la costa norte se pudo
materializar.
Cuando en 1816 se hizo cargo del
mando de la Jurisdicción
de Holguín, el Gobernador don Francisco de Zayas y Armijo comprendió la
situación desventajosa del territorio que gobernaba. Era su cabecera una ciudad mediterránea y si
bien se había desarrollado el comercio de contrabando este ya no satisfacía el
desarrollo de la economía local; por lo que emprendió la construcción de un
puerto.
Con el pretexto de enfrentar la
amenaza de los corsarios insurgentes[4]
que llegaban desde las nuevas Repúblicas americanas, el 16 de enero de 1817,
Zayas comenzó la construcción de una batería que nombró Fernando VII. La
concluyó el 2 de junio de 1818. El camino para que Gibara tuviera puerto estaba
desbrozado.
Pero como casi todo durante la
colonia, el proceso de
habilitación fue lento. El 23 de diciembre de 1821
las Cortes españolas aprobaron la tan esperada autorización, el 31 de ese mes
el Rey rubricó el documento, que no
llego a Holguín hasta el 7 de julio de 1822. El 11 de julio, con
repique de campanas y redobles de tambor en la ciudad de Holguín, se hizo
efectiva la apertura del puerto de Gibara al comercio con barcos de todas las
banderas y naciones[5].
Lógicamente,
el comercio se incrementó incesantemente como se ve a continuación:
Año
|
$
|
1827
|
72,340
|
1837
|
260,290
|
1847
|
638,687
|
1858
|
666,040
|
Las
estadísticas informan que durante el cuatrienio 1861-1864 se importaron
mercancías por un valor de 593,564 pesos y
se exportaron 3,913,158 pesos.
Por
otro lado en los 32 años que van desde 1827 a 1858, visitaron la bahía de Gibara un total de 1,526 barcos
lo que significa un promedio de 47.6 por año o lo que es igual, casi cuatro por
mes. De ellos estaban clasificados como nacionales 998, que significan un
promedio de 31.1 por año y como
extranjeros 528; 16.5 por año.
[1] Según el historiador de esa localidad,
Herminio Leyva, el nombre de Gibara procede de la palabra Jibá que era el que
se le daba popularmente a un arbusto que crece en las márgenes de los ríos
Cacoyugüín y Gibara, (ambos desaguan en la bahía). Pero según el escritor y periodista, también de ese poblado, Armando Leyva el nombre proviene de la
palabra “Guibara” que era empleada por los aborígenes para denominar al uvero o
uva caleta, arbusto muy abundante en sus costas.
En
documentos y mapas a la bahía se le llamó desde muy antiguo “Xivara”, “Jivara” y “Givara” y hasta el año
1856 se llamó al poblado que creció a su vera: “Punta de Yarey” unas veces y
otras “Yarey de Gibara”. Es en ese año antes referido cuando, oficialmente, bahía
y pueblo se nombraron GIBARA. No obstante, en numerosos documentos oficiales
posteriores a 1820 y anteriores a 1856 ya aparecía el nombre del poblado como
Gibara.
[2] Desde antes de la habilitación del
puerto la bahía era visitada por buques mercantes. Entre 1757 y 1792 se recoge en datos
oficiales la visita de diecinueve embarcaciones mercantes a la bahía de
Gibara en trajines mercantiles. Mientras entre 1795
y 1807 los mismos datos refieren
el arribo a la bahía unas 40
embarcaciones.
Fuentes:
Protocolos
Notariales de Holguín Archivo Provincial de Holguín
Novoa
Betancourt. José: “Contribución a la historia colonial de Holguín”, Inédito, p
78.
Novoa
Betancourt, José: “Gibara: Embarcaciones y economía en el siglo XVIII en
Holguín”. Inédito.
[3] Archivo Nacional de Cuba. Legajo 74,
Número 2828. Fondo Real Consulado.
[4] La autorización para
construir la batería de Gibara se vio facilitada por el acontecimiento fortuito
de que el buque en el que el nuevo Capitán General de Cuba de dirigía a hacerse
cargo de su puesto fue perseguido por estos corsarios.