1872,
Junio 8
Nuevas
contradicciones entre Céspedes y Máximo Gómez
|
El
Gobierno de Cuba en Armas, buscando protección, se aproxima a las montañas
orientales. Alguien del gobierno pensó en la conveniencia de que la dirección
civil del país se trasladara al extranjero para que desde allí dirigiera la
revolución. El general Máximo Gómez, que tuvo conocimiento de esa aspiración,
dijo con brusquedad al secretario de la Guerra, oponiéndose al proyecto, “aquí muere Sansón con todos los
filisteos”.
Entonces
el Presidente Céspedes le pide a Gómez que le provea de asistentes para sus
ayudantes y secretarios. Gómez le responde que “también él carecía de asistentes y que el ejecutivo los buscara si
tanto los necesitaba”.
|
Céspedes
depone a Máximo Gómez. En su lugar nombran a Antonio Maceo
|
Inmediatamente
Céspedes dicta una orden general y mandó que se la leyeran a la fuerza[1]. En
ella deponía a Máximo Gómez y nombraba jefe interino a Antonio Maceo.
Oído
lo que oyó, Maceo titubeó, entonces, airado Céspedes le dijo: “vaya usted a cumplir la orden o yo sabré
hacerla cumplimentar”.
|
El
General Gómez se retira nada más acompañado por una pequeña escolta
|
El
general Gómez, tan pronto entregó el mando, se presentó al Presidente con el
sombrero en la mano, lo saludó militarmente, le dijo que su orden estaba
cumplida, y se retiró nada más acompañado por una pequeña escolta.
|
1872,
Junio 11
|
Carta
de Céspedes: “El Gobierno se ha visto
en la triste necesidad de separar de su mando al general Máximo Gómez. El
Gobierno espera que este ligero castigo obrará sanamente en el ánimo del
General, permitiendo al Gobierno volver a utilizar sus servicios”.
|
Finalmente
Maceo se niega a sustituir a Gómez. Nombran a Calixto García.
|
En
sustitución de Máximo Gómez y toda vez que Maceo se negó a ocupar el puesto
de aquel al frente del Departamento Oriental, el Gobierno nombra a Calixto
García. Calixto se niega, pero Céspedes lo convence[2].
Calixto toma el mando pero antes publica un suelto en el que dice que “es imposible que otros generales
pudiesen llevar a feliz término un plan de campaña concebido y estudiado en
sus más mínimos detalles por Gómez”[3].
|
Isabel
Vélez, esposa de Calixto, en La Habana
|
Del
libro de notas de Carlos García Vélez: Isabel acostumbraba a rezar en una
iglesia de la Habana
pero dejó de ir el día que “en el
confesionario el cura insistió en persuadirla de que escribiera a mi padre para que se rindiera a los españoles
porque estaba pecando al combatir al gobierno español. Mi madre se puso de
pie y apostrofó al confesor diciéndole que ella había venido a confesarse y
no a recibir amenazas y consejos políticos”.
|
1872,
Junio 29
Combate
en Rejondones de Báguano.
|
Combate
en Rejondones de Báguano.
Céspedes
describe la acción en carta a su esposa: “El
viernes 28 de junio acampamos al pie de un arroyuelo, en el camino entre dos
lomas. Le hice observar al Brigadier Calvar que en aquella posición era
inminente un encuentro, pero me contestó que había acampado allí con arreglo
a instrucciones del General García… al día siguiente se mandó a la tropa a
forrajear, quedando en los cuarteles apenas 200 hombres. No hacía más de dos
horas que se habían ausentado cuando se oyó el fuego en nuestra avanzada… el
Brigadier me suplicó que me retirara al campamento del Coronel Maceo. Cuando
encontré a éste, que con los suyos acudía al fuego, estuve tentado a volver
para atrás…
“Los españoles acometieron con ímpetu
y arrollaron a los cubanos que todavía no habían acabado de formar… pero los
cubanos se rehicieron a la subida de una cuesta. Cuando los españoles
subieron encontraron a nuestra fuerza escalonada, que los recibió con
descargas a boca de jarro. Entonces los españoles perdieron el ánimo y solo
trataron de salir lo más pronto posible de aquel aprieto. Bajaron como
pudieron, con los nuestros que le salían al paso en cada vuelta. Por último,
los españoles se dispersaron y emprendieron la fuga a Camazán, seguidos de
los nuestros”.
Esta
acción, dice Céspedes finalmente, la mandó directamente el General Calvar,
teniendo como segundo jefe a Maceo, pero ambos a las órdenes del General
García, cuyas disposiciones para el combate a él se debían, y
fundamentalmente, como dijera el propio Calvar, que había acampado allí con
instrucciones del General García, que era quien había escogido el campamento
y dispuestos los escalones admirables para la formidable resistencia que los
cubanos ofrecieron.
|
1872,
Julio 6
Ataque
a Samá
|
Siete
días después de Rejondones, y con el propósito de desorientar al enemigo,
causarle daño y tomar provisiones, Calixto ataca al pueblo de Samá,
fortificado y defendido por tropas de línea y voluntarios.
El
periódico “El Periquero” de Holguín, a quien reprodujo “El Diario de la Marina”, describió el
ataque así: “A las seis de la mañana
del día seis el enemigo atacó el destacamento de Samá, durando el fuego hasta
las cinco de la tarde, en que se retiró, dejando seis muertos y llevando más
de cien heridos. Los voluntarios [al servicio del Ejército español] han tenido un oficial y once de tropa
muertos, perdiéndose, además, ocho hombres del Ejército, entre ellos un
Capitán”
|
El
Coronel Huerta y Sostre sale a perseguir a Calixto
|
Sabido
lo del ataque de Samá, el aguerrido, cruel e intrépido gobernador de Holguín,
Coronel Juan Huerta y Sostre, decidido a acabar con el audaz guerrillero
Calixto García, sale de Holguín con una fuerte columna provista de
artillería.
|
Anterior
Siguiente
|
[1] Diario de Gómez: “Acampaba muy
tranquilo en Peladeros y al día siguiente noté, con inexplicable sorpresa, que
por orden de la Secretaría
de la Guerra
la tropa debe formar y se le lee la orden de mi deposición. Fundábase aquella
en un acto de desobediencia de mi parte, por el hecho de no haber proveído un
número de asistentes que se me había pedido para la comitiva del Gobierno, pero
a mi no me era posible conseguirlos sino aprovechando una concentración para
poderlos sacar de modo conveniente, pues en el estado de entusiasmo a que
habían llegado nuestros hombres no era muy fácil encontrar ya, en las filas del
ejército, soldados que quisieran prestar esta clase de servicios
voluntariamente, y la gente de color, que habíamos arrancado a sangre y fuego
de las garras de la esclavitud, era necesario que fueran libertos muy inútiles
para que prefiriesen la servidumbre por encima del rifle. Yo quedé aturdido con
aquel inesperado procedimiento y se me hacía difícil creer en la causa que se
invocó para ejecutarla. El ayudante que leyó la orden la terminó con un ¡Viva
cuba Libre! Y otro al gobierno, que las tropas inconscientes respondieron. Esto
último, aunque por instantes, me impresionó tristemente”.
[2] Antonio Maceo pasa a dirigir la División de Santiago de
Cuba.
[3] El plan de Gómez consistía en
realizar una gran concentración de tropas holguineras, bayamesas y tuneras para
atacar Holguín y luego continuar operando por el norte de la provincia, hasta
trabar contacto con Agramonte en Camaguey, el cual debía concentrar la mayor
parte de sus fuerzas, para unidos, presentar batalla a los españoles, unidos,
orientales y camagüeyanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario