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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

15 de septiembre de 2010

Báguano. (El trayecto comenzó en Holguín)


La carretera es monotona y tranquila (por tranquila es monótona). El paisaje, hermoso y repetido. Y en Camazán la Presa Limoncito...





En El Manguito la carretera se fifurca: a la derecha: Cueto, Mayarí... a l izquierda Banes, Antilla, BAGUANO



Allá, a lo lejos, Báguano. Las reses pastan, la chimenea del ingenio, faro en medio del mar verde. Y el olor a la melaza que se hace azúcar en tiempo de zafra...



La vieja locomotora que por tantos años haló los carros lleno de caña


La iglesia metodista (arriba y abajo)


La prensa habla poco de la plaza (o parque, que es como le decimos los holguineros en nuestra natural propensión a exagerarlo todo). Es el del batey de Báguano uno de los más hermosos de Cuba, pero los periodistas lo piropean poco...



Antilla

Antilla
Municipio más pequeño de la provincia de Holguín y uno de los más pequeños de Cuba, es famoso desde tiempos lejanos por su belleza, leyendas y aspecto original. El territorio posee una extensión superficial de 100.81 km2, conformado por una estrecha franja costera que ocupa la Península El Ramón, que separa la Bahía de Nipe y la Bahía de Banes




Rumbo a Antilla

Paisaje tomado desde la carretera hacia Antilla



Entrada al pueblo de Antilla

Atardecer en Antilla

Viejísimo Club Náutico de Antilla

Playa La Caimana en el interior de la bahía de Nipe
Pescadores en la bahía de Nipe

La bahía

Fotocopia del antiguo Cayo de la Virgen

Antiguo altar a la Virgen en el Cayo de la Virgen (ya desaparecido)

Lo que queda del altar de la Virgen frente a las agua donde fue encontrada la imagen


6 de agosto de 2010

San Germán


Para conocer la historia, cultura, geografía, economía y otros temas relacionados con el municipio Urbano Noris (San Germán), haga clic aquí












5 de agosto de 2010

Historia de doña Victoriana de Avila, la benefactora de Holguín y Gibara


Por: Mireya Durán

A la edad de 24 años la ilustre señorita doña Victoriana de Avila y González de Rivera fue casada con el canario José Romero de Medina y así consta en el libro tercero de matrimonio de blancos, folio 105, de la Iglesia de San Isidoro, escrito de puó y letra del sacristán mayor, presbítero Manuel Calderín quien, además, avisa que el casamiento se produjo el 24 de enero de 1798. El esposo aportó al matrimonio cinco mil pesos.

De la unión no hubo descendientes, pero si una gran comprensión por parte de su marido, que complacía a doña Victoriana en cuanta cosa ella le pedía.

Sobrinos de los que la tía fue madre, tuvo muchos y también doña Victoriana fue madre de tres de sus hermanas que permanecieron solteras siempre y muy apegadas a su hermana mayor. Se llamaban estas: Leona, Juana y Antonia. La última en morir, incluso, después que doña Victoriana, fue Juana que dejó todos sus bienes y los que había heredado de sus otras hermanas a sus 10 sobrinos.

Era el esposo de doña Victoriana, don José Romero, uno de los más entusiastas fundadores de Gibara y poseedor allí de una gran fortuna, por lo que los jóvenes recién casados van a vivir allí donde eran dueños de uno de los muelles donde se hacía la carga y descarga de los efectos que se exportaban o importaban; y, también, poseían almacenes, una tienda de relojería y mercería, y una hacienda en el cercano Arroyo Blanco, con sus casas, corrales, frutos y demás anexos, una vega en la boca de los ríos Gibara y Yabazón con sus casas y labranzas, 33 esclavos entre hembras y varones; una posesión en Candelaria y en este mismo lugar un ingenio con trapiche para moler cañas y fabricar azúcar y aguardiente, casa de purga, 6 yuntas de bueyes, un cafetal con 20 000 matas de café, bestias caballares y mulares y ganado mayor y menor.

