Haciendo clic en este enlace podrá acceder a fotografías de las estatuas funerarias del cementerio municipal de Holguín
No es una sola persona sino muchas son las que dicen que en el hoy parque Julio Grave de Peralta o Parque de Las Flores hubo un cementerio, pero eso es incierto, aunque es verdad que se han encontrado restos de seres humanos en él.
En
tiempos que hace mucho ha la antigua iglesia San Isidoro ocupaba el espacio que
ahora es parte del parque. Y cuando se
hizo la remodelación de la iglesia esta fue retirada un poco más atrás (al
espacio que ahora tiene). Es por eso que en el parque se han encontrado restos
humanos, porque los difuntos eran enterrados en la iglesia. En fin, que el
parque de Las Flores nunca fue un cementerio.
El
primer cementerio holguinero fuera de la iglesia San Isidoro estuvo en el hoy
parque Martí, cerca del ferrocarril, pero a los muy pocos años se decidió
cambiar su lugar al que todavía hoy ocupa. Todos los cadáveres que estaban
enterrados en el hoy parque Martí fueron trasladados al cementerio nuevo.
Entonces
los enterramientos se hacían en la tierra, pero en 1847 se comenzaron a
fabricar los nichos abovedados que como un collar de difuntos rodea al
cementerio.
Y
los hicieron. Antes de esa fecha el pórtico y la cerca del frente del cementerio era de madera, luego de la
construcción de los niños abovedados el pórtico y la cerca comenzaron a ser de
mampostería.
Por
cierto, más de una vez los ciclones que entraron a Holguín o las grandes
lluvias que desbordaban el río Jigüe entraban al cementerio dejando fuera de la
tierra a los cadáveres. De ahí la necesidad de la cerca de mampostería y de los
nichos que, dicho sea de paso, solo eran utilizados por las gentes pudientes o
de ringo rango.
Incluso,
gente que en vida fueron adineradas y que habían muerto antes de la fabricación
de los nichos, fueron trasladados desde las sepulturas en tierra a los nichos,
entre ellos: el teniente gobernador don Francisco Uribarri y Pérez del Camino,
que había fallecido en 1835.
Otro
cadáver que fue trasladado desde su tumba de tierra a uno los nicho abovedado
de la pared fue el Presbítero don Salvador Lozada, que había sido el primer
cura párroco de la iglesia San José. Por cierto, solamente hacía unos pocos
meses de su enterramiento en tierra cuando el cadáver fue exhumado y trasladado
al nicho. Dicen las crónicas que fue espeluznante el momento en que se abrió la
tumba de tierra.
Al
principio los nichos abovedados fueron construidos solo en la cerca del frente
del cementerio, pero luego los construyeron en la pared del fondo, solo que
entonces el cementerio municipal holguinero no era del tamaño que luego tuvo (y
tiene). Ese tamaño se lo dio una ampliación que se hizo mucho después. Antes de
la ampliación el fondo estaba donde está la Capilla de la Misericordia o del
Cristo Misericordioso, (después de la ampliación dicha hermosa capillita quedó a
mitad del cementerio). Si usted es curioso, cuando vaya al cementerio compruebe
que allí al lado de la capilla aún quedan fragmentos de la antigua pared de
fondo y en ella algunos nichos abovedados.
Entre ellos hay uno que hizo época en Holguín.
Se
trata del nicho donde fue sepultado el presbítero don José Rafael Fajardo, cura
párroco de Las Tunas.
A
este cura lo sepultaron allí en 1866, esto es, dos años antes del inicio de la
guerra del 68. Y poco después del enterramiento el nicho fue rayado (todavía
hoy se pueden ver las marcas en el mármol), entonces se creyó que el hecho
había sido intencional, por lo que las autoridades españolas abrieron una
amplia investigación que resultó negativa. O sea, que casi sucede en Holguín un
caso parecido al que le costó la vida a los ocho estudiantes de medicina.
Para ver las fotos de ese nicho haga clic aquí
Cerca
del nicho rayado está otroque protege los restos de doña Dolores Reyes de
Barceló, fallecida en 1876 y madre del que en los años de 1920 fuera gobernador
civil de la provincia de Oriente, don José Ramón Barceló Reyes. Por cierto, la
rotonda de la cima de la loma de la cruz holguinera lleva el nombre de Gobernador
Barceló.
Fue
en uno de los nichos, al fondo del cementerio, donde hubo una lápida colocada en el año 1867 con
este epitafio dedicado a un niño:
Ángel, bajaste del cielo
Y muy breve fue tu existir,
Y a tus padres en el suelo
Tristes dejaste al partir...
No
tenemos más información sobre aquel niño muerto. E igual, les informo que este
nicho ya no existe, porque cuando el cementerio fue ampliado se destruyeron
muchos de los nichos que estaban en la pared del fondo.
Haciendo clic en este enlace puede leer: Lo que queda de los muertos, (la historia del cementerio municipal de Holguín).
Después
de 1905 la Sanidad
cubana prohibió los enterramientos en los nichos abovedados, el último
enterramiento hecho en uno de ellos fueron los restos inmortales del coronel
Francisco Frexes Mercadé, el héroe de Soroa.
Francisco
Frexes Mercadé o Panchito Frexes como le decían sus amigos, cayó en Soroa,
Pinar del Río. Frexes era abogado y soldado de la Columna Invasora
que mandaba Maceo. Apenas concluyó la guerra, sus compañeros de armas hicieron
las gestiones para trasladar los restos de Frexes a Holguín. El Gobernador de
Oriente, que entonces era el holguinero don Rafael Manduley apoyó en todo. Sin
embargo los restos del coronel Frexes no estuvieron mucho tiempo en el nicho
donde lo pusieron sus coterráneos para que descansara. Es que no creyendo que
un simple nicho era digno del héroe de Soroa, le construyeron un panteón donde
pusieron una efigie del soldado.