En la ciudad de Holguín el matrimonio poseían una casa de tejas y mampostería situada en la calle San Isidoro, frente a la Plaza Real. Y en dicha casa una tienda de mercería (dicha  vivienda es la actual Casa Azul, en el Parque Calixto García).

José Romero fue el primer Juez pedáneo que tuvo Gibara, funciones en las que se mantuvo hasta el año 1823. Por lo que era de su incumbencia atender (y dicen que con mucho celo), las necesidades formuladas por la población del circuito de la bahía y vegas de los ríos Gibara y Yabazón entre 1820 y 1823.

Anteriormente, en 1808, 1812 y 1814 había sido elegido Alcalde Ordinario del Ayuntamiento de Holguín y en 1810 Mayordomo de Fábrica de la Parroquial Mayor; en 1835 fue subdelegado de la Real Hacienda en Gibara.

En 1846 muere Romero y declarado en testamento deja todos sus bienes a Victoriana.


UN MUY BREVE APARTE PARA SABER LA HISTORIA DE LA FAMILIA DE LA JOVEN VIUDA:

Victoriana de Ávila y González de Rivera nació en esta, la ciudad de Holguín, el 22 de marzo de 1774. Era la recien nacidita hija del Regidor y Alcalde Mayor Don Diego Ramón de Ávila y Norata y de Doña Catalina González de Rivera y la Cruz. La bautizaron en la Iglesia Parroquial y fueron sus padrinos Don José Ochoa y Doña Rosalía de Ávila, tía esta por la parte paterna.

Descendiente de una muy poderosa familia, los González de Rivera. (Victoriana era bisnieta del fundador de los González de Rivera en Holguín: Juan Francisco González de Rivera de Obeda y Mancera). Y asimismo era la hija de dos biznietos de García Holguín: Rodrigo de Ávila López de Mejía y Maria del Rosario Batista Bello. Él venía de dona Elvira del Rosario y ella de Juana Antonia. Doña Victoriana de Avila y González de Rivera es parte de la quinta generación de García Holguín.

Por Real cédula del 25 de diciembre de 1756, Diego de Ávila de La Torre, abuelo de Victoriana, ocupó el cargo de Regidor Provincial, función que desempeñó hasta el 2 de noviembre de 1773, fecha en que, por estar enfermo renuncia a favor de su hijo Diego Ramón de Ávila, padre de Victoriana, quien, dicen las viejas crónicas, era persona de buena conducta, habilidad y suficiencia para ocupar dicho oficio. Diego Ramón se desempeñó como regidor hasta 1805, año de su fallecimiento.

En 1807 entró a ocupar el cargo de Regidor y Alcalde Mayor Provincial José Rosalía de Ávila González de Rivera, hermano de doña Victoriana quien, además, ocupó otros cargos en este mismo cuerpo, entre ellos, Secretario Interventor de Ventas Reales en 1806, Secretario de la Junta de Vacuna creada en 1825; de la Diputación Económica en 1830 y la Secretaría de la Junta de Sanidad en 1832. José Rosalía murió en 1860 testando a favor de su hijo su hijo mayor, Don Manuel Maria Guadalupe de Ávila y del Monte, sobrino de Victoriana y hermano del primer historiador holguinero, Diego de Ávila y del Monte. Los redactores de la ALDEA hemos leído el documento que da fe de la toma de posesión de aquel en el oficio de Regidor y Alcalde Mayor Provincial de la Santa Hermandad, fechado el 22 de junio de 1863.


OBRAS DE CARIDAD DE LA VIUDA:

El ayudar a la Iglesia era algo que le venía de herencia de sus antepasados. Su bisabuelo Don Juan González de Rivera construyó la primera ermita que hubo en la comarca en Managuaco en 1692. Más tarde la ermita fue trasladada a Las Cuevas por su bisabuela paterna Maria de las Nieves Leyte Rodríguez. Y fue su abuelo, Diego de Ávila y de la Torre quien ornamentó la primitiva iglesia de San Isidoro de Holguín.

Además de costear su edificación de la iglesia San Fulgencio en Gibara, doña Victoriana se dedicó a su ornamentación, dotó de alhajas sus altares, regaló un criado para el cuidado y aseo del templo y costeaba los gastos de la luz.

Iglesia San Fulgencio, Gibara

Los bienes que poseía el matrimonio, ahora propiedad de la viuda, le permitieron a Victoriana comprar distintas prendas para donarlas a favor de construcciones que servirían a la caridad pública. Entre ellos donó un palio y un guión al Hospital de la Caridad de Holguín, construido con su dinero y primer hospital de la ciudad de Holguín. El palio, dicen, bordado en oro con un costo de dos mil novecientos pesos y treinta y cuatro centavos, el guión con un valor de cinco mil pesos con diecisiete centavos.

Estos objetos fueron rifados en billetes y su resultado líquido fue utilizado en ese centro beneficiario.

Hospital de la Caridad, actualmente Hogar de Ancianos Jesús Menéndez, Holguín

El terreno que fue destinado para la construcción del hospital fue regalado por doña Victoriana. En la actualidad se conserva parte de la edificación original destacándose la fachada y laterales. Radica allí un hogar de ancianos.
En la parte del fondo se erigió una plaza que que llevaba el nombre de Victoriana de Ávila en agradecimiento de la población por los muchos beneficios que prestó esta holguinera a sus coterráneos. (Desde la segunda década del siglo pasado los holguineros nombraron la plaza con el nombre de José Martí).

José Rosalía de Avila, único hermano varón de doña Victoriana, tuvo una destacada participación en la construcción del hospital. Por elección del Ayuntamiento, el 6 de diciembre de 1835 fue comisionado para atender su construcción. José Rosalía era entonces Regidor y Alcalde Mayor Provincial.

El hospital se fue haciendo por partes, primero se hizo el cuerpo principal compuesto de cuarenta varas de largo con sus correspondientes departamentos. El 19 de mayo de 1849 quedó concluido y abrió sus puertas al público con un total de 12 camas disponibles.

La instalación estaba dividida en dos departamentos, uno ocupado por varones y otro por mujeres. Y entre ambos departamentos había un saloncito que servía de capilla. Asimismo tenía habitaciones separadas en la dependencia del hospital y otros dos departamentos más pequeños, de los cuales uno servía de enfermería a los presos de la cárcel y otro para deposito de cadáveres. El cuerpo de guardia estaba al norte y a continuación se localizaba el almacén de ropas y utensilios.

El interés de la familia por esta hermosa y noble tarea de curar a todas aquellas personas que necesitaran de la caridad pública fue continuado por su sobrino Diego Antonio de Ávila y del Monte, quien en 1882, ya fallecida su tía, se dedicó con mucho amor a las tareas de este centro, llegando a ocupar la responsabilidad de director del mismo.


ULTIMOS AÑOS DE LA BENEFACTORA:

Doña Victoriana vivió en condiciones económicas desahogadas, rodeada del cariño que le profesaban su familia, amistades y vecinos. Al morir su esposo quedó al frente de todos sus bienes, los que administró de manera satisfactoria hasta muy avanzada edad. Con 90 años murió la benefactora, el 13 de enero de 1864. Fueron sepultados sus restos en el cementerio de Gibara, junto a los de su esposo, Don José Romero.

2 de agosto de 2010

Así es Gibara



Consideraciones sobre: Así es Gibara, de José Agustín García Castañeda (Pepito)

Primera parte
Segunda parte
Tercera parte
Cuarta parte
Quinta parte
Sexta parte
Séptima parte
Octava parte
Novena parte
Décima parte
Décimo primera parte
Décimo segunda parte
Décimo tercera parte

Caracter criollo de Calixto García



Por: César Hidalgo Torres
cesar@radioangulo.icrt.cu

Al leer diversos textos que del Mayor General Calixto García quedan, descubre el que busca un agusado ingenio, rasgos del carácter criollo del gran estratega. La ALDEA revisa unos pocos escritos de este sabor:

Siendo lugarteniente general en la contienda de 1895 escribe a su amigo, el coronel Francisco Sánchez:

“Querido Pancho: quiero que seas pronto General de División, pues tengo un puesto que te espera. Aprovecha la oportunidad y trata de dar un golpe que te saque del montón. Tú y Mariano me hacen mucha falta que suban, pues estoy viejo y quisiera dejar el pandero en buenas manos”.
Carta a don Tomás Estrada Palma de 1896:

“Si no me manda pronto los proyectiles que le he pedido voy a buscarlos a Nueva Cork y le doy más combate que el que le di la otra vez; y ya me parece que lo veo con las manos en la cabeza diciendo: ¡Que no venga!. Embarque enseguida los proyectiles y si no, voy y lo vuelvo loco. De aquellos 70 hombres que usted conoció, el único que ha tenido la fuerza de voluntad para al cabo de 30 años volver a entrar triunfante en Bayamo he sido yo. Los demás, unos, como usted, “se han quedado de majases en el extranjero” y los otros han cometido la gran tontería de morirse”.
(Cuando habla de los 70 hombres, se refiere a los que entraron en Bayamo en 1868)

22 de octubre de 1897, en los preparativos para el sitio y toma de Guisa, le dice Calixto al general Mario García Menocal:

“Pierda cuidado que si emprendo algo le llamaré para que cargue en Bolondrón como hizo en Tunas, a ver siu se le empareja la otra pata”.
(Menocal llegó a Presidente de la Isla varios años después del final de la guerra)

Al conceder España la Autonomía a Cuba, Calixto lo comenta de la siguiente forma:

“Los soldados se preguntan que es eso de autonomía. Y cuando se les dice que es continuar unidos a España me dicen no lo que Hatuey dicen que dijo, sino esta frase más gráfica: que se vayan los españoles a la mierda".
Calixto refiriéndose a hechos de la guerra del 68

“Habían los cubanos llegado a construir cañones de tronco de madera dura, reforzada con cueros crudos y forrados con alambre. Un día el prefecto que me cuidaba el parque de artillería llega alarmado y me dice: “General, los ratones se están comiendo la artillería”. “Vuélvase usted enseguida al almacén, ordené, y establezca una guardia de gatos”.





1 de agosto de 2010

General Luis de Feria Garayalde (Acta de Defunción)






En la ciudad de Holguín. 10 de la mañana, 2 de mayo de 1913, comparece ante el Sr Rodolfo de Zayas y Ochoa, Juez Municipal de esta ciudad y Víctor M. Álvarez, Secretario, el Sr Ramón Suárez Gorjas, de esta naturaleza y vecindad, casado, mayor de edad y propietario, participando que:

A las 7 ½ de la noche de ayer falleció en calle Morales Lemus No. 55, el señor Luis de Feria Garayalde, a consecuencia de coma como causa directa, siendo la indirecta: Hemorragia cerebral.

Se expide acta de defunción y además de lo expuesto por el declarante se hace constar que el finado era: natural de esta ciudad, de 78 años de edad, casado con la Sra Clementina Rodríguez, de cuyo matrimonio hubo una hija nombrada Luisa. Era hijo de Francisco de Feria y María Vicente Garayalde.


Folio 414-415. Tomo 25 de defunciones. Inscripción 206

General Mariano Torres Mora (Acta de Defunción)




En la ciudad de Holguín, a las 10 y ¼ de la mañana del día 4 de febrero de 1930, ante los señores Doctor César Ortiz, Juez Municipal, y Elías Pavón Tamayo, Secretario Sustituto, compareció Raymundo Castellanos Zayas, natural y vecino de esta ciudad, mayor de edad, Mandatario Judicial, participando que a las tres de la mañana de hoy había fallecido en su domicilio, calle de Frexes esquina a Antonio Cardet, Mariano Torres y Mora, a consecuencia de agotamiento, como causa directa, siendo la indirecta selenitud (sic).

En vista de estas manifestaciones y de la certificación facultativa del doctor Pérez Zorrilla, el Sr Juez dispuso se extendiera la presente acta, haciendo constar en ella que el finado era natural de esta ciudad, de 102 años de edad, casado, pensionado, hijo de Agustín y de Isabel y que ha de ser sepultado en el cementerio de esta ciudad.


Folio 560 No. 547. Tomo 37 de Defunciones, Juzgado Municipal Holguín.



El Convento que jamás tuvo San Francisco en Holguín

Tomado de: “Memorias o apuntes históricos sobre el origen y fundación del Hato de San Isidoro de Holguín”. Segundo tomo. Escrito por Rodolfo Fox y manduley a nombre de la Sra viuda de don Diego de Ávila y del Monte, corregida, rectificada y ampliada por don Francisco Navarro y Parets. Impreso en Holguín, Imprenta La Fraternidad, 1889.


El convento de San Francisco en Holguín, se iba a ubicar en un solar de la propiedad de los herederos de doña Josefa Cardet y Cruz de Martín (más conocida como la Pepa Cardet), en calle San Isidoro esquina a la del Calvario (hoy: Libertad esquina a Aguilera). Para construirlo acopiaron allí unos cuantos materiales y la actual calle Hermanos Arias obtuvo el nombre de San Francisco.

En lo que sería alguna vez (y que nunca lo fue), Convento de San Francisco, se alojaron los reverendos padres:

Fray José Antonio Alegre (Presidente)
Fray Mateo Pérez (Lector de Sagrada Teología)
Fray Antonio Raimundo
Fray Nicolás Martínez (secretario)
Textual: “Fray José Antonio Alegre murió en esta ciudad el 26 de junio de 1791 dejándonos como recuerdo de su obra moral y de su misión evangélica unas cuantas preocupaciones sintetizadas en una cruz que se obstenta en la cúspide de un cerro en la parte norte de la ciudad, tendida dicha cruz y reverenciada por la parte menos culta del pueblo, como amuleto disipador de fantasmas”.

Esta estatua del Fray Alegría fue colocada en la cima del cerro donde él colocó la Cruz. El huracán Ike la arrancó de su cimiente y la lanzó, loma abajo, varios metros

Casamiento de Casiano Labusta, socio comercial del Manco Rondán



Según leer puede el curioso en el Libro de matrimonio de blancos, No. 6 Folio 49v, Inscripción 194: Casiano Labusta y Rosa, natural de Asturias, comerciante domiciliado en Holguín, propietario del establecimiento mixto El Volcán en sociedad con Rondán, ubicado en los bajos de La Periquera.Hijo de Vicente y Antonia.

Casó el 29 de abril de 1864 con doña María Columna Jomarrón de los Reyes, hija ella de Onofre y Bñarbara. Fueron los padrinos del casamiento: Belisario Álvarez y Céspedes y Ludovina de los Reyes. Ofició el Padre Juan Cancio Peypoch y Codina.

Dicen que Casiano Labusta tenía una impresionante voz de tenor.

Coplas mambisas durante el sitio a Holguín en octubre-diciembre de 1868

Coplas mambisas que se popularizaron en Holguín durante el sitio 30-10-1868/6-12-1868 y que fueron publicadas por el Periódico Norte el jueves 30 de julio de 1953. (Se cree que se tomaron del archivo del capitán libertador Fidel Suárez por copia que hizo su nieto Pedro García Suárez).

Hace poco más de un mes
que estalló la rebelión,
y ya nuestro pabellón
brilla en Cuba, lo ves.

No tardará el bayamés
en abrazar a sus hermanos,
pronto partirán ufanos
a batir a los mandarines,
y solo dirán los ruines:
Mueran los republicanos.

Antes nos lleva el infierno
y en él queremos arder
antes que corresponder
al despótico gobierno.

Pedimos al Dios eterno
que nos libere de ese cruel,
que no nos apure más hiel,
que nuestra conquista siga,
y solo un cobarde diga
¡que muera Carlos Manuel!.

Ilustrísimo propietario de tierras en Nipe.

Un viejo documento holguinero con fecha 29 de marzo de 1860 dice que don José Buenaventura Estevas, marqués de Esteva de Las Delicias, senador del Reino, Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III y la de Isabel la Católica, Brigadier de Caballería…

(...) dio poder a don Delfín de Aguilera y de la Cruz para que administre, rija y gobierne las haciendas que Su Excelencia posee en la gran bahía de Nipe y en las tierras de Holguín.
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Marqués de ESTEVA DE LAS DELICIAS, concedido 9 de abril de 1831 por Isabel II a José Buenaventura Esteva y Corps, Brigadier de Caballería de los Reales Ejércitos, Capitán y Coronel de las Milicias de Caballería de La Habana, Senador del Reino, Gentilhombre de Cámara de Isabel II, Caballero de Santiago y de la Orden Vaticana de la Espuela de Oro, Gran Cruz Carlos III. Por Real Despacho de 22 de diciembre de 1866, Isabel II le concedió La Grandeza de España. 
Nació en El Ferrol (La Coruña) el 15 de abril de 1786 y murió en La Habana  el 28 de diciembre de 1867.
Se casó en La Habana el 14 de marzo de 1817 con la criolla María Felipa García de Carballo y Gómez.



Escudo de los Marqueses de Esteva de las Delicias.
Descripcion escudo: En campo de azur tres coronas de oro puestas en palo; bordura de gules con siete «esteves» o sierpes de oro.

No se ha encontrado información del destino de las propiedades de los Marqueses de Esteva de las Delicias en Nipe.

Para seguir la genealogía de los Marqueses de Esteva de las Delicias, haga clic aquí.






11 de julio de 2010

"Así es Gibara", un libro maldecido por los Gibareños


Por: César Hidalgo Torres

Lizue Martínez Rodríguez y Laritza Vega Peña, especialistas de la sala de Fondos Raros y valiosos de la Biblioteca Provincial “Alex Urquiola”, de Holguín escribieron la historia de "Así es Gibara", el célebre y maldecido libro de José A. García Castañeda. (La A seguida de punto significa en este caso Agustín, pero no es preciso conocerlo, se trata y se tratará eternamente de Pepito).

Pepito García Castañeda
"Hoy, queremos relatarles la historia de un hecho similar que sucedió en la provincia holguinera. Poseemos el único ejemplar que escapó del fuego y que se encuentra, para nuestro orgullo, en la Sala de Fondos Raros y Valiosos de la Biblioteca Provincial “Alex Urquiola”: Así es Gibara. Libro publicado en el año 1957. Su autor es el naturalista, historiador, erudito y personalidad destacada de la cultura holguinera, José A. García Castañeda (1902-1982).
"Dicen los ancianos de Gibara que no saben quién le contó a Castañeda todas esas historias, pero que se las sabía todas y que el libro no dice mentiras. Lo cierto es que cuando fue publicado no agradó a los gibareños al punto que el Ayuntamiento declaró al  escritor persona no grata para la ciudad y el libro fue quemado en la plaza del pueblo.
No escapa a las bibliotecarias lo de los "apodos" o seudónimos. Ese fue el asunto que más molestó a los gibareños:

“... lo esencial de Gibara, que todos los llevan y en todos resulta ser un apellido que se hereda con la muerte, bien colocados y que a nadie ofenden...” A continuación tomamos del libro la primera estrofa de un poema, nacido de la inspiración del poeta José Antonio Recio, que ilustra los sobrenombres de algunos de los lugareños:

“Allá en “La Perla del Oriente”
existe un humano todo,
en donde he visto más gente
con singular apodo;
allí encontrará de todo
igual que en una Botica,
a Lucía “La Chancharica”,
al gran mulato “Bembeta”,
a Adolfo “La Cubereta”
Y otros que abajo se explica”.

El único ejemplar de Así es Gibara que se salvó del fuego


En la extensa papelería dejada por el historiador al morir "Aldea Cotidiana" encontró una hoja suelta mecanografiada que seguramente es copia hecha por Pepito. En ella el autor, algún gibareño enfurecido, ataca a los holguineros a los que echa en cara lo "desagradecidos" que son con Gibara y acto seguido ejemplifica con el más maldito de todos los que en Holguín han nacido. 

Gibara: La Villa Blanca/La Perla del Norte.
(España chiquita)

(...) poco agradecen los de Holguín a Gibara. Ni siquiera que los unimos a Gibara por ferrocarril el 31 de mayo de 1885 con el solo objeto de llevarles comida.

Los de Holguín, sin dudarlo, son enemigos nuestros que siempre han tratado de desacreditarnos. Como por ejemplo, recientemente, un seudo-escritor holguinero que tratando de ofender el raudal limpio y profundo del historial de la Villa nos dedica un libelo lleno de falsedades y a veces inmoral, bajo el título "Así es Gibara" que unanimemente nos hizo reaccionar, y reunidas nuestras clases vivas en la noche del 19 de julio de 1957, declaramos a su autor Persona No Grata en nuestra Villa, con solicitud a todos los gibareños que tuviesen en su poder el indicado folleto, lo entregasen al colegio de Maestros Equiparados, al objeto de destruirlos por medio del fuego, lo que hicimos esa misma noche, en nutrida manifestación voluntaria y al grito de "A quemarlo".

Igual una poesía de nuestro mejor poeta la pegamos en la puerta de nuestras casas, en los emplos, en las vidrieras comerciales, y hasta en los prostíbulos de La Loma (para general conocimiento de los visitantes de esos asquerosos lugares y nunca por los vecinos de la Villa).

Leí, Pepe García, "Así es Gibara"
engendro libelezco nauseabundo,
tan indigno de ver la luz del mundo,
como el rústico autor que lo engendra.

Con la fruición que el agua clara
hoza y retoza el animal inmundo,
pateas el raudal limpio y profundo
del historial de mi ciudad preclara.

Tu pluma para sí no la quisiera
la tiñosa más vil. Como de pelos
tienes de ideas limpia la molera.

Deja la Historia, ruín escritorzuelo
y amigo de comer en demasía,
o has un tratado de gastronomía.
Dice este furibundo autor que Pepito escribió el libro: "por verse despreciado en sus requerimientos amorosos por una gentil y cuerda gibareña".

Y concluye recordando, o quizás es una amenaza por si Pepito se atreviera a acercarse a la Villa, que el 18 de enero de 1823 los gibareños también prohibieron al Capitán del partido de Auras, don francisco Hidalgo, que los visitara solo porque este se oponía a la fundación de ese pueblo.

Estatua de Pepito García Castañeda ubicada al lado de una de las ventanas de la que fuera la casa en que vivió


Pepito murió 25 años después de aquellos sucesos. No me costa que alguna vez regresara a Gibara, pero tampoco lo contrario. Lo cierto es que cuando se supo de su muerte un nutrido grupo de gibareños vinieron a Holguín a rendirle postrer tributo, y eso que Pepito continuó burlandose de los gibareños sin compasión de ninguna clase.

Esta es una anécdota que prueba lo anterior. Era Pepito profesor del Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín y un día, al entrar al aula, dijo que había llegado un barco griego a la Villa y que las gibareñas se estaban acostando con los mariños... una alumna gibareña, ofendida, se puso en pie y fue a salir del aula, pero Pepito interpuso su enorme humanidad al tiempo que le decía: "Un momento, señorita, quédese y escuche la clase. No tiene que apurarse que los griegos alcanzan para todas".

"Así es Gibara" es considerado por los investigadores como patrimonio bibliográfico de la Provincia de Holguín. El historiador del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, Msc. Armando Cuba de la Cruz, afirma que el libro posee un gran valor histórico y sociológico, demuestra una preocupación por cambiar los defectos del gibareño y gracias a la acuciosidad de su autor, nos retrata picarescamente la vida cotidiana de este pueblo holguinero.

Leer "Así es Gibara"


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